Partida Rol por web

Era ya de noche, la una de la mañana de un miercoles y Soma salía de trabajar de un garito de mala muerte cerca de los suburbios del distrito siete.

Para que nos vamos a engañar, el trabajo era una mierda y el sitio era una mierda, peligroso cuando menos, pero la peligrosidad para un guerrero entrenado como Soma no estaba a la misma escala que el de cualquier persona, los neotemplarios eran artistas marciales excepcionales, lidiar con borrachos o adolescentes buscando problemas era una tarea relativamente sencilla.

Pero Soma ya no era un neotemplario de servicio, la Orden ya no existía, su presencia se había esfumado de las capitales de todo el mundo y dada la fama de fanáticos religiosos que se habían ganado en las redes, muy pocos estaban dispuestos a contratarlos.

En aquel garito pagaban la noche a 100cr, en mano y sin preguntas, tal vez fuera poco dados los riesgos, pero estaba cerca de su casa y Soma no necesitaba un vehiculo para ir y volver, apenas eran 20 minutos andando.

Como la noche anterior, Soma cogió el dinero y partió hacia su casa, pero el destino tenía otros planes ese dia, unos planes que el joven neotemplario jamás alcanzaría a imaginar.

Caminaba por la acera con su capucha puesta y el traje de combate bajo una sencilla sudadera y unos pantalones anchos. El mandoble estaba a buen recaudo en su apartamento, no era plan de salir con a la calle o a trabajar con él. Bastaba con el puñal templario discretamente escondido entre la sudadera y el pantalon e incluso eso debía ser el último recurso.

En una parada de autobus, bajo la marquesina, Soma pudo ver a una joven albina preciosa, larga melena blanca, ojos azul claro y constitución delgada, no parecía tener ninguna parte de su cuerpo cybernetizada. Probablemente en ese momento Soma pudo recordar la belleza de las Sororitas, nacidas con genes seleccionados y pelo siempre blanco. Pero no, aquella joven no era una Sororita, su belleza era real, natural, su albinismo era real y la sonrisa que esbozaba mientras visionaba algun tipo de video en su movil, tambien.

Pero a pesar de lo que muchos pensarían, aquella bella mujer joven no fue lo que llamó la atención al neotemplario, almenos no enteramente, sino una escena que tenía que ver tanto con su antiguo trabajo como con el actual. Dos hombres esperando detrás de la marquesina que disimulan al paso de Soma, esperando a que se fuera, mientras la joven sigue entretenida mirando la pantalla de su movil.

Soma sabía de sobra lo que pasaría tras su marcha, o tal vez no.

Era una noche de mierda mas, para un día de mierda mas, nada había cambiado desde el cierre de la organización y el sueldo no lo merecía ahora que no tenía un hogar pero era simple lo que debía hacer y el como hacerlo era un simple entrenamiento para mi.

Al salir del trabajo nada mas que mis pensamientos me acompañaron, ellos y mi puñal pero dudaba darle uso, nunca fue realmente necesario, no obstante allí estaba, por mi "seguridad" si se podía llamar así, tampoco me importaba demasiado llevarlo de paseo pero no fueron ni mis pensamientos ni mis divagaciones las que me detuvieron...no, fue el maldito trabajo...

Cerca de una parada de autobus pude observar a una joven, su porte llamaba claramente la atención incluso a altas horas de la noche, una atención poco deseada, una que prefería tratar de evitar.

- Tch...- me queje con notoria molestia pues aún ni había llegado a la parada donde la joven se encontraba y algo me decía que debía quedarme con ella - malditas costumbres...- renegué entre ideas mientras empezaba a caminar hacia la parada
- bueno...tal vez pueda ganar algo de dinero extra...- concluí mientras llegaba a la parada y me apoye en uno de sus laterales interiores y cruce los brazos - ni siquiera necesito un autobus...- volví a pensar mientras observaba la carretera mientras esperaba ver algún indició del autobus, a lo que con una leve mirada de reojo observe a los hombres detras de la marquesina, una mirada fría y segura, hacía mucho que no sentía lo que era el miedo y esta vez, tampoco lo sentí.

Negué con la cabeza mientras les observaba y me mantuve apoyado a la marquesina asegurándome no perderlos de vista, Luego le volví a dedicar una mirada a la joven que estaba absorta con su movil, no podía negar que era hermosa pero...no estaba allí por eso, dejando a un lado el echo que le hacía compañía trate de distraerla de su movil durante al menos un instante.

- ¿Una noche tranquila? - pregunte tranquilamente, aunque la ironía estaba implícita en mi estancia allí aunque no era algo por lo que mencionarlo - ¿queda mucho para que el autobus llegue? - pregunte nuevamente con cierta curiosidad, no planeaba estar allí toda la noche pero tampoco podía dejarla sola - Estúpidas enseñanzas templarias - critique internamente mientras continuaba observando algún indició del transporte.

Presentarme no sería necesario, no pretendía llegar a tal nivel de intimidad, es decir, quien se presenta hoy en día siquiera, esos pensamientos pasaban de vez en cuando por mi cabeza mientras trataba de ignorar el cansancio del día y de que aún quería irme a dormir a mi apartamento.

