Partida Rol por web

Entre sonrisas y traidores

1. COMIENZOS Y DESPEDIDAS - Isla Serena

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28/03/2021, 19:12
Dante

—Tan sólo espero que no traigan problemas —dice con un dejo de preocupación Dante, padre de Annalise y dueño de la única taberna de la Isla Serena.

Notas de juego

(la actualización sigue, por favor no postear hasta que yo lo indique...)

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28/03/2021, 19:15
Roman

—Los traen, viejo amigo. Te lo aseguro —responde Roman.

Roman es un hombre del que poco se sabe. Es amigo de Dante y una vez por mes viene a la isla para enseñarle alquimia a Annalise. No suele dirigirle la palabra a ningún otro habitante de la Serena ni mezclarse con ellos. Sin embargo, hoy es un día distinto. Las más de doscientas personas que habitan la isla se han agrupado en la costa a ver el barco que apareció en el horizonte hacia el amanecer. No es uno de los pequeños barcos de comercio que cada tanto se acercan a vender baratijas, no. Lo que se ve a lo lejos es un poderoso galeón listo para la batalla.

La situación es lo suficientemente anómala como para que Roman abandonara la clase que le estaba dando a Annalise y se acercara a ver qué es lo que está sucediendo. Andrei, Annalise, Bjorn, Valerie y Grigori estáis allí al igual que todos el resto de los isleños. Todos están hablando en susurros, algunos con emoción e intriga, pero la mayoría con cierto temor mal disimulado. Desde vuestra posición escucháis a Roman y a Dante perfectamente.

—Últimamente nada bueno viene del continente —dice el alquimista con severidad—. La guerra terminó hace ya dos años pero a mí me da la impresión de que allí hay de todo menos paz.

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(sigue...)

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28/03/2021, 19:34
Director

El galeón continúa avanzando lento pero firme. Estamos en la primera semana de primavera del año 1714 y una agradable brisa recorre las playas de la Isla Serena. Las olas se mecen con calma. Y el barco de guerra avanza. Cuando se encuentra cerca de la costa baja anclas. Algunas gaviotas revolotean cerca del barco.

—¡Piratas! —dice un niño pequeño—. ¡Van a matarnos, a matarnos, a matarnos!

—Calla, idiota —dice otra niña—. Si quisieran matarnos ya nos hubieran disparado con los cañones. Además, ¿no ves que no llevan una bandera negra? 

—Quizás no disparan porque se han quedado sin pólvora —replica el niño—. ¡Y van a matarnos con sus espadas! ¡Matarnos, matarnos, matarnos!

Del galeón descienden dos pequeños botes que se acercan hacia donde estáis vosotros. Los hombres que hay dentro son soldados. Algunos mejor armados que otros, pero son hombres de armas, no hay dudas. Picas, hachas, algunos con yelmo, alguna que otra vieja cota de malla. 

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28/03/2021, 19:45
Sophia Lubbert

—¡Son orientales! —dice Sophia Lubbert, la hermana menor de Valerie—. ¿Veis la bandera? Esos colores... verde y rojo. ¡Ah, sí! ¡Son del Reino de Herenhout! Y aquella otra bandera...

Sophia se adelanta a todos los demás, tropezando con una roca en el proceso. Es una adolescente con la cara llena de granos y bastante torpe, pero siempre alegra y presta para la aventura. A diferencia de otros isleños, Sophia no siente miedo para nada acerca de lo que puedan traer estos extraños.

—Pues no —dice la muchacha—. No reconozco la otra bandera.

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28/03/2021, 19:49
Hulda

Los botes tocan la arena. Del primero de ellos desciende una mujer enfundada en una armadura. Es calva y tiene el rostro lleno de cicatrices. Desde que la Guerra de los Destronados se llevó la vida de tantos hombres, muchas mujeres del continente han optado por ocupar su lugar y dedicarse a la vida de armas. Ésta parece ser una de ellas. 

