Partida Rol por web

Ya queda poco- piensa el guerrero que sigue avanzando para alcanzar a la criatura.

Deseperado al ver que la criatura se volvía hacia el río con Trevor entre sus fauces ataque a la criatura con todo lo que pude, esperando hacer que soltase a su presa.

¡Eso parece! Contestó Flame al enano. Y cuando vio como el carruaje pasaba cerca de ellos, trató de seguir corriendo hacia delante, pero también en dirección al carruaje. Con un poco de suerte lograría tocarlo, y una vez que lo hiciese tan solo tendría que permancer en contacto con él para moverse a la misma velocidad que él. Esas eran las ventajas de ser una auténtica lagartona.

Los proyectiles de Alice han impactado en el objetivo. ¡Dos proyectiles a la vez! La maga ha progresado un montón en las últimas semanas, y se ha vuelto... bueno, se ha convertido en la maga más poderosa que cualquiera de vosotros haya visto hasta el momento en acción, lo cual no es mucho.

Desde luego no es suficiente para derribar al tiburón, que sigue volando hacia las Brumas con Trevor entre sus fauces. Klasius se concentra. La daga de su izquierda falla por mucho y se pierde en la niebla que flota sobre el río. Ni siquiera se escucha un chof, así que no ha caído al agua, sino que quizás ha llegado a la otra orilla. Segundo cuchillo. ¡ZAS! Este si impacta en el tiburón. Ya ha perdido demasiada sangre... El Terlén empieza a perder altura. Y justo en ese momento, apareció otra criatura...

Un gusano volador, de color blanco y tamaño tan grande como el de la manga de niebla que sigue el curso del río, emerge de entre las Brumas. Su enorme boca atrapa al terlén y a Trevor antes de que caigan al suelo, al vuelo, y vuelve a sumergirse en las brumas como un delfín saliendo y entrando en el mar.

Casi trescientos pies más atrás, a la altura del campamento de refugiados, un segmento del cuerpo del gusano también emerge, serpenteando para ganar impulso, y volviéndose a esconder en la niebla. La sensación de derrota es absoluta. Han perdido a Trevor, y el cadáver de Belic está demasiado cerca de la niebla para que nadie se atreva a recuperar su cadáver para darle un entierro. No con una criatura tan grande rondando. No tan cerca de las Brumas.

El Barón Roko Fortich desciende de Trompicón y camina hacia Alice con sensación de derrota. Tira de las riendas del caballo para devolvérselo a su legítima propietaria.

Cuando Babras vio al gusano volador detuvo el paso en seco y se preparó para vender cara su vida frente a aquella vil sierpe de las brumas. Nada ocurrió, sin embargo. De hecho, al poco, el gentío comenzó a regresar lentamente del río. Al parecer un tiburón enorme se había llevado al mediano que tanto por saco daba y el gusano gigante al tiburón. Con lo que al final, y sin saber cómo ni por qué, habían salido ganando. Bueno, también se hablaba de un pobre infeliz que no había podido contarlo, pero eso no era nada para la carnicería que se hubiera esperado si la sierpe los hubiera preferido a ellos. Entre resignado por haber corrido en balde y aliviado por el final de otra historia de miedo, el enano regresó al campamento refunfuñando para sí mismo junto a su querida Leiath.

Leiath se paró en seco ante la imagen de tan tremenda criatura. Si eso era lo que esperaba en aquella niebla, era bien cierto que no tenían posibilidad de sobrevivir. A no ser con algo de intervención divina.

Miró con tristeza el cuerpo que yacía inerte en la orilla del rio, miró con tristeza hacía la bruma imaginando las victimas que ya se había cobrado. Que Hala se apiade de sus almas ...- se escuchó entre las oraciones de la jóven bruja.

Sintiendose impotente, no pudo más que dar la espalda a aquella maldad y, junto con aquellos valientes guerreros que habían intentado detener lo inevitable, dirigirse al campamento para continuar sus labores y curaciones.

Tanto correr para al final ver como el cuerpo del tiburón se lo llevaba aquella extraña bestia que surgió en un abrir y cerrar de ojos de las brumas. 

