Partida Rol por web

En busca del Templo del Mono

4~ El Palacio del Tigre

Cargando editor
28/02/2019, 12:29
Gao Habla-de-Más

El desconocido estalló en carcajadas, agarrándose la tripa con las manos mientras echaba su cabeza hacia atrás en un gesto tan exagerado que bien podría parecer que ib a darse con la nuca en la parte baja de la espalda. Sin embargo, no se dignó dirigirse a ti, sino que continuó hablando con Mei Ling.

Desde luego, no es una "simple" aldeana, no. Ninguna que yo haya conocido hablaría de esa manera, especialmente encontrándose dentro del Palacio del Tigre. -La mujer abrió sus labios, dispuesta a decir algo, pero el desconocido continuó hablando, interrumpiendo lo que fuera a decir- ¿Cómo te encuentras, Bei Ling? ¿Ya mejor? ¿Tomaste la medicina que te entregó mi maestro? Se supone que eso debía mitigar los dolores... -Comentó, tomándose la libertad de poner una mano en el vientre de la mujer, que se sonrojó ligeramente, apartando la mirada. No obstante, no hizo el menor amago de impedírselo- Puedo pedirle que te consiga más, vamos a pasar la noche aquí, y puede que la de mañana. Se reúne el Puño de la Estrella del Sur, y ya sabes cómo se ponen los viejos cuando empiezan a hablar de sus cosas... Y además, ahora está ese asunto del espíritu de la Madre Esmeralda del que todos hablan...

Cargando editor
28/02/2019, 12:36
Mei Ling

Mei Ling volvió a mirar a aquel desconocido al nombrar al espíritu de Gaia, prácticamente sobresaltada. Te miró, compungida, y volvió a mirar a aquel hombre, tomando cuidadosamente su mano por la muñeca y apartándola de su vientre, aunque sin soltarla.

E-es ella... -Susurró, llena de vergüenza, señalándote con la mirada. El desconocido se giró, confuso, te miró, te recorrió de arriba a abajo, y volvió a mirar a Mei Ling, negando con la cabeza y encogiéndose de hombros, sin comprender- Ella es el espíritu de la Madre Esmeralda... Rui Wu-San, éste es...

Cargando editor
28/02/2019, 12:40
Gao Habla-de-Más

El desconocido volvió a girarse, bruscamente, al insistir Mei Ling en quién eras. Cuando la mujer intentó presentarle, sin embargo, el joven la interrumpió mientras se inclinaba en una compleja reverencia con la que su rostro terminó oculto bajo su largo cabello.

¡...Su humilde servidor, mi señora! -Exclamó, como finalización de la frase que Mei Ling había iniciado- ¡El espíritu de la Madre Esmeralda! Cuánto honor... Mi nombre es Gao Habla-de-Más, y en respuesta a su pregunta... Sí, ¡claro que me he colado! Podría haber entrado por la puerta principal junto a mi maestro, pero ¿qué gracia tendría? -Comentó con aire jocoso, apartando el cabello de su rostro como si fuera una simple cortina, y mirándote con un gesto divertido.

Cargando editor
04/03/2019, 22:06
Rui Wu-San

Aquel desconocido ignoró completamente mis preguntas, pero no se cortó lo más mínimo en hablar sobre mí con Mei Ling. Mi rostro se agrió aún más, molesta, mientras aquel hombre continuaba hablando con la joven. A pesar de ser un impertinente y un altanero, al menos parecía preocuparse por Mei Ling. Me llamó la atención las libertades que se tomaba con la muchacha, a quien tocó el vientre sin pedir permiso alguno, haciendo que me preguntara a qué se debía aquello.

Terminé dejando de observar la escena para mirar a mi alrededor, mientras el parlanchín intruso continuaba hablando de cosas que no comprendía sin dejar hablar a la joven. Trataba de encontrar algún lugar por el que fuera posible escapar, pero a simple vista no lograba ver nada.

Fue al escuchar la mención al espíritu de la Madre Esmeralda cuando me volví a girar hacia ellos, viendo cómo Mei Ling me miraba compungida. Aquello me dejó claro del todo que el desconocido estaba hablando de mí. La joven trató de hacérselo saber, pero el hombre no comprendía qué quería decirle esta, y Mei Ling se vio obligada a ser aún más clara; queriendo presentarme después al joven.

Pero antes de que esta lo hiciera, el la interrumpió, presentándose como mi humilde servidor mientras se inclinaba en una reverencia. Enarqué una ceja, sin comprender tanta exageración por mi presencia. Entonces sí, al saber quién era, me respondió a las preguntas que le había formulado, terminando de hacerlo con humor.

- Levántate, esto es absurdo. - dije de mala gana. - Habla-de-más... ¿Eso significa que eres un hombre tigre? ¿Cuántos tigres viven aquí a parte de Bingbing. - miré a Mei Ling con aquella segunda pregunta.

Caminé hasta una silla y me senté, prácticamente dejándome caer sobre esta. Además de asustada, estaba mentalmente agotada. Cuando parecía comenzar a comprender algo, aparecían cosas nuevas que desconocía pero que todos parecían saber. Me trataban como si fuera alguien importante para ellos, pero no era más que la última en llegar a aquel “mundo” que aún me era demasiado desconocido.