—¡Isleños! ¡Venimos en son de paz! ¡Saludad a Herr Otto von Faverstram, heredero de la Baronía de Faverstram, del Reino de Herenhout! —dice, y abre paso a su señor.

Notas de juego

(sigue...)

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28/03/2021, 19:53
Otto von Faverstram

Del otro bote desciende Otto. Una decena de soldados le acompañan. Suda como un cerdo a causa de su grueso y caro atuendo de pieles, sin duda elegante, pero poco propicio para un día de calor como hoy. Uno de sus soldados tiene que ayudarlo a bajar, y aún así, el joven noble se las arregla para hacerlo con una torpeza digna de Sophia Lubbert. Intenta reincorporarse sin que nadie se de cuenta.

—¡Bienhallados, campesinos! —un soldado le señala por lo bajo que técnicamente no sois campesinos sino isleños. Otto lo fulmina con la mirada y sigue hablando—. ¡Fenre os bendiga! Soy Otto von Faverstram, primogénito de Marcus von Faverstram, el afamado Barón de Faverstram. Estoy seguro que, incluso aquí, en este rincón alejado de Alurnia, habéis oído hablar acerca de las glorias de mi linaje. Los bardos cantan acerca de los Faverstram en las cuatro esquinas del mundo y no hay hombre ni mujer que no sepa quiénes somos.

Pues no. No habéis oído nada acerca de los Faverstram. O, haciendo mucha memoria, quizás sí, pero solamente que son unos nobles pobres del sur del Reino de Herenhout.

—He navegado hasta aquí desde mi natal Faverstram en busca de valientes, de bravos, de valerosos. La terrible Guerra de los Destronados, sabéis lo que fue, ¿no? Durante años azotó al continente. Ahora ha terminado y estamos en tiempos de paz, pero hay una banda de bribones que no se ha enterado. Desertores —dice con desdén, y escupe al suelo—. Cobardes que viven de la rapiña. Una banda de ellos está asolando mis tierras. El Risueño Reynald, se hace llamar su líder. He cruzado los mares para reclutar hombres y mujeres que me ayuden a destruirlos. A cambio de vuestro servicio, seréis recompensados con fama, oro y gloria. ¿Quién de vosotros, gallardos campesi... isleños, se me unirá en la tarea? 

Notas de juego

Oficialmente empezamos ;). Vuestro turno.

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28/03/2021, 21:09
Annalise

Un día más en Serena con ese movimiento natural en la Taberna mientras Annalise leía un libro de pócimas que le había traído Román para estudiarlo. Allí estaba su padre conversando con aquel hombre mientras mis ojos estaban puestos por momentos en Bjorn que andaba pululando cerca y también estaba Grigori. Era curioso porque se habían reunido todos en aquel mítico lugar. 

Por esa razón mientras pasaba las hojas del libro en aquella mesa, tomó notas en su pergamino para memorizar las recetas y procesos hasta que de repente las voces del exterior alteraron su tranquilidad. Los comentarios eran variados pero compartían el hecho de que un barco se estaba acercando a nuestro puerto, eso no era bueno aunque siempre se puede aprovechar para el comercio. 

Solo que el niño al decir que eran piratas, Annalise intercambió miradas con su padre y se incorporó de la silla para caminar hacia una de las ventanas de la Taberna. Buscó con la mirada a dicho barco y frunció el ceño, más aún cuando bajaron esos hombres armados. Rápidamente pensó que hacer al respecto y cuando salió por la puerta para ver más de cerca lo que acontecía, se abrazó así misma mientras escuchó lo que ese hombre tenía para decir. 

Una oferta de trabajo, pedían ayuda reclutando a gente por cada rincón. Eso significaba que las cosas no estaban bien en aquellas tierras y se preguntó si realmente ella podía unirse a algo semejante. No era una guerrera, era una alquimista. Por ello, desvío la mirada hacia la gente que aprecia. El primero de ellos era Bjorn. ¿Que haría? 