- Ha...- suspire sin darme cuenta esperando que aquel día tan monótono acabase y poder comenzar uno nuevo...otro inútil día en el que vivir.

Universidad Nova Legatum. Viernes 13, hora del almuerzo.

Aquel dia el profesor Javier Rodriguez no tenía clases por la tarde, sin embargo se quedaría trabajando hasta la hora de la charla acerca de la Realidad Personal de Eva Shirokami en el auditorio del campus.

La conferencia podía no entusiasmarle demasiado, no había escuchado aquel nombre antes ni de la autora ni de la teoría, olía a psicología barata sin fundamento alguno, pero en Nova Legatum no eran tan torpes, no autorizarían dicha conferencia sino fuera algo realmente relevante. De otra forma perdería prestigio y eso es algo que una universidad tan joven no se puede permitir. Hasta la fecha, Nova Legatum se había ganado ya cierta fama de "innovadora" tanto para bien como para mal. Una pandilla de niños jugando a la ciencia a vista de las antiguas y prestigiosas universidades de Estados Unidos como Harvard.

El comedor de la cafetería era muy amplio, las paredes, sillas y mesas eran blancas y apesar de ser la hora de almorzar, ese miercoles no había demasaida gente, una prueba mas de que la conferencia en ciernes despertaba solo el entusiamo justo y necesario.

Pancho aun no había terminado su jornada, por lo que le había contado su amigo de la infancia, aquel año habían acudido hijos de granjeros como lo fueron ellos mismos hace unos años de todas las partes del pais, acostumbrados a un ritmo de estudio y condiciones bastante diferentes. Juan Lopez, o "Pancho" para su amigo Javier, estaría en ese momento corrigiendo trabajos a troche y moche o atendiendo de forma extraoficial a algun estudiante mas perdido en aquella carrera que un neotemplario en un club nocturno.

De pronto alguien sacó de sus pensamientos al profesor de neurología, nada mas y nada menos que una de sus alumnas que cursaba su materia por primera vez ese año.

Su nombre era Maria Campbell, una joven de apenas 21 años que no había pasado desapercivida para Javier, sus notas eran excelentes y había una madurez poco frecuente detras de sus frecuentes chascarrillos. Tanto sus brazos como piernas eran protesis cybernéticas muy realistas, hasta el punto que un ojo normal no lograría encontrar la diferencia sin tocarlas. Algo muy malo tuvo que pasarle para perder las cuatro extremidades, algo asi no es frecuente hacerlo por gusto o estética a menos que se requiera para un fin muy concreto. Y cuando se trata de un accidente, el trauma suele ser muy severo.

La joven colocó su bandeja en el sitio del frente al de Javier y se sentó con una sonrisa hacia su profesor.

-Maria- Hola, profesor. Que aproveche.

Ella había elegido un plato con arroz y pescado, para beber tenía un te bien caliente.

-Maria- Quería preguntarle algo, la conferencia de hoy ¿contará de alguna manera para su asignatura?.

Normalmente todos los profesores, para fomentar la asistencia a las conferencias, ofrecían presentar trabajos o resumenes de dichas charlas para aumentar ligeramente la nota. Pero esta vez, a propósito o por olvido, Javier no había especificado si haría lo mismo con la charla de hoy.

Javier estaba perdido en sus pensamientos y no se habia percatado de su presencia

Aunque las adaptaciones son increibles, su mente guarda secretos aun mas soprendentes, trabaja de una forma tan precisa que a veces podria parecer una maquina, sin embargo, cuando te habla, te das cuenta de que su mirada desprende una calided humana.

-Vaya Srta Campbell, en el fondo, esperaba verla aqui- Siempre me entusiasma la facilidad con la que encaja la informacion que recibe del exterior en todas las materias.

Intentando mirar disimuladamente sus brazos

- No, esta no contara para nota, recomende esta Conferencia porque la realidad personal es el campo donde se producen mas inversiones e investigaciones actulamente, es un campo fascinante para cualquier Neurocientifico, sin lugar a dudas la encontraras interesante -

Tras una breve pausa

- ¿ Que tal te va todo ?, ¿ya te has acostumbrado del todo a la ciudad? -

La red presentaba un tráfico inusual, Chell era cauta al contrario que su hermana pequeña. Los flujos de datos del distrito siete fluctuaban en direcciones poco frecuentes, los foros virtuales estaban abarrotados y los debates se sucedían. Puede que fuese desolador ver como un acotencimiento como la disolución de la Orden neotemplaria causaba una tormenta dentro de la red, pero en el mundo real la gente seguía sus vidas como si nada, inconscientes de la pugna insana por el poder e influencia que estaba por suceder.

La situación clamaba prudencia, mas de la habitual, Chell era consciente de ello. Pero ¿era esa la unica razón de aquel masivo flujo de datos generalizado?.

En el taller, cada hermana tenía su "sillón de dentista" para navegar por la basta red, protegido por multiples firewalls que ofrecían ciertas garantías a la hora de mantenerse con el perfil bajo y hacer alguna fechoría.