- ¿Puedo preguntar qué es el Puño de la Estrella del Sur? - dije mirando a Gao. - ¿Y qué quiere decir eso de que todos hablan de mí? ¿Qué dicen?

Notas de juego

He supuesto que no hay ventanas ni nada similar por donde poder intentar escapar, si no es así ya me dirás.

Cargando editor
07/03/2019, 19:12
Gao Habla-de-Más

El joven se alzó tan rápidamente, que te asaltó la sospecha de que tu petición no había tenido nada que ver con que lo hiciera, sino que ya pensaba alzarse igualmente. Lo hizo, de hecho, con un gesto divertido, sacudiendo bruscamente su cabellera hacia un costado, y llevándose la mano a la cabeza para empujar dicha cabellera hacia atrás. Sin embargo, cuando le preguntaste si era un hombre-tigre, te miró con los ojos desmesuradamente abiertos, miró a Gong Li, y estalló en sonoras carcajadas. Incluso la mujer se cubrió los labios con una mano, tratando de disimular su risita.

JAJAJAJA, ¿yo, un tigre? ¡No! Por favor, no. ¿Te imaginas, Mei Ling? -Preguntó a la mujer, quien intentaba mantener la compostura- Entonces sí que tendría problemas para entrar y salir de este palacio a voluntad. Los tigres no se soportan entre ellos mismos, jaja, forma parte de su naturaleza. Al igual que nosotros, se les da bien descubrir cosas, pero tienen la mala costumbre de callárselas para sí mismos y tratar de resolverlo todo personalmente. Es poco eficaz, creo yo, aunque les reconozco que suelen tener fuerza y valor para respaldar u errónea decisión. -Indicó cruzándose de brazos y llevándose un dedo a la barbilla, pensativo- En fin, en este palacio sólo hay un tigre Khan, el Señor BingBing. Yo, por mi parte, formo parte de otro de los pueblos que moran entre la tierra de los hombres y el cielo de los dioses. -Indicó con magnificencia exagerada, extendiendo los brazos hacia el techo- Soy un hombre-cuervo, un Tengu.

Mientras avanzabas hacia el asiento, Mei Ling te siguió, y te pareció percibir que en un momento dado hacía un gesto de dolor sujetándose el vientre. Gao, en cambio, se movió por la habitación, acercándose a un mueble y abriéndolo como si buscase algo en su interior. Finalmente, sacó una cajita con aire inocente, como un niño que comete una travesura, y se acercó a vosotras, abriéndola. En su interior había unos dulces redondos, de unos diez centímetros de diámetro y unos cuatro o cinco de espesor.

¿Pastel de luna? -Ofreció el Tengu.

Sabes que el pastel de luna es para acompañar el té, Gao... -Protestó sin mucho entusiasmo Mei Ling.

Tonterías, los dulces son para endulzar, y cualquier momento es bueno. -Insistió el hombre-cuervo, agitando aquella caja para que cogiérais uno- Respecto al Puño de la Estrella del Sur, es un respetado sentai montaña al servicio de las Cortes de la Bestia, a las que yo también pertenezco. -Explicó el joven, que torció el gesto al carraspear Mei Ling- Bueno, prácticamente. Pronto me presentaré a las ceremonias y seré asignado a mi propio sentai. Espero ser hoja, aunque seguro que también sería un gran pilar... -Meditó en voz alta- Bueno, el caso es que el Puño de la Estrella del Sur es el sentai de BingBing, del que forma parte como Puño. Mi maestro también forma parte de él, por eso visito este palacio de vez en cuando, acompañándole. Así conocí a Mei.

Un sentai es una "manada", un grupo de hombres bestia que trabajan juntos. -Intervino Mei Ling, hablando con dulzura y paciencia- Hay de dos tipos: los ola, que son temporales y se forman únicamente para un cometido especial; y los montaña, más formales y respetados, y de carácter permanente.

Sí, eso. -Corroboró el Tengu, dándose cuenta de hasta qué punto era necesario explicar las cosas que para el eran tan obvias- Al parecer, los miembros del sentai habían oído hablar del espíritu encarnado de la Madre Esmeralda, aunque no sabían que Bingbing la había encontrado y traído aquí. De hecho, hablar de su existencia y lo que podía significar formaba parte del orden del día de la reunión de esta noche...

Cargando editor
11/03/2019, 08:13
Rui Wu-San

Me enfurecí cuándo aquel hombre se mostró tan desmesuradamente sorprendido por mis preguntas y después se hechó a reír, como si aquello fuera lo más gracioso que había escuchado jamás. Incluso a Mei Ling le pareció divertida mi intervención. Cada vez estaba más harta de todo aquello.

Apretaba mi puños molesta, aguantando estóicamente para no protestar o recriminar a los presentes su actitud, pues me convenía escuchar lo que tuvieran que decirme.

Habla-de-más, quien sin duda hacía honor a su nombre, me explicó algunas cosas más, cosas que parecían ser importantes; presentándose además como alguien perteneciente al pueblo cuervo. Entonces fui yo la sorprendida, atando cabos poco después.

Un pajarito...

