Partida Rol por web

[ELdG]Brumas en lo más profundo

Día 26 del Éxodo - La Larga Marcha

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30/05/2016, 22:03
Alice

La maga escucho el discurso del eunuco y aporto lo que pudo con sus conocimientos, aunque la verdad eran pocas las cosas que Onfale no sabía sobre dragones.  ¿Cuánto falta hasta el foso? ¿Si el foso es tan poderoso, el calor no nos dañara? Pregunto la maga. Por su cabeza se pasaba la imagen de ella derritiéndose como un muñeco de nieve a media que se acercaba a la fortaleza de Orkus.

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30/05/2016, 22:21
Muerte-disco

Hohohoho... son muchas preguntas para responder a la vez. Primero: llegaremos en un par de minutos. No os debéis preocupar por el foso, siempre y cuando no salgáis de los límites de la semiesfera que nos envuelve. Es un campo protector, troncos, evita tanto la energía chunga como las bajas y altas temperaturas-exactamente como el aparato que recogió Alice de los restos del Barco del Caos.

Segundo: la luna en Thánatos nunca se pone, si no la vemos ahora es por culpa de la niebla.

Tercero: la fiestuki de Orcus se celebrará mañana, así que seréis vosotros los que esperaréis. No es la primera vez que hay incidentes en los viajes de Lash Embrar, y ya se da por descontado un día a mayores por los posibles retrasos.

Cuarto: nada de esperar aquí, si tenéis algún asunto que tratar con el Coleccionista o la Capellanía del Ahorcado os toca esperar en la Puerta de Orcus. Sería muy sospechoso que un dragón de patrulla nos encontrase aquí haciendo la estatua, y puede que se le diese por disparar su fuego primero y preguntar después pensando que somos espías o algo así. El tema con los dragones rojos es cuestión de actitud. Actitud en un ciento dos por ciento.

Y ahora... seguidme.

La comitiva se internó en las nieblas, con la única orientación de echar a caminar en dirección perpendicular a la linea que separaba la nieve de la zona derretida. Al cabo de unos minutos, entre las brumas se distinguieron dos esferas de hierro, una adornando cada balaustrada de piedra que delimitaba el puente.

Estamos cruzando por encima del foso. ¿A que de temperatura estamos dabuti? Este ancho puente termina en unas grandes puertas flanqueadas por dos dragones rojos. Los dragones nos percibirán por su olfato, así que hay que ir de frente.

¡¿HOLA?! ¡ME LLAMO MUERTE-DISCO! ¡SOY UNO DE LOS GUÍAS DE LOS CAMPEONES DEL TORNEO DE LA CALAVERA!

Una ráfaga de fuego se abrió paso entre las brumas, a veinte pies sobre las cabezas de los viajeros. Después emergió una cabeza draconiana de escamas rojas. Era tan grande como el que vieron moribundo en la nieve, pero su presencia pavorosa solo les hizo erizar el vello de los brazos, como si un ser tan poderoso se esforzase en no parecer tan intimidante.

Un ruido metálico, el del ventanuco de la caja deslizándose, movido por arte de magia, y el dragón se acercó más, para escudriñar por el agujero al pasajero del interior.

El campeón de la caja está un poco fuera de sí. No sé si es buena idea...

El azotamentes lanzó un ataque mental, haciendo al dragón enloquecer y rugir. Antes de que se abalanzase sobre el grupo, otro dragón rojo saltó sobre el primero en un gran estrépito. El ventanuco de la caja se cerró. El dragón enloquecido empezó a calmarse. Con un gesto de cuello, el dragón que estaba encima, sujetando a su compañero, señaló para que siguiesen avanzando.

Y allí estaban las puertas... colosales... de un metal negro desconocido. Se abrieron solas, lo justo para dejar una rendija por la que los recién llegados pudiesen entrar, mostrando en su umbral un campo protector como el del quinqué de Muerde-disco. Dentro, unas cuadras. Gigantescas. Las puertas de madera, material raro en el Thánatos, se alzaban como grandes muros.

El ancho patio, que separaba las cuadras de la izquierda de las de la derecha, estaba ocupado por varios sirvientes. La mayoría, brujos de la muerte y huécuvas, que daban con sus poderes las protecciones mágicas de soportar los elementos y adaptación, a cada dragón que debería salir de patrulla. También había demonios... una especie exótica, tan grandes como Tybalt, pero el doble de anchos, de piel pálida y desprovistos de pelo, con un par de alas asomándoles tras las espaldas.

