Partida Rol por web

En la flor de la vida

El cuento del lobo

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15/12/2021, 20:21
Director

El cuento del lobo

Las caras largas que tenían todos ellos en el interior de la casa del alcalde expresaban el sentir general del grupo. Se enfrentaban a una peligrosa criatura, que además, a juzgar por lo que había dicho Dannar, se salía de los parámetros normales. ¿Qué tipo de hombre-lobo atacaba durante el día en su forma monstruosa? A Dannar no le venía la cabeza ningún precedente de aquel hecho excepcional. El resto poco o nada sabían de los hombres-lobo más allá de lo que tradicionalmente se decía de ellos: que eran gente normal hasta que les daba la luz de la luna y se transformaban, que comían carne y bebían sangre durante toda la noche hasta que el amanecer les devolvía a su forma original, que un mordisco de hombre-lobo podría transformarte en uno, y poco más. Algunos de ellos habían escuchado remedios caseros como que dándole una infusión de hinojo durante cinco días seguidos podía curarse la licantropía que padecían o que si se bendecía un quintal de su orina y se rezaba a la diosa Melitele durante cuatro noches de luna llena se solucionaría el problema. Aunque claro, cualquiera era el listo que le extraía un quintal de orina a semejante monstruo.

Para Dannar, todo aquello eran sandeces. Cierto era que las personas maldecidas con esa condición se transformaban al amparo de la noche en bestias sobrehumanas carentes de cualquier humanidad y movidas por impulsos violentos y asesinos. Bestias con una gran inteligencia y con capacidades regenerativas increíbles contra las que de poco servían las estupideces que se decían, el único remedio fiable en caso de tener que enfrentarte a uno de ellos era una buena espada de plata. 

Cuando el grupo salió de casa del alcalde para afrontar aquel peligroso encargo el sol todavía brillaba alto en el cielo, quedaban un par de horas para la hora de comer, pero no había ni un alma en las calles habitualmente llenas de vida de Belmonte. A su paso pudieron escuchar como algunos vecinos atracaban puertas y ventanas, y como algunos les miraban desde detrás de las cortinas, tal vez deseándoles buena suerte o con la curiosidad de preguntarse cuál de ellos no volvería con vida. El grupo ascendió el camino a la montaña, rodeado por los bosques donde los leñadores trabajaban en un silencio impactante. Tan solo el rechinar de las sierras y los golpes de las hachas contra la madera rompían la quietud reinante. Las chanzas, los gritos y las canciones para mantener el ritmo habían desaparecido. A poco más de una hora de camino llegaron a la bifurcación en la que el sendero conocido como atajo se separaba del camino principal. A partir de ese momento la tensión se hizo palpable en el grupo. En cualquier resquicio de aquella maltrecha senda podría aparecer el monstruo que estaban buscando.  

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15/12/2021, 22:23
Director

Dannar sabía varias cosas más. Primero que la gran capacidad regenerativa de los hombres-lobo se podía anular con una bomba de Polvo Lunar. Pero no había habido tiempo para preparar ni siquiera una, ni siquiera para encontrar los ingredientes que eran necesarios. De igual modo pasaba con el aceite para malditos, otra de las vulnerabilidades de aquellas bestias. Por lo que solo les quedaba la espada de plata y la pericia de Dannar con ella. Más lo que pudieran aportar el resto de sus compañeros. 

Por supuesto, lo de que un mordisco de hombre-lobo podría transformarte en uno era una tontería. Como también era una tontería lo que aquellos insensatos que trabajaban para Uli habían hecho. Huir de un hombre-lobo no era nada aconsejable, eran rápidos y su olfato les permitía rastrear a sus presas a distancias increíbles. Los que habían sobrevivido habían tenido la suerte de haber dejado a un compañero como festín para la hambrienta criatura. 