Me encontraba ya senatada cuando el llamado Tengu y la muchacha hablaban sobre dulces de manera despreocupada, mientras mi cabeza daba vueltas a un modo de escapar de allí. Esperaba que las respuestas de Gao me ayudaran a hacerme una mejor idea de cómo funcionaba aquel mundo, con la esperanza de averiguar algo que me pudiera ayudar. Lo que este y la joven me contaron me ayudó a saber algo más de aquel mundo, surgiendo más preguntas en mi cabeza al ver una remota forma de salir de allí.

El joven también me habló sobre lo que se había dicho sobre mí, que no era mucho, y es que al parecer mi "aparición" era un tema a tratar en la reunión que tendrían aquella noche.

Finalmente me decidí a coger uno de aquellos dulces, aunque en el último momento no me atreví a morderlo.

- Y los demás miembros de la manada... ¿Sois como Bingbing? ¿Cuánto respeta un sentai a los demás? Debería estar con mi tío, no aquí. - añadí aquellas palabras en tono de protesta, tras lo que miré brevemente a Mei Ling, bajando la vista hasta el vientre de esta antes de volver a mirarla a los ojos. - ¿Te han ayudado en el palacio con tus dolores? ¿Crees que podría hacer algo al respecto?

Quería encontrar la manera de librarme de aquella cárcel de oro en la que pretendían retenerme, pero continuaba teniendo presente el estado de la joven, quien parecía sufrir dolores con cada movimiento; algo que no sabía hasta qué punto podía ser normal.

Cargando editor
11/03/2019, 14:02
Gao Habla-de-Más

Tu primera pregunta pareció resultarle en cierto modo divertida al hombre. No se echó a reír, pero sus labios dibujaron una pícara sonrisa parecida a la de un niño que hubiera cometido una fechoría y se supiera impune de ella. Se llevó otro dulce a la boca y lo masticó rápidamente, engullendo con un exagerado gesto de su garganta.

Bueno, yo no soy miembro del sentai, los miembros son ellos, y dentro de un sentai todos son... más o menos iguales. -Se mantuvo pensativo un instante, haciendo una mueca mirando al techo- Se supone que hay una jerarquía, aunque aún no la entiendo muy bien. Cada uno lidera cuando el sentai se ocupa de los asuntos que forman parte de su responsabilidad personal, aunque la mayor parte del tiempo lo hace el Linterna, creo. -Se encogió de hombros, volviendo a ofreceros dulces de aquella caja- Me parece que los sentai se respetan entre ellos, aunque algunos merecen más respeto que otros, al menos por parte de las Cortes de la Bestia. Pero no seas boba, no puedes estar mejor con un humano que bajo la protección de un auténtico Hengeyokai...

Aquella afirmación, obviamente, nacía de la más pura ignorancia acerca de tu identidad y origen. Mei Ling alzó su mirada bruscamente al oírle, aunque el hombre cuervo no pareció percatarse de aquel gesto, pues se hubiera dado cuenta de que acababa de cometer un error. En cambio, Gao miraba a ninguna parte, mientras masticaba otro dulce más, como pensando en algo. Mei Ling respondió a tus preguntas con su cabeza, asintiendo a la primera y negando con la segunda, aunque la voz de Gao terminó por contradecirla.

En realidad... sí que deberías poder. Al menos, en teoría. -Afirmó, para sorpresa de Mei Ling- Eres portadora del espíritu de la Madre Esmeralda, y la Madre Esmeralda es dadora de vida, creadora y sanadora. En teoría, insisto, deberías llegar a ser capaz de sanar a otros.

Cargando editor
15/03/2019, 17:48
Rui Wu-San

Al hombre cuervo parecieron divertirle mis primeras preguntas, pero en aquella ocasión tuvo la decencia de no echarse a reír. Lo cual era de agradecer, pues mi paciencia tenía un límite, y no me convenía ser desagradable con aquel tipo si pretendía que continuara proporcionándome información.

Gao me contó bastantes cosas tras engullir otro de aquellos pasteles, permitiéndome hacerme una mejor idea de cómo funcionaban las cosas en su mundo, que ahora también era el mio. Que todos los compañeros de Bingbing fueran parecidos a él era un inconveniente, así como el que hubiera un miembro que liderara el equipo sobre los demás, y es que dada la arrogancia y opulencia del despreciable hombre tigre, seguramente fuera él quien mandaba. Al menos el que se respetaran entre sentais y el que hubiera unos más respetados que otros, aunque fuera por aquellas cortes, me ofrecía una oportunidad.

Mis ojos se abrieron ligeramente, sorprendida cuando Habla-de-más hizo mención a que un humano no podía protegerme mejor que un Hengeyokai. Meditabunda, rechacé la oferta de tomar un nuevo dulce, comenzando a comer el que aún tenía en la mano; pues no parecían revestir peligro alguno viendo cómo el hombre cuervo los devoraba. Estaba claro que el joven no había escuchado demasiado sobre mí, o puede que aquella fuera una información que no había salido de los muros de aquella jaula de oro. Me di cuenta de la mirada que Mei Ling le lanzó, aunque no tuve claro si esta se debía al error que cometía afirmando eso, o a la forma en la que se dirigió a mí.