Luego pensó en Grigori, no sabía si se iba a unir ya que era como ella. Así que se mantuvo en silencio y esperó reacciones, respuestas para tomar una decisión.

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29/03/2021, 00:14
Valerie Lubbert
 

A Valerie siempre le han gustado los soldados. Vienen con sus bolsas llenas por una paga que no pueden gastar en el mar y les gusta apostar para comprobar si son los más duros del lugar y que beben más que cualquiera.

Para su desgracia no se apuesta contra los isleños no se apuesta ni a duros, ni a beber.

Pero esta ocasión es diferente. No le da buena espina. Normalmente bajan del barco y van corriendo alegremente a la taberna más próxima a beber como esponjas.

Ahora tras el discurso del relamido este, están montando unas mesas y apuntando a los idiotas que se presentan voluntarios para morir en guerras ajenas por unas monedas.

 

-          ¡Sophia, ve a casa de inmediato! – esta niña tonta no hace más que revolotear alrededor de las mesas y al final va a tirar algo y liarla.

 

Vuelvo al interior de la taberna y agoto la jarra de cerveza que estaba bebiendo.

 

-          Hoy sólo tomaré esto. Presiento que va a haber lio y prefiero estar sobria.

 

En unas horas el mar estará a punto para salir a pescar. Aunque no es temporada de rayas, hay que seguir comiendo y los peces no vienen solos al barril. Preparo el arco y las flechas de pesca y un ligero almuerzo y salgo a revisar la barca.

Al volver Sophia está sentada a la mesa, con su sonrisa bobalicona en esa cara de pan que tiene.

 

-          Hoy he ganado yo el sustento de tres meses. Papá estará orgulloso de mí. – mientras juguetea con una bolsita que tintinea con su sonido metálico.

-          ¿Qué tontería has hecho esta vez? – acostumbrada a tener que sacar la cara por ella cuando Bjorn la mete en problemas por guardarle cosas que encuentra sin que su dueño las haya perdido. – Te he dicho muchas veces que ese granuja no es pescado fresco y acabarás lamentando haberle conocido.

-          No, este dinero me lo han dado los soldados del puerto por ponerles mi nombre en un papel. Serán bobos…pagar sólo por decirles mi nombre. Seguramente no se acuerden dentro de un rato y vuelvo a escribirlo otra vez y me dan otra bolsita como esta.

 

Valerie conoce el miedo, todo pescador tiene que conocerlo si no quiere acabar siendo comida para los peces que intenta atrapar, pero este es un miedo diferente. Su hermanita, su querida hermanita…

-          Serás estúpida – dice gritando mientras la agarra del pelo sin ningún miramiento. No parece importa que la muchacha llore y patalee mientras es arrastrada hasta el puerto. Padre que acaba de llegar de vender la anterior captura no puede más que cojear tras de sus hijas que gritan por la calle en dirección al puerto y no atienten a razones.

 

Ya en el puerto me dirijo al puesto de reclutamiento con Sophia agarrada del brazo casi en volandas y chillando como un perrillo apaleado. La escena les debe parecer un tanto cómica a los soldados presentes que no paran de reír, pero los lugareños parece que no lo tienen tan claro. Valerie suele pelearse en la taberna, por trivialidades la mayoría de las veces, pero generalmente al finalizar una noche de borrachera y más como entrenamiento que para hacer verdadero daño. Esta vez la mirada de Valerie es diferente. Sólo la han visto otra vez así, cuando un marinero de un buque mercante que pasaba por allí intentó forzar a Sophia. Cinco guardias impidieron que lo matara a puñetazos allí mismo. Otros tantos guardias acabaron en el curandero y Valerie pasó unos cuantos días en el calabozo, hasta que el barco en el que metieron al desdichado zarpó y se alejó lo suficiente. Esto no iba a acabar bien.

-          Esto es suyo, no vayan tirando el dinero por ahí. Mi hermana ha encontrado esta bolsa y viene a devolvérsela. Y sea lo que sea que ha firmado, ya pueden romperlo – Escupiendo estas palabras a pocos centímetros de la cara del reclutador tiro la bolsa, mientras que la otra mano apoyada en la mesa arruga los papeles de la leva con pura rabia.