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16/12/2021, 00:22
Martem de Bremervoord

De camino hacia la inhóspita bifurcación del sendero de montaña, Martem permaneció en un silencio pensativo. Aquel viaje lo estaba enfrentando a cosas que a su mente le costaba asimilar. Si se suponía que los hombres lobo solo se transformaban cuando era de noche, ¿cómo era posible que uno de ellos hubiese atacado durante el día? El cidario no dejaba de darle vueltas a aquella cuestión. Había cierta distancia desde el cruce hasta el pueblo, y más si la expedición enviada por Uli había recorrido parte del camino en pos de la cabaña de Ysentrud. Quizá su encuentro con la bestia se hubiese producido al alba, antes de que fuese propiamente de día; herido como estaba, el pobre desgraciado que había muerto, acompañado por los otros dos que habían tenido más suerte, habría tardado un poco más de lo normal en llegar a Belmonte; lo suficiente, quizá, como para que las horas cuadrasen y la matanza hubiese tenido lugar efectivamente alrededor del amanecer. Si no, ¿cómo era posible? Es más, ¿cómo era posible que existiese una maldición capaz de convertir a hombres en monstruos? Y lo más importante de todo: ¿Por qué no dejaba de hacerse aquellas preguntas absurdas? La respuesta era sencilla: tenía miedo. Necesitaba poder aferrarse a la esperanza de que, al ser de día, estuviese fuera de peligro. Nunca había visto un hombre lobo, y francamente, jamás habría esperado tener que enfrentarse a ninguno.

En cierto momento, cuando ya se divisaba el cruce en la distancia, Martem se percató de que sus manos acariciaban ansiosamente las empuñaduras de sus dagas. Al darse cuenta, decidió desenvainarlas. Mejor pecar de exceso de precaución que confiarse y lamentarlo.

Dannar —inquirió, en un tono de voz rasposo—. Tú ya has visto a criaturas como esa. Ya has derrotado a más de una, ¿verdad? —Se humedeció los labios con un latigazo inquieto de su lengua—. ¿Qué podemos esperar? ¿Qué es lo mejor que podemos hacer si… cuando llegue el momento?

Martem tenía una sensación desagradable en la boca del estómago, que cada vez iba a peor a medida que pasaba el rato. Había sido un error.

- Tiradas (1)
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18/12/2021, 09:35
Dannar

¿A más de una? Su primera respuesta fue una sonrisa irónica, sin parar de andar. Llevaba la espada de plata ya en la mano y todos sus sentidos estaban puestos en el maltrecho camino, consciente de que la criatura podía aparecer en cualquier momento y un solo error podía costarle la vida a todos. Solo una pequeña parte de su atención se desvió hacia las preguntas del cidario, planteándose como contestar sin resultar derrotista y provocar que salieran corriendo.

Ya no hay tantos monstruos como antes, y mucho menos de este estilo —dijo, evadiendo una respuesta clara pero dejando en el aire lo que resultaba obvio: como todo brujo, había estudiado a los hombres lobo, pero al parecer no se había enfrentado a ninguno—. Además, este parece... Distinto. Que tenga otra rutina significa que puede cambiar en otras cosas. Atengámonos a lo que sabemos, la plata le daña, es rápido y mortal y tiene sed de sangre. Cuando llegue el momento, separaos, atacad solo si encontráis un hueco y está desprevenido, y sobre todo mantened las distancias con la criatura y defendeos bien. Con que le entretengáis y dude sobre a donde ir ya me hacéis un gran favor.

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20/12/2021, 04:18
Morkam

Cuando el grupo abandono Belmonte, Morkam sintió como una creciente ansiedad, impulsada por el miedo, comenzaba a crecer en sus entrañas. Tal hecho fue empeorado al llamar a su compañero lobuno y no encontrar respuesta. ¿El hombre lobo lo habría matado? Aquella idea provocó que algo dentro de su ser amenazara con hacerse pedazos. Sin duda, aunque Dum era un animal de instintos salvajes, había creado con él un estrecho lazo.

Entonces la idea es correh como polyos sin cabeza, mientras tu surajas al becho, ¿no? — pronuncio finalmente el enano con cierta incredulidad—. Lo veo un plan de merida, pero bono, mejor que nah es.

Tras pronunciar aquellas palabras, el enano de poblada barba miró a su alrededor con inquietud. Su mirada oteaba más allá de la espesura, tratando no solo de buscar a su fiel compañero, sino de percibir cualquier amenaza. Mientras lo hacía, sacó el cuchillo ofrecido por Alberich en la cueva.

En aquel momento permitió que su mente se cuestionara todo lo que estaba ocurriendo. ¿Acaso tenía relación la extraña muerte de la muchacha y el resto de desconocidos, con el ataque de un hombre lobo? Por mas veces que lo pensaba, no encontraba sentido alguno a lo que estaba pasando. En cualquier caso, su objetivo ahora era salir con vida de aquella un poco mas rico. Mas tarde trataría de encontrar respuesta a sus preguntas.