- Gao... Mi tío, Lu Yan, es un Khan, no un humano corriente. - le aclaré poco después. - Garra-del-tigre-en-el-ojo-del-ciempiés le llamaban, a lo mejor has oído hablar de él. Nos tendieron una trampa. Mi tío desapareció, y me acorralaron, hasta que finalmente accedí a venir para que no mataran a... un amigo mío. - agaché la cabeza con consternación, preguntándome si Kippei se habría recuperado ya de sus heridas. - Él también es un Khan.- añadí al alzar nuevamente la mirada.

Al preguntarle a Mei Ling por aquellos dolores, me respondió en silencio, tomando Gao pronto la palabra. Lo primero que dijo no me sorprendió, pues yo también pensaba que quizás pudiera hacer algo por la chica, pero no de aquella manera que Habla-de-más en seguida explicó.

Yo, ¿curar?

En un primer momento me pareció algo imposible, pero no tardé en considerar aquella opción. No había curado a nadie, pero si había creado vida, o algo así; tal y como decía Gao que hacía la Madre Esmerada.

- En realidad lo que me preguntaba es si podría interceder por Mei Ling...- ya que teóricamente soy tan importante. - Pero quizás... Quizás podría intentar lo que dice Gao. - ya que teóricamente soy capaz de ello. - ¿Me permites? - pregunté a la chica, teniendo que notarse mi inseguridad.

Si accedía, me pondría en pie para agacharme a su lado, dispuesta a posar mis manos en su vientre y concentrarme en el dolor de la mujer. Había hecho cosas increíbles, pero no tenía claro cómo las había logrado, y nunca habían estado planeadas. De algún modo, aquella prueba suponía una forma de confirmar ante mi misma que era yo quien de verdad hacía aquellas maravillosas y extrañas cosas.

Cargando editor
16/03/2019, 17:50
Gao Habla-de-Más

La revelación acerca de tus orígenes pareció pillar totalmente desprevenido a Gao, quien detuvo su masticar quedando con el rostro inmóvil con la mandíbula en una extraña postura, mirándote con expresión de desconcierto. Tardó unos instantes den reaccionar, buscando a Mei Ling con la mirada en busca de una confirmación que la mujer no tenía para él. Quedaba claro que el hombre cuervo desconocía totalmente tus orígenes, aunque no llegabas a entender si aquello cambiaba mucho las cosas.

Te explicaste mejor respecto a Mei Ling y tus intenciones, aunque el malentendido te había ofrecido la oportunidad de descubrir algo más acerca de ti misma y lo que se suponía que eras. Según el "pajarillo", debías de ser capaz de sanar a otros, así que con el permiso que Mei Ling te concedió asintiendo con timidez, te agachaste frente a ella posando tus manos en su vientre. Gao te observaba en silencio, aún consternado pero con cierto aire entre pensativo y expectante. Algo le rondaba la cabeza, y el hecho de que llevase tanto tiempo, para ser él, en silencio, parecía indicar que se trataba de algo importante.

Notas de juego

Haz una tirada de Inteligencia + Medicina (Dificultad 6)

Cargando editor
31/03/2019, 15:27
Rui Wu-San

Mis palabras dejaron mudo al parlanchín “pajarillo”, que en silencio se limitó a observar cómo me agachaba junto a Mei Ling y posaba mis manos en su vientre después de que esta me concediera permiso para ello.

Durante unos instantes rondó por mi cabeza la idea de que Gao le estaba dando vuelvas a algo, pues su actitud no era nada normal para lo que había mostrado hasta el momento. Aun así, no tardé en concentrarme en lo que me ocupaba, cerrando mis ojos y pensando únicamente en sanar a la dolorida muchacha.

Era la primera vez que intentaba algo así, que trataba de ejercer como el especial ser que todos me atribuían y que yo de algún modo me negaba a ser. Sin embargo, en aquel momento deseé serlo para poder curar a Mei Ling, para poder hacer un poco más llevadero aquel encierro al que estaba condenada.

- Tiradas (1)
Cargando editor
03/04/2019, 10:07
Mei Ling

En un principio, no acontecía nada fuera de lo común. Tus manos se posaban sobre su vientre, esa parte de su cuerpo que tanto parecía dolerle. Mei Ling te observaba con expectación, en silencio, y no llegabas a ser consciente de lo que hacía Gao pues se mantenía a tu espalda. Te concentrabas en tus manos, en el deseo de ayudar a aquella mujer, pero realmente no sabías cómo hacerlo. ¿Y si no te era posible?

Sin embargo, te percataste de un ligero gesto en el rostro de Mei Ling, como de sorpresa. Fue entonces cuando te percataste de que sentías en la palma de tus manos un hormigueo, y algo de calor. No un calor ardiente, sino una calidez semejante al calor de las mantas al despertar por la mañana, o la cercanía del fuego en una noche fría. Incluso el calor de un abrazo cuando más se necesita. Aquel calor fue extendiéndose, haciéndose más y más palpable, hasta que desapareció súbitamente.

L-lo has... hecho... -Murmuró la mujer, y cuando apartaste las manos se puso en pie sin dificultad, aunque apoyando sus manos en el vientre más por temor que por el menor dolor al hacerlo- Lo has logrado. -Afirmó acto seguido, sonriendo con gran agradecimiento, antes de inclinarse en una profunda reverencia- Gracias, Rui Wu-San, muchas gracias...

