24 de Marzo, 1982 - Prisión de Villa Ganga, Isla Shuriken
Una noche espesa y sin estrellas, producto de la contaminación visual en la zona urbana, cayó sobre aquella ciudad. Eran las primeras horas de un nuevo día. A diferencia del días anterior, donde los rayos del sol dieron la bienvenida a los agentes, esta vez los mismos ya se encontraban con los ojos abiertos. Posiblemente alertados por todo lo que estaba sucediendo e incapaces de irse a dormir luego de la "siesta sorpresa" que tuvieron.
La misión avanzaba, de una forma u otra. La forma en la que avanzaba no era algo en lo que se pusieran de acuerdo los agentes, y era evidente con las interacciones que todos habían tenido con los habitantes de Villa Ganga, que jugaba un rol cada vez más importante en toda la historia. Lo que sucedería hoy, podría marcar una continuación o un fin a ello...
Aunque teniendo en cuenta que todos estaban completamentamente atrapados y encarcelados, esto no parecía que fuera a por un final del todo feliz para aquellos agentes.
Cuando abrió sus rasgados ojos la realidad le cacheteó la cara.
Pero qué? ¿Dónde estamos? ¿Quién me trajo aquí?
Espero que esta sea la escena correcta, que se me abrieron un montón de escenas que creo que no se me deberían haber abierto.
-MMFf.f.f..g... gghhh... noh......nnooohhhh. - medio roncaba inconsciente - medio respirada con un sonido de voz como si me hubieran quemado la garganta.
—Esta cama está muy dura. Pondré una queja en concerjería. Puto dolor de cabeza. Tengo una resaca que no se aguanta.
Forbúl movió lentamente la cabeza, para verá quiénes tenía alrededor. Se estaba empezando a figurar qué podría haber pasado, pero no querría reconocer públicamente haber cometido un error de principiante.
Curiosamente, en el móvil me funciona mejor que en la PC. En la PC me borra los diálogos (algún conflicto con el guion largo)
En la zona se encontraban algunos rostros que Forbúl Tamejiri conocía; tales como era el del vagabundo al que habían engañado o aquel líder político que había iniciado la manifestación en contra del gobierno ilegítimo. Pero también había muchos otros rostros que no conocía personalmente, aunque asumía que eran simplemente otros miembros de la protesta. Ah... y estaba El Negro tumbado en un banco.
Al lado de Forbúl Tamejiri se encontraba no otro que Ray Shugi, y viendo como este se recomponía, le ayudó a sentarse en el banco que le dejaron para estar tumbado y no simplemente dejarlo en el suelo. Este hombre miró directamente a la frente del agente en donde tenía una clara marca con el rostro de Peggy Tsai, esas pelotas de goma "nuevas" hacían su trabajo.
-¿Estás bien?. -Preguntó preocupado por su estado de salud- Gracias allá atrás por arengar a la gente a protegerme, o sino terminaría... bueno... -Dijo mientras señalaba la "estampa" que tenía el agente en la frente- ¿Como te llamas?. Me gustaría agradecerte formalmente por tu ayuda. Yo soy Ray Shugi, el que inició esta protesta pacífica, no sé si te acordarás...
—Hola, ahora que estamos mas... ¿tranquilos?... aprovecho a presentarme. Mi nombre es Forbúl, y podemos decir que soy un amigo de la libertad. ¿Qué es lo que tengo aquí? —se palpó la frente para ver la irregularidad que tenía impresa en la piel— Ah, y este de allí es mi amigo El Negro. Y siendo hijo de esclavos, mire si no va a ser amigo de la libertad un negro. ¿Y cuál es el plan? Plan para salir de aquí, digo.
El hombre dio su mano a Forbúl Tamejiri, a fin de cuentas, le debía no ser el golpeado directamente por una pelota con relieve; por lo que este estaba claramente agradecido con el agente. Por otro lado, la gente que estaba a su alrededor, -excepto el vagabundo- los miraba con sonrisas en el rostro.
-Al parecer es una marca de las nuevas pelotas de goma, cortesía de Peggy Tsai. -Comentó con una mueca de desagrado- Cuando te ví en la manifestación ya sabía que eras un compañero de la Libertad y la Democracia. ¡Un camarada!. -Tras decir esto, el hombre aprovechó a sentarse en el asiento de al lado- Pues tenemos preparado un plan en el que estamos todos de acuerdo: Huelga de Hambre.
Era evidente que la idea de hacer una "Huelga de Hambre" en un régimen dictatorial quizás no fuera la mejor idea, menos aún cuando no había ningún tipo de prensa para así presionar al gobierno en cuestión para que hiciera cambios al respecto. Pero al parecer ese detalle no se le pasó por la cabeza.
-Yo no estoy de acuerdo. -Comentó el ex-vagabundo cruzándose de brazos- De hecho me importa una mierda quien gobierne. Todos son iguales, a rascarse las espaldas entre ellos y a los demás que les den.
-HHh-hh.h.h.aah.h.....hhhh... - aún me dolía la garganta, pero empezaba a quedarme claro que estaba en una cárcel después de despertarme del todo tras oír la voz del chino. Mi chino, el chino con el que vine. Porque ahí todos parecían iguales.
