Partida Rol por web

 Antes de que aquel dúo de personas desconocidas pudiesen ver a McTaker y a Sam, McTaker fue lo suficientemente rápido como para indicarle a la adolescente que se fuera de aquel lugar para evitar que la chica se encuentre en el medio de otra confrontación. Sam, aunque algo conflictuada, accede al pedido y se ausenta del lugar con la suficiente rapidez como para no ser detectada.

 La sonrisa de aquel hombre se contrajo al notar la actitud del americano, el cual no solo no accedía a cumplir con lo que le pedían sino que además se disponía a realizar su propia línea de preguntas. El hombre, sin embargo, mantenía una actitud tranquila mientras daba otro paso para acercarse al agente McTaker.

- La identidad de mi soldado no es de su incumbencia... pero no tengo problemas en presentarme a mi mismo. Mi nombre es Ted Hyun, y soy el Comandante de Defensa de esta gloriosa nación. Responsable de la seguridad de los habitantes de esta isla, ya sean enemigos internos o externos.

 Era una presentación estándar de oficial de gobierno. Parecía que McTaker se había encontrado con otro de aquellos importantes "comandantes" que eran las personas de mayor confianza de Peggy Tsai. Que uno de aquellos comandantes se encontrara en un callejón en el medio de la noche era algo que levantaba preguntas, pero McTaker podía intuir que no recibiría muchas respuestas.

- Le estoy preguntando si quiere venir conmigo, pero en realidad solo hay una respuesta posible. Usted lo va a hacer... solo que me tomó la molestia de preguntarle en caso de que quiera venir por su cuenta o no. Ahora... ¿va a echar a correr o me permitirá guiarle hasta mis cuarteles?

"Ya veo, señor. Puedo darle mucha información acerca de los piratas que me retuvieron, al fin y al cabo. Aunque hay algunas cosas que me gustaría confirmar, entre caballeros. Entre dos personas que quieren ver a esos canallas entregados a la justicia"

"Aunque sea por causas distintas, por supuesto"

Es en esta situacion en la que trato de, discretamente, asegurarme de si Sam ha conseguido quitarse de enmedio. Al fin y al cabo, esto es por ella.

La explicación de Antonio Cossi tranquilizó levemente a Giuseppe, a fin de cuentas, no es algo grato enfrentarse a alguien del pasado, mucho menos en mitad de una misión; pero todo lo demás... eso ya eran palabras mayores. Y a diferencia del propio Giuseppe Roni cuya habilidad se limitaba por edad, Antonio no tenía esa limitación.

-Sí, puedes preguntarme. -Le respondió a su pregunta y acto seguido se quedó en silencio.

Quizás no responder por un par de segundos podría verse como una muestra de senilidad por parte del italiano, aunque de hecho la realidad era que este no sabía cómo responder pues no sabía como Antonio Cossi iba a reaccionar. Él había desaparecido o mejor dicho, huido hace una década y tenía secretos y un set de habilidades bastante peligrosas. Y no solo eso, parecía estar apaciblemente confortable allí, y Lego, el objetivo, era su aprendiz.

-Van a matar a Lego por sospechas de ser miembro de la Resistencia anti-Pegsy. -Comentó finalmente escupiendo un poco al nombrar a la soberana- Por eso me he infiltrado para sacarlo de aquí y "hacer el trabajo", dejarlo en un piso seguro mientras la situación se normaliza, procedimiento estándar ya sabes, y además tener una vía directa de contacto con la "Resistencia".

Era mentira, quizás... Giuseppe no estaba del todo seguro, lo que sí sabía es que no podían ir matando a todos a diestra y siniestra. Al menos no en la obra cuando el ejército de Pegsy pudiera entrar en cualquier momento y había tantos testigos que podían ver la verdad y abrazarse a la "seguridad del Régimen contra los Piratas".

 Zeta asintió ante las palabras de su compañeros. Debían moverse cuanto antes si es que la amenaza de un ataque de los piratas hacia el régimen estaba por darse en la zona de construcción.

- Jack y yo nos iremos a lidiar con este asunto, entonces. La última vez que vimos a Donna, estaba en la zona de construcción; pero lo más probable es que esté en el Cuartel de Policía, donde conocimos a aquel general viejo. Ir a hablar con ella nos podría sacar tiempo esencial para lidiar con Roni, sin embargo... ¿hacia dónde nos dirigimos, Jack?

 En cuanto a la charla respecto al pirata Danny, el cual seguía esperando su desayuno, Zaheera no tenía demasiado que decir. No iba a abogar por mantener a aquel hombre, al cual miraba de vez en cuando con evidente asco en su rostro.

- Al pirata este lo podemos dejar con una mordaza en la boca durante el resto del día y trabar la puerta, en lo que a mi me concierne. Nos ayude o no en el futuro, ya nos dijo lo que necesitamos saber por ahora. En todo lo demás, sigue siendo un sanguinario pirata como todos los otros...

 Ted, viendo que McTaker mostraba una actitud más colaborativa, dio incluso un paso más hacia adelante. Ahora la distancia entre ellos dos era de un poco menos de dos brazos. El agente americano podía apreciar más de cerca a aquel sujeto: intimidántemente alto (dos cabezas más que McTaker) y con expresiones faciales limitadas. Aquella sonrisa parecía estar calcada en su rostro, solo pudiendo aumentar o disminuir en intensidad.

- Atrás mío hay un auto...

 McTaker pudo ver, asomándose por arriba de los hombros de Ted, como en efecto había un auto al final del callejón en el que estaban actualmente. La soldado encapuchada a lo que McTaker y Sam habían perseguido hasta allí se subió al auto mientras el americano lo miraba. Las siguientes palabras que diría el comandante le provocaron un pequeño escalofrío al agente.

