Partida Rol por web

 La conversación parecía agitada, por lo menos por parte de la mujer. Se la veía caminando de un lado a otro, fumando como una chimenea. El hombre, un general anciano, estaba sentado escuchando a la comandante, con una expresión de cansancio evidente.

Donna Wen: ¿Y si aquellos dos tienen razón, General Wok? ¿Y si realmente hay una amenaza pirata en la zona de construcción? Pondrían en peligro todo lo que hemos estado construyendo aquí... la gente perdería la cabeza.

General Wok: Comandante Wen, realmente no me preocuparía por eso... esos dos evidentemente no son lugareños. No saben cuáles son las verdaderas amenazas que tenemos... pero de todas formas, ellos han ido a la construcción para investigar. Si encontraron alguna amenaza, ya la habrán neutralizado. Así como hicieron con lo de los cigarrillos.

Donna Wen: Espero que tenga razón, general. Estoy cansado de tener que lidiar con tantas amenazas en esta ciudad con tan pocos recursos. Siento que en cualquier momento todo caerá.

General Wok: No debe proecuparse. Los Bloques no caerá... no somos Puerto Obikanui, después de todo.

Jack no estaba muy contento con el resultado de aquella negociación, pero al menos no se había derramado sangre y eso era algo positivo. Se quedó de brazos cruzados, observando a su compañera, algo malhumorado. - ¿Realmente piensas eso Zeta? Yo quiero creer que realmente hemos evitado una guerra, igual estoy de acuerdo en que sigue siendo un peligro, pero igualmente... ¿Qué más podíamos hacer? Éramos menos y decían que podían evitar una posible revuelta.

Suspiró, bastante mosqueado por las circunstancias. - Tenemos que pillarlo solo o siendo más que él, si solo nos hubieran creído en los bloques... - recordó la nula confianza que les otorgaron. - Pero bueno, al menos hemos evitado una revuelta y hemos conseguido un espía de los piratas ¿no? Eso es un buen resultado. - se crujió los nudillos. - Pero como nos haya mentido con lo del espía pirata u ocurra una revuelta... La próxima vez no dudaré en apretar el gatillo nada más verle. - se notaba que lo decía completamente enserio. Si le engañan una vez, es culpa del engañador, pero si le engañan dos es culpa de Jack... Y Jack no quería sangre inocente en sus manos.

No perdamos más tiempo, pillemos al mejor uniformado de los guardias y vayamos a entregarlo, con suerte será prueba suficiente de que hay piratas en la zona. - se rascó la cabeza. - Aunque sería un poco raro que supiéramos esto porque si, así que diremos que mientras los piratas huían de nosotros hacia la salida, comentaron que el guardia infiltrado les cubriría las espaldas o algo así. - asintió satisfecho, no sabía si tenía sentido, pero se sentía orgulloso de aquello que acababa de decir y sin más dilación se dirigió a por el espía.

Que tentado estaba el agente soviético en decirle a aquellos dos que no debían confiarse. Sin embargo, lo mejor en su caso era seguir trabajando en las sombras, y esperar que Jack y Zeeta tuvieran éxito en la parte de dar la cara. Tomó en cuenta la dirección en la que sus compañeros habían ido, sin embargo seguía sin saber sobre el paradero de McTaker. Si lo que Sam había dicho era cierto, el americano debería encontrarse en algún lugar del cuartel, posiblemente en algún calabozo. Con eso en mente, y decidido a no dejarse atrapar[*], intentó ver si podía localizar el punto en el que estaría su compañero.

Era evidente que la situación no se solucionó de la forma en la que los piratas habían planeado, pero tampoco es que este fuera a matar a todos y a cada uno que se le interpusieran, menos si este era un conocido de Giuseppe que podía darle problemas si liberaba su técnica con los piratas. Pero la llegada del peón no hizo más que empeorar la situación.

-Así es, lo hemos encontrado. -Comentó apretándole la mano con toda la efusividad que podía tener un hombre mayor- Ahora nosotros vamos a hacer nuestra parte. De mientras no estamos, vosotros tenéis que tener máximo cuidado. Echa un vistazo por cualquier persona ajena a la obra, y si ves a alguien es importante que lo trates de detener como haga falta y también debes avisar a la Guardia del Mediodía de inmediato. No a nosotros porque estamos ocupados.

Con estas directrices, Giuseppe esperaba librarse de aquel hombre, a la par que podía ganar un poco de tiempo respecto a los otros dos agentes que habían venido para detener el avance pirata, así como sus propios planes.

 Zaheera asiente a las palabras de Jones, quizá un poco más animada al escuchar que el hombre no iba a dudar en ejecutar al cardenal la próxima vez que se encontraran con él si este los había engañado. De a poco, respetando la distancia que le habían prometido a Roni y a su grupo para bajar sin armar sospechas, los dos agentes bajan por las escaleras del edificio.