Asentí cuando Forbúl dijo que yo era un amigo de la libertad. En realidad nunca estuve en la cárcel. Ese cliché no formaba parte de mí. Aunque mis amigos de la infancia hubieran acabado en la cárcel múltiples veces. Y mis primos. Y mis tíos. Y la mayoría de mis vecinos.
Pero bueno, al caso. Puse cara de *¿qué?? - cuando dijo lo de la huelga de hambre. Eso no servía para nada. Generaciones de negros esclavos pasaron hambre durante siglos sin ningún tipo de cambio o beneficio. Señalé al primer vagabundo dándome cuenta que era el primero al que nos encontramos, y asentí con la cabeza- hHhh..hsihhh.... - dándole la razón.
La anciana que estaba atendiendo a El Negro se alegró de que este empezara a reaccionar, por lo que esta le dejó un poco de espacio mientras le ayudaba a recomponerse y sentarse en aquel banco. Realmente todos parecían algo preocupados por el estado que todos sufrían, algunos con magulladuras, y otros con heridas, todos estaban con algún que otro problema de salud inducido.
-¿Te encuentras mejor, hijo?. -Comentó la anciana con un tono maternal- He hecho lo que pude, pero de momento lo único que tienes bien son las palmas de tus manos... y mira que he frotado y frotado... -La anciana escupió de nuevo en el pañuelo y se lo pasó por la mejilla con fuerza a El Negro. - No sale...
Ya podéis postear <3
(Por si acaso lo aviso XD)
La cara que puse al incorporarme de golpe tras oír aquello, fue tal cual aquella que había en mi avatar. -PHHHhero qhhhhe dihhhce..?... - casi parecía afónico, pero en realidad era la quemadura de la garganta.
*ESA BLANCUCHA ME HABÍA INTENTADO QUITAR ... EL COLOR?? - no, si me estaban tomando por uno quemado vivo, o lleno de mugre. MALDITOS PIELES CLARAS!!!
Lo peor es que no iba a recibir ni la más mínima ayuda moral del esclavista de Forbúl. Entonces me dí cuenta.
-Dondehhh shhtá. MIHHHcchael Furrrrhhyy? - no estaba nuestro compañero pirata por ninguna parte.
—¿Huelga de hambre? ¿Como Ghandi? Es buena idea, pero no sé si funcionará. Fíjate en el roñoso ese. Debe llevar varios días sin comer ¿Y has visto a alguien que se preocupe por ello? Nay. Tenemos que hacer que a la Peggy esa le salga más caro mantenernos aquí que liberarnos. ¿No nos queda ningún contacto afuera?
Pero no se quedó a esperar la respuesta, pues fue a ver a la vieja que estaba lamiendo al negro.
—No se preocupe buena señora. Déjelo. Ya nacido así, con la piel manchada y olorosa. No se le quita ni bañándose. Ya lo he estudiado yo. Igual hay que quererlos. Son personas y merecen algo de libertad, a su manera.
A pesar de que Forbúl Tamejiri era un experto a la hora de hablar y convencer a las personas, a veces su habilidad fallaba cuando todo el conocimiento y experiencia de una venerable mujer se enfrentaban ante las palabras del agente; por lo que esta anciana simplemente arrugó la nariz a lo dicho por el hombre.
-El novio de mi nieta era igual y se le pasó. Incluso se cambió de nombre y todo. -Comentó escupiendo en el paño para volverselo a pasar por la piel al El Negro- Lo que pasa es que no estoy apretando con la suficiente fuerza, desde mi caída en la ducha mi muñeca me falla...
Ignorando por completo los intentos de aquella anciana por limpiar la "suciedad" del cuerpo de El Negro, algo alentado también por las palabras de Forbúl Tamejiri; y centrándose en lo realmente importante que era aquella huelga de hambre, el vagabundo decidió secundar el comentario del agente.
-Eso mismo. -Dijo señalando al hombre- Además no me vengáis con esas de huelga de hambre ahora, al fin que puedo comer todos los días dos veces al día, no vais a decidir vosotros por todos que no vamos a comer. ¡Yo tengo hambre!.
Viendo que los comentarios del Agente habían logrado mover al vagabundo, y las quejas de este también había causado cierto revuelo entre los otros encerrados del lugar; algunos apoyando al bando de la huelga sin ingerir alimentos y otros pidiendo comida de una vez.
-¡Vale! ¡Vale!. -Exclamó tratando de calmar los ánimos de ambos bandos- ¿Y si hacemos una huelga silenciosa?. Mandaremos el mensaje de que nos están silenciando nuestras voces por medio de... no hablar.
En cuanto a la cuestión de los contactos así como la duda de dónde Michael Fury se encontraba se quedaron en el aire, probablemente porque aquella respuesta sería un Spoiler de lo que estaba por pasar en el mejor de los casos, o quizás porque simplemente no había apoyos exteriores y a Michael Fury lo habían encerrado en otra celda... si es que seguía vivo, algo que tampoco sabían.