Chell recíen terminaba una sesión de 2.0 cuanto las tres cerraduras digitales de la puerta de su casa se abrieron y su hermana Claire entró por la puerta.

-Claire- Hola, hermanita.

Siempre con ropa opulenta, elegante y con un porte que decía de ella una edad muy superior a la real. Algo buscado, seguramente, a propósito.

Pero había algo inusual en ella, su brazo derecho parecía parcialmente incapacitado y su blusa presentaba en la manga de ese brazo lo que a todas luces eran impactos de proyectiles.

No dijo nada, puso algo de música desde los controles de su lugar de trabajo, caminó orgullosa hasta el sillón de la sala de estar y fue dejando con el brazo izquierdo una a una sus cosas, desde el bolso y su gorra, hasta la blusa dañada y su propio brazo dañado.

Chell sabía que las protesis de su hermana estaban mas reforzadas y poseían mas fuerza que las suyas, en detrimento de otras opciones mas variadas, hacía falta un impacto muy fuerte o la mala suerte de un daño muy localizado en el los tendones de titaneo elástico para inutilizar aquellos brazos.

Claire suspiró y se dejó caer hasta que su espalda llegó a tocar el respaldo del sillón, se la veía perfectamente bien y satisfecha al margen de aquel percance con su brazo, pero tambien parecía cansada.

-Claire- Hoy te toca hacer la cena. ¿Alguna novedad?.

Giró la cabeza para mirar a Chell con sus ojos a ras del respaldo del sillón.

Uff..

Cerré los ojos intentando ordenar mis ideas. Mi mente se debatía entre si fisgonear por la red y ver qué había detrás de tanto movimiento inusual, pues no podía creer que la disolución de una orden religiosa llevase a tal revuelo, o seguir centrándome en mis encargos.

Así que, como también me picaba la curiosidad de el por qué de la sonrisa de mi hermana, decidí pensar en ello más tarde, con la cabeza despejada, entonces de un giro, acomodé mi silla mirando hacia Claire, apoyando uno de mis brazos en el respaldo y las piernas sobre la mesa, la observé detenidamente antes de decir nada, fijándome en su blusa, una de sus favoritas, destrozada y no parecía importarle demasiado, reflexionando levemente sobre lo adulta que se ha hecho en tan poco tiempo y sin saber muy bien si estar preocupada o no, porque sabía que podía manejarse bien sola, pero seguía siendo mi hermana pequeña y en parte sentía que tenía que protegerla todavía.

"Extraño lo dulce que era de niña", pensé.

- Chell - ¿Novedades?. Creo que traes una cuantas contigo.- Sonreí.- Haré la cena un poco más tarde, ¿o tienes hambre ahora?.

Las palabras de Soma, en efecto, sacaron a la joven de la entretenida lectura que parecía estar teniendo en la pantalla de su móvil.

Apretó uno de los botones laterales y la pantalla del móvil se bloqueó, acto seguido miró a su alrededor ademas de a su interlocutor. Los dos sospechosos hombres encapuchados, como era de esperar, se fueron disimuladamente caminando, lo que era una presa facil había dejado de serlo por casualidades del destino, o no.

La joven analizó por igual la situación como a Soma, el cual pudo sentirse observado a muchos niveles desde aquel semblante tranquilo y amable. Incluso habiendo entendido en que situación se encontraba, se mostró mas calmada de lo que cabría esperar.

Aunque las apariencias engañan, Soma no se chupaba el dedo a esas alturas.

-Si, gracias a ti, por lo que parece.

Entonces sonrió ligeramente y prestó toda su atención a su acompañante temporal.

-Ya no pasan autobuses a esta hora por esta parada.

Señalo una pequeña pantalla empotrada en la marquesina que mostraba los orarios.

-Estoy esperando a mi hermana, está de camino a recogerme.

Una parada de autobus que no tenía tráfico a esa hora era un buen lugar para detener el coche y recoger a alguien, tenía sentido. Lo que no parecía tenerlo era la imprudencia de una aparente chica joven al andar por aquel barrio sola a la una de la mañana.

-Tu eres un neotemplario, ¿verdad?.

Volvió a sonreir esperando una confirmación a su especulación. No es que Soma tuviera pinta de ser uno en ese momento, pero una persona minimamente observadora podría fijarse en algunos detalles, como el traje de combate bajo aquella ropa holgada, el puñal escondido de manera discreta o los cayos en unas curtidas manos.

Aunque tambien podía tratarse de un simple mercenario, es mas, actualmente, lo era.

En cualquier caso, aquella joven tenía buen ojo, lástima que no lo usara para darse cuenta antes de la situación en la que se encontraba.

Despues de relajarse unos minutos en el sofá, volvió a levantarse y dejó su brazo derecho estropeado encima de la mesa de su taller, luego cogió otro, una protesis mucho mas simple para salir del paso y se la puso, ni siquiera estaba pintada pero la estética no parecía importarle ni mucho menos tanto dentro de casa como fuera.

En cuanto su ropa se la fue quitando, tirando su blusa, presumiblemente cara, a la basura.