Uno de los demonios blancos tiraba de una larga cadena que se alzaba hacia el techo, pero que se quedaba a medias, en una argolla que colgaba de un collar que abrazaba el cuello de otro dragón rojo, de un tamaño intermedio entre los que ya habían visto hasta ahora. Se detuvo, y el dragón se tumbó. Varios demonios blancos revolotearon a su alrededor, con barreños de agua y toallas, empezando a asear a su rojo y gran cliente.

Avanzando por el patio, pasaron por delante de una cuadra abierta. Allí, un dragón rojo descansaba sobre una pila de oro, y tras él, la pared se abría en una gran aspillera, lo suficientemente grande como para permitirle salir volando. Aquella ventana estaba cubierta por un color azulado como el de los campos mágicos de protección.

Troncos, no os despistéis... Os presento al Maestro de Ceremonia. Él os guiará por la Puerta de Orcus a partir de aquí.

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30/05/2016, 23:14
Kaevhas Tanzirk

Una figura engalanada con una hermosa túnica se giró mostrando su familiar rostro.

Muchas gracias por tu trabajo, Muerte-disco. Ya había oído hablar sobre nuestros invitados...

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31/05/2016, 02:43
Flame

Flame se quedó paralizada al ver a Kaevhas ante ellos. En el fondo se esperaba que algo así pasara. No lo habían matado, ni tan siquiera lo habían derrotado, simplemente se habían limitado a huir de él lo más rápido posible, y ahora se encontraban de nuevo con su archienemigo. Primero Farastu, y ahora él. Lástima que la bruja de Madame Eva no anduviera por aquellos lares, a ella es a la que más ganas tenía de ver, y de hacer que ella y Ayash se conocieran de una vez.

Paralizada se quedó mirando a sus compañeros esperando a ver cuál era su reacción, pues ella no sabía qué hacer...

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31/05/2016, 06:30
Leiath

Oh, vaya! La bruja no sabía muy bién lo que pensar. Por qué Hala seguía recordándola a cada paso sus errores y fracasos? Aquel que había sido parte de su aquelarre y que había sido convertido en una abominación por culpa de su incompetencia (tendrían que haber quemado su cadáver), ahora estaba en frente suya.

Eso no era nada bueno. Sabía demasiado de ellos y si lo contaba les harían trizas en cuestión de segundos, quizás les dejasen hacer el paripé pero vigilados de cerca, quién sabe. Pero qué podían hacer ellos?

Leiath permaneció en silencio mirando directamente a Kaevhas, intentando dilucidar lo que pasaba por la mente de su ex compañero.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Averiguar inteciones

Tirada: 1d20

Resultado: 6(+4)=10

Notas de juego

dejo tirada por si sirve de algo

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31/05/2016, 08:12
Alice

La situación se complicaba por momentos. Alice trato de no mirar directamente a Kaevhas tratando de ocultar sus verdaderos sentimientos de miedo y sorpresa, y trato de evitar que el parpado derecho le temblara como consecuencia de un tic nervioso. Mierda, mierda, mierda. Vamos a morir todos.

La maga trato de tranquilizarse puede que no fuera el mismo Kaevhas que ella conocía, o que los hechizos de resurrección le hubieran borrado la memoria, puede que incluso Kaevhas les quisiera ayudar.

Decidió permanecer callada a la espera de las instrucciones de su maestro de ceremonias. Nunca pensé que diría esto, hubiera preferido que fuera Mane como maestro de ceremonias.

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31/05/2016, 20:09
Onfale

Lo sabía. Sabía que tenía que haber aprovechado la oportunidad. Cuando vio a Kaevhas se quedó pálido pero trató de disimular hasta ver qué pretendía. Tanto esfuerzo por que la Cábala no les descubriera y ahora su Maestro de Ceremonias era uno de sus perseguidores. Al menos los tres viejos ya no estaban con ellos. El momento era verdaderamente tenso.

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31/05/2016, 21:58
Aire

Aire no se había recompuesto de ver a esos dos dragones agresivos en la entrada cuando se encontraron con Kaevhas. La sorpresa casi le hizo caerse hacia atrás. Se recompuso lentamente mientras abrazaba a Aristóteles. ¿Qué hacía él aquí? ¿Por qué estaba allí? En ese plano, el destino no estaba de su parte, estaba claro.

A medida de precaución, la Aire mágica surgió del interior de la inocente, totalmente renovada y con energía suficiente para combatir. Si mal no recordaba, Kaevhas compartía su misma vocación por la magia. Quizá ella era la indicada para detenerle.