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20/12/2021, 17:02
Rion Aedryn

En otras circunstancias, en circunstancias normales, hubiera decidido amenizar el trayecto con alguna tonada de su laúd que relajara la tensión del ambiente. Pero no tenía ni el ánimo suficiente ni quería convertirse en el foco de atención para las criaturas y animales salvajes que habitaran ese bosque. Y mucho menos quería ser el objetivo principal del hombre-lobo. Por eso, se mantuvo en un mutismo difícil de imaginar viniendo del bardo, quien podía hablar durante horas sin cansarse. Solo que en aquella ocasión prefería dejar su habitual verborrea descansando durante el tiempo que durara la partida en busca de aquel ser.

¿Y si es otro tipo de criatura a la que no le afecta la plata? —planteó con cierto temor, mirando a la bruja—. ¿Qué haremos entonces? ¿Huir sin mirar atrás? ¿Rezar para que no nos coma? —preguntó atropelladamente mientras sostenía su ballesta con un pulso no muy firme. Estaba bastante acongojado pese a que tratara de no exhibirlo de cara a los demás—. Soy demasiado joven y apuesto para morir aquí... —musitó.

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21/12/2021, 09:02
Director

Preguntas, dudas y cuestiones diversas se agolparon en sus mentes. Algunas verbalizadas y otras mantenidas en sus pensamientos, presas del temor de que pronunciarlas en voz alta pudiera hacer que se cumplieran. Había demasiadas incógnitas, muchos cabos sueltos, una penumbra en el conocimiento que les impedía saber qué podría pasar. Incluso la bruja, acostumbrada a lides semejantes, tenía sus propias dudas sobre la naturaleza del hombre lobo dada la complejidad de aquel caso. Pero la única forma de salir de aquella, de poner los puntos sobre las íes y descubrir toda la verdad era enfrentándose al peligro. 

El atajo aquel, poco más que una trocha cubierta de guijarros en la que muchas veces tenían que detenerse para adivinar por dónde proseguía el camino, les obligaba a remontar empinadas cuestas pedregosas y a deslizarse entre peñascos. Llegó un momento en el que se dieron cuenta de que llevaban muchos minutos sin hablar, concentrados en dónde ponían los pies para evitar resbalar y torcerse un tobillo tras pisar una piedra suelta. Aquello no solo dificultaba enormemente la marcha, sino que también que sus sentidos estuvieran centrados en los posibles peligros que pudieran acecharles. 

Tras una hora de camino, las piedras dieron paso a una zona no mucho mejor donde la vegetación crecía salvaje y cubría todo cuanto había por ver. Arbustos y malas hierbas crecían sobreponiéndose con terquedad al hostil terreno. Sin embargo, a excepción de algunos pájaros que huyeron volando al acercarse el grupo, no había mucha vida por allí. Ni siquiera encontraron rastro de la presencia de cabras montesas u otros animales a los que caminar por ese terreno pudiera resultarles más natural. 

Finalmente, algo se movió en uno de los arbustos cercanos, sacudiéndolo y acercándose a ellos. La bruja tensó su mano, apretando el pomo de la espada, pero lo relajó en cuanto percibió el olor familiar del lobo negro del enano. Dum saltó de los arbustos al camino y les miró con aquellos ojos amarillos, la boca abierta y la lengua fuera. Rápidamente fue a colocarse junto a su amo, quien ya echaba de menos su presencia. 

Notas de juego

Haced una tirada de Supervivencia DO 18 para ver qué tal os movéis por el camino. 

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21/12/2021, 17:54
Martem de Bremervoord

El camino era más complicado de lo que habían imaginado. Aunque Martem estaba en una inmejorable condición física y tenía un gran control sobre sus movimientos, no estaba acostumbrado a deambular por parajes tan abruptos y escarpados como aquellos. Las dificultades que él mismo experimentaba le hicieron cobrar conciencia de las que debían de estar sufriendo sus compañeros, así que, a pesar de hablar poco a lo largo del camino, estuvo pendiente de los demás, por si alguno de ellos necesitase ayuda en algún momento.

En cierto punto del viaje, una bestia salvaje los sorprendió desde unos arbustos. Tras el sobresalto inicial, todos pudieron ver que se trataba del amigo de Morkam, con lo que pudieron relajarse. Después del feliz reencuentro, el grupo se puso nuevamente en camino.