-Lo que traigo es dinero.

Mostró entre orgullosa y ansiosa un chip de crédito de dudosa procedencia a la vez que esquivaba de manera elegante la pregunta. Luego introdujo el chip en su terminal, se puso el visor para inmersiones en 2.0 y procedió a un analisis rápido mientras daba vueltas en la silla giratoria en camiseta de tirantes y bragas de encaje, a la vez que susurraba para si misma.

-Veamos... apuesto mis gafas de sol a que tiene un virus... mmmm.... oh, por supuesto, spyware del bueno, que detalle por su parte jojojojo...

...bla bla bla... algoritmo de desencriptado... uh... este no... ¿este tal vez?...mmm... nah, demasiado lento, ¿que tal uno de cosecha propia?...  mmm... bingo "mothefucker".

Ya hacía tiempo que estaba en la época rebelde.

Al poco se quitó las gafas y se levantó de nuevo.

-Dos mil creditos fresquismos, hermanita. Y con esto te he superado este mes... otra vez.

Y se marcó un baile de cadera entre seductor y burlesco delante de su hermana mayor.

-Cenamos cuando quieras, yo voy a darme una laaaarga ducha.

Y entró en el baño haciendo "moonwalk" a la vez que lanzaba un descarado beso a su hermana con el brazo derecho recien puesto. Sus bragas y camiseta fueron lanzadas fuera del baño antes de cerrar la puerta, las recogería luego... o no.

El brazó derecho dañado quedó encima de su mesa, probablemente lo repararía mas tarde y conociendola aprovecharía parte de su reciente paga para añadirle algo, siempre añadía algo. Al lado del brazo prostético había muchas piezas y herramientas al igual que en la mesa de Chell, pero tambien había un cuidada y enmarcada foto impresa en soporte de papel de ellas dos con sus padres, ambas tan solo unas niñas sin la mas mínima noción de la realidad o previsión de la tragedia.

Claire ya no hablaba de ellos, hacía tiempo que no.

Tras aquel agradable o desagradable espectáculo (segun como se mire), Chell quedó sola de nuevo en su parte del improvisado taller/salón. Solo con el leve zumbido de los ordenadores y el sonido de la ducha mezclado con... nada, Claire se había sumido en el silencio desde que había abierto el grifo.

Sonrió resignada ante la negativa de Javier.

-Vaya, confieso que tenía planeado aprovecharme esta vez. Conozco a Eva desde hace...

Pareció dudar, como si los calculos fueran realmente complejos.

-... tres años mas o menos.

No lo dijo demasiado convencida.

-Se supone que cursamos el bachillerato en el mismo año, pero ella lo hizo en unos meses sin aparecer por clase y supongo que habrá hecho lo mismo con las carreras univesitarias y los doctorados. Ella es "de esas".

Superdotada a todas luces. Igualmente resultaba confuso que la mujer que venía a dar la conferencia fuera una chica de la edad de Maria mas o menos.

-Me ha hablado mucho se su teoría y por lo visto a fascinado a unos cuantos con ella. Aunque le aseguro que no todo el mundo está de acuerdo. No todos encajan bien una teoría cientifica que admite la posibilidad de la existencia de gente con "superpoderes", ya sabe, manejar cosas con la mente, controlar elementos etc. Esto le escuece a cualquier catedrático rancio de mas de setenta años.

Hizo una pausa y pareció disfrutar de su té mientras aun estaba caliente, como si ella misma tuviese frío en ese momento.

-Me mudé a la residencia de la universidad gracias a una beca, la verdad es que se está a gusto en este campus, todo es nuevo, todo es vanguardista, todo está automatizado... me cuesta acotumbrarme a esta rutina, de donde yo vengo no ha sido tan... fácil. Pero por supuesto no me quejo, solo se me hace extraño.

Tal vez antes viviera en algun lugar menos afortunado de la ciudad, era la conclusión mas lógica. Aunque teniendo todas las extremidades prostéticas podía estar refiriendose a otro tipo de dificultades, quien sabe.

-¿Usted de donde viene, profesor?.

Preguntó curiosa, desde luego era dificil imaginarse que Javier era un hombre "rural". Comió mientras escuchaba la respuesta.

Javier sonrió con nostalgia.

-Vengo de España, de La Rioja, tierra de vinos y verdes pastos, cuando era pequeño me gustaba mucho mirar los corderos subiendo a saltos por la montaña.....

De repente, se dió cuenta de que estaba marchandose al pasado otra vez.

-Disculpa, me emociono mucho cuando hablo de mi tierra, ¡Qué recuerdos!.

Javier tose, se masajea un poco la frente, respira y con un tono mas serio comenta.

-Su teoría es muy novedosa y plantea un gran debate futuro, estamos en un momento de grandes evoluciones tecnologicas, quien sabe, igual tambien es el momento de una evolucion humana, ¿No crees?.

La chica era audaz, eso no se lo podía negar, tras la marcha de los sospechosos transeúntes, me mantuve apoyado en el interior de la marquesina mientras observaba a la joven, sabía observar, que sacará semejante conclusión de los detalles era algo que podía sorprenderme, aún así me mantuve tranquilo, con aquella mirada serena mientras escuchaba su pregunta.