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29/03/2021, 19:59
Andrei Demidov

Al igual que el resto de isleños, Andrei también estaba en la costa de Serena, observando con gesto pensativo como el galeón surcaba el mar con dirección a la isla. La verdad sea dicha, le sorprendía bastante la embarcación, pues a diferencia de los buques mercantes que había visto en el pasado (que cuando mucho tenían unos cuantos mercenarios para proteger la carga), aquel navío estaba diseñado con el único propósito de guerrear, e imponía bastante.

El comentario del niño le hizo soltar una carcajada, aunque más bien para sus adentros, pero lo que decía la niña que lo acompañaba era cierto: si vinieran con intenciones de invadir o saquear, ya se habrían dado cuenta. Sin embargo, el comentario de Roman también era acertado: los extranjeros rara vez iban y venían sin dar qué hacer.

Con gesto taciturno, Andrei observó los dos botes que se acercaban a la bahía. Su mano hábil, la derecha, reposaba sobre el desgastado pomo de la espada que le había dejado su padre. La otra estaba en su cintura, en jarra. La primera persona que bajó de la barca, aquella mujer enfundada en senda armadura, le dio buena espina, al igual que el resto de soldados. Parecían aguerridos, veteranos. El "noble" Otto von Faverstram, por su parte dejaba mucho que desear. Parecía un niño recién sacado de las faldas de su madre, y eso que tendrían más o menos la misma edad.

El imperial consideró sus opciones. Quedarse ahí era dedicar su vida a prácticamente nada. Claro, seguramente llegaría a viejo, y viviría una vida tranquila. Por otro lado, Otto prometía oro y fama. Lo del oro lo dudaba un poco, los nobles daban mucho por sentado y recompensaban escasamente... pero al menos era su boleto de salida, y si su memoria servía de algo, Herenhout era el reino que colindaba con el Imperio Antoniano. En fin, que a caballo regalado no se le mira el diente.

Con unas cuantas palabras, el espadachín intentó resolver el exabrupto de Valerie. Sin embargo, cuando esto no fue posible, Andrei se acercó hasta Otto, quedando a unos cuantos pasos de él.

— Yo estoy dispuesto a unirme a la labor —respondió a Otto con voz tranquila—. No puedo hablar por los demás.

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29/03/2021, 21:35
Bjorn Helber

Aquel día en Serena había empezado como cualquier otro, con los calurosos rayos del sol bañando la práctica totalidad de la isla desde primera hora de la mañana, momento en el que Bjorn ya se encontraba despierto y paseando por las calles del lugar. Llevaba puesta su capucha y deambulaba sin rumbo fijo, debatiendo interiormente a qué dedicaría aquel día. Tenía suficiente dinero como para pasar un par de días sin robar dinero o comida, así que tal vez haría algo simplemente para divertirse. O puede que tomase algo "prestado" en caso de ver una víctima lo suficientemente sencilla.

Aquello último fue lo que acabó ocurriendo, y tras un ratito de "reconocimiento" por la isla el joven Bjorn ya contaba las monedas que había tomado de alguien demasiado imprudente, y las echaba en su saquito de cuero, el cual guardó a buen recaudo bajo las ropas con capucha que llevaba. En aquel momento pensó que tendría que pensar a qué dedicar el resto del día, pero el suceso del navío desconocido hizo que una vez más su falta de objetivo desapareciese.

Reunido con el resto de los isleños cerca de la costa a la espera del barco, Bjorn se percató de la presencia del pobre infeliz al que había sustraído las monedas un rato antes, así que se movió entre la multitud hasta quedar junto a una cara conocida, Annalise, al a cual sonrió bajo la capucha. No pasó mucho tiempo antes de que aquel noble de baja alcurnia pero con ínfulas de rey apareciese para proponerse reclutar unos cuantos "campesinos" para su particular lucha.