- Tiradas (1)

Notas de juego

¡Supervivencia DO 18! Madre mía, menudo fail que voy a meter... :-S

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22/12/2021, 08:44
Dannar

¿Y qué les iba a decir? Sin duda, esperaba que pudieran defenderse un poco mejor que simples pollos, y que rezar a quienes fuera que adoraran no entrara dentro de sus planes a la hora de aguantar, pero en verdad ni eso les habría tranquilizado, ni a ella le habría servido de nada. Llegado el momento ya habría respuestas para todas esas preguntas.

Siguieron caminando por el sendero hasta topar con el atajo. Allí se hizo el silencio, la tensión se intensificó, los nervios a flor de piel, el peligro acechando. Cuando un rato después el lobo que acompañaba a Morkam surgió de entre los arbustos, a punto estuvo de lanzarse a por él rápida como una centella; se contuvo a tiempo. En cambio, era patente que se tomaba muy en serio la amenaza y que estaba más que lista para la lucha.

- Tiradas (1)
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26/12/2021, 21:27
Rion Aedryn

Putos bosques y sus caminos imposibles... —farfulló cuando estuvo a punto de resbalarse con una piedra, pero por suerte se agarró a tiempo a las ramas de un árbol cercano, impidiendo de este modo su caída.

Nunca se le había dado bien a Rion caminar por ese tipo de senderos y entornos. Sus botas estaban hechas para desplazarse por planicies y callejuelas, no por zonas escarpadas o donde la vegetación te jugaba una mala pasada como te despistaras un momento; algo que no era una quimera, porque él solía tener la cabeza un tanto dispersa, pensando en cosas que no venían al cuento. En ese instante, se preguntaba continuamente por qué se encontraba allí, en lugar de estar empinando el codo en la taberna de Belmonte.

Como sea, había decidido ir junto a los demás en la búsqueda del hombre-lobo o lo que demonios fuese, por lo que de poco servía lamentarse, pese a que le apeteciera. Jadeó con pesadez, tratando de disimular lo complicado que estaba resultando para él moverse por allí tomando aire y dándose pequeñísimos descansos siempre que le era posible.

- Tiradas (1)
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27/12/2021, 15:41
Jezal

¿Otra rutina? —preguntó Jeza en voz alta—. ¿Como que el bichejo ha aprendido y se ha adaptado? ¿O mucho es esperar eso de un monstruo?

A él tampoco terminaba de gustarle la pieza que le habían asignado en ese tablero, pero qué iba a hacerle. Ni sabía qué forma tenía un hombre-lobo más que por las coloridas descripciones del juglar ocasional, y esas descripciones rara vez coincidían más que en los detalles superficiales. Se sentía afortunado de que su vida hubiera estado marcada por una notable carencia de esa y otras abominaciones similares hasta entonces.

¿Cómo es que te ha dado por venir, de todas formas? —preguntói a Rion, necesitando dejar de pensar en que si la cosa iba mal sus tripas podrían terminar esparcidas por ese mismo bosque—. ¿Para que la siguiente moza no pueda resistirse cuando le cuentes la historia?

Apretaba el hacha entre sus manos, pegando golpecitos ritmicos sobre el mango con las puntas de los dedos. Este golpeteo se detuvo cuando apareció el lobo negro del enano, y es que durante un momento casi hasta pareció que el nilfgardiaano se lanzaría a por el animal como si fuera el que estaban buscando del susto que se había llevado.

La hostia, sus muertos...

- Tiradas (1)
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28/12/2021, 16:45
Morkam

Morkam, acostumbrado a las calmadas jornadas de trabajo destilando compuestos y dando forma a distintos materiales, encontró excesivamente cansada la cuesta de guijarros que debían remontar. En algunos puntos detuvo su avance, no solo para tomar algunas piedras, sino para recobrar el aliento sin ver su dignidad dañada. Aquello era normal, después de todo era hombre y miembro de la raza enana, no podía mostrar debilidad alguna por partida doble.

Tiempo después, cuando los matorrales se agitaron amenazantes, el adusto artesano tomó el cuchillo en sus manos y esperó. Al ver a Dum emerger entre la maleza y sentir su cuerpo pegado al suyo cuando este se acercó, provocó que el experto juguetero se relajara en gran medida. El olfato de su compañero lobuno era especialmente agudo, sin contar que la fuerza de su mandíbula, provocaba que su amo se sintiera un poco mas seguro en aquella historia.

