Partida Rol por web

Para finalizar de aquella colección de supervivientes, Elijah Hoffman sería el siguiente en responder, señalando hacia la espesura de la selva, en la zona de la carretera de tierra el lugar donde se encontraría oculto aquella furgoneta de correos que habían usado para llegar hasta allá y desembarcar a tantos terroristas.

^_-Ahí... -Dijo con un hilo de voz, a fin de cuentas ser estrangulado y quedar en mitad de un incendio no era óptimo para las cuerdas vocales- ^{_{La gente que nos ayudó era del pueblo, desplazados... los ayudaba a organizarse con las cartas... y les daba panfletos también ya de paso...}}

Va y sobrevive el más inepto de todos ellos. La vieja era mil veces mejor individuo que ése señor -Pues menudo inútil está usted hecho. Acaban de cargarse a todos sus seguidores, entre otros tantos, por no querer participar en la pelea. Podría haber salvado más vidas de las que han muerto. Vergüenza debería darle! - miro los zapatos recién robados.

-Pues son muy chulos. - y luego hago señas para dirigirnos a la furgo. - Vamos, salgamos de aquí. Si quieres quedarte para seguir demostrando tu pacifidad, quédate! - le solté al tal Ray sin mirarle siquiera, mientras seguía ayudando a Elijah a escapar con la furgo.

Me sentía ir de furgoneta en furgoneta. Como si en otro universo también estuviera en otra furgoneta, o en una cárcel. O lo que fuese que fuera ese ex-centro de reincidentes que ahora estaba en llamas. Ojalá se derrumbe el edificio cual señal de supresión opresora para que el pueblo se levante en contra de la Peggy al ver el humo que salía de ahí.

Detrás de El Negro, también fue Elijah Hoffman, algo más consciente de todo el daño que había tomado de toda aquella contenienda en donde se hubo cobrado la vida de varios soldados, policías, un agente, un comandante y bastantes isleños con sus cabezas comidas por las ideas revolucionarias de Elijah Hoffman.

^{_{-Yo no puedo conducir.}} -Comentó mientras se llevaba una mano al pecho dolorido- ^{_{Y hablar me duele...}}

A decir verdad, El Negro tampoco estaba para conducir a fin de cuentas también había sufrido heridas por parte del Comandante de Defensa, en particular su pierna dolía simplemente por estar ahí, y al sentarse el dolor se intensificó, tan solo colocándola de determinada forma dejaría de dolerle...

Y a no ser que alguien estuviera pulsando los pedales como si una película familiar de ennanos, juguetes o niños se tratara, lo más probable es que era una buena idea que alguien tomara la responsabilidad.

Por lo que el candidato perfecto era Mao Pai, un hombre que no tenía ningún problema en mancharse las manos y sabía lo que quería: Salir de ese lugar. Aunque claro, podría haber un pequeño problema, algo bastante evidente si se mirase desde la perspectiva capitalista.

-Yo no tengo carnet de conducir. -Comentó mientras subía a la furgoneta- ¿Acaso me veías con cara de tener un puñetero coche?. Y hablando de no tener, me quede sin tabaco... ¿Alguien tiene algo?.

Teniendo en cuenta que no había absolutamente nadie con vida que pudiera conducir el vehículo, Ray Shugi se levantó siguiendo así pues las indicaciones de El Negro, o al menos las que este entendió como tal usando la pasivo-agresividad que los no-pacifistas tanto tenían.

-No hace falta ser pasivo-agresivo conmigo. -Comentó mientras subía en el asiento del conductor- Muy bien, ahora la pregunta... ¿A donde vamos?.

Elijah Hoffman sacó un pequeño mapa del compartimento del coopiloto, mostrando las opciones que había más cercanas, por un lado estaba ir directamente hacia la Ciudadela, por otro lado podrían desviarse hasta el Puerto Kartol o a las Montañas Tsen, pero si querían ir a ver sitios bonitos, también podrían ir al Lago Kunai, cercano a Villa Ganga o volver a esta... Omus ya quedaba bastante más lejos y los Valdhios peor aún, y total no parecía haber nada allá.

Al ver ese mapa tuve que recordar un par de cosas... como en un flashback. Çuando uno de los críos esos me dijo...

-Y ella también fue con él. -Dijo como si aquello no fuera importante- También dijo que no lo siguieras, que el iba a estar bien, que iba a prepararse para ir a la capital luego de pasar por "Omus". Y que si quieres algo, que te encargues de "Villa Ganga" si tienes lo que hay que tener, o que vayas a liberar "Kuzaya".

-¡HYEEEEK!. -Añadió el mono.

Cuando finalizó el Flashback me acordé del mono. Esperaba que estuviera bien el bicho. Y también recordé que si el cura lider de los piratas fue a Omus y ahora acabábamos de "liberar" Kuzaya... por así decirlo... - Sabiendo que probablemente el psicópata chino habrá mandado refuerzos a Villa Ganga... deberíamos aprovechar que la atención del gobierno de Peggy está puesta allí. Quizás podríamos ir a... la parte norte de la isla. El sur está piratizado, el oeste está "liberado", el este está siendo ocupado por el líder pirata no me preguntéis que planes tiene porque no lo sé.

