Partida Rol por web

Encanto: El secreto de los Madrigal

Epilogo: Un Nuevo Hogar, Tan Lleno de...

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29/07/2022, 21:47
Narradora

A través del velo que separaba a los vivos de los muertos, Mirabel vio a su familia cercana partir, dejar todo lo que conocieron como su hogar atrás. Las puertas de Casita volvieron a cerrarse, esta vez no como un acto de confinamiento, sino por el propio deseo de los Madrigal que restaban en Encanto. Mariano, cada vez menos presente, avanzó hasta colocarse frente a Dolores, y aún cuando no podían tocarse, sus manos parecieron unidas una última vez. -Dolores, te veo.- Murmuró el hombre. -Te escucho.- Replicó la morena joven con una lágrima bajando por su mejilla. Desde ese momento Dolores no volvió a decir una palabra. Todo lo oía, cada vez más intensamente, más su voz se perdió junto con Mariano, que se desvaneció para siempre.

Esa noche, Pedro fue en busca de Alma. Ya la pobre mujer había vivido lo suficiente para llegar a ser abuela, pero los últimos acontecimientos habían debilitado su corazón, y no pudo soportar la separación de su familia, ni la partida de Isabela. Una cosa podrían agradecer: fue una muerte pacífica, como irse a dormir y no despertar.

-Mirabel.- El espíritu de la joven, que todo esto veía, se fijó en la joven pareja tras ella. Pedro y Alma la miraban con una gran dulzura. Fue éste quien habló. -Tu Don siempre fue el más importante. Al morir tu abuela, debías ser quién continuara la tradición, la nueva Guardiana de la Vela. Ahora debes guiarlos.- En las manos de la joven Madrigal se materializó la vela milagrosa que había visto tantas veces en manos de su abuela Alma. Mirabel sabía que debía hacer...

***

El grupo que había partido junto a Agustín, Julieta, y sus dos hijas, avanzaban lentamente por un viejo camino sin transitar. Estaban cansados y hambrientos, sin saber que debían hacer. Temerosos de la noche, luego de aquella tortuosa semana donde no sabían si volverían a despertar, se abrazaron con fuerza. Fue entonces cuando la magia y el milagro se hicieron presentes. La forma de Mirabel se manifestó ante ellos, incorpórea pero visible, y ésta les proporcionó una luz, un camino. Una esperanza. Llegarían luego a un lugar donde se establecerían, donde los hijos de Luisa e Isabela crecerían con sus abuelos. No había dones esta vez, pero si amor, confianza, y apoyo. Desde entonces, se dice que cada vez que nace un Madrigal, una mariposa azul se posa en su cuna...

***

Encanto y los Madrigal que se quedaron, al igual que los Buendía y Macondo, llegaron a su final más pronto que tarde. Dolores había perdido todo deseo de vivir. Muda, y ensordecida en su habitación, dejó que el tiempo pasara hasta que un día se levantó sin su cuerpo, y siguió andando por la casa, hasta que pudo ver que Mariano la esperaba al otro lado de la luz. De nuevo, fue feliz.

Camilo no sabía que hacer. Había perdido el control de su poder, sin poder definir lo que era. ¿Hombre? ¿Mujer? ¿Niño, anciano? Su alegría se diluyó en su intento de entenderse a si mismo, y languideció hasta convertirse en una mera sombra de quien era.

Una tormenta comenzó a amenazar cada día con más fuerza, con más ahínco. Los animales, siguiendo su instinto, abandonaron el pueblo, y se llevaron a Antonio con ellos, sin que él pudiera decir nada. No se volvió a saber de él, pero en distintos poblados de Colombia se cuenta de una figura que se mueve entre los árboles y que se comunica con las bestias salvajes.

Félix era incapaz de apaciguar a Pepa, él mismo había perdido esa alegría que tanto le había caracterizado. Fue así como, llevada un día por el dolor, la ira, y el miedo, que Pepa invocó un huracán mucho peor que el día de su boda, la cual barrió por completo el pueblo de Encanto, del cual sólo quedaría el recuerdo de los que se fueron.

Bruno lo vio todo desde su torre. En esos últimos segundos se preguntaba aún, en medio de su locura, si había hecho lo correcto. ¿Era ese el fin? ¿Asi terminaban los Madrigal? La arena se unió al huracán y todo se hizo oscuro...

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29/07/2022, 21:48
Casita

Bruno abrió los ojos, jadeante. Nunca una visión había sido tan vivida, ni tan terrible. Pero él, más que ninguna otra persona, sabía que aquella era sólo una de las tantas maneras en que las cosas podía tornarse. Nada estaba dicho aún, el futuro nunca está escrito hasta que lo está.

Afuera ya comenzaban a escucharse las voces de los distintos miembros de la familia Madrigal, preparándose para ese día. En la Casita podía verse la frenética actividad de sus habitantes. Cada uno con sus propios pensamientos e ideas respecto a cómo debía ser esa noche. En el momento en que Mariano aparecía en la puerta, el corro del pueblo a unos dos metros tras él, la familia Madrigal estaba lista para recibirle... De la mejor manera que se les podía ocurrir.

Notas de juego

FIN