Partida Rol por web

En las estancias del verdugo (Inconclusa)

Capítulo I. Al otro lado de la frontera.

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06/12/2013, 16:27
Wenceslao

Augusto torció el gesto, disgustado por las órdenes de Tara, mientras que Yuri asintió, leal y obediente.

Fue Wenceslao el que habló, tras dar un fugaz vistazo a la delantera de la sargento -Y si deciden disparar con esas armas que tienen ¿que hacemos? Seguramente podamos contra ellos pero perderemos a algunos de los nuestros.

Notas de juego

Para eso está la escena de personajes Dadi, para que no os lieis con los personajes :)

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07/12/2013, 03:26
Ethan Slate

-"Si, puede ser..."- dije mirando a todos, no olvidaba las palabras de El Profeta, pero debíamos seguir las ordenes de Rhadis, sabía que elegiría bien.

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09/12/2013, 11:23
Mara Mukin

La sargento ha dado una orden y no nos corresponde ni a los primogénitos ni a los soldados cuestionarla, pero si la acatamos pondremos en riesgo nuestras vidas, y lo que es más importante, la misión.

-Con su permiso, sargento... -digo dando un paso hacia ella-. Ésta es una expedición confidencial encargada por la Academia y el Mayor, esos tres hombres no deberían acompañarnos bajo ningún concepto, ni con armas ni sin ellas. Pero las circunstancias no nos permiten deshacernos de ellos aquí y ahora porque levantaríamos aún más revuelo y tendríamos a toda la ciudad de El Paso tras nosotros. Creo que lo más prudente es permitir que nos acompañen hasta el templo, fingir que confiamos en ellos, utilizarlos como armas y como brazos fuertes para lo que nos encontremos allí, y a la vuelta... -me encojo de hombros-, apresarlos y entregarlos a las autoridades de El Refugio, o matarlos.

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12/12/2013, 18:23
-Narrador

Un coche de gran tamaño, más o menos como el más grande de los vuestros, salió de la ciudad y se paró justo al lado vuestra. Su chapa de color negro estaba decorada con varias serpientes azules y otros símbolos como calaveras y cuchillos. La parte de delante tenía un parachoques de metal cubierto con alambre de espinos y varios pinchos.

De él se bajaron dos hombres y un crío de color. Uno de los dos adultos era un hombre menudo con una cresta en la cabeza, armado con un rifle, mientras que el otro era un hombre atractivo y aspecto impecable, dentro de sus posibilidades. En sus caderas colgaban dos pequeñas ametralladoras. El crío, de unos quince años, parecía perdido entre los dos hombres y sus ojos mostraban que había llorado hacia poco.

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12/12/2013, 18:55
Tara "Strike"

Tara se acercó a aquellos hombres y los saludó sin demasiados aspavientos justo al colocarse delante de ellos, con los brazos en jarra. Los miró detenidamente, uno a uno, tomándose su debido tiempo. Después señaló al más pequeño de ellos.

- ¿Quién es él? Big Bear dijo tres hombres, no dos hombres y un crío, ese no era el trato - dijo en un tono bastante normal.

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15/12/2013, 20:50
Z

El hombre se encogió de hombros ante las palabras de Tara -¿Quién dice cuando alguien es un crío y cuando un hombre? ¿de que depende? Sea como sea si ahora es un niño volverá siendo un hombre. ¿Nos vamos?

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17/12/2013, 11:48
Rhadis Trent

-Bien dicho -dijo Rhadis con su sonrisa mordaz-. Creo que hemos perdido el tiempo suficiente. Si han decidido envíar al chico es porque confían en él. Supongo que se cuidarán entre ellos.

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17/12/2013, 13:27
Ethan Slate

-"Después de todo es su trabajo"- dije reforzando las palabras de Rhadis.

-"Seguimos en marcha Sargento?"- pregunte, aunque ya estaba moviéndome junto a los exploradores.