- Lo fui - respondí mientras me daba cuenta de lo torpe que fui con lo del autobus, cuando le quite importancia continué con aquella "confesión" que no fue sino una increíblemente acertada especulación - aunque ahora soy mas un simple mercenario...si puede llamarse así - añadí a la conversación, no muchos lugares contrataban templarios, teníamos nuestra...fama, una aveces no muy buena.

Luego divague entre ideas mientras la observaba, a lo que la curiosidad paso por tomar el control de mis palabras.

- Aunque tu...no pareces de por aquí - puntualice al dedicarle un vistazo a su aspecto tan...puro y a su obvia seguridad, lo normal hubiera sido que estuviera algo mas tensa y nerviosa o eso era lo que creía.

- Espero que a tu hermana no le importa que su hermanita este en esta clase de barrio - espete tratando de saber mas de mi acompañante mientras mataba el rato, un par de minutos mas tarde no cambiarían el hecho de que iría a mi apartamento mas tarde.

- Pero también deberías ser mas consciente de tu alrededor - replique con aparente indiferencia - el mundo esta lleno de monstruos...aunque no puedas verlos a simple vista - concluí mientras ahora alejaba la mirada de la joven para bajar la mirada dejando que mi capucha y mi pelo cubriera mis ojos.

- haaa...- suspire mientras tranquilizaba mis pensamientos, nuevamente volvía a realizar actos innecesarios por otros, una costumbre difícil de abandonar.

- ¿Como te llamas? - pregunte con curiosidad y con cierto inca pie para presentarme - Yo soy Soma - añadí como cortesía al reclamar por su nombre.

No sabía cuanto duraría aquella charla pero por lo menos, estaría entretenido.

Eva miró al joven como quien le agrada le que ve, no sin un toque de cierta nostalgia. Tal vez reconociendo que había amabilidad tras las palabras del ahora "simple mercenario".

-Lo cierto es que trabajo con mi hermana, tienes razón, no vivo por esta zona, pero hay algo que necesitaba ver in situ. Digamos que estoy terminando mi jornada...

Miró un segundo en la dirección en la que se habían ido los encapuchados.

-... y he terminado alargando la tuya.

No es que supiera del trabajo de segurata en un garito en los suburbios de Soma, puede que se estuviera refiriendo a su pasado de neotemplario, al fin y al cabo su principal misión era proteger.

-Aunque me temo que los "mostruos" no son exclusivos de esta zona, mas hacia el centro solo llevan trajes caros y pasan mas desapercibidos.

Mientras decía aquello un vehiculo de gama alta paró justo frente a ellos, Soma no pudo ver al piloto, el coche era muy bajo, un deportivo, tendría que agacharse y asomarse a la ventanilla para ver.

-Parece que mi taxi ha llegado, me llamo Eva. Ha sido un placer conocerte, Soma.

Pero apenas había dado un paso hacia el coche cuando se paró y volvió a girarse para encarar al neotemplario.

-Toma, desconozco si estás conforme con tu actual trabajo, pero si estas interesado en algo nuevo, ve a esta dirección y pregunta por mi, no puedo garantizarte nada, pero puede que ambos encontremos algo que buscamos.

Entregó a Soma algo mas propio de principios del siglo pasado que de la actualidad, algo simple pero que Soma no había visto en su vida. Era una tarjeta de presentación impresa en papel plastificado, muy simple y completamente blanca salvo por un texto corto por ambas caras. En una se podía leer "Eva Shirokami. Investigaciones Elysium" y en la otra había una dirección, no estaba cerca, pero no había que salir del distrito siete.

Luego subió al coche este se puso en marcha hasta perderse en la urbe.

María sonrió y miró durante un segundo a las personas de alrededor, comiendo enfrascadas en sus conversaciones y con la mente ocupada en sus propios asuntos y circustancias. Pero ahora si, Javier notaría un deje de nostalgia mezclada con tristeza.

-Conocí a un hombre que opinaba lo mismo, de hecho, creía en la evolución humana, en "la humanidad", mas que ningun otro. Él sabía inspirar a las personas de su alrededor.

Su lenguaje corporal decía de ella estar recordando algo que desperaba emociones en ella.

-Pero la gente ya no se hace preguntas, en general, todos vivimos sin hacerlas, no nos planteamos si realmente la tecnología nos da humanidad o la quita, si "esto"...

Dijo mostrando su brazo prostético.

-...nos hace mas humanos o nos "deshumaniza", si el rumbo de la sociedad es "correcto" al margen de ser eficiente o viceversa. Si una autentica Inteligencia Artificial puede tener conciencia o si realmente "querría" tenerla. Cual es el significado que hay detras de nuestro espíritu, nuestra conciencia y lo que puede implicar.

Las personas ya no se hacen preguntas cuando miran las estrellas, he tenido la oportunidad de conocer a algunos templarios y ellos, sí que miraban hacia arriba con un brillo en sus ojos que no puedo sino envidiar, pero incluso ellos terminarán por desaparecer con el tiempo.

