Partida Rol por web

Una vez entrada la tarde y con el revuelo ocasionado por la Octava Proclamación del Lord-Alcalde Barzillai Thrune -la que impedía a los capitanes no nativos de los cargueros que arribaban al Puerto de Kintargo a hacer tierra- dispersado, los Rebeldes de la Plaza Aria salieron de la trastienda de aquella librería. 

Para llegar a su objetivo, el cual se encontraba en el Distrito de los Tejados Rojos, debían cruzar la ciudad hacia el este. Dicho distrito abarrotado de casas unifamiliares y comercios de poco calado, recibía dicho nombre por el uso de arcilla para la construcción de los techados de las edificaciones. 

El grupo guiado por Rexus, se desplazaba por las calles  de Kintargo embozados en las capuchas de sus capas, intentando mantenerse al margen de los problemas. Finalmente llegaron al lugar. En un rincón poco transitado, se alzaba un gran establo rodeado de abrevaderos para saciar la sed de los animales. El desangelado lugar, mostraba un aspecto de dejadez y abandono. En épocas mejores, llegó a ser un picadero de caballos regentado por la familia Juliac de Kintargo, pero tras la muerte de todos sus integrantes fue relegada al olvido y desuso.

Muchas son las habladurías que rodean al Establo de la Fortuna Justa y eso la convierte en un lugar deshabitado incluso para los vagabundos que suelen apropiarse de edificios abandonados.

Tras rodear el perímetro del edificio, el grupo detectó una entrada principal compuesta por un par de puertas dobles, las cuales estaban atrancadas mediante una cadena y un candado. A pesar de eso, las puertas se movía dejando una rendija para que alguien intentara colarse en su interior.

Por la parte trasera del edificio, una jaula de barrotes delimita un cobertizo que seguramente servía para almacenar animales como corderos y ovejas. Quizás alguien pudiera escurrirse y probar suerte con la puerta... O tal vez, no.

- ¡¿Qué hacemos?!- preguntó Rexus

Nath observa atentamente el edificio, aunque generalmente no encuentra pistas ni detalles relevantes en los lugares, es más de observar personas como ha hecho los últimos años de forma anónima.

Tras una sistemática revisión del perímetro del lugar, Chaffeaux, Natharius y Tanner descubrieron que en uno de los tabiques exteriores de la vertiente sur de los establos, la pared estaba gravemente agrietada.

Quizás con algo de empeño se podría forzar la estructura del mismo para abrir un orificio en el muro...

Durante el rodeo al edificio, Nath llama la atención de los demás. Ey, habéis visto eso? Al menos otros dos del grupo era evidente que lo han visto, pero explica para el resto: Mirad ese tabique, dice señalando uno de los tabiques exteriores de la vertiente sur de los establos, la pared estaba gravemente agrietada. Creo que entre varios podríais abrir un orificio en el muro...

Tras unos segundos en que el "podríais" se asienta en la mente de los demás, reflexiona, Aunque no tengo claro que nos interese armar jaleo por aquí, igual es una estupidez, pero ahí lo dejo.

Mientras rodeaban el edificio, todo el grupo buscaba alguna forma de entrar o algún acceso que estuviese a la vista, aunque de forma disimulada. Al cabo de un rato, Saeko atendió a la observación de Nat. Miró en la dirección que señalaba y asintió con la cabeza. Ella era pequeña y no muy fuerte. De poder colarse por la rendija lo intentaría, pero de requerir fuerza para abrir una abertura, poca ayuda podría darles, si no era entre todos.

- Echemos un vistazo. Quizás yo pueda entrar por ahí si me ayudáis... - Fueron sus únicas palabras.

Mmm, ¿y si simplemente entramos por la rendija de la puerta principal? Con espachurrarnos un poco creo que entramos. No le parecía buena idea romper una pared de un edificio que ya parecía estar a punto de derrumbarse.

La opción de la grieta en la pared le parecía arriesgada, el inmueble parecía haber sufrido daños por el abandono y hurgar en una de sus heridas podría ser catastrófico, pero por otro lado la opción de la entrada principal le parecía una idea más horrible si pudiera ser si fuese mi escondite ahí pondría la primera trampa. Le dijo a Mick

Observó con algo más de detenimiento después de haber expuesto sus argumentos de su preferencia por la grieta e intentó hacer el acceso un poco más seguro en su mente planificando apuntalamientos básicos y pensando cual sería el mejor sitio donde romper para hacer que la grieta fuese segura y accesible. Si me dejáis un instante y me ayudáis quizás pudiera convertir esa grieta en algo parecido a una entrada

A pesar del tiempo que había dedicado a perseguir a objetivos señalados por otros (y cobrar por ello), Eklerion no era muy perspicaz... Era como si confiase en un sexto sentido que le salvaguardaría de todo mal. Puso cara de interesante cuando el resto de compañeros señalaron lo evidente (y que él no había visto) para evitar ser señalado como el cegato del grupo.

Yo también puedo colarme por ese resquicio... Soy lo suficientemente delgado para entrar por ahí... ¡Y arrestos no me faltan!

Desenfundando el estoque y poniendo el arma por delante se dispuso a entrar en aquellos establos.

Muy bien entonces... Frotandose las manos se acercó a la zona que se podía agrandar y apoyando el pie en la pared empezó a tirar de las partes mobiles.

Grrrnghs.

Después de los duros golpes de Mick, el mortero que los constituía el agrietado tabique comenzó a caerse a cascotes, dejando una apertura mucho más amplia. Por dicho hueco podrían pasar todos si se agachaban un poco. Una vez abierto el orificio, la luz del día entró en la sala revelando una alargada cámara que mostraba en su vertiente norte unos barrotes. Seguramente, dicha sala fuera usada para mantener a los animales que estuvieran a punto de ser sacrificados, por los restos inservibles que aún permanecían en la sala.

Los barrotes presentaban una puerta en su centro, la cual, también formada a base de barrotes aunque mucho más finos. A simple vista, se podía observar que un par de barras habían sido forzadas dejando un espacio algo más ancho. A pesar de eso, pasar por tan angosto hueco podía ser imposible para los que estaban allí.

De repente, cuando se disponían a entrar para inspeccionar la celda, el ruido de ladridos resonó por toda la estancia...

Nath echa un vistazo a ambos lados de la calle, incómodo por el ruido generado. Después, mira a sus compañeros, invitándoles a pasar delante.

La ninja siguió los pasos de Mick, cuando este, un alarde de fuerza, logra romper algo de la abertura para colarse dentro del edificio.

- Vamos, entremos antes de que nos vean. - Anunció a sus compañeros.

La mestiza apoyó su espalda en la pared y pistola en ristre se decidió a cubrir la retaguardia mientras entraban sus compañeros al lugar.

Id pasando, yo os cubro