Partida Rol por web

El erudito calculaba cada detalle en su mente. Al mismo tiempo, otra parte de su cerebro observaba y escuchaba todas las discuciones y posturas. Cuando Yalashad volvió el rostro atrás mientras se acercaba peligrosamente al portal, un chillido sonó a oídos del adivino.
Su pequeño y astuto hamster, Cartucho, saltaba de un lado a otro sobre su hombro chillandole al oido e incluso señalando al mediano y al portal.

Malkar, al descubrir lo que estaba por ocurrir, salió de su ensimismamiento y se lanzo en pos del pícaro.

CUIDADO! Vas a llevarte el pergamino con la adver...!

Devolvió con efusividad el abrazo que le otorgaba su padre. Se negaba a pensar que fuese un gesto de despedida, al menos de una permanente. - Claro que volveré. ¿No lo he hecho siempre? Además, puedo asegurarte que, pese a ir en busca de aquel que nos humilló una vez, no hay lugar más seguro que rodeado de todos aquellos a los que ves.

No conocía a la mayoría de los presentes, pero tenía claro que Grok, Rogan, Askritt y Yal, eran de las personas con más valentía y fuerza que había conocido. Si encima contaban con la ayuda de los dioses, puede que esta vez el resultado fuese comepletamente diferente.

Mientras abrazaba a su padre, observó la partida de Askritt y a Yal pisándole los talones, mientras le iba echando una reprimenda.
Entonces una voz se alzó entre toda la algarabía presente, reconociendo al portador de ella. Cedric no pudo evitar sonreir ante el suceso....Malkar aún tenía mucho que aprender con respecto al trato con el mediano. Este último siempre era capaz de sorprender a cualquiera, incluso a sí mismo.

Debo irme - dijo finalmente al separarse lentamente de su padre. - Creo que mis manos pueden ser de ayuda allá donde lleve el portal.

Miró a su progenitor detenidamente, como si quisiera grabar en su memoria cada detalle de su rostro, y se volvió hacia el portal, atravesándolo.

Unas últimas palabras se escucharon de boca del explorador, con una voz que parecía provenir de algún lugar remoto - Vigila por si regresa Naruk, y cuídale hasta mi regreso.

Lentamente el extraño ataque de esquizofrenia ominosa del monstruo desaparece, apenas sí advertido por el resto de los presentes. Cuando Drysiel vuelve en sí, mira a su alrededor como si aquella manifestación de héroes locales fuera algún tipo de atreacción de feria brotada como setas en el lugar más impensable... que de hecho no dejaba de ser precisamente lo que era.

Tras agitar de nuevo el morro achatado, aún bajo la sensación de que su mente seguía jugándole malas pasadas y por eso tenía visiones, finalmente se convenció de que en realidad era parte de su nueva y desconcertante vida y se resignó a la situación pensando que, después de todo, ella tampoco era tan rara... al menos no entre todos estos.

Entonces, sintiendo la cálida cercanía de su hermana, llevó a la cintura de ésta una de sus portentosas garras y dijo en un susurro:

-Alessea, vámonos... estge sitio no me hace ningún bien.- pronunciaba con la típica incomodidad de quien odia estar en público y se sabe ante una multitud.

Acto seguido la bestia dio dos breves zancadas hacia el lugar en que había desaparecido el mediano y se esfumo como éste.

Si su padre le respondió alguna cosa, Cedric ya no llegó a oírle al haber cruzado ya el portal.