Notas de juego

Acabas de descubrir que dispones del siguiente hechizo:

Roce Materno: Los Garou pueden curar las heridas de cualquier criatura viviente, agravadas o no, poniendo las manos sobre la zona afectada. Sin embargo, este Don no permite que el Garou se cure a sí mismo, a los espíritus ni a los no muertos. Un Espíritu Oso o Unicornio enseña este Don.
Sistema: El jugador gasta un punto de Gnosis y tira Inteligencia + Medicina (dificultad de la Rabia de la criatura herida, o seis para los que no sean Garou). Cada éxito curará un nivel de salud. El Garou también puede curar Cicatrices de Guerra si utiliza el Don en la misma escena en la que se produjo la herida y gasta un segundo punto de Gnosis. No hay límite en lo que respecta al número de veces que se puede utilizar este Don en una persona, pero cada  uso requerirá el gasto de un nuevo punto de Gnosis.

Y aunque no eres exactamente consciente de ello, también éste otro:

Lazos con espíritus: El personaje tiene una conexión innata con el mundo espiritual, y puede usar fetiches y amuletos.
Sistema: El personaje empieza con 1 punto de Gnosis, y puede comprar más al coste de 2 gratuitos por círculo. Este poder NO concede el poder de acceder a la umbra.

Cargando editor
03/04/2019, 10:18
Gao Habla-de-Más

Cuando te giraste, te sorprendió descubrir a Gao mirando a Mei Ling de forma ausente, mientras seguía masticando aquel dulce que se había llevado a la boca. Cuando se percató de que ambas mujeres le estábais mirando, sonrió de forma forzada y se encogió de hombros.

Nada fuera de lo normal, supongo. -Afirmó tras tragar, aunque parecía estar pensando en otra cosa- Se supone que puedes... o podrás hacer, no se, mucho más. Cosas extraordinarias. Ahora no recuerdo ninguna, pero seguro que mi maestro sabe. Oye, ¿te he entendido mal, o has dicho que eres sobrina de Garra-del-tigre-en-el-ojo-del-ciempiés, el gran maestro perdido? Es decir, ¿estabas a su cuidado y Bingbing te ha... raptado? -Te preguntó directamente, entrecerrando los ojos mientras aguardaba una confirmación a lo que ya habías contado anteriormente. El hombre cuervo se acercó a Mei Ling y le entregó la caja de dulces, llevándose una mano a la cintura mientras con la otra se rascaba el cuero cabelludo entre la maraña de pelo de su cabeza- Tengo que contarle ésto a mi maestro. Tengo que contárselo a todo el mundo, de hecho. Van a querer saberlo...

Cargando editor
10/04/2019, 17:36
Rui Wu-San

La primera reacción de Mei Ling, junto al hormigueo en mis manos y la calidez que a estas acompañaba, me hizo pensar que aquel intento daba resultado, aunque no terminé de creérmelo hasta que después de desaparecer aquel efecto la chica me lo confirmó.

Retiré las manos de su vientre mientras continuaba afirmándolo y se ponía en pie, irguiéndome yo también, mirando mis manos con estupefacción antes de devolver mi mirada a Mei Ling; quien se inclinaba agradeciéndome lo que había hecho.

- No... No es nada... - respondí aún en estado de shock.

Tras unos segundos más, que necesité para asimilar lo sucedido, me giré hacia el hombre cuervo; quien actuó y habló como si lo sucedido fuera algo normal, añadiendo además que era capaz o llegaría a ser capaz de hacer muchas más cosas.

Tras ello me preguntó por lo que había contado sobre mi tío, al parecer necesitaba que se lo confirmara.

- Así es, es mi tío. Bingbing no me raptó exactamente, pero me obligó a venir. Mi tio no estaba conmigo en el momento en el que todo pasó, pero sabían que viajo con él, los hombres de Bingbing llevaban días siguiéndome. - aclaré antes de añadir una cosa más. - Maestro perdido... ¿Qué significa eso?

Tras entregar los dulces a Mei Ling y adoptar una pose que se me antojó pensativa, Gao manifestó que debía contarle aquello a todo el mundo, pues era algo que querrían saber, pero temí al no tener claro a qué se refería.

- ¿Lo dices por lo de mi tío? ¿O por lo que puedo hacer? No puedes decir nada sobre lo que hago, por favor, prométemelo. - le pedí asustada, con una gran preocupación en mi rostro. - Ya sé que no me conoces de nada, pero... Eso podría complicar las cosas. Nadie debe saber que soy capaz de hacer cosas así. - insistí, mirando después a la joven, quien esperaba que también me guardara el secreto y me ayudara a que Habla-de-más no dijera nada.

Estaba convencida de que cuantas más extrañas capacidades demostrara tener, más empeño tendría aquel hombre tigre en que permaneciera alli, creyendo que era una criatura insólita que le permititía posicionarse por encima de los demás. Además, aún tenía la opción de hacerle ver que no tenía nada de especial, aunque todavía no sabía cómo convencerle de algo así.

