Partida Rol por web

Mick sonrió, había una manera de hacer las cosas sin violencia y muerte parecía ser. Eso le gustaba, ya había tenido bastante por hoy.

Nath consiguió calmar de forma eficaz a los perros que se guarecían en el interior de aquellos establos abandonados. El vagabundo seguía hablando con voz calmada a los animales, al tiempo que Val se aproximaba y olisqueaba a los perros abandonados desde los barrotes. No hubo ningún tipo de problema, y los cánidos parecían tolerarse a la perfección.

Por su parte, Saeko y Chaffeaux detectaron un curioso detalle que les llamó la atención en el tabique oeste de aquella estancia alargada. Se acercaron y pudieron contemplar un par de goznes destartalados que permitían la apertura de una puerta secreta, que a buen seguro los Cuervos Plateados disimularon algo mejor del aspecto que mostraba actualmente.

- ¡¿Es acaso una puerta?!- preguntó Rexus ante tal descubrimiento. 

- Aguarda, Rexus. Déjame que eche un vistazo, podría haber algún tipo de trampa para evitar visitas inesperadas. - Comentaba la joven ninja a su compañero, para evitar que cayesen en alguna trampa, de haberla. Se acercó a la especie de puerta para inspeccionar el lugar previamente, antes de abrirla.

Saeko se aproximó hasta la puerta. Pasó un buen rato examinándola, no hallando nada raro que le llamara la atención. La puerta era segura... O eso creía.

Abrámosla entonces dijo la mestiza demoníaca al ver como su compañera examinaba sin hallar rastro de peligros.

a ver que muchachote fuerte es capaz hacerlo. Chaffeaux era muy diestra e intuitiva, pero si era fuerte no lo aparentaba en absoluto... aunque siendo de sangre infernal bien podría ocultar su auténtico poder bajo la mascara de un cuerpo aparentemente frágil.

Con la gallardía y valor que a los hombres como él eran apuestas seguras, Eklerion levantó el estoque y se dispuso a abrir la especie de puerta que habían descubierto y entrar a la siguiente sala. En aquellas lides alguien debía ser el primero, y jamás se diría de él que se retrasó por miedo a lo que hubiera más adelante.

Pardiez, que no, por todos los dioses

Eklerion se caló el sombrero de ala y cruzó el umbral de la estrecha puerta oculta. El muchacho tenía sus reservas, pero decidió confiar en las palabras de Saeko, las cuales habían descartado la posibilidad de trampas. Una vez en el interior de la siguiente sala, los haces de luz de la tarde se introdujeron en aquella cámara llena de bultos, bañando todo bajo un manto de penumbra.

El lugar tenía pinta de haber sido usado como estancia de trabajo, pues en ella se apilaban herramientas de todo tipo. Desde hachuelas y cuchillos para sacrificar algún animal, hasta utensilios más sofisticados para asuntos veterinarios.

El espadachín hizo acopio del valor que parecía acompañarle y se dispuso a entrar en la estancia, pero no tardó demasiado en salir con la cara de circunstancias, sin una luz los humanos como él no tenían posibilidades de encontrar nada en aquel lugar salvo un golpe estúpido o trampas imperceptibles en aquellas circunstancias.

Dándose cuenta de lo que estaba sucediendo Chaffeaux hizo el gesto de levantarse las gafas y pidió permiso para adentrarse en aquel lugar como vanguardia. Así que pistola en mano anteponiendo el cañón de su arma al avance la muchacha entró y observó con detenimiento en la oscuridad.

Dejadme pasar, quiero ver si hay focos de magia. Pidiendo paso desde atrás, Nath se posiciona en el umbral y sin entrar, lanza el conjuro de detectar magia, enfocando después hacia todos los rincones de la estancia para ver si algo desprende un aura mágica; sea un objeto, o una zona que pudiera revelar que hay protecciones mágicas.

Eklerion dejó pasar a Chaffeaux, pero no abandonó la penumbrosa estancia. Extrajo una pequeña ramita de cetro solar, y tras chasquearla, consiguió encender una luz clara que iluminó toda la habitación. Había varios detalles que llamaron la atención a los que se encontraban allí.

