Partida Rol por web

Equilibrio elemental

1.2 Marbella, España - Nataliya

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06/11/2007, 23:03
Director
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Hermoso día de sol para el mundo, hermoso día de sol para Nataliya también.
Lo único que no era hermoso era lo que sentía y lo que pensaba.

En el centro de la ciudad se montaba el comercio y tantas otras ubicaciones turísticas.
Alejado, al sur, las mansiones más espectaculares de todo el lugar.

Lucas duerme aún a tu lado y mientras das vueltas en la cama mirando hacia la ventana que permanece abierta, como todas las noches, intentas pensar dónde irás o qué harás con el hombre que te proporciona esa cómoda vida tan sólo a cambio de tu cuerpo y compañía.

Su mansión consta de cuatro habitaciones de dormir, una en la cual te encuentras ahora con él.
El resto están vacías y destinadas a huéspedes.

Bajo una larga escalera de mármol se encuentra el divisor de espacios.
A la izquierda un ventanal que incita a visitar el hermoso y cuidado jardín de flores y un cuarto para los criados. A la derecha se dividen: la cocina, la biblioteca, la sala de estar y el comedor.

Notas de juego

Es aquí donde comienza tu historia y a partir de aquí la vives como si fueras una ciudadana más de España.
Dime dónde está ubicada la ciudad y qué es lo que haces.

A empezar.
(no olvides tu ficha)

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07/11/2007, 02:26
Lucas Pedrez
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...zZzZzZz...

Lucas se encuentra dormido del lado derecho de la cama de dos plazas y media.

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08/11/2007, 00:23
Nataliya
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Nataliya estaba de pie en medio de un claro rodeado de pinos, vestida con un gorro tejido y un sweater. Frente a ella estaba un joven apuesto de cabello castaño, con un gorro de piel y un grueso abrigo de lana. El suelo y las ramas de los árboles estaban cubiertas de nieve en aquella mañana de cielo despejado. Solo un angosto camino de tierra aparecía despejado, a unos metros de la pareja.

—Vamos a casarnos, yo conseguiré un trabajo y… —dijo el joven.

—No —le interrumpió ella—. No podría estar alejada de mi familia.

Inclinó la cabeza para que él no pudiera ver las lágrimas que asomaban a sus ojos. Él le tocó la barbilla con delicadeza y la obligó a que lo mirase a los ojos.

—¿Acaso no quieres estar conmigo?

—Claro que quiero estar contigo —se apresuró a contestar ella, mientras se secaba las lágrimas con el dorso de la mano—, pero mi madre no está bien y Gosha me necesita y yo no puedo...

—No hay nada más que hablar, entonces —replicó, Aleksei, con enfado.

Nataliya se le quedó mirando, sin comprender.

—¿Qué quieres decir, Aleksei?

—Si me abandonas, se acabó —contestó él, tajante.

Ella sacudió la cabeza.

—No puedes decirme eso. Yo voy a volver, estaremos bien.

—No, no vas a volver. No te engañes a ti misma, ni intentes engañarme. Cuando veas como es allá, cuando pruebes la buena vida, ya no querrás volver conmigo. Conocerás a alguien mejor que yo. Más elegante, más educado. No te será difícil.

Nataliya lo aferró por los hombros, en un intento de desesperado de retenerlo, y volvió a negar con la cabeza. Un nudo en la garganta le dificultaba hablar.

—Eso no va a pasar, Aleksei, te lo prometo, yo siempre…

Aleksei apartó sus manos con delicadeza y le acarició una mejilla con ternura. Sus ojos también estaban inundándose de lágrimas.

—Adiós, Natasha.

Se dio media vuelta y se alejó por el camino. Nataliya lo observaba y su hermoso rostro se iba deformando por una mueca de dolor, que culminó en un fuerte llanto, que sacudió todo su cuerpo. Se abrazó a sí misma en un gesto de protección.

—Ale… Aleksei —llamó inútilmente con la voz quebrada.

Calló de rodillas sobre la nieve y ocultó el rostro entre las manos.