-Vayamos al norte. A las montañas o al Puerto, la salida que nos desvíe antes y nos dé menos problemas. ¿Qué os parece?

Les pregunto, como si por un momento fueran compañeros de misión. Cuando vete tú a saber si el lider pacifista o el tio roba-botas tenían interés alguno en esta contienda.

Y así fue como, con Ray Shugi al volante, aquel grupo se dirigió hacia el norte por aquellas carreteras en mitad de la jungla, alejándose del edificio en llamas que ya había levantado una enorme humareda negra encima del mismo. El viaje iba a ser largo y ellos estaban doloridos... pero al menos no debería de haber ningún tipo de problemas.

-Hay problemas. -Dijo Ray Shugi.

Habían pasado un par de horas al volante y el hombre detuvo el vehículo en mitad del camino, en la lejanía fuera de la densa jungla, se podía ver como un puesto fronterizo se elevaba en forma de una atalaya. Al parecer el camino hasta la Capital, o lo que hubiera detrás de la misma estaba fuertemente vigilada.

Despertándose del plácido sueño en el que había caído en donde este hombre seguía quemando cerdos, aunque en esta ocasion con un lanzallamas, Elijah Hoffman se fijó a su alrededor para tratar de ver cuales eran los problemas que Ray Shugi les había indicado que había delante de ellos.

-Eso puede ser un problema, -comentó mientras rebuscaba en sus bolsillos- no me quedan más cócteles molotov u otras armas para luchar y... ay... no estoy para un combate ahora mismo... deberíamos dar la vuelta y buscar otro camino.

Y así fue como, con Ray Shugi al volante, aquel grupo se dirigió hacia el norte por aquellas carreteras en mitad de la jungla, alejándose de aquella atalaya y puesto avanzado del ejército de Isla Shuriken. El viaje iba a ser largo y ellos estaban doloridos... pero al menos no debería de haber ningún tipo de problemas.

-Hay problemas. -Dijo Ray Shugi.

Habían pasado un par de horas al volante y el hombre detuvo el vehículo en mitad del camino, en la lejanía fuera de la densa jungla, se podía ver como un puesto fronterizo se elevaba en forma de una atalaya. Al parecer el camino hasta la Capital, o lo que hubiera detrás de la misma estaba fuertemente vigilada.

Despertándose del plácido sueño en el que había caído en donde este hombre seguía quemando cerdos, aunque en esta ocasion con una lata de laca y un mechero, Elijah Hoffman se fijó a su alrededor para tratar de ver cuales eran los problemas que Ray Shugi les había indicado que había delante de ellos.

-Eso es otro problema, -comentó mientras se sentaba un poco mejor en el asiento- busquemos otro camino. 

Y así fue como, con Ray Shugi al volante, aquel grupo se dirigió hacia el norte por aquellas carreteras en mitad de la jungla, alejándose de aquella atalaya y puesto avanzado del ejército de Isla Shuriken. El viaje iba a ser largo y ellos estaban doloridos... pero al menos no debería de haber ningún tipo de problemas.

-Hay problemas. -Dijo Ray Shugi.

Habían pasado un par de horas al volante y el hombre detuvo el vehículo en mitad del camino, en la lejanía fuera de la densa jungla, se podía ver como un puesto fronterizo se elevaba en forma de una atalaya. Al parecer el camino hasta la Capital, o lo que hubiera detrás de la misma estaba fuertemente vigilada.

Despertándose del plácido sueño en el que había caído en donde este hombre seguía quemando cerdos, aunque en esta ocasion con un palo con fuego en la punta pero que claramente no era una antorcha, Elijah Hoffman se fijó a su alrededor para tratar de ver cuales eran los problemas que Ray Shugi les había indicado que había delante de ellos.

-Eso es otro problema, -comentó mientras se sentaba un poco mejor en el asiento- busquemos otro camino. 

Quizás fuera un deja-vu, o quizás simplemente fuera una técnica del narrador para demostrar como, por mucho que se intentara, el problema seguía presente en todas las opciones que había... aunque probablemente fuera simplemente 3 o 4 frikipuntos extras, pero Ray Shugi sentía que no iban a ningún lado, más aún cuando no iban a ningún lado.

-Esta es la última carretera. -Advirtió a Elijah Hoffman- Si no podemos cruzar por aquí, no podremos cruzar por tierra a ningún lugar. Deberíamos dar media vuelta y buscar otro sitio. La ciudadela está fuertemente custodiada por soldados en esta dirección. No tiene sentido seguir intentándolo, tan solo moriremos. Además, la jungla está llena de minas anti-persona, una última medida que hizo Peggy y por la que nosotros nos manifestábamos. ¿Sabéis que hay especies de mono autóctonos que podrían verse dañados por esas trampas?. Es inaudito.