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31/05/2016, 22:36
Director
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Engañar

Tirada: 1d20

Resultado: 3

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31/05/2016, 22:49
Jadewo ap Janel

El guerrero arcano, con su equipo a cuestas, sintió unas imperativas ganas de ponerse de nuevo el escudo y sentir el contacto duro de la empuñadura de su curva espada en las mano cuando presenció la escena entra los dos dragones. A pesar de que sabía que su situación en ese lugar era precaria, no alcanzaba a comprender hasta que punto.

El guía los condujo hasta un singular Maestro de Cerimonias, se sorprendió de la presencia poco estrafalaria del ser, a estas alturas estaba más preparado para ver algún ser demoníaco o algo por el estilo antes que un humano. Al parecer no era el único del grupo al quedarse sorprendido ante este hecho.

-Saludos.- Dijo para romper el hielo.

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31/05/2016, 23:14
Kaevhas Tanzirk

Kaevhas hizo un ademán con la cabeza a modo de saludo hacia Jadewo, recelando de su presencia. Eso Leiath lo notó. Pero quizás la sacerdotisa era demasiado crédula en todo lo demás. Ella veía en los ojos muertos de Kaevhas una chispa de una vida pasada. Fue su compañero. Podría dar una orden nada más llegar, y todos los enemigos caerían sobre ellos. Y no lo hizo. ¿Por qué no confiar ciegamente en él y cualquier palabra que fuera a salir de su boca en un futuro?

Dos de los demonios blancos se acercaron volando. Cogieron la caja que transportaba al azotamentes, dejando el disco de Tenser libre, y se la llevaron al fondo de las cuadras, hasta no ser más que un puntito en la lejanía.

Muerte-disco hizo una reverencia y se alejó, de nuevo en dirección a la amplia puerta de entrada. Kaevhas hizo una indicación con el dedo, para que le siguiesen. Les dió la espalda, confiado, en un patio plagado de muertos vivientes, demonios y dragones, quizás no tan rápidos ni tan cercanos como para impedir una cuchillada por la espalda.

Kaevhas avanzó hacia un lateral. Entre dos cuadras de dragones, unas escaleras de caracol con balaustrada de piedra formaba una alta torre incrustrada en el muro que separaba los habitáculos. Ascendía hacia el techo, sin rellanos y sin puertas. Peldaños y más peldaños, de quince pies de ancho. Al coger cierta altura, los más cercanos al exterior de la helicoide vieron a Muerte-disco como un puntito rojo en la lejanía, abandonando la Puerta de Orcus. Y siguieron subiendo. Hasta que el cansancio les hizo bajar el ritmo, y Kaevhas les fue dejando atrás.

Cuando el Maestro de Ceremonias se dió cuenta, detuvo sus pasos y les esperó.

Aún a esta altura, una conversación susurrada puede ser oída por un dragón rojo. Y, sinceramente, ni siquiera sé si puedo hablar libremente delante de vuestros dos nuevos acompañantes.

Aguardó unos minutos en silencio, dando tiempo a los mortales de recuperar el aliento. Y luego, prosiguió. Siguió subiendo escaleras. Quizás Leiath fue la que mejor lo llevó, gracias a sus votas de levitación. Cuanto más altos, mejor se distinguían las lámparas de araña que colgaban del techo, que brillaban con una intensidad tal que iluminaban hasta el suelo. Pero más arriba, donde la escalera de caracol se unía con el techo, había oscuridad.

Escuchadme. Voy a lanzar un conjuro, pero no os pongáis nerviosos, ¿de acuerdo? Es un hechizo de luz. Yo no lo necesito. Ahora veo en la oscuridad. Y quizás el tiflin tampoco. Pero los demás...

Jadewo sacó de debajo de la pechera de su armadura su brillante medallón. La luz bastó para todos, dejando a Kaevhas contrariado, ahorrándose un conjuro y perdiendo la oportunidad de una escenografía más dramática.

Bien. Sigamos.

El siguiente tramo de escaleras se hundió en varios pies de mampostería, hasta llegar a un rellano, con pasillos y puertas en varias direcciones. Sin embargo, las escaleras de caracol seguían subiendo, y más arriba había luz.