Nataliya se despertó con un sobresalto y se incorporó en la cama. Pasó los dedos por sus mejillas y los miró. Estaban mojados. Otra vez había llorado en sueños. El brillante sol mediterráneo inundaba la habitación a través de la ventana abierta. Lucas aún dormía a su lado, enredado entre las sábanas. Ella se pasó las manos por los cabellos y salió de la cama. Recogió su bombacha y su camiseta blanca, que habían quedado tiradas en el suelo, durante el apasionado encuentro de la noche anterior, y se los puso. Fue al baño, orinó y se lavó la cara. Se miró en el espejo y volvieron a su mente los sucesos que la había llevado a aquella lujosa mansión, junto a la playa. Ella necesitaba una lugar donde pasar la noche y estar con alguien que la hiciese sentir segura. Recordó el bar, la conversación, el flirteo, los tragos, las bromas. Las sonrisas, las insinuaciones, los contactos casuales. Esa noche aplicó Las técnicas de seducción aprendidas durante su estancia en el infierno. Aunque sabía que no harían falta, ya las sentía como parte de ella misma. Mirando su imagen en el espejo, se preguntó qué habría sido de aquella chica inocente, se preguntó si volvería a ser capaz de comportarse como una mujer normal, si, algún día, podría de tener una relación verdadera con un hombre. Preguntas absurdas, se dijo. Mejor preguntarse que iba a hacer el día de hoy. Cómo lograría llegar viva a la noche. Una familiar sensación de nauseas invadió le invadió la boca del estómago y vomitó dentro del inodoro. Después se enjuagó la boca y se peinó un poco. De vuelta en la habitación, recogió su chaqueta corta de cuero y sus jeans y terminó de vestirse. Lucas continuaba durmiendo. Tratando de hacer el menor ruido posible se acercó a la silla de la que colgaba el saco de Lucas. Rebuscó en sus bolsillos y extrajo una billetera. Sacó doscientos euros y se los guardó en el bolsillo de sus pantalones. Fue a la cocina, abrió la heladera y sacó una botella de jugo. Le dio un trago y volvió a guardarla. Observó el anotador adherido con imanes a la puerta de la heladera, tomó el bolígrafo colgado en el costado y escribió un mensaje, con dificultad, apenas sabía hablar castellano, ni pensar en escribirlo con fluidez.

"Sentir mucho lo de los euros. Debolber pronto, lo juro. No pensar mal de mi, por fabor

Gracias por todo, Natalia."

Por alguna razón que no supo comprender, volvió a la habitación y se quedó mirando a Lucas por un buen rato. Era muy simpático y todo un caballero, no se merecía que le robase, pero no tenía opción. No podía quedarse con él, lo pondría en peligro. Tampoco creía que un hombre tan adinerado extrañara una cantidad tan pequeña. Sin embargo se juró que se la devolvería de alguna manera. Después fue al hall, abrió la puerta de la casa y salió a la calle.

Notas de juego

Cita:

Dime dónde está ubicada la ciudad.

La ciudad es Marbella, en la costa del Mediterraneo. En los últimos años se han instalado en ella mafias de distintos países, para aprovechar el dinero del turismo. Es por eso que la elegí.

Cita:

qué es lo que haces.

Obviamente el turno puede ser interrumpido en cualquier momento. Puede ser que Lucas se despierte y la agarre in fraganti o que pase cualquier cosa. Yo escribo lo más posible, para ahorra tiempo, nada más.

Cita:

a partir de aquí la vives como si fueras una ciudadana más de España

Justamente uno de los problemas con los que podría tener que enfrentarse Nataliya es no ser ciudadana española.

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09/11/2007, 05:25
Director
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La calle se encontraba casi desierta. Cruzas dos portones antes de llegar a la salida de la mansión.

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09/11/2007, 05:38
Ramón Galiardo
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Buenos días señorita. ¿Cómo ha amanecido?

Ramón saluda a Nataliya como si todo estuviera en orden.

En ese momento se encontraban frente al portón de salida a la calle. Éste era de metal y no daba visión a nada de lo que pudiera pasar en el exterior.

Yo creo que es un día espectacular para la picina. ¿Quiere que le prepare una bata y una toalla para que se de un baño?

Al ver que Nataliya llevaba un bolso con ella le pregunta:

¿O es que usted sale a algún lado justo ahora?Ramón nota que está preguntando algo que no debería y termina por acotar ¿Qué tengo que preguntar yo?, ¿Dejo algún recado para el Sr. Luca?

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13/11/2007, 23:26
Nataliya
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—Buenos días señorita. ¿Cómo ha amanecido?

Nataliya se sobresaltó al oír una voz a sus espaldas y giró sobre si misma. Frente a ella estaba Ramón, el mayordomo de Lucas. Apenas lo había visto la noche anterior y se había olvidado, por completo, de él.

—Bien, gracias —Respondió y sonrió, tratando de disimular su nerviosismo, sin mucho éxito.

—Yo creo que es un día espectacular para la picina. ¿Quiere que le prepare una bata y una toalla para que se de un baño?

Nataliya vaciló un instante.

—No, gracias yo…

—¿O es que usted sale a algún lado justo ahora?

Nataliya esquivó la mirada de Ramón y su expresión de incomodidad le dijo al mayordomo que sus indagaciones se habían pasado de raya.

—¿Qué tengo que preguntar yo? —dijo a modo de disculpa—. ¿Dejo algún recado para el Sr. Luca?