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18/12/2013, 15:55
Tara "Strike"

Tara pareció replantearse el asunto. Quizás aquél no fuese el momento indicado para desarmar a aquellos hombres.. por lo que en poco tiempo decidió. 

- Todos a los vehículos, nos vamos 

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19/12/2013, 14:11
-Narrador

Siguiendo las órdenes de la sargento volvisteis a vuestros vehículos y continuasteis con vuestra búsqueda, ahora con un transporte adicional, más alimentos y tres hombres cuya lealtad era, cuanto menos, cuestionable.

El paisaje tras abandonar "El Paso", la frontera cultural de "El Mayorazgo", era tedioso y repetitivo. A vuestro alrededor no había más que tierra, piedras y algún que otro arbusto que parecía ignorar que estaba fuera de lugar. Los caminos que tomasteis durante vuestro primer día de viaje os impedían coger velocidad, pues estaban llenos de rocas, inclinaciones y otros obstáculos más pesados. Tal era la inexistencia de senderos que, cuando os encontrasteis un pasaje cerrado por culpa de desprendimientos, solo tuvisteis que retroceder un poco y avanzar en una nueva linea seis metros a la derecha.

La total ausencia de vida solo se rompió cuando visteis una manada de perros salvajes, formada por cerca de dos decenas de animales carroñeros. Sus ojos os vigilaron mientras pasabais por su territorio pero no hicieron nada más que observar y lanzar unos fuertes ladridos para intimidaros.

La zona de "El Mayorazgo" deshabitada era, en su mayoría, las ruinas de una extensa ciudad por lo que cada pocos metros se podía encontrar algún edificio, una calle o, al menos, las ruinas de algo. Ese hecho hacía que, incluso los exploradores, os sintieseis perturbados por la total ausencia de civilización, de mano humana, tan cerca de vuestro territorio.

Cuando el anochecer os alcanzó detuvisteis los coches en un llano igual a cualquier otro por el que habíais pasado y os preparasteis para pasar la noche.

Notas de juego

Imaginaos el paisaje sin el caminito.

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24/12/2013, 09:29
Rhadis Trent

-Bueno -dijo Rhadis sacando unas raciones-. Alimentaos bien esta noche, porque ahora empieza lo difícil. Deberíamos establecer una rutina para las guardias nocturnas... sobretodo con nuestros nuevos amigos aquí -susurró en referencia a los que se les unieron en "El Paso".

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24/12/2013, 15:57
Ethan Slate

-"Estoy de acuerdo- dije ante lo dicho por Rhadis- y si se me permite agregar algo- comente en susurros- nosotros también deberíamos montar guardia, no solo los militares..."-

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28/12/2013, 16:32
-Narrador

La noche pasó tranquila entre guardias y desconfianza, por suerte para los aventureros pues la falta de mando de la sargento provocó una gran descoordinación y situaciones de evidente peligro en los que nadie hacía la guardia o, aquellos encargados de ella, eran demasiado débiles e inexpertos.

A la mañana continuasteis el camino, recorriendo el yermo desnudo en que os encontrabais con cuidado y lentitud. Tras un breve parón a la hora de comer encontrasteis las ruinas de una antigua carretera. El asfalto estaba agrietado y cubierto en su mayoría por tierra y piedras pero salvaba la mayoría de los desniveles que os habían ralentizado el día anterior. La zona parecía totalmente deshabitada, aunque ya estabais acostumbrados a ello.

Cuando el sol ya empezaba a descender visteis una pequeña figura en el horizonte. Una persona de baja estatura caminaba torpemente hacia vosotros por la carretera. Cuando os acercasteis vislumbrasteis la figura de una cría de no más de diez años, sucia y desnutrida, que se tambaleaba a cada paso. Vestía una chaqueta sucia y roída que tapaba con una capa de piel oscura.

¡Ayuda, por favor! -gritó mientras os acercabais.