Joder, tanto esfuerzo para nada- el guerrero ni se planteó la posibilidad de ir a por el cadáver que yacía en las brumas. Demasiado peligroso. Volvió de nuevo sobre sus pasos a la "seguridad" del campamento.

El perfumista detuvo en seco su carrera cuando el mediano acertó con la última de sus dagas. Lo habían conseguido. Pro fin el populacho les miraría con otra cara, aunque no es que le importara demasiado, ¿o sí?. La aparición del gusano gigante le dejó inmóvil y con la boca abierta. Trastabilló un par de pasos hacia atrás y a punto estuvo de disparársele la ballesta. No había manera de recuperar al mediano ni al cuerpo inerte del aguadero. Con resignación bajó la cabeza esperando a que Klasius se pusiera a su altura.

- Siempre hay un pez más grande.- El lo único que se le ocurrió decir. Una sensación de pesadumbre le invadió de nuevo al pensar que Nikeras podría estar aún vivo entre aquellas brumas. Cuando pasó el valiente mediano, Klasius, le dio unos golpecitos en la espalda en señal de apoyo.- Buen trabajo.- Sin más se encaminó al campamento.

Fosco desde la seguridad del campamento aplaudió al bicho enorme que se comió al tiburón WUAAAALA! VISTE ESO RUFUS!!!! Vaya carpa más grande... Era por lo menos así decía extendiendo los brazos ampliamente, poco le importaba que un mediano fuese engullido por el pescado aquel Le está bien empleado...por bocazas. Pero desde luego no iba a arriesgar su seguridad por aquella gente, notaba como les miraban. Tenían envidia de Rufus y Fosco... Así que el mediano se tumbó en el césped con una pajita en la boca.

Iba a replicar al noble por haberle robado a Trompicón pero lo único que pudo hacer la maga es recoger las riendas mientras seguía mirando con cara de curiosidad al gran gusano, aunque muchos podrían decir que realmente su cara era de estupidez. Maga estúpida… maga estúpida…insulta…. él ladrón…. Malandrín… hijo de…. Empezó a graznar Hollín pero Alice le cerró el pico con una mano. Tranquilo, no llames la atención, o es que quieres convertirte en comida de gusano. Le susurro al cuervo mientras empezó a recular hacia donde se encontraban los guerreros, Flame y el enano. La maga ni se preocupo del cuerpo del pobre aguador ni de la perdida del mediano.

Al ver al tremendo gusano apoderarse del tiburón y llevarse a Trevor me quedé paralizado un segundo y luego frustrado por no haber podido salvar al mediano. Era un imbécil pero tampoco merecía morir así.

Luché contra la imagen del tremendo gusano volador que tadavía estaba impregnada en mi mente para tratar de sacar el cuerpo del río pero el miedo era más fuerte.

Flame frenó en seco en cuanto vio a semejante criatura aparecer. Se había aliviado por ver caer al tiburón, aunque en cierto modo le había molestado no haber sido ella quien lo hiciera. Pero cuando vio lo que había más allá... Luego se dedicó a mirar la cara de los demás, parecían excesivamente sorprendidos por haber visto aquel ser. Es cierto que era grande y monstruoso, pero Flame había visto cosas más pequeñas a bordo del Miseria, cosas mucho más peligrosas, mucho más listas y mucho más desagradables.

Al menos aquella cosa no parecía que fuera a dar problemas, siempre y cuando supiesen permanecer quietecitos.

Finalmente, tras enfrentar sus miedos, Klasius regresa junto al resto del gentío.

Los pocos medianos que quedan de Vor Ziyden se agolpan en un corrillo: a partir de ahora cuidarán los unos de los otros, se impone la teoría de que Trevor murió por ayudar a conseguir agua para todos esos indeseables humanos. La camadería entre medianos y hombres ha muerto.

En una esquina, una mujer de cincuenta años llora desconsolada la muerte de Belic. Es su madre, por supuesto, que se ha quedado sola en un mundo cruel invadido por las Brumas y los monstruos del Horror. En el bando de los humanos reina el pesimismo y la tristeza.

