Partida Rol por web

-Vamos. Allí podré explicarte cómo funciona el taller.- Le guiño un ojo. -Simula interesarte por el trabajo, por si alguno de estos inútiles está escuchando- lo último lo susurro rápidamente. Vuelvo a mirar a mi "jefa" y veo que no me presta atención. Éste es el momento de desaparecer de su vista.

Asiento con gesto serio a la muchacha de pelo azul y trato de caminar junto a ella sin que mis ojos ni mis manos vayan directos hacia sus curvas. Llevo mucho tiempo aquí dentro y no tenia a una mujer tan cerca desde hace mucho.

Cuando llegamos a la zona mas discreta, enciendo una remachadora que hay cerca y mientras finjo que me explica algo, uso el sonido para hablar con ella.

Ayer en el patio...supongo que era un numero para atraer mi atención...aunque también supongo que no para lo que yo quiero.

Tranquilamente recorro la zona, sin nada en concreto a lo que dedicarme. Saludo a alguno de los guardias y a algun que otro preso mientras observo como Tank se acerca hacia Karizma. Acto seguido aparto la vista de la peculiar pareja.

Espero que ese tipo no me meta en ningún lío... - pienso con resignación

Down asintió con gesto serio a los comentarios insultantes de Cuervo.

—Sí, claro. No es tan difícil matar a tu padre… si es un borracho vago e inútil. El mío era el mayor héroe del hemisferio occidental. Eso me dificultó las cosas un poquitín más que a las otras chicas. —fingió reflexionar con un dedo sobre los labios—. ¿Sólo tres palabras me van a hacer llorar? Esas deben ser palabras muy malas. —se inclinó hacia Cuervo y le habló en tono confidencial—. Una pregunta: ¿Puedo ser la puta más peligrosa del la enfermería? —esperó un instante por la respuesta de Cuervo, que no llegó—. Está bien, está bien. Si tú quieres ser la puta más peligrosa, te cedo el título. No tienes por qué ponerte así —volvió a echarse de espaldas en la cama—. ¿Por qué no ahorramos tiempo con eso de los consejos? Te doy el culo y me escribes un libro de autoayuda. ¿Qué te parece?

Se puso de costado hacia el lado donde estaba Cuervo.

—Ahora, en serio. Yo era como tú. Una idiota que creía que ponerme loca y golpear a la gente me llevaría a alguna parte. Aquí eso sólo te lleva a una parte: El Sueño. En el Sueño no verás muerto a Alan, ni a nadie, negrito. Así que piénsalo y cálmate un poco —se dio la vuelta hacia el otro lado y se cubrió con las sábanas—. El próximo consejo te costará que te la mame.

Rote soltó una risilla boba y se volvió hacia Karizma.

—¿En serio? ¿Me prometes que, si eso pasa, lo filmarás? Quiero que quede para la posteridad. No me imagino una mejor muerte que ser asesinada por Cosmos.

Más tarde, cuando las actividades comenzaron, Rote se puso manos a manipular una extraña estructura hecha con trozos de plástico, que parecía un balde, con una protuberancia metálica saliéndole por un costado. Cuando levantó la cabeza, vio a Maxwell, que se paseaba por el lugar. Se le iluminó la cara.

—¡Justo el supertío que necesitaba!

Rodeó la mesa de trabajo y se acercó a él.

—¿No te encanta estar en una prisión que les permiten utilizar herramientas filosas y punzantes a los condenados de alta peligrosidad con antecedentes de crímenes violentos y asesinatos? —blandió una pequeña sierra frente a Maxwell—. ¿No es maravilloso? ¡Sólo en Aguas Negras! —cogió el artefacto de la mesa y se lo mostró a Maxwell—. Este es un rayo para matar supehéroes, en el que he estado trabajando. ¿Me dejas probarlo contigo? Si te mueres, es que funciona. —se quedó pensativa un momento y luego miró a Maxwell de manera evaluadora—. Oye, ¿cuándo le vas a decir a Down que eres su papá? Quiero estar allí para los abrazos y los lloros y todo eso. Soy muy sentimental, aunque no lo creas.

Observo a Rote con una media sonrisa pintada en el rostro.

- Vaya, si es la admiradora número uno de Cosmos... Y aunque suena muy tentador, no me apetece que me lances rayos o lo que sea en lo que estes trabajando, gracias.

Y respecto a Down... cuando arregle un par de cosas que tengo entre manos, ya hablaré con ella. Mientras tanto, procura no decir nada al respecto ¿Serás capaz?

Alex tenia unas gafas en la punta de la nariz mientras con unas pinzas colocaba tranquilamente unos componentes.

(Click!)

salta un muelle y alexader pone cara de disgusto, se inclina y lo busca bajo la mesa.

Alexander aprovecha la oportunidad y recoge una muestra de la piel de Tank de cuando se pasó la pulidora

Mientras caminamos, no puedo evitar notar cómo me mira el grandote. Llena de regocijo, aunque apenas dejando que se me note, apoyo mis nalgas sobre la mesa en actitud relajada mientras fingimos ponernos a trabajar.