Nadie se pregunta ya nada y como ha demostrado la historia de la humanidad, tanto la que se conoce como la que no se conoce, no lo harán hasta que sea demasiado tarde.

Y luego, nos lamentaremos. -Profetizó.

Volvió a mirar al profesor y relajó notablemente el gesto hasta volver a la sonrisa.

-En otras palabras, el momento de la evolución vendrá, queramos o no, la pregunta es ¿estamos preparados?. Mi amigo opinaba que sí, yo... no estoy tan segura.

Acto seguido comió con gusto de su bandeja.

-Si no es demasiado personal, ¿como acabó usted en su campo de estudio? quiero decir, no muchos encuentran su vocación en la neurología, es un terreno delicado y mas complejo que nunca en los tiempos que vivimos. Me considero buena estudiante, pero admito que su asignatura me está requiriendo  mas esfuerzo de lo que esperaba.

Confesó, ¿era tal vez una forma de hacer que Javier tuviese piedad en los exámenes? puede que si, pero era cierto que mas que nunca la neurociencia era como el umbral a un universo inexplorado.

Y peligroso.

Observe a la joven tranquilo mientras ahora su vehículo había llegado, no medie ninguna palabra, un mero capricho por tal vez una paga, no obstante no me había desagradado su compañía aunque prefería no mencionarlo, lo que me extraño que es se detuviera, para cuando me había extendido lo que parecía una tarjeta de contacto la acepte sin mediar palabra, leyendo con calma lo que decía.

- Lo que busco...- musite mientras leía la tarjeta, para cuando la joven se había montado en el vehículo, había guardado la tarjeta en el interior de mi chaqueta y observe tranquilo como se iba en el vehículo.

- Así que Eva...- dije para mi mismo mientras cuestionaba lo que había hecho - Tal vez esta no fue una mala paga - pensé mientras meditaba lo que había obtenido, no podía decir que adorara mi trabajo pero la intriga que me había dado la joven muchacha fue suficiente como para llamarme la atención.

- Supongo que puedo pasarme por allí - reflexione mientras metía las manos en los bolsillos de mi pantalón y me marchaba de aquella parada - Tal vez ella pueda...- me cuestione mientras andaba por las calles, ahora con un fin para un mañana, un día que por una vez...se salía de la rutina.

Una singularidad me había sucedido...y averiguaría a donde me llevaría...

- Un placer conocerte...Eva...-

-Desde pequeño siempre tuve grandes resultados academicos, gane muchos certamenes y concursos y siempre me decian eso de ''este chico tiene una mente brillante'', supongo que de tanto insistir al final te dejas llevar.-

Se me escapo una carcajada, nunca pense que fuese a bromear con una alumna.

Tomé aire y prepare el discurso, algo sencillo, pero en el fondo, es la base de todas mis preguntas.

-Ahora en serio, siempre me llamo la atencion el camino que la humanidad ha llevado, no tenemos armas naturales para defendernos ni un gran pelaje para protegernos del frio, sin embargo, sobrevivimos

Desarrollamos muchisimas cosas para hacernos la vida diferente al resto de especies y eso acabo haciendo que me interesase saber que hay ahi dentro, ¿que es humano?,¿es una forma de comportarse?, ¿una forma de interpretar la informacion?.-

Suspiré, ya habia tenido esta conversación demasiadas veces.

-Siempre he pensado que interpretamos de manera incorrecta nuestra humanidad y no se si estamos preparados, la primera vez que vimos a alguien hacer algo con la mano izquierda lo matamos...

Me acerqué a María, con una pose un poco tontorrona y una sonrisa pícara.

-¿No habra manera de que tu amiga nos explique esa teoría con mas calma y en privado? Yo pondre la bebida.-

"¿Cuándo se ha encerrado tanto en sí misma?." Pensé. "¿Y cuánto llevaba sentada ahí?."

Estiré mis brazos hacia arriba, notando cada una de mis vértebras recolocándose, los músculos adormecidos se desentumecían. Respiré hondo. Bajé los brazos lentamente, relajé el cuello y procedí a levantarme. 

Caminé hasta la cocina, abrí el frigorífico y lo revisé pensando qué me apetecía más, pero nada me convencía, quería algo que pudiese juntarnos como hace unos años frente a una película, y entonces se me ocurrió. Una sonrisa surgió en mi rostros y caminé alegremente hasta la puerta del baño, me apoyé de espaldas con la oreja en la puerta, se oía el agua caer, y por debajo salía algo de vapor, a Claire siempre le gustaron las duchas de agua hirviendo, "En otra vida debió ser un dragón", reí para mi. 

Piqué suavemente la puerta para no asustarla.

-Chell- Sé que me toca cocinar, pero, estaba pensando, ¿Te apetece pedir una pizza?.-

Mientras esperaba una respuesta, no pude evitar fijarme en su ropa tirada en el suelo, tuve que recogerla, para parecer tan adulta, aún se portaba como una niña.