Bjorn se cruzó de brazos mientras escuchaba y observaba las reacciones del resto de lugareños. Alguien se ofreció, Andrei. Bjorn lo conocía poco, pero ya era más de lo que conocía a la mayor parte de la isla. Era un buen tipo, y ahora iba a partir en busca de aventuras... algo que Bjorn también ansiaba, de alguna manera. Pero, ¿era aquella la forma de hacerlo? Desvió su vista hacia Annalise a su lado.

— ¿Tú qué piensas? — le preguntó a la aprendiz de alquimista. — ¿Nos vamos de aventuras?

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30/03/2021, 00:42
Grigori

"Los caminos de Fenre son inescrutables", eso sostenía el Profeta antes de fundar la ciudad sagrada y eso mismo le había repetido Alexei hasta el cansancio, pero Grigori no había terminado de entender esas palabras hasta la mañana en que aquél barco llegó a Serene.

El galeón era imponente y se veía desde lejos, eso dio tiempo a que todos los isleños se acercasen a la costa antes que los botes tocasen la arena. Grigorí no reconoció las banderas de los mástiles, aunque entre la gente había conjeturas de lo más diversas bañadas de ignorancia y ansiedad. La paciencia y el silencio dieron paso a la verdad, una mujer de acero anunció el origen de los visitantes, luego un hombre joven, elegante y un tanto torpe les revela el propósito de su llegada.

"Fenre os bendiga", había dicho Otto al bajar, no era una frase que se dijese con frecuencia en esa isla, el Decanato estaba demasiado lejos de Serene, pero tal vez no lo estaba del Reino de Herenhout. Los ojos de Grigori brillaron por un instante, un destello de esperanza se asomó por sus pupilas, pero pronto se opacó al escuchar el resto del mensaje. Frunció su ceño cuando el noble terminó de hablar, incrédulo. Quién en su sano juicio vendría a buscar refuerzos a una isla pacífica de pescadores y campesinos?, pensó hacia sus adentros.

Sensaciones encontradas recorrieron su cuerpo, quería decir que sí en ese mismo instante y subirse al galeón en busca de su sueño, si lo hacía tal vez algún día conociera con sus propios ojos las leyendas que había escuchado en su adolescencia. Pero si aceptaba estaría al servicio de un noble torpe, desesperado, incapaz de defender lo suyo, y que se propone enfrentar bandidos con pescadores, semejante disyuntiva le impedía moverse y responder.

Buscó con la mirada a Annalise, sus ojos se cruzaron, ella también estaba en silencio. También dudará como yo?, pensó. Reconoció la voz de Andrei, no le sorprendieron las palabras que pronunció. Él no duda, pero tal vez se equivoque, se dijo llevando su mano hacia el relicario del viejo Alexei.

- Los caminos de Fenre son inescrutables - murmuró en voz baja, reflexivo, y recién entonces se acercó hacia el heredero y se puso a un lado de su amigo espadachín.

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30/03/2021, 01:45
Annalise

«No puedes negar tu destino, lo sabes Annalise.»

Es lo que se dijo así misma cuando estando de pie observó cada gesto de sus compañeros y le sorprendió en demasía la verborragia de la pescadora al hablar con su hermana. La joven alquimista era muy silenciosa, siempre elegía con sumo cuidado sus palabras porque creía que no todo se podría decir a toda voz. No obstante cuando Bjorn se acercó a su lado, fue Andrei quien dió aquel paso y sin disimulo alguno escuchó la pregunta de quién estaba a su lado. 

Con un gesto que solo aquel joven de cabello revueltos era capaz de comprender, Annalise aceptó la propuesta con su reticencia aún en la mente y en su corazón. Pero no le dió tanta importancia aunque no dejó de preguntarse si ella era capaz de unirse a una batalla de la cual no tenía nada que ver. Aunque no dejaría a Bjorn solo, menos a Grigori. 

