Partida Rol por web

Marco quedo maravillado ante aquella inmensa criatura, aunque los ojos sin vida de esta lo sorprendieron al principio, antes de que Marco dijera nada la criatura reacciono ante la presencia como si supiera que tenia que hacer,¿como no lo iba a saber si llevaba el símbolo de Mystra en el propio caparazón? para todo servidor de la señora de los misterios , esa "planta" que devoraba u suprimía la magia era una de las mayores aberraciones que podían existir.
Con una impulso mental realmente innecesario Marco asintió.
Eso es, acaba con esa maldita cosa.
La agonía de la planta no inspiro ningún placer ni pesar en el clérigo, era lo que había que hacer, nada mas. Cuando todo acabo el Fungus reapareció y ante sus ojos vio la explicación de la falta de vida en sus ojos.
Un Golem, claro...
Cuando el pergamino empezó a arder, lo soltó al aire de manera tranquila para que se consumiera.
Gracias. Dijo tanto en despedida como agradecimiento al ser y a su diosa.

No había sido rápido, pero sin embargo el tiempo que tardó la consunción del ser vegetal por parte del otro, el Fungus invocado, le pareció a Alessëa solo un instante. Fascinada contempló como el extraño ente se enzarzaba en una lucha de poderes, como desaparecía el enviado de Mystra, sin por eso dejar de absorber la fuerza vital de la planta, que acabó por desintegrarse.

Aún con su Arco tensado esperó la reacción y la oportunidad del disparo, que no llegó. No, la Dama de los Misterios había enviado a un colaborador poderoso, y las brechas que se abrieron no llegaron a ser necesarias, antes quedó todo resuelto.

Bajó su arma lentamente, de nuevo, mientras el Pergamino se consumía, mientras el Fungus retornaba a la dimensión de la que provino. A su alrededor elfos y elfas vitorearon a Marco, y al grupo que lo había traído a través del Portal. Su mirada se cruzó con la de alguno de ellos, y ella les sonrió.

Ahora quedaba por ver si la Aguja Cristalina recobraría por sí sola su esplendor... Quizá fuera así, si así lo disponía Corellon, o quizá con la ayuda del Rey y la Comunidad élfica necesitaran algún tiempo para dejarla como antes.

Lo que estaba claro para la arquera es que esa no iba a ser su misión. Su nuevo hito tenía un nombre: Acerak.

- Un problema menos - las palabras salieron de la boca del lenauro casi sin que este se diera cuenta. Cautelosamente se acercó a la ahora semi-derruida torre con la antorcha en la mano, verificando que la magia siguiera funcionando en el lugar, antes de volver adonde sus extraños compañeros observaban la destrucción del ser anti-magia

Lentamente entregó la antorcha a su dueña y dejó que sus firmes patas se posentaran en el suelo - Esto es lo que provoca Acerak - murmuró - Por algo la Dama del Bosque no quiere que camine por Faerûn. Debemos encontrarlo y eliminarlo antes de que siga haciendo daño -

Askritt, en realidad, no tenía ni idea de por donde empezar a buscarlo, pero sabía que ese sería su objetivo. Con cuidado miró a todos los presentes, esperando encontrar en ellos las mismas ganas de destruir a nigromante que lo embargaban a el - Espero que me ayuden a encontarlo... y eliminarlo. Visto lo que puede hacer, está claro que necesitaremos toda la ayuda posible. Espero que Uds sean parte de esa ayuda. No creo que pueda conseguirlo solo con mi cimitarra - reconoció apenado - Pero entre todos... -

Esto y mucho más, noble lenauro. Replico el erudito acentuando sus palabras.
Ese necromante, ha causado la muerte de uno de los jóvenes y nobles aprendices de mi templo...y la desaparición de un segundo. Ya os he dicho que los ayudaré a buscarlo, solo que...extrañamente....no he podido averiguar en donde se encuentra! En donde está la necropolis! ...

Nada. Las adivinaciones acerca del necromante han fallado tanto como cualquier investigación sobre la señora oscura... Meditó. El mago, el adivino, necesitaba encontrar respuestas en otro lugar.

Adivino que todos aquí presentes, han sufrido el mal de Acerak de una u otra forma. Supuso el estudioso mago.
Alguien acaso sabe donde comenzar? En donde encontrar las respuestas?... interrogó a los presentes.