-Chell- Bueno, piénsatelo, voy a echarte ésto a lavar; y ponte cómoda, podríamos tener una "noche de chicas", incluso podrías darme esos consejos de moda que siempre rechazo.-Bomeé.

De la que volvía hasta la cocina, vi de nuevo la prótesis de Claire en su mesa, la curiosidad me reconcomía, dejé su ropa en la lavadora, cogí un refresco del frigorífico, al abrirlo, del entusiasmo, me salpicó un poco, le dí un trago largo y me acerqué hacia la prótesis. Antes de examinarla, dejé el refresco en un sujeta-bebidas que habíamos instalado por comodidad para trabajar, me puse un par de guantes para no mancharme ni contaminar las piezas y coloqué la prótesis bajo la lupa de aumento, solo iba a ser un vistazo rápido, lo suficiente para saciar mi curiosidad, ya conseguiría que Claire me contase qué había pasado.

Examiné los conectores y las articulaciones, cuando llegó parecía bastante inutilizado.

"¿Habrá sido un golpe muy fuerte y se habrán soltado? O... ¿Por el contrario un disparo que había estropeado el mecanismo?, ¿Un hackeo?."Me reí."Imposible que hackeasen a mi hermana, había aprendido de la mejor." Pensé.

Me llevó más tiempo de lo inesperado, más bien, mi curiosidad no se saciaba, ni se sacia fácilmente; cuando quise darme cuenta, el sonido del agua precipitándose en la ducha cesó, y mi curiosidad se volvió nerviosismo, dejé rápidamente y con cuidado la prótesis donde ella lo había dejado, tiré los guantes a la basura, recogí mi refresco y decidí apoyarme en la encimera de la cocina, por disimular.

Claire contestó con el sonido del agua cayendo de fondo.

-Por mi bien.

Dijo con respecto a la pizza. Pero no dijo nada con respecto a lo demas, no almenos en ese momento.

Si Chell pedía el envío en ese momento, estaría allí en apenas diez minutos, sus gustos eran parecidos, no habría problemas con los ingredientes.

Por otra parte, Claire no mentía al decir que se tomaría su tiempo en la ducha, respecto a la camiseta de tirantes, se la había puesto al llegar tras el amparo del sillón, no estaba usada practicamente, valía con dejarla en un lugar mejor que el suelo, su ropa interior si era la que había puesto por la mañana.

Chell sabía que su hermana, al igual que ella, era meticulosa con su lugar de trabajo, donde otros veían desorden, para ellas era una armonía que debía respetarse.

Al coger el brazo de su hermana lo primero que llamó la atención a Chell fue su peso, probablemente había reforzado la capa externa y aumentado la potencia de los musculos casi hasta caracteristicas propias de un modelo militar. En cualquier caso eso no era el objeto del análisis, sino los cuatro agujeros de bala que tenía en total, y esa sí que era la parte preocupante.

La munición usada parecía perforante, "matacyborgs" como solían referirse a ella en los bajos fondos, aquel tipo de munición tenía una parte buena y una mala, la buena era que podía atravesar blindajes estandar de protéticos reforzados como aquel brazo, la mala que se trataba de munición pesada y requería de armas pesadas, si se cargaba en una subametralladora de mano por ejemplo, la recamará reventaría al tercer disparo, eso si estallaba por algun otro lugar antes. Irónicamente, podía usarse esta munición en revolveres pesados pensados para este fin, o en armas analógicas especialmente modificadas.

El brazo de Claire había dejado de funcionar por daños masivos, musculos y tendondes habían sido perforados, tan solo el esqueleto de titaneo rígido se había salvado y era lo que mantenía el brazo unido. Parecía haber usado su brazo de escudo contra aquellos disparos, pero lo mas preocupante fue cuando Chell identificó cuatro agujeros de bala, en dos de ellos el proyectil seguía dentro, para analizarlo necesitaría mas tiempo y extraer dicho proyectil, pero en los otros dos agujeros, había orificio de salida.

Chell seguramente podría obtener mas datos con mas tiempo y un analisis mas exhaustivo con ayuda de sus herramientas, pero en efecto, se escuchó como Claire cerró el grifo.

La hermana menor se había tomado su tiempo tal y como avisó, no solía tardar tanto pero aquel día parecía algo mas cansada a pesar de mantener aquella actitud descarada. Al salir ya se había puesto una muda, ahora vestía una sudadera roja bastante holgada y unos pantalones de tela fina negros, solía ponerse esa ropa para trabajar en su mesa.

Casi al mismo tiempo, el drón con las pizzas llegó y el olfato transportó a Claire hasta ellas para rapiñar rápidamente un trozo.

-Lo siento hermanita pero tengo que arreglar mi brazo, no quiero ir con esta mierda de recambio por la calle. Ademas, dado que los rechazas tan descaramente he renunciado a dartelos. Parece mentira que tengamos la misma sangre...

Rechazó "amablemente" la invitación de la "noche de chicas".

Luego lo primero que hizo fue tirar el interior de su cubo de basura con la blusa dañada al quemador junto al resto de lo que hubiera ahí. Acto seguido se sentó en su mesa de trabajo y se puso manos a la obra, realmente parecía correrle prisa. Cuando era necesario sostenía el trozo de pizza solo con la boca.

