Partida Rol por web

Cuando dije "Tome asiento" no me refería a una forma literal señorita Vorodina. Jajajaja La secretaria rió fuertemente en un tono que a Nataliya le pareció irónico.

Apartó sólo dos segundos los ojos de su pc para ver lo que Nataliya hacía, sinceramente no le importaba.

¿Pero qué haces loca? ¿De dónde te han sacado a tí? Lyanna se encuentra asustada por la reacción de Nataliya, aunque es más que comprensible.

Se adelanta unos cuantos pasos pero no se acerca a menos de 5Mts de la secretaria.

¿Vamos a morir? ¿Harán experimentos con nuestros cuerpos por ser mala gente?... Un hilo devoz muy triste sale de la boca de Lyanna.
He trabajado toda mi vida por la gente, en un laboratorio, pero jamás hemos lastimado a una mosca. ¡Lo juro!
El hilo de voz se convierte en un llanto desesperado.
Lyanna estab confundid, no sabía dónde se encontraba pero estaba segura de que habían cogido a la persona equivocada.

La secretaria le sonríe, casi, tiernamente.

Nadie te matará. Mira a Nataliya O quizá ella lo hará.

La mujer se agacha a un ángulo de visión en el que sólo se puede observar su espalde por debajo del escritorio.

Pocos minutos después se levanta con un vasito de plástico en la mano.

Café O'Brian. No le he metido ninguna droga. Ella misma toma un sorbo en signo de confianza.
Puedes tomar un poco si quieres. Le tiende el vasito.

De un manotazo, Nataliya hizo volar por el aire el vaso que la secretaria le ofrecía a la otra mujer.

—¡No beber eso! —gritó—. ¡Estar hecho con el agua!

Se abalanzó sobre la secretaría y la aferró por las solapas de su traje.

—¿Qué ser esa agua? —le preguntó poniendo su mejor cara de amenaza—. ¡Contestar!

No era ningún agua, querida... era tan sólo un café. Pero veo que ni tú ni tu amiga querrán un poco. Una lástima.

La secretaria se vuelve a sentar en la silla restando importancia a Nataliya, hasta que ésta última la agarra del traje para sacarle información.

Me estoy comenzando a impacientar, y perfectamente bien sé que no sabes pelear Nataliya. No me hagas golpearte. Le dedica una última sonrisa y coge el tubo de la central telefónica que tenía sobre el escritorio.

... Están listas, cuando quiera... Dice a la persona del otro lado del teléfono.

¿Estamos listas? ¿Para qué señorita?...
Lyanna mira ahora a Nataliya con desconfianza, su brutalidad no le había gustado nada y por algún motivo confiaba mucho más en la secretaria que en la rubia insípida que le había gritado desde que se conocieron.

Eres una niña de mamá y papá... deja de tanto escándalo, lo único que quiero es salir de aquí rubia estúpida. Me tienes harta con ese carácter de mujer cavernaria. ¿Crees que con gritar te dejarán irte de aquí?...

Lyanna toma asiento en una de las butacas esperando que la secretaria le responda.

Tras unos instantes de confusión, en los que Nataliya no supo qué hacer, se volvió hacia la mujer, junto a la que había despertado y que, ahora, tomaba asiento tranquilamente, como le había indicado la secretaria.

—Tú ser una puta como la de la otra habitación, ¿no? —le preguntó agresivamente—. Pues yo no me voy a quedar aquí a que me follen.

Se volvió hacia la secretaria y se apoyó sobre el escritorio con las dos manos. Le clavó a la mujer una mirada de odio y desprecio.

—Decirle a los rusos que yo no ser una puta —espetó, con rudeza—. Yo matarme antes de volver con ellos.

El odio de Nataliya, toda su desesperación y el resto de las cosas que estaban pasando hace horas, quizá días en su vida era aterrador.

Sus emociones estaban dominadas por la ira y la ira por sus pensamientos.
Aquél lugar era aterrador para ella, aún así cuando no estaba amordazada ni nadie la retenía.

La puerta trasera se abre súbitamente y allí estaba Loreley, la negra que se encontraba perdida en tiempo y espacio hacía varios minutos atrás.

No me gustó escuchar eso que dijiste nena... tipo, cuidadito con la boca dulce...

Loreley se para totalmente firme, parecía estar en un estado de furia tal como el de Nataliya hasta ese momento.

Se oyen unas pisadas... una detrás de la otra y cada vez con mayor fuerza.
Nataliya siente que los pasos se dirigen hacia ella.
Una vez que siente lo suficientemente cerca el sonido, éste desaparece.

Nataliya siente un dolor profundo en su garganta... dos rayones le atravesaron sin saber de dónde provenían.

Al acercar sus manos a su cuello la sangre manó libremente, cálida y espesa.

Notas cómo, al silenciarse los pasos, Nataliya se agarra brúscamente la garganta y de ella comienzan a brotar hilos de sangre...

Nataliya puso cara de sorpresa. Se llevó una mano a la garganta y después la sostuvo frente a sus ojos. Sus dedos estaban manchados de sangre. Miró atónita a la mujer vestida de colegiala, cerró la mano en un puño y su rostro se contrajo en una expresión de ira contenida. Soltó una parrafada de insultos a voz en grito, en su lengua natal. Algunos de ellos de contenido racista y, apretando los dientes, se lanzó a la carrera a los largo del pasillo, hacia la chica que la había atacado. Cuando estuvo a la distancia apropiada, saltó con las manos por delante, arrojándosele encima.

Nataliya logra llegar a Loreley... algo estaba mal entre ellas dos. Por algún motivo se odiaban y ninguna de las dos parecía comprender exáctamente por qué era.

Loreley se veía afectada por cómo la había tratado esa sucia extranjera, pero ¿Era éste motivo suficiente para que utilizara su don contra ella?

Nataliya sigue corriendo mientras sus miradas ágiles se cruzan.

Lyanna sigue sentadita en el banco de espera como si nada le importara, pero su corazón da un vuelco al ver la sangre en el cuello de Nataliya.

Lyanna se levanta súbitamente.

Loreley extiende las manos totalmente abiertas para frenar el impacto de la rusa.

Veo cómo ambas mujeres totalmente locas se atacan mutuamente. Giro para asegurarme que la secretaria no sea una amenaza y luego vuelvo a mirar a las mujeres en batalla.

Esa estúpida mujer....
Loreley se dispone a aferrarse perfectamente al piso para brindar la mayor resistencia.

Ahhhhhh.....
Grita acompañando su fuerza.

El impacto se dio en forma brúsca.

Lo primero que observaron ambas mujeres fue sus propios ojos desorbitados.

El tiempo se había detenido para ellas dos.
Nataliya podía ver la cara de dolor de Loreley a la vez que sus manos estaban pegadas a las de ella misma: palma con palma.

El odio se había dispersado, ahora un hilo de sangre recorría la comisura de su boca.

La imágen de Loreley era muy parecida, Nataliya se encontraba frente a ella, sus ojos a la misma altura e igual de desorbitados, no estaba más herida de lo que había estado antes de comenzar a correr pero sí se encontraba en un estado de shock y asombro muy importantes.