...Debemos partir de inmediato; en busca de Acerak!

Aparentemente ajena a la importancia de lo acaecido, Drysiel jugueteaba entre compungida y maravillada con el dragoncillo. Sin embargo, el nombre de Acerak le devolvió la consciencia:

-Estoy dispuesta.- dijo incorporándose -Hay una cuenta pendiente que saldar.- añadió.

Se giró con decisión hacia el extraño erudito que se había metamorfoseado en alguien mucho más oscuro. Asintió, y desvió la mirada hacia Drysiel, para volver a clavarla en los ojos del encapuchado.

-También yo estoy dispuesta. Ella es mi motivo, más que los peligros que acechan. En cuanto a cómo encontrar a Acerak... el propio Corellon nos habló de un medio, si no estoy equivocada. Hay que buscar primero a alguien.

Cerró los ojos, recordando la voz musical del dios, y su rostro radiante. Al hacerlo también sus facciones refulgieron, y su belleza serena se magnificó. Cuando los abrió de nuevo las pupilas verde esmeralda chispeaban.

-Él dijo que habláramos con Calaf, aunque no sé quien pueda ser. ¿Alguno de vosotros le conoce? Dijo que una vez derrotada esa entidad devoradora de magia deberíamos volver al Santuario de Acerak para impedir que pueda llevar sus planes a cabo. Que antiguos pactos le impiden ir por sí mismo. Busquemos a ese Calaf...

Si sigue ocultándose en su guarida, algunos de nosotros ya hemos estado allí - respondió el explorador sin devolver las espadas al cinto. De hecho ni siquiera había vuelto la mirada hacia aquellos que hablaban, pues su mirada seguía puesta en la torre - El problema es que llegamos a ella utilizando los mismos medios que para venir aquí, así que no creo que nos sea posible encontrarlo de otra forma.

Aquellas palabras ya indicaban su intención de acompañar al resto en su búsqueda de Acerak. Eso lo había decidido ya en Aguas Profundas, pero ver la aberrante criatura que había mandado el nigromante, sólo había hecho que se afianzara su decisión.

Era su destino volver a enfrentarse a aquel ser surgido del mismísimo infierno, aunque no podía confiarse pues sabía muy bien que Acerak siempre jugaba con las cartas a su favor.

- Acerak escribió una profecía hace muchos años, cuando aún caminaba por este mundo en forma mortal. La profecía me fue dada a conocer ayer mismo, porque sus términos se están cumpliendo. Yo iré a buscar a Acerak, mi deuda pendiente con él tiene varios lustros, pero no creo que todos debamos ir a buscarle, hay que acabar con sus planes aquí mismo, mientras otros vamos a buscarle. Está la desaparición del Rey Enano, los enanos no deben quedarse sin Rey, o si hay guerra no tendrán líder. Alguien debe buscar al Rey o encontrar su cadáver para que pueda haber un nuevo Rey. También hay que investigar el montículo que fue el cuerpo de un Dios muerto, Moander, y restaurar esta Torre, dado que supongo que si el enviado de Acerak la atacó habrá sido por algo. Y restaurar las defensas de esta ciudad, ahora que el inmudo ser que se nos escapó tiene la llave de las convocaciones, la capital de este reino no está segura. También se deben movilizar todos los recursos para defender las ciudadades de los no-muertos, necesitaré que alguien lleve una carta mía a mis superiores, los sacerdotes de Pelor y Lazhánder ayudarán en eso, toda su vida han estado preparándose para eso. Y por último, queda ir a buscar al mismo Acerak y acabar con su no-vida para siempre. Muchas cosas para tan pocos elegidos.

Marco se acerca al grupo que habla con la niña cargada en los brazos.
El nombre que mencionáis no me es conocido, pero si suya es esta obra que hemos presenciado no siento mas que aversión hacia el, nada me gustaría mas que ir a perseguir a este, pero hace poco que esta pequeña y yo sobrevivimos a una desgracia y soy lo único que le queda, no puedo dejar atrás esta responsabilidad

- Muchos objetivos y pocos candidatos para cumplirlos - comentó el lenauro ante la ennumeración de lugares de la clériga. lentamente repitió mientras contaba con los dedos - Los enanos, Moander, esta la torre y la ciudad y finalmente el resto de las ciudades de Faerûn... Sin contar con encontrar a Acerak en su propia guarida. Casi nada - El semicelestial se encogió de hombros sin querer reconocer la enormidad de la tarea que se estaban echando encima.