Aquella noche Claire no parecía muy habladora, inmersa en sus asuntos. Dejando a Chell tiempo de sobra para cenar y decidir si trastear ella tambien o simplemente irse a dormir pronto.

Al dia siguiente, el cielo estaba nublado, amenazaba lluvia tal vez. Soma no tenía vehiculo propio, debía moverse en transporte público, algo mucho mas común que el transporte individual para la urbe.

El lugar indicado era un edificio situado cerca de los límites del distrito 7 de Nueva York, un lugar lo suficientemente apartado como para no llamar la atención, pero a la vez, no pasar desapercibido.

El edifio era claramente moderno, probablemente menos de dos años y a su alrededor practicamente no había actividad o tráfico, al ser una zona relativamente nueva y de alto nivel económico, aun había muchos pisos y oficinas vacías.

Justo cuando Soma estaba en la entrada, una mujer salía con un paraguas, prevenida ante la inminente lluvia, miró durante un segundo a Soma y luego esperó a un lado mientras se encendía un cigarrillo.

Portaba un arma en su estuche y no precisamente ligera, probablemente un fusil de asalto pesado, sus piernas cybernéticas eran tambien llamativas, probablemente un modelo militar del alta potencia, preparadas para correr o saltar a velocidades dificiles de imaginar. Bastó un segundo vistazo para que Soma distinguiera una placa en su chaqueta, parecía ser de alguna fuerza de seguridad pero Soma no estaba muy al tanto de las mismas, solo podía leerse "Lepus".

La mujer no le prestó mayor atención y solo esperó fumando, probablemente alguien pasaría a recogerla.

El hall de aquel edificio era impresionante, estaba todo automatizado y no había nadie presente, una IA de administración era la opción mas probable, sobretodo tratandose de un edificio tan moderno.

En el recibidor, justo al frente había una placa metálica grabada en la que podía leerse "Homo ex Machina" y al lado una terminal de visitas donde Soma podía pedir su cita. La tarjeta que le entregaron no tenía mas especificaciones.

-Pues imaginese el dia en el que alguien cree una autentica IA. La que se puede liar.

De nuevo hablaba como si recordase algo. Estaba claro que el tema de la inteligencia artificial siempre había sido controvertido y había sido abordado de mil maneras por la ciencia ficción. Sin embargo el ser humano parecía mas determinado a la automecanización que hacia una inteligencia externa. Puede que por precaución, ineptitud o por ambas, aun en aquellos tiempos en los que había que ser muy habil para diferenciar un IA bien programada de una persona, el nacimiento de una IA con conciencia propia parecía seguir dentro del campo de la ciencia ficción.

Luego Maria respondió con picardía a la proposición del profesor, como quien propone algo obseceno y esto es bien recibido.

-Si un hipotetico sobresaliente en su asignatura se convirtiera misteriosamente en una matricula de honor y una recomendación en su area de estudio, puede que consiga esa cita.

Debe comprenderlo profesor, Eva es una mujer muy ocupada y no quisiera molestar a mi amiga si no es por una buena razón.

Todos salían ganando, Maria al igual que el profesor Javier sabía aprovechar las oportunidades.

Siguió comiendo mientras esperaba la respuesta y pronto pasó al postre, un pudin de vainilla bastante famoso de la cafetería.

-Aunque puede que ella no sea la persona que usted espera, pero no me corresponde a mi juzgar eso. Veré a ver si tiene un rato despues de la conferencia, hace unos meses que no nos reunimos en persona, es una buena ocasión.

Ahora trabaja en una agencia de investigación privada, como era de esperar.

Y era de esperar que en dicha agencia la cuidaran bien, inclusido en el sentido económico.

La mirada se me volvio a ir a la nada.

¿Tal vez no sea la persona que espero?, jamas esperaria encontrar una joven con tanto talento aqui ni en ningun sitio.

Lo pensé por unos momentos, un cambio de nota podria hacer que peligrase mi trabajo, pero esta investigacion puede lograr grandes avances en mis teorias y todas ellas estan por encima de un salario medio de universidad.

El potencial humano....

-Bien jugado señorita, pero eso lo decidirá tu amiga Eva, ahora tengo aun mas curiosidad.

Mire hacia la mesa y posé los ojos en la taza de cafe que habia delante de mi, le di unas vueltas a la cuchara y lo probé, se habia quedado frío, pero no importaba, estaba emocionado, dos mentes prodigiosas increiblemente jovenes que curiosamente, tienen un pasado en común.

Si eso no es una señal, que venga dios y lo vea

-María, ya que parece que hoy es el dia de conocerse un poco mejor, ¿de donde vienen tus ansias por el saber?,

no me entiendas mal, no es normal ver a alguien dedicar tanta energia en sus estudios, incluso yo tuve una etapa bastante loca y no fue hasta que empece a ver cosas extrañas cuando empece por que esto, por que aquello.

¿Por que estas aqui? Aunque la Neurociencia tiene un gran potencial, actualmente es mas trabajo de mecanicos que de medicos.-