El primero es que una gruesa capa de polvo cubría toda la estancia, mientras que una diminutas pisadas parecían ir y venri por todas partes sin una dirección fija. El segundo, es que en la parte suroeste de la cámara, había una trampilla en el suelo que se mantenía medio abierta porque un tronco se alojaba por un costado impidiendo que se cerrara. Por último, pero no menos importante, tanto el espadachín como la pistolera tiefling pudieron contemplar el macabro detalle en el cual, las hojas de cuchillos, hachuelas, ganchos para la carne y de más útiles punzantes, rezumaban sangre rojiza y fresca como si hubieran sido usados recientemente.

Ante esto, Nath decidió entrar en la habitación y escudriñar en busca de energías mágicas.

NOTA DM: Detectas magia en los objetos manchados en sangre. Hazme un control de spellcraft

Cuando el espadachín obró la luz con aquella varita o lo que fuese no pudo más que recolocarse de nuevo las gafas en los ojos y sonreir sorprendida.

- Esto parece una carnicería. Y la sangre parece fresca. Espero que no tenga nada que ver con los perros que hemos visto antes tras las rejas... - La joven ninja llegó a pensar por un momento que aquellos cuchillos ensangrentados estaban ahí para desmembrar a aquellos pobres cánidos. Varias imágenes atroces acudieron a su cabeza, pensando lo peor, aún anticipándose a la verdad.

Tras despejar un poco la mente de aquellas visiones macabras, Saeko miró hacía Nath, el cual parecía concentrado en sus tareas con descubrir presencias mágicas.

- Y bien, Nath. ¿Puedes sentir algún atisbo mágico?

Gracias a la luz que emitía el cetro solar, pudieron ver las pisadas que se encontraban en aquella sala polvorienta. No había duda de que alguien estaba o frecuentaba el lugar, aunque estuviera lleno de polvo en otros lugares. La visión de la trampilla entreabierta despejó las dudas. Se volvió al grupo haciéndoles el gesto de llevarse el dedo a los labios, para guardar silencio.

- Debe haber alguien ahí. Ha dejado ese tronco para que no se cerrase del todo la trampilla. Podría ser uno de esos escondites de los rebeldes pero deberíamos andarnos con pies de plomo. Seguro que ese alguien ha escuchado los ladridos de antes, que le habrán alertado...

Nath asiente afirmativamente. Detecto magia en los objetos manchados de sangre.

Ciertamente el mendigo detectaba emanaciones arcanas procedentes del conjunto de útiles que allí se reunían, pero era incapaz de dilucidar qué tipo de hechizo los ungía con dichas capacidades. Por otra parte, la trampilla dejaba claro que bajo aquel establo abandonado, podía existir un complejo que antaño sirviera de escondrijo para los Cuervos Plateados.

Había llegado el momento de decidir el curso de acción...

Las palabras de Nath no ayudaron a calmar los pensamientos de Saeko. Mas bien lo contrario. Se perturbó al saber que aquellos,cuchillos sangrientos despedían algún tipo de Aura mágica, según su compañero. No,obstante, no habían llegado hasta allí solo para asustarse y salir huyendo a la pri,era de cambio. Un poco de magia y sangre no acabarían con sus esperanzas por investigar el lugar.

- Esa trampilla... Si hay algún lugar oculto, debería poder accederse por esa trampilla. Echaré un vistazo. Apuntad con la luz a este lugar. - Indicó para que le dieran algo de luz.

Tras sus palabras, la joven ninja se acercó cautelosa hacia aquella trampilla. Trataría de moverla lentamente y mirar en su interior, antes de acceder a su interior.

La ninja se acercó hasta el portón de la trampilla. Estaba entreabierta gracias al tronco de madera que alguien había intercalado a consciencia. Con cuidado, abrió de pare en par el hueco del suelo, mientras las bisagras de la hoja chirriaban sonoramente por el desuso.

Una vez abierta, el hueco descendía hasta una cámara inferior gracias a una escalera de mano perfectamente colocada. Tenía un aspecto de haber visto pasar varios años, pero la madera parecía robusta y que soportaría el peso de cada uno de ellos mientras bajaban...

La tensión le estaba matando, así que para distraerse Mick entonó un par de rapidas plegarias, una para hacer que una timida luz saliera de la punta de la flecha que tenía puesta en el arco, y otra pidiendo la guía de Korada para conseguir información.

Poniendose de cuclillas empezó a investigar, quería saber si habían entrado personas recientemente aquí.