Súbete a él

 Aquel frágil anciano, similar a Giuseppe en muchos aspectos, miraba al cardenal mientras este daba las explicaciones que les habían sido pedidas. Roni, como siempre, se desenvolvía con gracia y mostraba su habilidad con la mentira (o por lo menos, con la "datos alternativos"), pero su compañero de conversación seguía manteniendo una expresión imperturbable. Ni siquiera escuchar que su aprendiz podía ser un opositor al régimen le provocaba sorpresa visible.

 En su rostro solo había una.... serena seriedad.

- No te ofendas, Gius. Pero me cuesta creerte. Entiendo si tienes motivaciones que te puedan poner en contra mío. Pero soy un hombre que no está apegado a muchas cosas: si me hablas del régimen, lo aborrezco. Si me hablas de los piratas, los aborrezco. Si me hablas de las fuerzas internacionales que quieren meterse en la isla, tampoco me caen muy bien. Pero Ian Lego... es un buen muchacho. Quizá el mejor aprendiz que alguna vez tuve...

 Antonio se levanta de su asiento y se dirige hacia el borde de la construcción, asomando su cabeza desde aquel elevado cuatro piso en el que estaban. Inhala aire con parsimonia mientras giraba su cabeza para mirar al cardenal.

- Se sincero conmigo. Y una vez que lo seas... veremos que hacer... Como en el Vaticano, ¿recuerdas?

Se rascó la cabeza, dudoso. - Pues al cuartel ¿no? Si es el sitio más probable donde esté, no veo por qué ir a la construcción. - la verdad es que casi todo el rato había estado él siguiendo a Zeta, al menos respecto a que camino tomar, por lo que se le hacía raro tener que tomar él la decisión.

Y con el pirata... Bueno, ha sido un cabrón, pero tampoco deberíamos ponernos a su nivel. - le carcomía un poco la conciencia al pobre agente, algo que en más de alguna ocasión le había traído problemas. - No veo mal dejarlo maniatado, pero al menos deberíamos avisar al amable recepcionista, para que le diera algo de comer, tampoco quiero que se quede ahí por siempre y se muera de hambre. - buscó con la mirada a su compañero ruso, buscando cierta aprobación. - Ha colaborado después de todo ¿verdad Vodka?

Era evidente que Giuseppe iba a tenerlo más dificil a la hora de convencer a un conocido que ya se sabía los trucos, el modo de operar y las acciones tanto del Vaticano como de Giuseppe, y a juzgar por la mirada que este le estaba echando, no parecía estar demasiado convencido de su historia.

-En realidad vine aquí a matarlo. -Se sinceró el hombre de Dios- Sin Lego, no hay Hospital, sin Hospital, no hay Esperanza. Sin Esperanza hay enfado y con enfado hay alzamiento popular contra el Régimen.

El fin justificaba los medios para Giuseppe. Y un alzamiento popular contra los del Régimen era lo que buscaba, eso sí, uno en donde pudiera ser controlado para minimizar las víctimas civiles. ¿Qué es uno o dos mártires para el gran esquema de las cosas?.

-Pero... por respeto a ti, y todos estos años juntos; aunque te fueras... puedo ofreceros una salida. -El cardenal sacó el mapa que tenía de la isla y señaló el primer pueblo- Esta es una "Zona Segura", libre de piratas y del Régimen. Si finges que los del Régimen han ejecutado a Lego por "traidor", podéis ir hasta allá hasta que todo esto pase. Te has ido del Vaticano, así que supongo que no buscas tener más problemas, y no seré yo quien te obligue a acompañarme por esta "via dolorosa".

"Hay una cosa que debería usted de ver primero" le digo al hombre de esa sonrisa vacua, grabada a fuego y carente de alma "Si me permite..."

Dicho esto, echo mano a mi mochila. "M.. malditas sea, no, eso es mi ropa interior, eso huele mal, es esto... no, eso es el periodico, es... esto es... EEEEEESTOOOO"
En verdad, he estado recordando que si induccionas los condensadores de un reloj de pulsera, pasandolos por un par de hojas de las que crecen en Isla Shuriken, enroscadas en un clip y con una goma elástica¹ ¡Pueden ser un explosivo con buena! Y sobre todo ¡uno ensordecedor!

"Listo, y..." y ahora miro hacia un amistoso -e imaginario- francotirador, uno que este situado en un sitio donde la mejor cobertura sea el coche. Hago como que miro nervioso a mi -imaginario- protector dos o tres veces, y...

"¡A CUBIERTO!" 

Dejo lamochila y huyo, contando tres dos... uno...

-Bien, hagamos eso. Vinnie es un elemento neutral, ayudará a quien pague. Supongo que con un extra podrá mantener a Danny en la habitación, alimentarlo, y asegurarse de mantener la boca cerrada... a menos que venga alguien con un mayor pago. Pero sera un riesgo a tomar.- Acepta finalmente Vlad.

 La mirada de Zeta mostraba indiferencia frente a lo que conversaban Jones e Ivanov. Ella ya había pasado de aquel tema, y estaba enfocada en ir a encontrarse con Donna Wen y, si el destino así lo disponía, con Giuseppe Roni. Asintió ante la decisión de Jack de ir al Cuartel de Policía; pero antes de dirigirse al lugar se acercó a Vladimir, apoyando su mano en el hombro del agente soviético. Un atisbo de sentimentalidad surgía del rostro de la mujer, aunque su forzada seriedad quería ocultarlo.

- Cuídate, ¿ok? Es posible que... volvamos a separarnos durante un tiempo si todo esto sale mal... por lo menos ahora no quedaras prisionero de los piratas...

 Luego de aquellas palabras, la agente comenzó a caminar por el pasillo para dirigirse a la salida del edificio, esperando que el canadiense le siguiese.