Notas de juego

Demasiadas ausencias y falta de posteo por lo que doy un salto en el tiempo y avanzamos.

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29/12/2013, 15:58
Tara "Strike"

El día transcurría con normalidad y estaba apunto de apagarse cuando en el horizonte apareció una pequeña figura. Al acercarse más pudieron distinguir a una niña que pedía ayuda. La sargento pensó por un instante. No estaban acostumbrados a aquellas situaciones y apenas sabían que había más personas fuera de sus fronteras y nadie les había advertido sobre ellos.
Sin embargo... la confianza era algo que no se podían tomar a la ligera, más cuando había tanto en juego.

- Detened el convoy - ordenó la sargento. No quería detenerse donde se encontraba la niña, por si era una especie de trampa. Quizás la pequeña solo precisase ayuda... pero eso lo descubrirían. - Que dos soldados se acerquen y traigan a la niña hasta aquí. El resto, excepto los conductores, bajad de los vehículos y permaneced en posición defensiva. No podemos correr ningún riesgo. 

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29/12/2013, 20:31
-Narrador

El conductor del primer vehículo se detuvo, provocando que los otros tres frenaran hasta pararse completamente. 

La sargento se bajó y comenzó a dar órdenes. Sus hombres, los soldados, reaccionaron con rapidez y salieron de los coches, preparando sus armas para lo que pudiera ocurrir. El primogénito Augusto comenzó a andar hacia la cría junto a Wencelao, apuntándola con sus armas.

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29/12/2013, 20:41
Rob

¿Que coño pasa ahora? ¿a que estamos esperando? -preguntó uno de los tres hombres cuya asistencia al grupo era obligada -¿no sabéis que se cuece fuera de "El Mayorazgo"?

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30/12/2013, 05:30
Ethan Slate

Acate las ordenes apenas fueron dichas, no como un soldado, sino como alguien que sabía que tenía que colaborar y lo difícil que sería sobrevivir.

Me acerque un poco a la niña, pero dejando que los primogénitos fueran delante como se les ordeno, escuché el comentario del pandillero de El paso e intente hacer memoria a ver si entendía a que se refería...

Notas de juego

Tengo que tirar algo?

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30/12/2013, 11:52
Mara Mukin

Es una trampa, pienso convencida para mis adentros, todo fuera de El Mayorazgo es una trampa.

Y aunque no lo sea, ¿qué demonios vamos a hacer con una cría tan pequeña ? Ésta no es una patrulla solidaria, tenemos una misión muy concreta... ¿Por qué le cuesta tanto a la sargento limitarse a las órdenes?

Maldigo en un susurro y espero parapetada junto a mi vehículo a que los primogénitos traigan a la niña para examinarla.

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30/12/2013, 12:05
Niña

Desde que erais solo unos críos vuestros padres, amigos y profesores os habían enseñado que solo la vida en "El Mayorazgo" era pacífica y sencilla. Fuera de sus fronteras acechaban infinidad de peligros en formas muy distintas, desde bandas de ladrones a monstruos deformes.

Sin embargo la cría que Augusto, Wenceslao y Ethan recogieron no parecía nada de eso. Era una niña sucia y algo desnutrida, con los ojos aún humedecidos por el llanto y muerta de miedo.

Ayudadme por favor, un hombre malo ha cogido a mi mamá y a la tía Ross. Las ha llevado a una cueva y no puedo hacer nada para ayudarlas -os suplica la cría entre lágrimas, repitiendo lo mismo varias veces.

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30/12/2013, 12:25
Mara Mukin

-¿De dónde sois y qué hacíais en estas tierras? -le pregunto mientras la examino en busca de heridas o marcas que puedan indicar una infección-. ¿Cómo era ese hombre? ¿Iba solo? ¿Tenía armas?

Sigo sin estar segura de que no sea una trampa, un cebo para atraernos a una emboscada, pero estoy convencida de que la sargento decidirá ayudar a la cría así que cuanta más información obtengamos mejor.