Diferentes pensamientos se agolpaban en su mente. Algunos reprendían la actual decisión, mientras que otros la alababan y aplaudían. Si salía con vida de aquella aventura, lo haría un poco más rico y con una historia digna de contar a sus futuros hijos y nietos, pero ¿y si no lo hacía? Él al contrario que la bruja no había sido imbuido en extraños procesos y efectos mágicos, ni tampoco disponía de la habilidad marcial de sus compañeros. Tan solo tenia un cuchillo, unas cuantas piedras y a Dum. Sin duda, si sobrevivía, su salvaje animal y él merecían un gran premio.

Conforme avanzaban, seguir el camino se convirtió en una labor mas compleja y ardua. Además, la tensión del ambiente era palpable, sin contar con los cambios del terreno. Por ello, Morkam, dispuesto aportar algo en aquel grupo, se acuclillo y observó. Examino las piedras, buscando sangre o tierra removida, así como ramas partidas y hojas marchitas. En definitiva buscó cualquier síntoma de que alguien hubiera pasado antes por allí, además de ir guiando al grupo por donde consideraba era el sendero correcto.

- Tiradas (1)
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29/12/2021, 23:26
Director

El sendero aquel era una tortura. Caminar por allí era como hacerlo por el valle de la penitencia que tuvo que sufrir el pobre Lebioda según las escrituras de aquellos que rezaban al profeta. Que cojones, ni siquiera el muy desgraciado se las había visto con un martirio semejante. Para empezar había tramos en los que era imposible diferenciar por donde transcurría el trayecto. A veces parecía que entre las rocas y la mierda de cabra había algo parecido a un camino, pero no era raro que se encontraran con que terminaba abruptamente por un desfiladero. En la mayor parte del recorrido tuvieron que saltar rocas gigantescas, afrontar resbalones, y evitar piedras sueltas y arbustos espinosos que ocupaban casi la totalidad del camino transitable. A excepción de la bruja, que se movía con la soltura propia de una de esas cabras, todos tuvieron dificultades para continuar. A Martem se le engancharon las ropas en unos zarzales y se hizo un siete en los pantalones tan grande que le dejó con medio culo al aire. Si encontraban a aquel hombre-lobo, el cidario confiaba en que el decoro no fuera a resultar de ayuda en esa situación, porque estaba claro que hasta la bestia iba a quedar avergonzada de tamaña estampa. El bardó resbaló con un guijarro suelto y cayó sobre su laúd, partiendo por la mitad el mástil y haciendo saltar la mitad de las cuerdas con una nota tan desafinada como triste. Alberich saltó un socavón enorme y perdió su bastón en el proceso, el cual cayó rondando por un precipicio por el que apunto estuvo de irse también Jezal, quien se quedó colgando de una mano y tuvo que ser rescatado por el resto de sus compañeros. Con las rodillas magulladas y una ligera cojera, el nilfgaardiano logró seguir pese a todo. Poco después, el camino, si se le podía llamar así a aquella trocha de mala muerte, descendía en una profunda pendiente que Mortam decidió bajar de la manera más rápida y directa, esto era rodando por la ladera hasta llegar el final. El muy desgraciado no paró de dar vueltas hasta que una enorme roca puso fin a sus ansias de hacer el descenso todavía más abrupto y doloroso. Todas esas vicisitudes provocaron que lo que debía ser una hora de camino se convirtieran en dos, hasta que por fin el camino dejó de descender y comenzó a subir por una pendiente que se mantenía en un estado aceptable, adentrándose en un pequeño bosque donde las raíces de los árboles habían logrado sujetar con mejor firmeza el suelo de aquella parte del terreno. 

El bosque era denso, apenas se colaba la luz de un sol que prácticamente había desaparecido sobre sus cabezas. En un primer momento agradecieron librarse del sol, ya que el ambiente del bosque era más fresco. No se habían dado cuenta hasta entonces que estaban empapados en sudor, e incluso a alguno de ellos la frente le chorreaba a mares. No obstante, la mejoría del camino se notó también en sus pulmones y en sus piernas. Pero pronto el bosque se tornó sombrío. El silencio que lo habitaba era demasiado incluso para un terreno en el que hasta los gatos monteses debían tenerlo difícil para poder acceder. Lo primero que echaron en falta fueron los cantos de los pájaros, que les habían acompañado durante todo el trayecto y que ahora eran una ausencia tan llamativa que era imposible obviarla. 