Las dos ultimas figuras que pasaron por el portal antes de que este se cerrara fueron Grok y Rogan las cuales aparecieron en medio de un rico y fabuloso valle,  las casas estaban trabajadas en el paisaje, mezcladas con plantas que crecían en el lugar y formando una serie de bellas arboledas, pequeños valles frondosos y vistas encantadoras. El Gran Valle de Evereska y el muro de la ciudad alojaban la mayor concentración de elfos lunares que permanecen en Faerun; era un lugar donde se cultivaba la belleza y donde muy pocos forasteros eran bien recibidos.
pájaros, gatos y pequeña fauna silvestre de todo tipo eran numerosos, incluso dentro de la misma ciudad. Hay una increíble diversidad de árboles poco frecuentes fuera del Valle. Los más comunes el roble, boxwood, el nogal, shadowtop, duskwood, bluetop y árboles hojasazules, que eran esculpidos por los mágicos evereskanianos, una guirnalda más del valle en su real follaje azul.
Rodeado por la Muralla del Prado, el centro del valle tenía un anillo interior de pequeñas colinas. Las tres colinas más altas, conocidas como las Hermanas, formaban un triangulo prácticamente regular alrededor de la ciudad de Evereska. Las colinas eran rotas por el río Aguas Cantarinas, el cual fluía a través del lado occidental de la ciudad. Excepto cuando estaba oculta por la neblina o la fina lluvia procedentes del moribundo mythal durante el sitio de los espinardos, la ciudad en si misma era una maravilla de presenciar, comprendida por una serie de jardines de césped y terrazas arboladas con cristalinos riachuelos que desembocaban en pequeños charcos y fuentes. No había calles propiamente dichas, pero si caminos zigzagueantes, algunos de los cuales se hallaban cubiertos de vegetación y la flora local. Notas musicales, cantos y pequeñas criaturas del bosque llenaban el aire pero sin llegar a ser algo molesto.
Muchas casas eran trabajadas en el propio paisaje, mezclándose con el crecimiento de las plantas y dando lugar a una serie de bellas emergencias, depresiones y vistas espectaculares. Otras son espléndidas mansiones con muchas agujas y balcones que ascendían a través de los enormes árboles. Finalmente, algunas casas abandonadas. AL menos asi debería a ver sido, por que ahora este valle de ensueño ahora estaba plagado de cuerpos de elfos muertos y ante ellos la aguja de cristal, la magnifica torre de  la que se rumoreaba era a morada del mismisimo Corellon, pero ahora presentaba un aspecto apagado, como el de una roca vieja y gastada, y pegada a ella había una enorme de cuerpo palpitante pegado a ella

-Hermana, he escuchado palabras preocupantes a través de la cortina de sangre que acosa mi cabeza. ¿Es cierto que hemos venido aquí al encuentro de una cura para nuestro pueblo, destilada por el propio señor de los elfos? ¿Es verdad que nuestra tierra sufre de nuevo bajo el empuje del maldito bastardo que me hizo esto?- entonces, mirando de lado hacia ninguna parte, con el gesto compungido, añade aún más suavemente -Yo... siento haberme marchado; él... él conoció a Eanor.- termina dirigiendo el rabillo de sus inquietantes ojos hacia Yalashad con una mirada depredadora.

Tras el habitual síntoma de naúseas provocado por los viajes dimensionales, no puedo evitar abrir la boca ante la belleza que se presenta ante mis ojos. A pesar de la situación en que se encuentra ahora, me lo podía imaginar en su máximo esplendor. Pasé los siguientes minutos mirando hacia todos lados, observando maravillado, hasta que oía a Drysiel.

Cerrando la boca y cambiando la expresión me acerqué a ese "ser" si, yo le conocí. No tanto como me hubiera gustado pero sí lo suficiente para saber que no debería de haber acabado así. Si lo deseas te contaré todo lo que nos ocurrió y lo que vivimos desde nuestra reunión casual. Quizás la información te permita un poco de paz en tu cabeza dice un poco triste ante el sufrimiento de esa cosa que una vez fue la mujer o amante de mi amigo elfo

El lenauro observa la conversación entre Yal y la ¿elfa? y no sabe como reaccionar. Por un lado fue el quien puso en riesgo al pequeño mediano al informar a Drysiel de que lo conocía, pero por otro...

Rápidamente eleva la mirada y busca la torre de Corellón. Elevando su enorme cuerpo gracias a sus alas está tentado de dirigirse nuevamente hacia la torre infectada por la extraña planta, pero recuerda el efecto que esta le caussó a sus pertenencias y retiene un momento su acción - Por cierto... luego pueden hablar, pero ahora, creo, tenemos un problema mayor - comenta mientras la señala - Esa cosa evita la magia y se regenera. Creo que necesitamos a ese famoso Fungus si queremos acabar con ella -

- Marco, las leyendas hablan de un monstruo mítico que Mistra creó para enfrentarse a esta aberración comedora de magia. Y esas mismas leyendas hablan que sólo alguien que haya recibido las bendiciones de la propia diosa en persona puede llamar a esa cosa. Corellón te señaló a ti como la persona adecuada para hacerlo. Creo que es tu turno.

Alasa hablaba ahora desde dentro de los brazos de Grok, a quien había ayudado a ponerse su armadura de combate y volvía a ser el licántropo de maś de tres metros que algunos habían visto en acción. Este se mantenía pegado a la pequeña clériga -de menos de la mitad de su altura- y cuando no hablaban a los demás, ambos hablaban constantemente entre ellos.