- Quizás aquí exista magia y poder para recuperar la torre y rearmar las defensas de la ciudad, pero para el resto... son muchos objetivos... deberíamos decidir, entre ellos, cuales son los más urgentes. Quizás ese tal Calaf que nombró el señor de los elfos nos pueda dar una pista... si supiéramos donde está -

El adivino susurró en su mente el nombre...Calaf...un elfo...
Tal vez debiéramos regresar por el portal a Aguasprofundas, y dirigirnos ahora al fin, al consejo de elfos. Ellos deberían recibir el pergamino verdad Yalashad? Y quizás puedan describirnos lo suficiente a Calaf si es que lo conocen...Asi, yo podría encontrarlo

Cuando apareció el golem, Yal se quedó estupefacto al ver esa......cosa aparecer de la nada. Durante el poco tiempo que permaneció como "despistado", le dió tiempo a acarcarse un poco Juajuajua, cómo mola este perro. Al empezar a moverse hacia la planta, hizo que Yal se quedara parado, mientras observaba la batalla un tanto alucinado.

Por fin, cuando el perro volvió y se vieron sus "tripas", una nueva sonrisa se iluminó Si eso lo ha hecho alguien, también me podrían hacer uno para mi, jijiji, que guay sería ¿verdad Ikritt? digo girándome hacia el pequeño dragoncillo.

Estos pensamientos se fueron rápidamente, como tantos otros, al oir hablar al resto de los planes. Con cierta curiosidad, me acerco a escuchar atento lo que tienen que decir, demasiado acostumbrado a que tomen decisiones que me conciernen sin mi opinión.

Parece que ese Acerak se esta tomando demasiadas molestias, y si bien la situación aún no es desesperante, puede llegar a serlo si no le paramos los pies.  Los míos y yo nos encargaremos de reforzar las defensas de la ciudad y la de nuestros aliados, previniendo otros ataques similares, asi como reparar el daño que ha causado aquí. Respecto al resto de la profecía, estaría bien intentar encontrar a su Rey –dijo señalando hacia Grok y Rogan . – Si hay alguna forma de hacer que no se cumpla la profecía, hemos de hacer todo lo posible.

 Se el daño que ese ser le ha hecho a una de mis hijas –Dijo mirando a Drysiel, al tiempo que se acercaba a ella y le ponía una mano en el hombro de forma paternal. – No dejes que la venganza guíe tu corazón, recuerda que el camino del lado oscuro esta adoquinado con buenas intenciones, peor que una vez que lo has pisado es difícil salir de el. –Poso una mano sobre el corazón de ella. – Se que debes ir y detener a ese engendro del infierno, pero no dejes que eso te cambie, cuando todo acabe sabes que aquí tienes tu hogar.

Las motivaciones del resto no se cuales son, pero envío con vosotros a dos de mis hijas. –El rey se acerco a Alessea. - Hija, se que no va ser fácil, y si pudiera ir yo mismo en vuestro lugar. –Dijo señalando a Drysel y Alessea.- Sabéis que iría, pero tu destino esta escrito desde mucho antes que nacieras. Cuidad bien la una de la otra y cuando volváis vuestros hermanos y yo os estaremos esperando.

Mientras escuchaba atantamente, noto cómo alguien me empuja ligeramente con algo que pincha.

Con un auu me giro para ver a Rogan con su lanza azuzándome, haciendome señas como de entregar algo al tipo que está hablando. Tras unos segundos de intercambios mudos, y otra punzada de su lanza, decido avanzar tímidamente mientras saco la carta del bolsillo donde la tenía guardada.

Pe....perdone, creo que esto es para Usted digo girando la cabeza hacia Rogan, no muy convencido

Alargó la mano para coger el pergamino.- El aviso llega demasiado tarde. -Dijo despues de leerlo.  - Os agradezco vuestra ayuda, si puedo hacer algo por vosotros solo tenéis que pedirlo.