- Solo espero que Toby y los demás guardias aquí nos crean cuando intentemos atrapar a este tipo de uniforme. Es raro que se haya tomado tantas molestias para parecer un soldado, ¿no? Cuando Roni y los otros guardias tenían uniformes de guardias comunes...

 La agente india pensaba silenciosamente sobre la lógica detrás de tener a un informante en la cabina de construcción. Los planes de Giuseppe hasta el momento habían conseguido despistar a los demás agentes. Sin embargo, nada se le venía a la cabeza.

- Quizá deberíamos ponernos en contacto con Vladimir ya que estamos. Ver si él está haciendo algo por su parte.

 El obrero escucha las instrucciones del "guardia" con profunda atención y al final de las mismas, asiente con entusiasmo y se lleva la mano derecha hacia el lateral de su frente. Nuevamente intentando imitar el saludo militar. Y nuevamente, la vergüenza ajena sentida por todos los presentes llegó hasta el techo.

- No se preocupe, Sr. Guardia. Me encargaré de detener a la gente sospechosa y de no molestarle más... ¡detective Ocho se retira!

 Y así como el hombrecillo vino a incordiarles, se fue.

 Solo faltaban algunos pasos para que Giuseppe y su grupo pudiesen retirarse de aquel lugar. Habían realizado una misión exitosa, si bien poco ortodoxa. Tenían en sus manos al arquitecto que buscaban, que no estaba muerto como inicialmente era el plan pero por lo menos podían hacerlo "desaparecer" de la escena para complicarle los planes al régimen.

 El grupo finalmente salió del edificio en construcción al que se habían subido y se diriguió a la entrada de la zona de construcción en donde estaba la cabina de vigilancia. Un último paso para salir de aquel lugar infestado de guardias y gente del régimen. Los piratas no podían esperar para quitarse aquellos incómodos uniformes. Antes de salir, sin embargo, fueron detenidos con una mano en alto de parte del uniformado soldado de la cabina. El otro soldado, más joven, estaba sentado más atrás leyendo una revista.

 La mirada del soldado era seria. Quizá fuera una seriedad producto de la desconfianza, y simplemente seguía ofendido por las implicaciones que Roni había hecho horas atrás sobre el status de aquel tipo. De una forma u otra, Ben Ishimaru tenía algunas preguntas para hacer como guardia de la entrada de la zona.

- Veo que vuelven a salir... ¿y están escoltando al arquiecto de la obra? ¿Desea ir a algún lado, Sr. Lego?

 Quizá el cardenal se estuviese preparando para asumir la voz cantante, pero sorpresivamente el arquitecto fue el que tomó la batuta en este interrogatorio y defendió lo que estaban haciendo. A pesar de haber sido asustado por su experiencia con los piratas en el techo del edificio, ahora puso su prestigio y su confianza a favor del agente del Vaticano y sus asociados.

- Ehm... yo tengo que... ir a hablar con un p-proveedor que esta cerca de aquí. Las maderas que no han proveído no son de la calidad acordada. Me escoltan estos guardias... ¿n-no es así?

 Aunque, por supuesto, mentir era una habilidad complicada que no todos tenían tan dominada. Necesitaba ayuda de un vendedor de humo profesional... ¿quién sería?

 Ivanov quería ir hacia la construcción, pero no sin antes hacer todo lo posible para dar con el paradero de McTaker. Sin embargo, no había mucho que podría hacer en aquel lugar sin ser detectado rápidamente. La presencia de soldados y policías del régimen era considerable. Lo máximo que Ivanov pudo hacer fue asomarse a través de otra ventana y encontrar lo que bien podía ser un mapa muy importante para seguir con la misión.

Maldijo por lo bajo, pero no había nada más que hacer. McTaker tendría que encontrar la manera de salir sólo de aquel problema, por algo él también era un agente, seguramente tendría otras habilidades además de la de construir cacharros con basura. De todos modos les informaría a Jack y a Zeta cuando les encontrara, quizás ellos podrían hacer algo más por el americano si resultaba que sí lo tenían en aquel lugar y no había sido un farol para secuestrarlo.

Procuró memorizar lo que veía[*] y sabiendo que no podría hacer más, se puso en camino a la construcción.

Zeta parecía algo más animada, además decidió opinar sobre sus próximos movimientos. - ¿Y por qué no nos iban a creer? ¡Es un pirata! ¡Tendrán registros de él o algo! ¡O de la ausencia de un soldado! - asentía Jack, incapaz de predecir engaño alguno, ya fuera por falta de inteligencia o por pura credulidad.