Por esa razón miró a este último y asintió con determinación, así que tras coger la mano del pícaro, dió un paso adelante. 

—Dos más que se unen—dijo a Otro mientras buscó estar cerca de Grigori también y miró a Bjorn sonriendo—. Nos vamos de aventuras. 

Y tras soltar la mano de Bjorn, acomodó su vestido y el cabello a un costado, muy pendiente de lo que decidían los demás. El destino estaba escrito, solo era cuestión de tiempo. 

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30/03/2021, 13:20
Evgeni

—¡Alabado sea Fenre, Herr Otto! ¡Aquí otro más que se os une! —dicen Evgeni con una sonrisa y los brazos al cielo.

Todos le conocéis. Si Bjorn es un granuja simpático, podría decirse que Evgeni es un granuja poco querible. Un charlatán y timador. Probablemente lo que más le interesó fue la parte en que Otto dijo que habría oro como recompensa.

—¿Qué clase de idiota nunca escuchó acerca de los Faverstram? ¡Si es que me he criado escuchando historias sobre vuestro excelso linaje! Ya de niño quería ser como vuestro padre, Herr Malt... Herr Molk... —intenta hacer memoria del nombre que dijo Otto hace un rato—. ¡Herr Marcus! Mi héroe, mi héroe. ¡Os ayudaré en todo lo que pueda! Y luego, quién sabe, pueda entrar a vuestro servicio, quizás como tesorero, se me dan bien los números...

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30/03/2021, 13:34
Sophia Lubbert

Mientras tanto, Sophia patalea mientras es arrastrada de los pelos por Valerie.

—¡Suelta, Val, que me sueltes! ¡Ya soy mayor! ¡Creo que tengo catorce, o quince! Por favor, hermana, por favor, déjame ir, vamos, será una aventura, es lo que siempre he querido, no me hagas esto, ¡aaaandaaaaaa!

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30/03/2021, 13:36
Hulda

Hulda se alarma ante el escándalo que está haciendo Valerie. Se acerca a las hermanas Lubbert con mucha mala cara.

—¿Qué coño está pasando aquí? Soy Hulda, la capitana de guardia de mis señores de Faverstram. Y si hay algo que valoro, es la disciplina, isleña —mira de arriba a abajo a Valerie, pensativa, y por un instante deja de fruncir el ceño—. Indisciplinada y desobediente, sí, pero tienes madera de luchadora. Reconozco a una guerrera cuando la veo. Si nos acompañas al continente te espera un futuro mejor que aquí, rodeada de agua y pescado.

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30/03/2021, 13:50
Otto von Faverstram

Otto parece un poco decepcionado por la cantidad de isleños que se han ofrecido a luchar por él. Grigori, Andrei y Annalise. Y aparentemente Bjorn también. Y este muchacho, Evgeni, que dice esas palabras tan bonitas que a Otto parecen endulzarle el oído. Parecía que la muchacha torpe y llena de granos también iría. Pero parece que Valerie se lo va a impedir. Otto mira a Valerie con temor. Tiembla un poco y deja que Hulda se encargue de la situación.

—Cuatro... cinco... seis. No, cinco de vuelta... ¿Cinco? —cuenta Otto en voz baja y con cierta desesperación—. Un buen número, sí, buen número. El Risueño Reynald se arrepentirá de venir a saquear mis tierras. Los caminos de Fenre son inescrutables —le repite a Grigori—. Pero Fenre está de nuestro lado. ¡Soldados, isleños! —dice intentando impostar una voz de mando—. ¡No hay tiempo que perder, el Risueño Reynald acecha y Faverstram nos necesita! ¡Zarparemos en breve! ¡Coged vuestras pertenencias y encontradme aquí de vuelta en tres horas!

Otto da órdenes a sus soldados para abastecerse con las provisiones necesarias e indica al reclutador que está siendo increpado por Valerie que inscriba en un trozo de papel los nombres de todos los que se han ofrecido. Mientras, el padre de Annalise, sin decir palabra, se marcha en dirección a la taberna, con la mirada vacía. Roman el alquimista le acompaña.