La Puerta de Orcus se divide en varias plantas, de tamaño apropiado para que Orcus se pueda mover por ellas. A los demás, como a las cucarachas, nos toca vivir bajo el suelo que pisa. Estas habitaciones están entre las cuadras de los dragones y el salón del trono, que es a donde llegaríais en caso de seguir subiendo las escaleras. Esta planta dispone de barracones, dormitorios privados, cocinas, laboratorios o incluso con sus propias forjas. Existen varias habitaciones de cultivo de hongos, o de almacenamiento de carne, para alimentar a los zovuts, los demonios pálidos que visteis más abajo, y que se ocupan de las tareas más físicas.

En uno de los pasillos, Kaevhas detuvo su paso. Abrió la puerta a un comedor engalanado, con lámparas de araña y vajilla de la buena, pero sin comida ni bebida por el momento. Había más sillas de las que correspondía. Contando, habría sillas también para Becky, Arpanhoe, Hugo y el Coleccionista.

Si no deseáis que nuestra conversación sea escuchada por el hombre rubio y el tiflin, podemos dejarles primero en vuestro barracón. Si confiáis en ellos, entrad y tomad asiento. Tenemos mucho de lo que hablar.

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31/05/2016, 23:36
Tybalt Marr

Tybalt no pudo evitar mostrar cierto asombro al contemplar la magnitud de la denominada Puerta de Orkus aunque evitó dejarse embelesar por el imponente lugar para hacer un esfuerzo consciente para mantenerse en guardia en todo momento. Se suponía que no habría problemas por su condición de campeones, pero todavía había algún cabo suelto que llevase a descubrir su tapadera. Poco después pudo darse cuenta de la relativa inutilidad de su postura tras el pequeño altercado con los dragones justo antes de cruzar el foso. También tomó nota del poder del azotamentes confinado, que no dudó en usar su magia sobre aquella gigantesca criatura. Todo aquello no hacía más que demostrarles lo pequeños e insignificantes que eran en comparación con todo el poder que se concentraba en esa construcción. 

Casi como si no fuese con ellos, o más bien como si prefiriesen no acabar parte de ello, el grupo continuó dejando atrás a los dos dragones para ser recibidos por un representante de su anfitrión. Tybalt miró al humano que los esperaba. Lo miró al principio sin reparar mucho en él, pero enseguida encontró algo familiar... ​"No ganamos para disgustos..." Pensó tratando de no reflejar la tensión en su rostro. Aquel era el hombre que lideraba a la Huécava, los que iban detrás de los anciano... y según parecía, alguien con un pasado común. La tensión era algo más que evidente y parecía que todos los allí presentes esperaban al momento en el que Kaevhas abriese la boca para descubrirlos. Pero no fue así. El hombre los guió por el recinto y no habló hasta que lo creyó oportuno y sin duda fue toda una sorpresa las intenciones que revelaban su palabras. -He luchado hasta la muerte al lado de esta gente y volvería a hacerlo sin dudar. Les debo demasiado.- Respondió tajante. -Así que te agradecería que no pongas en duda mi lealtad con tanta facilidad.- Sin pretender sonar amenazante, Tybalt dejó claro que si tenía algo que decir sería a todos. Incluso Jadewo, el más reciente, había demostrado ser un hombre de honor y un excelente compañero de armas. También es cierto que tanto honor les supuso algún que otro problema en sus primeros momentos juntos, pero nada que no haya sido compensando sobradamente.

Notas de juego

Kaevhas! Qué te han hecho?! ToT

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01/06/2016, 06:16
Leiath

Estaba intrigada por el comportamiento del hechicero. Aún cabía la posibilidad que estuvieran planeando alguna sorpresa y por eso no se hubieran echado encima de ellos en el primer momento, pero como siempre, la esperanza de encontrar el bien en cualquier ser, podía a la bruja de Hala.

Leiath relajó su mirada y contesto a Kaehvas.

Como bien dice nuestro amigo- dijo refiriendose a las palabras de Tybalt- estos dos hombres han luchado junto a nosotros y hasta han dado la vida por nuestra causa. -Miró ahora con profunda pena a el ex-miembro de su aquelarre, recordando que él mismo había pasado por aquello y mucho peor.

- Pueden escuchar cualquier cosa que tengas que decirnos. Confio en ellos plenamente.

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01/06/2016, 13:31
Flame

Flame no dejaba de mirar a Kaevhas con desconfianza, pero por primera vez en mucho tiempo, su sentido draconiano en lugar de continuar con su estado de paranoia, en el que todo el mundo iba contra ellos y que en breve tiempo iban a morir, esta vez le decía que algo había cambiado en Kaevhas y que podrían confiar en él. No sabía si era otro, si era el mismo, o si por el contrario había cambiado, no sabía qué Kaevhas tenía delante, ni lo que le había sucedido en aquellos días. Pero no podía arriesgarse a confiar en él, aunque su cabeza dijera una cosa, su frío corazón decía otra. Y por el momento, lo mejor era esperar a ver qué es lo que pasaba, esperar con una mano agarrando a Ayash por lo que pudiera pasar.