¡Buena idea! - comentó sacando la radio. - Vamos a ver en que anda Vodka. - sacó la radio y sin dudar llamó a su compañero. - ¿Hola? ¿Sigues vivo Vlad? - esperaba tener una respuesta agradable por parte de su compañero y una vez terminen aquél pequeño chit-chat, capturar de una vez al guardia y conseguir la confianza de sus "superiores".

Giuseppe Roni miró al guardia, no sabía si decirle algo para que el nerviosismo de Lego fuera más justificado o si por el contrario con quedarse en silencio era suficiente como para que el guardia los dejara marchar sin más preguntas. Pero esta duda que se le puso en la mente se resolvió por el afán de bocazas del hombre de Dios.

-Al parecer no le agradó como me acerqué. -Comentó Giuseppe casualmente encogiéndose de hombros al pasar delante de Ben Ishimaru- Por algún motivo no suelo caerle bien a las personas... supongo que es por envidia de mi apariencia juvenil y vivaracha...

Con esto, Giuseppe continuó andando como si nada.

 De pronto, el walkie del agente soviético sonó, revelando que el agente canadiense se quería comuncicar con él.

Jack Jones: ¿Hola? ¿Sigues vivo Vlad?

 El guardia quedó un tanto sorprendido de que fuese Ian el que destrabará la situación. Como las sospechas de aquel hombre estaban puestas en Roni, la intervención del arquitecto le quito toda prerrogativa que tuviese para acusar al cardenal de estar haciendo algo indebido. Sin más para decir, Ben Ishimaru los deja pasar sin problemas.

- Vayan con cuidado... quiero creer que se encuentra en buenas manos, Sr. Lego.

 Los últimos comentarios del agente del Vaticano, que tenía una gran fascinación por el sarcasmo, hicieron que el guardia simplemente cerrara la ventana de la cabina de vigilancia, visiblemente ofuscado.

 Se encontraban finalmente fuera de la zona de construcción. Aquel grupo tan peculiar de personas, cuya alianza dependía de que tan afilada fuera la lengua del cardenal. No era un logro menor el de Roni el haber conseguido que aquellos cuatro hombres se comprotasen y le siguiesen (si bien había una cierta rebeldía en alguno de ellos), pero ahora había que determinar cuál sería el siguiente paso en la historia.

 Y eso quedaba en manos de la benevolencia del cardenal y sus amigos piratas.

 El capitán, serio como sepulturero, se acercó al oído del cardenal para hablarle en voz baja. No quería que le escuchasen, ya fuera la gente en la calle o los dos directores de la obra de construcción. Después de todo, la forma en la que Henry dijo lo que tenía que decir quizá hubiese... asustado a los "invitados" de Roni.

- Vayamos a algún callejón para evitar las miradas de la gente... ahí podremos decidir qué hacer.

22 de Marzo - Zona de Construcción, Este de Los Bloques

 Luego de una caminata no tan extensa bajo la luz del sol mañanero que se iba transformando en el sol de la tarde, el agente soviético llega hasta la zona de construcción. Eran bloques de apartamentos. Bloques y bloques y bloques... todo con tal de saciar la increíble demanda de viviendas que aparentaba haber en Los Bloques. Era un proyecto evidentemente colosal y costoso... por lo que había razón de creer que si algo le pasaba a ese proyecto, habría caos asegurado.

  Y el agente pudo percibir rápidamente que cosas raras estaban pasando alrededor de aquel proyecto. Porque una vez que llegó al lugar y se posicionó para buscar pistas, pudo ver que desde la zona de construcción salían cinco personas juntas. Algunas de ellas conocidas, otras no... y nada más ni nada menos que el cardenal Giuseppe Roni liderando al grupo. Los piratas del grupo estaban todos vestidos con uniformes militares, y parecían estar escoltando al anciano y al mcuhacho de casco y gafas.

 Se estaban moviendo, y todavía no habían detectado la presencia de Ivanov en los alrededores.

El Capitán Pirata seguía siendo el Jefe de toda aquella obra de vodevil en la que se encontraba, por lo que Giuseppe Roni tenía que acatar órdenes y demostrar su buen espíritu, y lo que era más importante, su servidumbre a este, a fin de cuentas, solo podía haber un Capitán Pirata, de momento.

-Alejémonos lo más posible de este lugar, no vaya a ser que esos dos Agentes del Régimen nos vuelvan a tratar de detener. -Confirmó ante las palabras de Henry- Lo importante, tal y como dice el Capitán, es preparar el siguiente paso del plan ahora que este salió bien, pero con bastantes inconvenientes...

Con esto, el Hombre de Dios marchó junto con el grupo a una zona alejada en donde poder esconderse y hablar con todos aquellos sobre las novedades del Plan que pudieran contentar a todos los presentes; por un lado eliminarían a Ian Lego de la ecuación lo que cabrearía a la Población, por otro lado Ian Lego seguiría con vida en una zona "segura".