- ¿Cómo me encontró? - pregunté de forma repentina a Gao, creyendo que saber eso podría ayduarme a convencer a Bingbing de que era una chica corriente.

Cargando editor
11/04/2019, 13:36
Gao Habla-de-Más

Gao te escuchó atentamente, frunciendo el ceño mientras asentía con la cabeza, como un alumno aplicado tratando de absorber toda la sabiduría de su maestro. Todo aquello, los detalles de cómo se habían sucedido los acontecimientos, parecían interesarle sobremanera. Sólo cuando terminaste haciéndole una pregunta abrió los ojos del todo, alzando las cejas, y sonrió.

Oh, bueno, es una forma de hablar, o al menos la forma en que hablan de él. -Se justificó, dejando claro que aquel mote no se lo había puesto él sino que lo había oído por ahí- Era un gran maestro, por lo visto. No sólo por ser un señor y un guerrero, sino que eran muchos los que acudían a él para aprender los secretos de las artes marciales ancestrales de las que era maestro. Poseía una escuela de gran reputación, a la que además era complicado ingresar, ya que imponía pruebas a sus posibles alumnos, no sólo físicas y de habilidad, sino también y sobre todo morales. Se decía que sus enseñanzas eran tan peligrosas que no podía arriesgarse a que las aprendiera nadie que no fuera de puro corazón. -Relató el hombre pájaro, encogiéndose de hombros- Pero todo eso se perdió cuando... bueno, cuando dejó de ser maestro. Cerró su escuela, se alejó del mundo, y abandonó la lucha. Algunos dicen que no pudo soportar la muerte de sus compañeros, sobre todo porque su seguridad era responsabilidad de él. Pero también hay quien dice que hay algo más, que con la muerte de los cuatro maestros Lu Yan abrió los ojos a algún tipo de... mal.

Tras aquellas palabras, que parecieron ensombrecer el ánimo de Gao, éste sonrió, asintiendo con alegría.

¡Claro que no se lo contaré a nadie! Apenas nos conocemos, pero eres el espíritu de la Madre Esmeralda, no podría negarte nada... -Indicó, mostrándote una amplia sonrisa.

Cargando editor
11/04/2019, 13:46
Mei Ling

Mei Ling, en aquel instante, intervino en la conversación. Se acercó bruscamente a Gao y le dio un manotazo al hombre cuervo en el hombro, haciendo que éste se encogiera y diera un paso atrás, como amedrentado o, más bien, sorprendido. La mujer mostraba un gesto severo, aunque parecía existir complicidad entre ellos.

¿Se puede saber qué haces? No puedes mentirle, no está bien. -Espetó la mujer, que le reñía como una madre o hermana mayor a un niño, señalándole con el dedo- Nos avergüenzas a ambos al decir eso. -Indicó, volviéndose hacia ti e inclinando su cabeza como si pidiese disculpas- Lo terminará contando. Es parte de su naturaleza, el cuervo siempre pregona todo lo que descubre. Puede que no sea inmediatamente, pero por mucho que se esfuerce, por más ahínco que ponga en tal tarea, terminará por decírselo a alguien. Lo lamento, Rui Wu-San, debí advertirte antes...

Mientras ella se explicaba, Gao apartaba la mirada contemplando el cuarto, pasándose una mano por la nuca. El mero hecho de que no negase las palabras de la mujer parecían confirmar lo que decía.

Respecto a cómo te encontró, puedo arrojar luz sobre eso. El señor Bingbing tan sólo siguió las pistas de sueños proféticos que tuvo un ermitaño maestro que mora en las montañas. Se hace llamar Dishi, y es muy respetado. Al parecer, predijo tu aparición, aunque no se si predijo algo más.

Cargando editor
18/04/2019, 04:10
Rui Wu-San

Escuché con sumo interés lo que Gao me contaba sobre mi tío. Algunas de las cosas que decía ya las sabía, pero otras me sorprendieron. Al parecer Lu Yan era aún más importante de lo que ya me habían hecho saber. Sin embargo, lo que más me impactó de cuanto el hombre cuervo contaba fue lo referido a que mi tío se había topado con algún tipo de mal. No me gustó nada aquella insinuación, como seguramente se apreció en mi rostro. Aquello no iba a quedar así, pero tuve que dejarlo a un lado por el momento.

El que Habla-de-más se mostrara dispuesto a no hacer honor a su nombre guardándome el secreto me tranquilizó, sin embargo, Mei Ling en seguida intervino para reprenderle. Observaba a la joven sin comprender nada, hasta que esta se volvió hacia mí y tras inclinar su cabeza me explicó lo que sucedía. Mi gesto se agrió entonces, a pesar de decirme que lo sentía, teniendo claro por la actitud de Gao que lo que la muchacha había contado era cierto.

Además de preocuparme que el hombre cuervo contara aquello, algo más enturbió mi mente. ¿Tanta importancia tenía la naturaleza animal de aquellos que eran capaces de convertirse en otra cosa?

Pensaba en aquello cuando Mei Ling quiso hablarme sobre el modo en el que Bingbing me había encontrado. Al parecer había seguido las pistas de unos sueños proféticos que había tenido alguien llamado Dishi. Si aquellas señales no eran muy claras, quizás pudiera desviar la atención de mí. Pero aquello, además de ser muy complicado, sólo podría darse antes de que Gao se fuera de la lengua.