Tras las palabras de la bruja de Hala, Flame decidió asentir con la cabeza, ella no confiaba en Jadewo, tampoco lo había hecho la principio en el tiflin, en general no solía confiar en nadie, pero sí que lo haía en Leiath, así que si ella decía que eran de fiar, no sería la lagartona quien desmintiese sus palabras.

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01/06/2016, 21:16
Aire

Aire, ahora oscura, no dejaba que los ojos se apartaran de Kaevhas. Cada movimiento era una alarma para ella, que se sentía poco hábil para lanzar algún conjuro con la suficiente celeridad para adelantarse a su ex-compañero. Caminó junto a los demás la gran escalinata y, aunque cansada como la que más, evitó dar muestras de ello a su guía. En su interior, la inocencia quería salir. Si Kaevhas no les había atacado, es que era bueno, y si era bueno, era amigo. Pero la magia en ella la frenaba en seco. No, les había atacado, a ellos y a unos viejecitos... ¿Y si los viejos no eran tan buenos como parecían? No sabía muy bien, estaba pensando demasiado para una situación en la que, seguramente, se terminaría combatiendo a muerte...

Las puertas de Orcus, las vistas o lo que hubiese en el trayecto no la importaban. Todo era Kaevhas, sus movimientos y sus palabras. Sobre todo eran sus manos, Aire las vigilaba como si fuera su vida en ello. Y al final nada, llegaron al gran comedor y les invitó a conversar. No dijo nada, se adelantó a los demás mientras vigilaba a su guía.

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01/06/2016, 21:48
Alice

Antes de nada, hola. Dijo la maga que antes, en el patio, le había negado el saludo al antiguo compañero. Voy a evitar hacer bromas sobre “que bien se te ve, ¿has engordado?” y todas esas chorradas, y voy a ir al grano también. ¿Qué a pasado? Bueno, corrijo. ¿Qué te ha pasado? La maga estaba confusa, Kaevhas había formado parte del grupo durante un corto periodo de tiempo y había muerto en extrañas circunstancias, aunque ahora no se acordaba mucho de aquel suceso. Ya habían muerto tantos compañeros que sus muertes se confundían en la cabeza de la maga y muchas se mezclaban. Como la muerte del enano del tambor… ¿fue decapitado por el ser amarillo o fue arrojado por un barranco?

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01/06/2016, 22:17
Kaevhas Tanzirk

Kaevhas sonrió a Alice, enigmático, y entró en el comedor tras Aire. Cuando todos estuvieron sentados, comenzó a contar su historia.

Empezaré desde el principio, en deferencia a las dos nuevas incorporaciones. Mi nombre es Kaevhas Tanzirk. Nací y crecí en el Cárceri, un plano prisión, al igual que Aire. Al igual que Becky, que por algún motivo que desconozco no está con vosotros, a pesar de dar nombre a vuestro equipo en el Torneo de la Calavera. Con la ayuda de unos cuantos más, logramos cruzar a la primera capa del plano del abismo. Allí se me ofreció un trato, un trato a la mayoría que estamos aquí. Destruir la Rosa de Laón a cambio de enviarnos al plano material.

Hubo un contratiempo... Hicimos una breve parada en una ciudad sumergida. Ly'Huriek. Nos pudo la avaricia, y tratamos de asaltar una tienda de objetos mágicos, en lo que fue la mayor estupidez que he hecho hasta la fecha. Perdí la vida, y según tengo entendido, abandonasteis mi cadáver. Los dueños de la tienda, los abrianes, revendieron mi cuerpo. Orcus siempre está ansioso por experimentar con los cadáveres de los arcanistas.

Me alcé como un brujo de la muerte, un tipo de muerto viviente que mantiene el poder sobre sus dones mágicos. Desperté confuso, y bajo las órdenes de un nuevo y cruel señor. Orcus es... magnífico. Empecé a realizar pequeñas misiones para él, bajo la supervisión de Arantham. Y accidentalmente me volví a encontrar con mis antiguos compañeros.