Notas de juego

Vuestro turno! ¿Os vais a despedir de vuestras familias (menos el pobre Bjorn), intervenir en el enriedo de Valerie y Sophie, ir directo al punto de encuentro, atar algún cabo suelto o mirar al techo?

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30/03/2021, 16:21
Valerie Lubbert

Valerie se interpone entre Sophia y Hulda, mirándola de arriba a abajo. Ésta sabe pelear y hay demasiados soldados para arreglar esto a mamporros, piensa calmándose un poco.

- No pienso dejarte sola en ésta estúpida aventura tuya - mientras estampa si marca en el documento de la leva.

- Ni se te ocurra separarnos, lata con patas

Dando la vuelta va hacia casa maldiciendo para recoger sus cosas.

Lista con su arpón, su arco, una buena cuerda y carne seca como para una semana llega al puerto. Cargada con el equipaje de ambas apenas se puede ver a Valerie cuando llega hasta las barcas de los extranjeros.

- Padre nos va matar por esto, ¿sabes?

 

Notas de juego

Hay respeto en el insulto a Hulda. De un guerrero que respeta a otro guerrero.

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31/03/2021, 21:36
Bjorn Helber

Bjorn sonrió al ver que era Annalise la que daba un paso al frente con decisión y los anotaba tanto a ella misma como a él a esa aventura propuesta por el noble comosellame. A decir verdad, el joven pícaro no estaba del todo seguro de haber tenido la valentía de dar ese paso adelante por sí solo, así que agradecía que la aprendiz de alquimista lo hubiera hecho por él. Cuando el noble comenzó a contarlos y a decepcionarse por su número, Bjorn asintió. ¿Qué esperaba éste?, pensó el joven al ver a von Faverstram así de decepcionado y disimulándolo mal. ¿Llegar a una isla donde nadie lo conoce, cantar su nombre y que la mitad de la población lo siguiera? No, seguramente esperaba que fuera la población al completo la que lo siguiera. Bjorn sonrió interiormente.

Llegó el momento de hacer el equipaje y preparar las despedidas, todos allí tenían seres queridos a los que dar explicaciones por su repentina partida y de los que despedirse. Todos menos Bjorn, al parecer, aunque aquello no quitaba que tenía que reunir sus pertenencias - o las de otros - antes de partir de viaje. Sabiendo que Annalise tendría que despedirse de su padre, le dedicó unas pocas palabras a la joven y le dijo que se reunirían de nuevo en el punto de encuentro. También echó un vistazo al resto de voluntarios de la aventura antes de emprender el camino hacia su casa, que se encontraba bastante retirada del pueblo principal. Caras conocidas, todas ellas, aunque algunas más conocidas que otras. Serían extraños compañeros de aventuras, sin duda.

Una vez en casa, el joven Bjorn metió en una mochila de tela algunas provisiones, algo de ropa y calzado, un par de cuchillos que podrían servirle de arma y poco más. No iba a llevarse ningún recuerdo de sus padres con él. Curiosamente, siendo Bjorn tan amigo de las posesiones ajenas, no era una persona que tuviera un especial apego a los recuerdos materiales sino que le bastaba con los recuerdos que tenía guardados en su memoria.

Cuando lo tuvo todo listo, con la mochila colgada al hombro, Bjorn salió de su casa y cerró la puerta tras de sí, aunque no echó el cerrojo. En realidad había perdido la llave mucho tiempo atrás, pero nunca se había preocupado por ello. Nadie iba a entrar en casa de Bjorn a robar nada, era él quien hacía lo contrario. A veces. El joven echó un último vistazo a la puerta de su casa y colocó la mano en el marco. Padre, madre. Me marcho, vuelvo al continente. Bjorn no creía que sus padres lo estuvieran escuchando de alguna forma ni nada por el estilo, de hecho se sorprendió al tener ese pensamiento, pero había algo en él que le había impulsado a informarles de su aventura. Después de todo, su vida estaba a punto de cambiar bastante.