—No, gracias. Ya dejarle una nota —se apresuró a responder la joven—. Él todavía durmiendo, yo no querer molestarlo. Ya tener que irme. Muchas gracias por todo.

Nataliya se apartó, para permitirle abrir el portón a Ramón.

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14/11/2007, 02:19
Ramón Galiardo
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Muy bien entonces... adiós señora Nataliya

Ramón se acerca al portón y lo entreabre para permitir la salida de Nataliya.

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14/11/2007, 02:21
Director
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La calle estaba, obviamente, pavimentada. La próxima mansión, y por cierto la más cercana, se encontraba a 500 metros.

El tránsito era muy liviano ya que el barrio se mostraba notablemente tranquilo.
La extranjera se encontraba en un lugar casi desconocido donde los autobuses no pasaban ya que todos sus habitantes contaban con varios transportes privados y choferes propios.

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14/11/2007, 18:11
Nataliya
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Nataliya miró a uno y otro lado de la desolada calle. Aquella exclusiva zona residencial de Marbella no estaba dentro de la ruta de ningún transporte público. Aquella ciudad, definitivamente, no era para pobres. No le quedaría más opción que caminar hasta una zona en la que circulasen los taxis.

Se puso a andar, apurando el paso. Quería alejarse de la mansión, todo lo posible, antes de que Lucas despertara. No parecía un mal hombre, pero era imposible predecir su reacción cuando descubriera que ella le había robado.

Mientras caminaba, miraba por sobre el hombro, de vez en cuando, para asegurarse de que nadie la seguía. Pensó que su mejor opción era abandonar la ciudad. Quedarse era demasiado peligroso. Ahora que tenía algo de dinero, podría llegar hasta la estación de autobús en taxi y de allí viajar a Málaga. Ya vería lo que haría cuando llegase. Lo primero era poner la mayor distancia posible entre ella y los rusos. Bien sabía lo que le pasaría si la encontraban: No la devolverían al prostíbulo. La matarían frente a las demás chicas, para que sirviese como ejemplo de lo que les ocurría a las que intentaban escapar.

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16/11/2007, 12:32
Director
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A lo largo del camino, Nataliya se sentía observada.
Cuanta persona la miraba caminar se detenía a analizarla, a indagarla... "ellos sabían lo que había hecho, ella era mala"...

Siguió caminando unas treinta cuadras cuando de a poco el escenario se iba poniendo algo más desertico, no en cuanto a la fauna sino que en cuanto a la urbanización.

Nataliya a cada momento se sentía con mayor fuerza, el sol le alumbraba la cabeza y de a poco podía ir abriendo más los ojos, achinados anteriormente por causa de la luminosidad. Necesitaba agua.

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18/11/2007, 02:06
Nataliya
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Nataliya se pasó el dorso de la mano por la frente, con gesto de cansancio. Pensó que, probablemente, sus genes eslavos no la habían preparado para soportar el calor del Mediterráneo. Tenía la garganta seca. Miró al su alrededor, buscando alguna tienda o puesto ambulante donde pudiese comprar algo de beber.

Notas de juego

Perdona la brevedad, pero no se me ocurre nada más que poner que aporte algo a la historia. podría seguir narrando los pensamientos de Nataliya, mientras camina, pero no quisiera aburrir.

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23/11/2007, 04:05
Director
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Notas de juego

Justamente eso es lo que quiero, que aportes todo lo que puedas a los pensamientos de ella. No me molesta que hagas más de un post de sólo pensar o de acciones.
si se te ocurre que ella mira hacia arriba, hacia abajo se pone a bailar cancán en el medio de la calle lo decides tú. Veremos cómo es que llegas a buen puerto así ejjejeje

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26/11/2007, 13:15
Director
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Notas de juego

PERDON... NO ESTABA VERIFICANDO ESTE HILO... COMO VI QUE EL ÚLTIMO MENSAJE ERA MÍO NO ESCRIBÍ MÁS NI ENTRÉ... ESTABA ESPERANDO QUE ESCRIBAS... HOY ACTUALIZO UN POST.

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07/12/2007, 03:21
Director
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Mansiones era lo único que podía ver a metros a la redonda. Ningún puesto de diario, ningún kiosko. Al parecer la gente del pueblo no se alimentaría o no bebería nada ya que no había rastros siquiera de restaurantes en el campo de visión.

Unos minustos más tarde tras verse exsesivamente agotada... Nataliya halla a un hombre en la asera que la mira directamente a los ojos.

El individuo tendría unos 37 años, de pelo negro y económico vestir. Se mecía en una silla no destinada a tal fin, mientras mordía un palillo de madera. Estaba ubicado en la puerta de lo que parecía una casilla que desencajaba con toda la zona.