Martem empezó a notar que algo no iba bien. Su instinto le decía a gritos que se adentraban irremediablemente en una trampa mortal, temía que en cualquier momento el hombre-lobo saltara sobre sus cabezas desde la rama de alguno de los árboles, pero todo parecía despejado, lo cual le ponía más nervioso. Entonces todos lo escucharon. Una risa. Una alegre y jovial risa de niña que sonaba divertida y cristalina como el agua de una cascada brotando de las montañas. Por increíble que pudiera parecer, alguna niña se encontraba allí riendo y cantando. Al ya de por sí peculiar sonido de la niña se le sumaron los ladridos alegres de un perro que parecía acompañar los cantos de la niña. Unos pocos pasos más los situaron frente a la linde de un claro de abundantes flores donde una joven muchacha, en la flor de la vida, ataviada con una capa roja y una cesta, reía, cantaba, bailaba y jugaba con un labrador de color gris oscuro, ignorando completamente al grupo de recién llegados que la miraban sorprendidos. El medallón de Dannar zumbaba como la bruja pocas veces lo había visto antes.

- Tiradas (3)

Notas de juego

No era necesario que esta tirada fuera oculta. Solo Dannar la ha superado, lo peor fue para Jezal y Morkam que sacaron un 1, lo cual es una pifia. He tirado para restar los resultados. Ambos os lleváis un modificador negativo -1 a Movimiento, Esquivar/zafarse y Atletismo, hasta que podáis tener una noche de descanso. 

Podéis lanzar Percepción humana (DO 18). 

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30/12/2021, 03:03
Martem de Bremervoord

Dicho de forma elegante, aquel «camino», por llamarlo de alguna manera, era una puta mierda. Traicionero como él solo, y peligroso, les costó más de un disgusto a todos los integrantes de aquella reducida expedición, a excepción de la bruja, que estaba acostumbrada a deambular por parajes como aquel. Martem, por otro lado, perdió el poco humor que le quedaba cuando un mal refregón con unas zarzas lo dejó enseñando las posaderas. Al principio pensó en rasgar una parte de su capa para ponerse un parche improvisado, pero no era tan superficial como para echar a perder una pieza de ropa que estaba en perfectas condiciones solo para taparse medio culo. «A la mierda —se dijo—. Más fresco que voy. Quien quiera mirar, eso que se lleva».

Pero ni siquiera fue él el más desventurado de los viajeros. Quien más quien menos, todos sufrieron alguna caída o percance que a punto estuvo de costarle más que la dignidad a más de uno: Rion se cargó su laúd, Alberich perdió la vara que usaba para caminar, Jezal estuvo a punto de despeñarse por un abismo sin fondo, y Morkam cayó rodando por uno que, afortunadamente, sí lo tenía.

¿Estás bien? —preguntó el barbirrojo cuando llegó a la altura (o bajura) del enano, tendiéndole una mano para ayudarlo a levantarse—. Ten cuidado, que no te rompas nada.

A pesar de la ligereza con la que habló, lo decía en serio. Hacía un buen rato que sentía algo, y no era solo una impresión. Sabía que alguien, o algo, los estaba siguiendo, los estaba observando; algo que casi parecía a punto de aparecer por los confines de la percepción, pero que en ningún momento llegaba a revelarse.

De repente, todos pudieron oír la risa de una niña que, en aquel entorno, parecía completamente fuera de lugar. Lentamente, Martem echó mano a sus cuchillos, presto a defenderse si cualquier cosa les salía al paso. Sus piernas, que hormigueaban a causa de la adrenalina, también estaban listas para correr en caso de qu las armas no bastasen. Justo entonces, el grupo alcanzó a ver a una chica muy joven, quizá una niña, que portaba un cesto e iba ataviada con una capa roja. Un enorme perro gris oscuro jugaba junto a ella. Una visión que en otras circunstancias habría sido encantadora heló la sangre en las venas de Martem. Eran la niña y el perro de la canción. Pero no solo eso…

Una cesta…

Una capa roja…

No era posible.

¿Pyrrha? —preguntó Martem en un murmullo, sintiendo cómo le fallaba la voz—. Dannar, ¿qué es esto? Esto no es un hombre lobo. ¿Qué hostias hacemos ahora?

