Partida Rol por web

Escape de la Isla de la Muerte

Escena II (B): Rinascere (Orologgio di Orivanni)

Cargando editor
04/01/2017, 23:31
Toa Rappa

Un par de horas mas y se produjo el reencuentro entre ambos. De algún modo Toa Rappa había sobrepasado el torrente, que hace ya tiempo había dejado atrás. El disco solar se situaba elevado en el suelo elevado y hacía calor. Orologgio sudaba por la caminata y estaba sediento.

Toa Rappa parecía más fresco. A pesar de ello se mostraba fatigado y ojeroso. Como si no hubiera descansado en todo este tiempo.

Toa Rappa pareció notar la presencia de Orologgio antes de que este le indicara su presencia. El viejo tenía realmente agudizados sus sentidos, y sonrió con su dentadura exenta de diente al reconocer la voz de Orologgio cuando este le saludó:

-¡Oh, amigo!¡Oh, amigo! - Exclamó en montaigne con ese curioso acento suyo. -He tardado mucho, perdona. ¡Es una historia muy larga!- Se llevo la mano a la cabeza y se la rascó sin dejar de mostrar su luminosa sonrisa.

Al poco, estaban ambos sentados sobre la hierba. El anciano traía consigo algo de comida. Y aunque había perdido el pellejo en algún momento del viaje, pudo proporcionarle a Orologgio algo de agua traída del torrente en un recipiente mas pequeño.

-Encontré otros hombres blancos.- Soltó mientras conversaban. -Unos eran hombres de Dul Motte y me tomaron prisionero. Me pusieron cadenas en manos y pies. Pero luego llegaron otros en la noche y me salvaron de los hombres de Dul Motte. Había un muchacho entre ellos.-

-Pero hablan distinto a ti. Muy curiosa la gente de fuera de la isla. Je, je, je. Lo que mas me gustó de ellos es su animal. Es muy amistoso, como un mono, pero no trepa. Je, je, je, je....-

-¿Tienes alguna pregunta antes de volver? Creo que se dirigían a la aldea de los hombres blancos de Dul Motte, más allá de las colinas.- Señaló a su espalda, en la dirección por la que había venido. -Podemos alcanzarles, pero tendremos que caminar deprisa y no llegaremos hasta la noche. Quizás no nos de tiempo.-

Cargando editor
05/01/2017, 03:15
Orologgio d'Orivanni

 

Esos hombres y el muchacho son sobrevivientes de mi barco. -le dijo, seguro de su conclusión.  Vi sus huellas con mi aparato de ver-lejos.  El perro también, jajja, así se le llama al animal que los acompaña.  

¿Nadie en estas islas los domesticó, a los perros?  Había leído que se han visto unos muy diferentes de raza a los de nuestros reinos, pero que si los había.   Eso me dice más de lo aislado desta isla, mm.  Y si, esa raza de perro muy me parece muy mono, jajaj. 

Se quedó pensativo.  ¿Porqué habrían de ir con Dul Motte?  Es un tipo peligroso y más valdría alejarse de ellos hasta tener una fuerza mayor a la deste.  Espiarlos todavía, para ganar inteligencia.  ¿Te mencionaron su propósito?  ¿Habían hecho prisioneros a algunos de ellos?  Me pareció verlo por el catalejos.   

En todo caso, si, por la Razón y por Theus, a alcanzarlos.   Apuró el paso.  Vayamos pensando en donde almacenar agua, que tu generoso cuenco fue poco para aguantar paso rápido con esta calor.  ¿Alguna hoja grande impermeable que pudiésemos tejer en cuenco? 

 

Cargando editor
07/01/2017, 16:18
Toa Rappa

Mientras caminaban a apso vivo, el anciano explicaba:

-No te preocupes. Sé donde encontrar agua en la isla.- Oír hablar en montaigne a aquél individuo sonaba de lo más extraño. -Y el arroyo está cerca; acabo de cruzarlo .-

A medida que caminaban en dirección de encontrarse con los otros supervivientes, le contó algo más a Orologgio sobre sus dudas respecto a Dul Motte o por qué los naúfragos querrían dirigirse allí.

-Hay un barco, sí, pero sólo viene a la isla cuando dul Motte lo llama. Eso los supe por el Hombre de la Cruz. Dul Motte es un brujo. Puede herir al mundo, y esa herida es una puerta a Dej´hva... vosotros lo llamáis Legión. Luego, abre otra herida desde Dej´hva de nuevo al mundo, pero en otro sitio distinto, muy lejos. Por esa herida habla con otros hombres de su país. Y así envía mensaje para que el barco venga.-

-Antes dul Motte podía viajar lejos por la herida. Cruzar el mundo en un segundo, y llegar a su país en dos un pasos. Pero yo lancé una maldición a dul Motte, por matar y esclavizar a mi pueblo. Tracé un círculo...- Señala el círculo que rodea el campamento. -...rodeando su casa de piedra, y ahora no puede cruzarlo. Se lo he prohibido. Puede hablar por la herida con la gente del Caldero, pero no cruzar la herida ahora, ni siquiera.-

-Dul Motte necesita que yo elimine prohibición, y por eso dul Motte envía sus hombres por mi. Pero si quiere ser libre, primero, debe liberar a mi pueblo.-

-Hay un pueblo de blancos en el punto de la isla más cerca de donde el sol sale, más allá de esas colinas.- Señala al este.- Allí vive dul Motte en la aldea de blancos, con sus hombres en la choza de piedra, con hierro y palos de fuego. Hay también un camino de madera que va al mar, y donde el barco se agarra.-

-Pero ahora no hay barco. Dul Motte no lo ha llamado.-

Siguieron andando, y pararon cerca del arroyo, donde Orologgio pudo tomar todo el agua que quiso. Luego lo cruzaron y siguieron camino a la rampa junto a las colinas.

Al tiempo, vieron al grupo que Orologgio divisó con el catalejo. Efectivamente, reconoció a los tres supervivientes y parecían llevar a dos individuos como prisioneros.

Por sus miradas Orologgio dedujo que los tres también le reconocieron de la nave naufragada.

Notas de juego

Continúa en...

Escena IV: Un estudio natural de la fauna local