Sigues con sed y te llama la atención que está tomando agua desde una botella ya muy usada.

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09/12/2007, 15:20
Nataliya
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Nataliya se detuvo frente al hombre de la botella y miró alrededor, con las manos en las caderas y apoyando el peso en una pierna y luego en la otra. Se pasó la lengua por los labios resecos. Sudaba profusamente, llevaba la chaqueta de cuero sobre el antebrazo izquierdo y se había quedado sólo con su musculosa blanca. No había ninguna tienda a la vista, como no la había habido en las últimas veinte cuadras. La garganta le escocía. Maldito sol. Volvió a mirar al hombre de la botella. Se había acostumbrado a aguantar las nauseas cuando algún sucio bastardo le metía la lengua hasta la garganta, pero ahora le daba asco pedirle un sorbo de agua a ese sujeto. Se rió de si misma y se le acercó.

—Perdón, ¿poder darme un poco de agua o decirme donde poder comprar?

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10/12/2007, 12:39
Director
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Tras darle un largo sorbo a la botella desde su propio pico, la alejó de su cara para tendersela a Nataliya. Gotas de saliva se estiraban entre la boca del andrajoso hombre y el pico de la botella.

El sol de esa mañana asaba a cuanto objeto rozaba. El calor se hacía más intenso a medida que llegaba el mediodía.

Tome... tome por favor...

Los ojos del hombre se pusieron redondos y brillantes. No apartaba la mirada de sus ojos, tendiendo la botella y esperando que Nataliya probara un sorbo.

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12/12/2007, 03:22
Nataliya
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Nataliya vaciló un instante y después tomó la botella de manos del hombre, componiendo una sonrisa forzada. Ese sujeto había pasado de causarle asco a provocarle miedo. ¿Por qué la miraba de esa manera? Miró el pico del recipiente plástico y tragó en seco. Lo limpió como pudo, con su musculosa y, tratando de disimular un gesto de asco, se lo llevó a la boca, apretando los ojos. Un sorbo del precioso líquido corrió por su garganta. Nataliya se secó la boca con el dorso de la mano y le devolvió la botella al extraño.

—Muchas gracias. ¿Poder decirme hacia donde estar avenida donde pasar los taxis?

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12/12/2007, 14:44
Director
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Nataliya le tiende la botella al hombre... Al recibirla un acto reflejo del mismo hace que aparte la mano con toda rapidez.
Él mira su dedo y tenía sangre... parecía que se había pinchado con algún alfiler.
Vuelve a tenderle la mano y con sumo cuidado agarra la botella. Ahora sí la tomaba y depositaba en la mesilla de caño oxidado a su costado.

Sin responderle se levanta y corre hacia el interior del pasillo que se escondía tras de él.

Ahora la reposera y la mesita de caño quedaron solitarias en el medio de la asera.

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12/12/2007, 14:49
Director
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Tras tomar el sorbo de agua, que más que un sorbo fue casi vaciar la botella del desconocido, Nataliya sintió el agua viajar por sus venas. Ahora el calor se hacía más intenso en su cuerpo pero a diferencia de los minutos pasados, éste la fortalecía.

Su nerviosismo y tensión eran evidentes. Nataliya apretaba sus manos con fuerza.
Seguía sentir que el agua que ahora recorría su cuerpo, la había fortalecido. Un mar de aire fresco despeinaba su rubia cabellera mientras la luz acariciaba su cara.

Nataliya mira hacia el cielo y asombrada nota que no entrecierra sus ojos al ver la claridad.

A lo lejos ves mayor movimiento del tránsito, a unos 500 metros por una calle transversal.

Notas de juego

El hombre corrió hacia adentro y tú te quedaste otra vez sola en la calle.

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13/12/2007, 03:16
Nataliya
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Nataliya estaba de pie bajo el intenso sol, en aquella desolada calle de la zona más exclusiva de Marbella. Sostenía frente a si la botella vacía y miraba atónita la puerta a través de la cual se había marchado corriendo aquel extraño sujeto.

CHto sluchayets'a zdes'?(*) —dijo sin darse cuenta de que hablaba en su idioma natal.

Se sentía rara, muy rara, pero no de una mala manera. Se sentía mejor, sí más despierta, más ¿fuerte? Miró la botella y se preguntó si no habría alguna droga diluida en el agua. Inmediatamente se arrepintió de su imprudencia. No debería haber bebido de la botella de un extraño, pero es que tenía tanta sed. Se reprochó, que, después de todo lo que le había pasado, debería haber desarrollado una mayor desconfianza hacia las personas desconocidas. Escuchó ruido de vehículos y miró por encima del hombro. Divisó una calle transitada a unos quinientos metros, arrojó la botella al suelo y se puso en marcha.

Notas de juego

(*)¿Qué ocurre aquí?