Y así, dándole la espalda al que había sido su hogar durante muchísimos años, sonriendo y sin mirar atrás, Bjorn avanzó hacia el punto de encuentro. A la aventura.

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31/03/2021, 22:03
Grigori

"Fenre está de nuestro lado..." la frase resonó en la cabeza de Grigori y generó más dudas que certezas, cuántos asegurarían lo mismo sin saber de lo que hablaban? No sería acaso más apropiado decir que se estaba del lado de un dios y no presumir que un dios está del lado de un simple mortal, por noble que éste fuese? La voz desesperada del joven le inspiró compasión y lo sacó de sus pensamientos, Otto parecía tomar consciencia de su necedad al buscar refuerzos en una isla de pescadores, difícilmente el puñado que había logrado reclutar resultase una amenaza para los bandidos. 

La cercanía de Annalise lo reconfortaba, así como la presencia de Andrei, el viaje que estaba a punto de emprender sería agradable, con buena compañía. Los dos jóvenes de cabellos enrulados y las dos hermanas iban a sumarse también, eran más de los que Grigori sospechaba que podían unirse. El viaje sería largo y habría tiempo para conversar con sus compañeros, sin embargo cada segundo era importante para despedirse de su familia y completar las tareas de las que era responsable.

Aprovechó que en la costa estaba todo el pueblo y habló brevemente con cada uno de los comerciantes a los que les llevaba las cuentas, entre disculpas y bendiciones, trató de dejar conforme a todos ellos. Luego regresó a su hogar con su familia, dejarlos era triste pero no sería para siempre, tal vez en el fondo de sus corazones ellos siempre habían sospechado que algo así pasaría tarde o temprano.

Compartió con los suyos el almuerzo, su madre, su padre, sus hermanos menores, todos juntos en la mesa impostando una sonrisa, triste y alegre a la vez. El pescado tenía un sabor un tanto amargo, pero no hubo lágrimas sino fuertes abrazos - Adiós... juro que volveré pronto.

Grigori tomó las pertenencias que Alexei le había dejado, y salió de su casa casi con lo puesto, fue de los últimos en acudir al punto de encuentro.

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01/04/2021, 00:01
Annalise

La decisión estaba tomada y con una efímera sonrisa agradeció que finalmente Bjorn esté anotado finalmente. Por ello tras hacer lo propio directamente se dirigió a la taberna para conversar con su padre, esto no era para nada fácil porque sería la primera vez que ella se separa de su padre para sumergirse en una aventura. Una que desconocía el resultado, considerando que iba a una "guerra" y no a un viaje de placer. Pero como todo en la vida, Annalise creyó que siempre hay un momento para cada situación y ahora mismo, ella sintió en su corazón que debía hacerlo y pensó que podría ser útil allí donde esté. 

Por esa razón no hubo demasiadas palabras, solo un sincero y cariñoso abrazo de despedida. Cuánto menos hablaba con su padre, mejor podría estar y es a lo que atinó como opción para no estar triste. Así que tras esa corta conversación y ese beso en la mejilla que decía cuánto lo quería a su padre, siguió esa estela de despedidas pero ahora con su mentor. Le debía todo y estaba eternamente agradecida por todo lo que hizo por ella, aunque también era necesario despedirse de él y más pronto que tarde lo hizo con un nudo en su pecho. Le resultó demasiado doloroso todo esto, quizás porque aún con su naturaleza introspectiva, no era capaz de dejar de sentir por más que no salga ni una palabra de su boca. 

Ya con su morral preparado dónde tenía su kit de alquimia, unas mudas de ropa, la ballesta y su vestido sencillo, pero colorido, caminó hacia el punto de encuentro donde había acordado con Bjorn aún con la capa en sus manos. Nerviosa, pero decidida. Al ver que estaba allí, ambos siguieron ese corto camino hasta unirse con el resto. Al menos Grigori estaba también.