La gente de ambas razas está quieta, ahí de pie, demasiado derrotada como para echar a andar. Una especie de minuto de silencio que dura más de sesenta segundos, y que nadie se atreve a romper para retomar la marcha... hasta que una figura empieza a vagar frenético, zigzagueando entre la multitud y parando a cada rato para preguntar a cada individuo. Es Lord Victor Watcher, que termina su deambular ante vosotros repitiendo de nuevo sus preguntas con cara de asustado.

¿Habéis...? ¿Habéis visto a mi hija? Se la dí a un anciano, un viejo hombre calvo, con ojos pequeños y nariz abultada. Con bigote. No le encuentro a él ni a Lovina. Es... Estoy preguntando. Nadie recuerda a ningún humano que se ajuste a la descripción. Pero si estaba con nosotros, es que tuvo que ser otro habitante de Vor Ziyden que huyó de los lobos, ¿no?

En los alrededores, la Capitana Mira Vanator rastrea las huellas en cunclillas. Se levanta y mira hacia vosotros negando con la cabeza. No hay huellas de nadie abandonando la seguridad del grupo, salvo las de Fosco y Rufus, y aquellos que avanzaron y retrocedieron por el camino durante el ataque del tiburón terlén. El anciano misterioso no se ha alejado andando.

Ay, Lov. Se llevaron a Lov...

Leiath se encontraba consolando a la desdichada madre de Belic cuándo escuchó la noticia de la desaparición de Lovina. Sabía que tendría que haber sido ella quien cuidase de la dulce huérfana durante la ausencia de su padre. Maldita sea! había fallado de nuevo por tomar una decisión errónea. Si tuviese la sabiduría de madre... a ella nunca se le habría descuidado aquel detalle.

- Lord Watcher!, deberíamos preguntar a madadme Eva, ella es adivina, ella lo sabrá...

- Yo sí lo vi. - Dijo el perfumista mirando alrededor sin éxito. Él tampoco veía al hombre en cuestión ni a Lovina, claro. Aunque no era el momento de ensañarse con el pobre Wachter, no lo pudo resistir, aquel hombre le caía cada vez peor.-A quién se le ocurre dejar a su hija a un desconocido...- Ya lo estaba viendo. Ahora tendrían que ir a buscarla  para que luego encima Wachter le tratara como una mierda. Aún conservaba esa nota que demostraba que la palabra de Lord Wachter no valía nada. Empezaba a pensar que sería mejor actuar como Fosco e irse a tumbarse a la bartola. Asintió a las palabras de Leiath con cierta diversión. -Sí la adivina sabrá.-Y lo vas a pagar caro, por supuesto. 

Fosco parecía que había encontrado su diversión. Monstruos marinos en ríos, un mediano que es comido y un coloso que se come a los otros dos. No contentos con esto ahora viene el payaso de Watcher. el mediano no pudo evitar unas risitas, disimuló como si hubiese sido Rufus Quieto, chico... La bruja no hace nada gratis y sus precios son... y guió un ojo con una sonrisa pícara. ¡Ay, Watcher! ¿Qué vamos hacer contigo? Es que me lo pones difícil. ¿Qué te dije la última vez que te vi? ¡¡Qué eres un padre HORRENDO!! Tres veces has puesto en peligro a tu hija, dos la he salvado... Te ayudaré, pero vete pensando como saciarme. Mi avaricia es más grande que tu incompetencia. Y sin levantarse se subió a las espaldas de Rufus y se puso a buscar rápidamente por el campamento. A ese viejo lo había visto, cualquier pista de como era el viejo o si había descuidado algo lo encontraría el mediano rápidamente a lomos de Rufus.*

Cuando se enteró de la desaparición de la niña, Babras volvió a montar en cólera. Sin embargo, esta vez sí parecía haber saltado algún pequeño y peligroso resorte en su maltrecha cabeza que lo enfureció sobremanera. 

-¡Hijos de puta! ¡SE LA QUIEREN COMER!

El viejo enano comenzó a bailar la cadena armada sobre su persona mientras se paseaba por el campamento abriéndose hueco rápidamente entre la asustada gente.

-¿Dónde ésta la chica? ¿DÓNDE... ESTÁ... LA CHICA? No me hagáis perder los estribos que os abro la cabeza a todos. ¡Vamos, escoria! ¿DÓNDE LA TENÉIS?