-Tank, ¿verdad?- le sonrío pícaramente mientras lo miro de arriba abajo. -Claro que buscaba llamar tu atención. No sé qué es lo que imaginas...-mi mano roza su pecho -pero quería conocerte. La vida en el pabellón de mujeres es muy aburrida... y ya viste qué poca libertad tengo... para divertirme.

La escucho en silencio mientras desde mi altura observo con toda atención la apertura que la cremallera deja en su mono y que deja entrever el comienzo de sus senos de piel blanca.

Yo había oído otra cosa de el pabellón de las mujeres...que la vida allí es de todo menos aburrida. Otra cosa es que la emoción no sea del tipo divertida.

Cuando ella roza mi pecho elevo las cejas.

Sabes...es un curioso gesto ese...que pasaría si yo lo imitase?...elevo una mano hasta la altura de su pecho aunque sin tocarla mientras le miro con una ligera burla en los ojos.

Me causa diversión el gesto casi desafiante de Tank. Sensualmente, me arrimo más hasta su mano, quedando a ponto de ser rozada por ella. Levanto la vista hasta topar con sus ojos. Con voz ronca, susurro.

-Hace mucho que no siento a un hombre. La gorda no nos deja. ¿Comprendes ahora por qué te digo que no me divierto en mi pabellón?- Mi rostro es la perfecta representación de la inocencia.

Ante sus palabras asiento y adelanto la mano los escasos centímetros hasta posarla del todo sobre el pecho de la mujer, que masajeo sin pudor alguno. No es la primera chica que me hace ojitos, aunque si la primera super.

Que le den a la gorda...como se ponga tonta le meto una sombrilla por el culo y la abro...a ver que opina entonces.

Luego tomo su mano y la hago descender hasta mi entrepierna.

Puede que sea un poco pretencioso por mi parte...pero que tal si compruebas cuan duro se puede volver el acero en mi cuerpo?.

Al sentir su mano en mi pecho, cierro los ojos con deleite. Sonrío y la punta de. La sensación es un tanto extraña, es la primera vez que me toca un tío de acero.

-No lo haces nada mal, Tanky.

Lo dejo seguir mientras imagino a la gorda empalada con una sombrilla. La situación se me hace muy cómica provocándome la risa. Dejo que conduzca mi mano a su entrepierna y comienzo a masajear. Mis ojos se abren con sorpresa y luego se vuelven dos rendijas. -Veo que todo en tí es grande.

Me oculto tras de su cuerpo, no me gustaría ser interrumpida en ese momento. -Oye grandote... no puedo creer que te hayan dejado venir hoy aquí, con lo famoso que te has vuelto. Digo... por lo del pequeño Trix...- mi otra mano se suma a lo que estoy haciendo con su miembro. Lástima que los uniformes no den demasiada libertad. -Se ve que tocas las pelotas de alguien importante... ¿qué tal si le pides a ese alguien que nos consiga un poco de intimidad? Esta ropa molesta demasiado.

Se que se supone que in tío que no toca a una mujer desde hace un año y que se le supone el intelecto de un guisante no debería pensárselo antes de correr a hacer lo que me pide...salvo por el pequeño problema de que tendría que pedir favores y besar culos...algo que hace bien poco por mi libido.

Por otra parte, las manos de ella sobre la tela en un punto candente de mi anatomía es algo muy digno de tener en consideración.

Que tal si pido permiso para ir al baño y poco después lo pides tu...o viceversa?. Como tu has dicho tocar pelotas no es algo que me apetezca hacer ahora mismo, cuando podría estar tocándote a ti...

Con una risita tonta le respondo. -Ay Tank, las cosas que se te ocurren. Sabes perfectamente que aquí los presos no pueden ir al baño solos. No funcionaría- retiro mis manos de su zona erógena para bajar un poco más la cremallera de mi mono, ya dejando ver casi la mitad de mis senos. -Vamos, habla con tus amiguitos y te prometo que de lo último que te acordarás cuando estés conmigo es de tocar pelotas.

Tomo su mano y la llevo por dentro de mi traje, para que pueda sentir mi piel, al tiempo que con mi mano libre sigo tocándolo como lo estaba haciendo antes.

Soy un tío...que le voy a hacer. Desde el momento en el que mete mi mano y deja que toque la cálida y suave piel de sus senos dejo de pensar con la parte racional del cerebro y comienzo a usar la parte reptiliana del mismo, centrándome en dos cosas. Cazar o aparearme y ya cace ayer en los baños, así que toca aparearse.

Espera unos momentos...a ver que puedo hacer.

Me cuesta apartarme de la chica, pero me fuerzo a ello.

Me acerco a Maxwell y le tiento un hombro mientras le chisto.

Oye...necesito otro favor...tal vez mas jodido que el anterior.

Observo a Tank, preocupado por lo que sea que vaya a pedirme. Cuando el mismo afirma que es "mas jodido que el anterior" no augura nada bueno. Aún así pregunto amablemente:

¿De que se trata?