Estaban varados en la nieve, en las ruinas de un Barco del Caos que por motivos que desconozco se había estrellado en Thánatos. Hice lo más noble que se podía hacer en semejante situación: convencí a Arantham de retirarnos, con el pretexto de esperar a que se agotara la magia de Leiath, Alice y compañía, de modo que tuvierais la oportunidad de escapar.

Reconozco que mis motivos verdaderos eran menos altruistas. Al conocer el motivo de vuestra misión, tenía la esperanza de que en unos días todos estaríamos en este punto: compartiendo amistosamente una mesa. Y las esperanzas que puse en vosotros se han cumplido con creces.

¿Y a dónde nos lleva todo esto? A que soy vuestro humilde aliado... Yo también pretendo destruir la Rosa de Laón. Eso debilitará el poder de Orcus. Y a mar revuelto, ganancia de pescadores. Pretendo ascender, progresar, aprovechar el caos para hacerme con más poder. Aunque... para eso deberéis confiar en mí, y no sé hasta qué punto estaréis dispuestos a creer...

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01/06/2016, 22:42
Onfale

Todos aguantaron la tensión del reencuentro con Kaevhas. Al fin y al cabo no les quedaba otra. A una señal de su ex-compañero, ahora un no muerto bajo la tutela de Orkus, cientos de demonios caerían sobre ellos. Como esclavo que había sido, Onfale estaba acostumbrado a que su vida pendiera de un hilo. Trató de tranquilizarse y esperar acontecimientos

Respiró más aliviado cuando los demonios blancos se llevaron al azotamentes.  Debía de haberse vuelto loco pero aún así no le quitaban el honor de reverenciar al organizador del torneo. Tenían que lidiar con tantos frentes abiertos que no sabía si conseguirían lograr su objetivo. Desde luego ya daba por perdida la idea de volver a su plano. Era una misión suicida.

Caminó resignado a que su final llegara pronto. Ni siquiera se vio tentado por atravesar el cuello de Kahevas cuando éste le dio la espalda. Sólo era otro muerto más y daba igual donde le pincharas que, hasta que no le separaras la cabeza del cuello, no iba a parar. Paso a paso subió los escalones. En alguna ocasión tuvo que apoyarse en el imponente Tybalt para poder continuar. En el momento en que paró para que todos pudieran recuperar el paso, el mago empezó a notar que algo pasaba. No era normal que su perseguidor se mostrara tan solícito y no les entregara de inmediato a las autoridades. Cuando tú mismo realizas trucos para engañar a otros, como cambiar de aspecto o crear ilusiones que turben la mente, te haces más reacio a creer lo que ven tus ojos. ¿Acaso Kaevhas no era él? ¿Era él pero, por lo que fuera, pertenecía a otra facción contrario a Orkus? Un pequeño rayo de esperanza iluminó el ánimo de Onfale.

Todavía puede haber un resquicio por el que salir de esta situación.

Cuando llegaron al salón perfectamente engalanado, Onfale pasó y tomó asiento. Confiaba en sus dos nuevos compañeros.

- ¿Y aquí podemos hablar?- No le pasó desapercibido que había más huecos libres. Todo aquello era complicado hasta para su mente preclara.

 

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02/06/2016, 02:19
Flame

Flame asintió ante las palabras de Kaevhas, aquel puzzle que se había formado a raíz de su muerte y de sus ataques por fin cobraba sentido en su cabeza. En ningún momento había dado por muerto y remuerto a su compañero, pero lo que no esperaba era volver a encontrárselo. Si ahora estaba ante ellos, y comportándose de una forma tan sincera y tan poco amenazante, hacía que la desconfiada Flame creyera en sus palabras ciegamente. No entendía por qué. No entendía la razón, pero esperaba que ése fuera el camino correcto y que si daban un paso hacia una unión con Kaevhas, estuvieran dando un paso hacia el plano material. Y si se equivocaba, lo mejor es que tomaran a Ayash y la decapitasen allí mismo. No podría soportar un fracaso más...

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02/06/2016, 06:02
Leiath

Las palabras de Kaehvas conmovieron de tal forma a la jóven que ésta se puso a llorar.

Pero qué te han hecho esos malditos demonios?!- consiguió decir entre sollozos

Impulsiva y pasional como de costumbre, se lanzó al cuello de Kaehvas todavía llorando desconsoladamente.

- Lo siento , lo siento. No encontramos nada de tí con lo que poder reconstruirte. Pero haré todo lo que pueda por ayudarte. Vuélvete con nosotros y recurriré a las brujas más poderosas para que te devuelvan a tu estado anterior... Por favor, perdóname por haberte fallado!