- Aguanta cuanto puedas sin contarlo, necesito todo el tiempo que puedas darme. - le pedí al hombre cuervo, en un tono que más bien resultaba una exigencia. - Lo que sí puedes contar, y espero que te quede muy claro, es que mi tío Lu Yan no tiene nada que ver con ningún tipo de mal. No es perfecto, - ni mucho menos - pero ha cuidado de mí de forma desinteresada, es un buen hombre. - sentencié, mirando después a Mei Ling y suavizando el tono de mi voz. - Si un hombre cuervo no puede evitar contar lo que sabe... ¿Hay algo que un hombre tigre tampoco pueda evitar?

Mi primer pensamiento en torno a ese tema fue para Kippei. Temía por él, por qué rasgo estaría condenado a sobrellevar, y al mismo tiempo sentía curiosidad; como si la respuesta a aquella pregunta me ayudara a conocerle más. Aun así, no tardé en darme cuenta de que aquella pregunta podía tener otra utilidad, la de conocer un posible punto débil de quien nos tenía allí retenidas.

Miré a Mei Ling y a Gao, preguntándome cuánto tiempo llevaría allí ya la chica y qué le uniría realmente al hombre cuervo; y es que la manera en la que se comportaban el uno con el otro dejaba claro que había una gran complicidad entre ambos. ¿Estaría siendo Gao también una víctima de Bingbing?

No quería avergonzar a la joven, así que después de que respondiera a mi pregunta me acerqué a ella, la agarré del brazo con delicadeza y la insté a apartarnos un poco.

- Mei Ling, discupa mi pregunta, pero... Gao y tu, ¿sois amigos o...? - Pregunté sin acabar la frase, en voz baja, esperando no incomodar a la joven.

Cargando editor
18/04/2019, 04:23
Gao Habla-de-Más

El hombre cuervo se mostró dubitativo ante tu petición. Juntó sus manos tras su nuca, con los codos bien abiertos, y torciendo los labios a un lado miro hacia el techo, como un niño pequeño.

Supongo que... puedo intentarlo, sí. Y contarlo en oídos cuyas lenguas no hablen al oído de Bingbing. Eso ayudaría, ¿no? -Preguntó, buscando fugazmente a Mei Ling con la mirada.

Sin embargo, su actitud cambió bruscamente cuando le reprendiste por su comentario sobre el mal que podía haber afectado a tu tío. No estabas dispuesta a permitir que se afirmase tal cosa, pero el joven comenzó a negar con la cabeza ostensiblemente mientras agitaba las manos.

N-no, no, me has entendido mal... ¿O me he explicado mal? A veces me pasa, hablo y hablo pero lo que digo no es tan claro como yo lo visualizo en mi cabeza. -Meditó en voz alta- No pretendía decir que Lu Yan tuviera nada malo. Supongo que esa podría haber sido una posibilidad, aunque... -Se cruzó de brazos, mirando al techo con aire pensativo- ...los viejos maestros se habrían dado cuenta, supongo. -Volvió a mirarte- No, lo que se dice por ahí es que vio algo, algún tipo de mal. Probablemente el mal responsable de la muerte de sus hermanos. Pero nunca llegó a hablar de ello, nadie supo qué pasó ni quién fue responsable de tal tragedia. Hay quien dice que era un enemigo tan formidable que no quiere arriesgarse a que otros acudan a combatirlo para compartir la inevitable suerte de sus hermanos caídos, y que ha perdido la fe en que podamos frenar el avance de los enemigos de la Madre Esmeralda. Y que bebe para olvidarlo todo. -Relató Gao, con profusión de gestos exagerados con sus manos- Al menos, es lo que he oído. ¿Algo que un tigre no pueda evitar? ¿Gruñir? -Afirmó Gao, estallando en carcajadas mientras se sujetaba la tripa con las manos, hasta que Mei Ling carraspeó, negando con la cabeza- Vale, vale, sólo era una pequeña broma... La curiosidad, claro. Los Tigres son muy curiosos, les encantan los misterios, pero al contrario que a los cuervos no les gusta desentrañarlos para compartirlos con todos. Son bastante egoístas en ese sentido, se los guardan para ellos.

Cargando editor
18/04/2019, 04:44
Mei Ling

Al llevar a Mei Ling aparte, la mujer te miró llena de curiosidad, sin comprender el motivo por el que la apartadas para hablar. Te escuchó atentamente, frunciendo ligeramente el ceño, lo justo para que se percibiera el gesto pero no tanto que se marcas en arrugas en su piel.

¿O...? -Repitió sin comprender, torciendo su mirada hacia Gao, que os observaba con interés. Entonces cayó en la cuenta de a qué te referías, abrió mucho los ojos y se tapó la boca con las manos- ¿Gao y yo? -Preguntó, de forma que el hombre cuervo pudo oírlo y estalló nuevamente en carcajadas- N-no, no, Gao es un amigo, un buen amigo, nada más... -Se explicó, inclinándose ante ti como disculpa por su reacción- Me visita cuando acude a Palacio, me entretiene con su conversación. Pero sólo somos amigos, nada más. Ni nada menos.

