Partida Rol por web

Despidiendome del Jarl, me giro hacia Olaf, acercándome hasta estar pegado a él, entonces, le agarro de un brazo y, apartándole un poco del resto, le susurro unas palabras al oído.

Tras susurrar una palabras a Olaf, me giro hacia el resto ¡¡Traed unas cervezas para Olaf!! si ha pedido una, traed dos o tres.

Viendo que Tornbjorg no le contesta, Brunhild se queda un momento a su lado, y luego se separa pensativa, como dándole vueltas a algo... luego se decide y vuelve a hablar a Tornbjorg, pero en alto, de manera que todos lo oigan bien, y echando miradas alrededor:

Voy a ver si todo está ya listo, si los calderos están en sus hogares, las dueñas con los niños y los ancianos y los hombres preparando las hogueras y las viandas... si nos han golpeado aquí, en el corazón del poblado, sin que nadie se diera cuenta... ¡lo vuelvo a repetir! ¡ni los perros han ladrado! ¿cómo es posible?. Somos unos inconscientes si seguimos en nuestros quehaceres como si no pasara nada... ¿estará nuestro enemigo aquí mismo con nosotros, viéndonos, oyéndonos, incluso atacándonos... sin que nosotros no podamos verle, oirle o tocarle?
Estamos a merced de los caprichos de un elfo, por así decir... o algo peor.

Después de la ronda por los hogares iré a la Thing, pero antes de todo voy a ver el ganado, por si encuentro algún potrillo inocente que pudiera dar su vida por todos nosotros hoy... ya sabéis donde encontrarme

La verdad es que Brunhild se va con la intención de hacer todo eso que ha dicho... Si el caballo está mancillado, no es adecuado para el sacrificio. Punto.
Si no se resuelve esto, habrá que considerar otras opciones... sea como sea el sacrificio correcto debe hacerse.

Pero además de todo ello, si encuentra un momento para estar sola, quiere echar un vistazo al bastón, para intentar averiguar algo sobre él... examinarlo. Sentirlo. Intentar ver si es mágico, y qué hace.

Una vez que parece que la cosa está en marcha, me doy cuenta de Brunhilda. Agarrándola del brazo y cerrando los ojos momentaneamente Disculpa Brun, tantos acontecimientos, tan malos y en tan poco tiempo es algo totalmente anormal.

Cierto es que tenemos al enemigo en casa, aunque no sabemos ni desde dónde ni cómo ataca. Sinceramente preferiría que ayudases a Olaf, aunque si prefieres dar una vuelta y quedarte más tranquila, adelante. Yo me quedaré aquí por si Olaf necesita algo. Si no puede expulsar lo que sea que hay dentro del animal, deberemos llevarle a la fuerza. luego, girándome de nuevo ¿todavía no están aquí las malditas cervezas?

Me temo que no puedo hacer nada por Olaf... aparte de estar cerca para cuidar de su cuerpo... él camina por el otro lado, y yo aún no tengo el poder ni de mirar, siquiera... para verlar por su cascarón cualquiera puede, y realmente es necesario que busquemos otro animalillo que nos pueda servir, un potro o potrilla de pocos días que no tenga malas experiencias.
Te pido en verdad que mandes a alguien a ayudarme si puedes, porque me temo que aún con los mejores esfuerzos de nuestro chamán, tenemos demasiadas fuerzas en contra. De sabios es prever. Aún no está todo perdido para las Hogueras de Invierno, y de no tener éxito en nuestro empeño necesitaríamos recurrir a medidas extraordinarias...la adoración a los dioses mediante un sacrificio DEBE ser realizada según está prescrito. Si no es así, el dios que reine en los cielos con más poder será Loki, los Gigantes o los Trolls...

Brunhild parece preocupada... una línea arruga su frente...

Palmeando el hombro de mi amiga Está bien, pero volved en una hora como máximo. girándome hacia Lörky ¡Lörky! acompaña a Brun y dad una vuelta por el pueblo. Si encontraías cualquier cosa extraña, venid a informad y no intenteis nada.

Sin decir una palabra el scald-houscarl se pone en marcha. ¿En qué momento me he convertido en mayordomo?, piensa Sveim, que con gesto hosco sale del establo y se dirige a las cocinas.

Una vez allí echa una ojeada y se dispone a poner buena cara al mal tiempo y sacar unos momentos agradables del día que hasta ahora se ha torcido.  Con gesto encantador se dirige a una de las bellas mozas que allí se afanan en hacer los últimos preparativos para la ceremonia.

Hola hermosa, Guntar ha solicitado un barrilete de cerveza para una ceremonia previa al sacrificio, por favor apresuraos y dadme ese barril junto con una jarra para catar el producto y comprobar que sea adecuada para el cermonial. No queremos ofrecer a los dioses una cerveza aguada o de mala calidad ¿verdad? pregunta Sveim a la joven pechugona y de carrillos sonrosados, mientras le hece un pícaro guiño y deja que su mirada se pose de forma evidente sobre sus senos.

Ottar sin decir practicamente nada coge su arco y su lanza y s eprepara a acompañar a Brunhild y a Lorky.

Aquí soy un inútil y es algo que no soporto, prefiero peinar las calles buscando peligros que mirar al peligro y no ver nada en estas cuadras...

El guerrero, acostumbrado a los caprichos de la hija de Jarl, obedece sin terciar palabra. Suelta la cuerda y se levanta a buscar algo.

Olaf se va quedando cada vez más frío, más frío, más frío. Su cabeza pende sobre el pequeño cuenco que hay entre sus piernas cruzadas, el humo incide sobre su nariz, y es respirado una y otra vez. Respiraciónes profundas, profundas. En un momento dado, sobre sus hombros, comienza a verse una forma extraña, negruzca, un perfil como de tinta. A los pocos segundos -el ojo amarillo, redondo, el largo y romo pico, las largas plumas, de reflejos verdosos- la forma translúcida de un cuervo mira insolente a Thornbjorg, Baraka, Unn, Brunilda y Kirk.

-He aqui: ¿qué coño mirais? ¿es que no habeis visto un cuervo en vuestra vida? -El cuervo mueve el pico, pero hablan los labios dormidos de Olaf, el loco. -Señora, he aqui de nuevo, y otra vez si hace falta: el bueno de Olaf se lanza al ataque sin recursos. Estamos agotados, es la verdad. ¿No os dijo que convenía llamar a Svala, la que puede ver? Hacedlo sin demora e intentaré que aguarde para cargar contra el mal, pues es joven y voluntarioso y puede que pague con mucho la lealtad que os debe. ¡He dicho!

Te aseguro, Godi, que no hay un animal como el que mencionas en estos parajes - dice en voz muy alta el Ruidoso, una vez estáis afuera, pues os ha seguido - soy el único criador, como bien sabes, y no será hasta dentro de dos lunas cuando veremos un nuevo potrillo...

De cualquier modo... - añade, al parecer un poco avergonzado de meterse en el terreno de Brunhild - los huesos hablaron!!. Sibarnandan debía ser la ofrenda, así lo aseguró Svala..., yo no entiendo de esas cosas, pero los huesos..., no conviene contradecirlos - añade, supersticioso.

Svein regresa con el barrilete de cerveza. A juzgar por el alegre brillo de sus ojos, ha catado la mercancia y está a su gusto.

El cuervo incorporeo continúa contemplando la escena, y por el momento no parece suceder nada más.