- Tiradas (1)
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30/12/2021, 09:24
Dannar

A Dannar no le sorprendía el estado del "atajo" —aunque por otro lado no sabía como un camino que incluso transitaba una niña en el pasado había llegado a convertirse en algo así—, lo que si era increíble era como los tres guardias a los que el alcalde había mandado a por la anciana, primero habían avanzado por allí, y luego habían vuelto a la carrera sin matarse en el proceso; ni siquiera ella, con tanto entrenamiento, habría sido capaz de semejante hazaña. Por los dioses, ni siquiera una cabra habría sido capaz de hacerlo. Parecía completamente absurdo e irreal, y empezaba a sospechar que o los soldados habían mentido, o ellos se habían equivocado totalmente, desviándose en algún punto, aunque no se le ocurría donde.

Para cuando llegaron a un lugar más decente por el que pasar, todos sus compañeros habían sufrido de una u otra manera los azares del mal llamado sendero. Estaban magullados física y moralmente, y un simple vistazo era suficiente para ver que hasta su orgullo debía de haberse resentido algo tras aquella experiencia; esperaba que recuperaran rápido los ánimos y no estuvieran tan lastimados como podía parecer, ya que, si tenía razón, pronto dependerían de hacer uso de todas sus capacidades para sobrevivir. Por supuesto, no tenía razón.

Lo que encontraron no fue una peligrosa nueva variedad de hombre-lobo, sino una escena tan fuera de lugar que, estaba claro, no podía ser cierta. A juzgar por el zumbido de su medallón, aquello apestaba a magia, a maldición.

Eso no es Pyrrha, ni juega con un simple perro. —No podía decir qué eran, pero no podían ser lo que aparentaban ser. ¿Espíritus? Si la niña había tenido una muerte violenta (y lo parecía según lo que habían encontrado), era posible. ¿Pero aquél chucho? Los animales no dejaban fantasmas atrás, no tenía ni pies ni cabeza.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Se me ha pasado tirar en Oculto, aunque bueno, sabía que no la iba a pasar jajaja.

EDIT: Dejo también Formación de brujo, por si me da alguna pista.

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31/12/2021, 11:24
Rion Aedryn

Si te soy honesto, ni yo mismo lo sé —reconoció—. Habré tenido un acto de valor... o de locura, según se mire —comentó, en respuesta a la primera pregunta de Jezal—. Aunque es cierto que conseguir dinero, fama y una nueva historia que contar son alicientes suficientes como para arriesgar mi pellejo en una misión suicida —añadió, esbozando una parva sonrisa. 

El tortuoso camino continuó fastidiándoles el viaje y aunque él no se llevó la peor parte en lo que a daño físico respecta, su torpe caída en un momento dado propició que su preciado instrumento se volviera inservible, partiéndose por la mitad. Los ojos del bardo se abrieron de golpe, tratando de juntar las piezas en un fútil intento para que estas se unieran por arte de magia. Era inútil; su música tendría que esperar un tiempo hasta resonar una vez más... "Maldito el día en que decidimos venir a este pueblo" —pensó, un tanto alicaído. 

¡No! ¡Qué puto desastre! —exclamó, observando el mástil con una expresión lastimera—. Por eso no debería haber venido... ¿Qué será de mí ahora sin mi laúd? ¿A dónde iré? ¿Cómo me ganaré la vida? —el bardo había entrado en un estado dramático y de pánico, lanzando cuestiones al aire, mientras hacía múltiples aspavientos—. Más nos vale completar el encargo, ya que repararlo o comprar uno nuevo me costará una pequeña fortuna —suspiró, negando con la cabeza varias veces—. Lo siento, querido amigo... Este no debería ser tu final... Te imaginaba reposando desgastado sobre el lecho de un camastro al lado de una buena señora —dijo, acariciando con suavidad la madera del instrumento, tratándolo como a una mascota o algo similar. 

Rion estuvo cerca de soltar alguna lagrimilla, pero aguantó con estoicismo en el sitio. Resignado como estaba, continuó avanzando junto a los demás, para despejar su mente y no darle vueltas al terrible suceso que acababa de minar su moral. A duras penas, el grupo accedió a un tramo del bosque donde solo les acompañaba un silencio sepulcral que helaba la sangre. Y más se le heló tras presenciar la figura de la niña jugando con el perro. Aquello debía ser un producto de su imaginación o una clase de espejismo, porque de lo contrario era como para salir por piernas a la voz de ya. 