Cargando editor
24/04/2019, 23:50
Rui Wu-San

Habla-de-más se comprometió a intentar atrasar lo máximo posible el momento de hablar sobre lo que era capaz de hacer, lo cual parecía ser mucho por lo que Mei Ling había dicho de él. Además, se le ocurrió una manera de saciar sus ganas de hablar de ello sin que Bing Bing se enterara pronto, contándoselo a quienes no acostumbraran a contarle cosas al hombre tigre.

Asentí cuando pidió una confirmación, tras lo que abordé el tema de mi tío. Puede que Lu Yan fuera muchas cosas, pero no era alguien que se hubiera dejado llevar por ningún tipo de mal, y quise dejar eso muy claro. Gao se apresuró a aclarar sus palabras, pues al parecer no había entendido lo que me había querido transmitir. Me quedé pensativa ante el nuevo significado de lo que había dicho, pareciéndome posible que mi tío supiera de la existencia de un mal, y que hubiera tratado de que nadie más se acercara a él. Lo que el hombre cuervo contaba encajaba con lo que sabia sobre mi tío, pero el que un enemigo así continuara existiendo era algo preocupante, ¿cómo es que nadie había logrado sonsacarle algo así a Lu Yan?

Respecto a mi pregunta sobre los hombres tigre, el particular hombre cuervo no pudo evitar bromear, terminando por revelarme que la debilidad de los tigres no se alejaba tanto de la suya. Eran curiosos, pero al contrario que él, preferían reservarse aquello que descubrían. Saber aquello me alivió, pues a priori no parecía una carga demasiado pesada, si bien la curiosidad podía llevarnos a lugares insospechados.

Al responder Mei Ling a mi pregunta sobre lo que había entre Gao y ella, me sentí totalmente avergonzada, sobre todo por el modo en el que reaccionaron en un principio; aunque me procuró cierto alivio que no fueran algo más que amigos, pues aquello significaba que no sufrían por no poder estar juntos porque ella tuviera que entregarse a un hombre que no era el que amaba. Entonces se me ocurrió pensar que quizás Mei Ling si sufriera por amor, que cabía la posibilidad de que la muchacha hubiera dejado a un joven atrás, y que ambos sufrieran por ese amor que se profesaban y que ahora era imposible. Un calvario que se añadiría a la ya de por sí precaria situación en la que se encontraba la chica. Esperaba que no fuera el caso, pero tampoco quise preguntar, al menos por el momento.

- Así que sois buenos amigos, me alegro por vosotros. - me pronuncié finalmente, aún algo avergonzada. - Espero no haberos molestado con la pregunta, de ser así, supongo que puedo echarle la culpa a la curiosidad. - me atreví a bromear, serenándome un poco más. - Imagino que ayuda mucho tener un amigo aquí dentro. - dije mirando a Mei Ling, con unos ojos llenos de tristeza.

Retrocedí y tomé asiento, dejando las manos sobre mi regazo y buscando con la mirada el bastón que mi tío me había regalado. Era un borracho, un impertinente, y le gustaba demasiado ocultar secretos, pero le echaba de menos. A él y a Kippei, quien esperaba que estuviera alejándose de este lugar, pero que continuara acordándose de mí.

Cargando editor
21/05/2019, 10:26
Director

No te dio la impresión de que tu comentario hubiera podido ofender a ninguno de los dos, pero tampoco tuvieron tiempo de aclararte cómo les había sentado. Apenas viste un gesto de Gao restando importancia al asunto, cuando de pronto se tensó, alzando la mirada hacia arriba como si tratase de escuchar algo con atención. Ni Mei Ling ni tú tardásteis en percataros de lo que sucedía, y es que apenas un instante después del gesto del hombre ave os llegaron sonidos de pasos apresurados desde el pasillo. Muchos pasos, de botas pesadas y armaduras en movimiento, además de voces que daban instrucciones apresuradas. Al parecer, la soldadesca del gran tigre se estaba poniendo en movimiento con prisas.

Con gran estrépido, alguien golpeó la puerta de aquella habitación, abriéndola sin aguardar a que ofreciérais permiso para ello. Un soldado ataviado con una de aquellas armaduras doradas que ya habías visto se presentó ante vosotras. Con temor, buscaste a Gao con la mirada. ¿Tendría permiso el hombre cuervo para estar allí, en vuestra compañía? Sin embargo, cuando te giraste el hombre no estaba allí. Sorprendida, descubriste a Mei Ling con un pequeño cuervo sobre su mano alzada, acariciando su negro pico mientras éste movía nerviosamente su cabeza a un lado y otro, como queriendo ser consciente de todo cuanto sucedía a su alrededor. El soldado fue a decir algo, pero se quedó sin habla al ver tan agorera ave en manos de la dama. Podías imaginar lo que podía estar pasando por su mente, pero se abstuvo de decirlo. En cambio, se inclinó ante vosotras con respeto pero con premura.

Mis señoras... Se ha ordenado que permanezcan en sus habitaciones. Debo pedirles que no las abandonen bajo ningún concepto. -Indicó mientras a su espalda veíais pasar a un gran número de soldados con grandes lanzas, corriendo por el corredor.