Oh, dioses... Esto es mucho peor que un hombre-lobo... ¡Fantasmas! ¿Cómo coño se vence a algo que ya está muerto? 

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04/01/2022, 10:41
Morkam

El lamentable estado del grupo castigo a cada uno de sus integrantes, salvo a la bruja. Aquello no extraño al adusto artesano, pues tiempo antes había leído sobre un extraño proceso que expandía el límite natural, hasta un punto difícil de imaginar. En un comienzó Morkam se permitió sonreír al ver como los pantalones de Martem; sin embargo aquello cambió cuando el bardo cayó sobre su laúd. 

Si salemos con vea de esta, trataré de reconponierla— pronunció el enano mientras apoyaba una de sus manos en el hombro del músico—. Si no foire capaz, buscaré a uno que sea carpaz. 

Después de aquello, el adusto artesano se lanzó al camino, dispuesto a terminar cuanto antes con su trabajo. Su ímpetu de sentirse útil y guiar a sus compañeros, unido al estado lamentable del camino, provocó que este cayera ladera abajo. Cuando su caída se vio detenida de manera abrupta por una enorme roca, multitud de raspones, moretones y brechas cubrían su cuerpo. A pesar de ello, no dijo palabra alguna, tan solo aceptó la ayuda de Martem, respondió con un asentimiento a su pregunta  y emprendió de nuevo el sendero. Sin duda su cuerpo le dolía, algo que era evidente al observar sus muecas de dolor con cada paso que daba, pero así era el mundo de los hombres. Debían mantener la dignidad y las apariencias. 

Tiempo después, cuando el silencio se hizo en el bosque y su luz más sombría, Morkam no pudo evitar pensar en espectros, algo que no tardó en confirmarse. Cuando el habilidoso artesano vió junto a sus compañeros, a la niña y al perro, sus ojos se abrieron como platos. Por muchos libros que hubiese leído, no estaba preparado para aquello. De modo que observó aterrado la escena, mientras de manera inconscientes se acercaba a Dannar, buscando la protección de su oficio.

¿Qué haceimos?— preguntó poco después con gran terror. 

Mientras se cobijaba tras su compañera, el enano cogió una piedra en su diestra y saco su cuchillo con la siniestra con manos temblorosas. Estaba aterrado. 

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05/01/2022, 17:04
Director

El bardo se quedó de piedra en cuanto contempló la escena que tenían delante. En aquel claro, una niña muy similar a las descripciones de Pyrrha que habían escuchado hasta entonces jugaba con un perro alegremente. Por alguna razón, y a pesar del miedo que sentía, Rion se fijó en el chucho que caminaba con la niña. Algo extraño le pasaba. Aunque sus movimientos eran propios de estar jugando con la niña, perro no movía la cola y sus ladridos daban la sensación de ser más lastimeros que alegres.

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05/01/2022, 17:10
Director

En cuanto se pusieron a susurrar, la niña detuvo su juego con el perro y se giró hacia ellos. De pronto, todo el entorno se desvaneció como si todo fuera un telón ahora rasgado por una monstruosa e invisible garra. Los árboles del pequeño bosque aparecieron ahora secos y muertos, y las flores que cubrían el claro se revelaron marchitas. La niña y el perro también transformaron su apariencia, pues cuando alzaron la vista de nuevo hacia ellos se encontraron con una Dama del Mediodía junto a la que se alzaba el Hombre-Lobo que andaban buscando. La Dama del Mediodía bailaba sobre las flores marchitas luciendo una capa roja sobre un vestido blanco, a la altura del abdomen, el vestido tenía una mancha de aspecto líquido a juego con la capa. Sin mayor dilación, tanto la Dama como el Hombre-Lobo fueron contra ellos sin dilación, listos para atacarles.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Tirad iniciativa 1d10+Reflejos.

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05/01/2022, 19:00
Alberich de Narok

Alberich había perdido su bastón, pero eso no le iba a impedir hacer lo que ya debería haber hecho tiempo atrás y que había postergado demasiado tiempo. Dio un par de pasos encarando las criaturas y comenzó a agitar las manos. Sus brazos se movieron trazando círculos y adquiriendo posiciones que revelaron lo que alguno de ellos ya suponían: Alberich era un mago. Unas chispas aparecieron frente a sus dedos y de pronto un portal apareció frente al kovirano, que saltó en él justo antes de que se cerrara. Y así, sin pronunciar palabra, Alberich desapareció.

Notas de juego

PNJ.