Partida Rol por web

Escape from Mars (DM 01/20)

CAPÍTULO 2. RESCATE

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20/01/2020, 11:30
DIRECTORA

Vasquez e Irina se adelantaron en plan marine, vigilantes por si encontraban algo a su paso, mientras Ma o' War y Grace se quedaban algo más atrás, intercambiando impresiones.

Sin embargo, parecía que todo el mundo se había ido. Entrasteis en la mina, en la oficina, y era como si todo se hubiese quedado a medio empezar o terminar, con vasos de café aún medio llenos y papeles que parecían estar a punto de cumplimentarse.

Y justo sobre uno de ellos, una tarjeta de identificación.

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20/01/2020, 11:32
Vásquez

Con el máximo cuidado y sigilo, nos hemos deslizado en la oficina... tras un sururro:

-Despejado

... entran la Teniente y Vásquez, en busca del objetivo; a ser sinceros, Vásquez no tiene muy claro qué es lo que buscan exactamente, así que está con los ojos bien abiertos, pero, de momento, lo único que ve interesante, es la tarjeta indentificativa de la Presidenta... y no puede evitar a la de sitios que se tendría acceso con esa tarjeta en mano... debe abrir todas las puertas.

La Misión de la soldado es más proteger a la Teniente que la búsqueda en sí,... que para eso la otra tiene estudios avanzados... así que la deja a ella que coja y examine la tarjeta, que ella bastante tiene con estar atenta a otros peligros.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro Percepción por si encuentro algo más que la tarjeta

Asumo que la tarjeta la toma la Teniente, y la examina...

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20/01/2020, 11:40
Adrienne Forsyth

La Presidenta cogió la pistola, comprobó que estaba cargada y miró a Plissken.

-No se me da mal. 

A continuación miró hacia el andén. Continuaba vacío, por lo que esperar allí era una auténtica locura.

-La prisión, sin duda. Si tenemos que esperar, allí estaremos a salvo. En el andén seríamos un blanco demasiado fácil.

Después miró hacia ambos lados y al ver que nadie venía, empezó a dirigirse hacia la cárcel. Seguía sin haber nadie... cuandod e repente, empezó a salir gente por encima de las casas, en los tejados, observándolos mientras caminaban.

-Maldita sea -susurró -. Creo que vamos a tener que correr, señor Plissken.

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20/01/2020, 11:40
Policía local

Cuando fuiste a disparar, la pistola se te encasquilló. El clic no dejó lugar a dudas. El arma ya no iba a serte de utilidad, pero el sonido hizo que la policía despertara de su ensimismamiento, dándo dos pasos hacia ti y agarrando tu brazo con furia. Sentiste sus uñas arañando por encima del uniforme, a pesar de dejarse varias uñas por el camino. 

Por si eso fuera poco, en cuanto tuvo tu brazo dentro de la celda, intentó morderte.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Si, y has pifiado. Así que dejaremos de las llaves para cuando resuelvas la situación XD. 

Pero te voy a dejar que tengas las llaves y puedas lanzarlas para que se abran ellos mismos.

Sin embargo, mientras tanto, tira pelea. Tienes que superar el 6 para que no te muerda.

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20/01/2020, 11:58
Jericho Butler

A la hora de disparar, la pistola se encasquilló. La loca se abalanzó hacia mi con una velocidad inusitada y me agarró del brazo intentando morderme. Tiré con todas mis fuerzas hacia atrás, intentando zafarme.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Por favor! Vaya suerte la mía, snif, snif! Entonces, recorte mi post, por favor. Prefiero no tener las llaves ni nada, era lo que iba a hacer después, ir a cogerlas. Espero ganar, aunque viéndo la suerte que tengo hoy...

Snake me ha marcado en su post, Directora.

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20/01/2020, 11:37
Grace Steelside "Eat Snakes"

La mirada de o'War cambió por completo al comenzar a hablar de aquello. Había aparcado su "machonería" y hablaba con sinceridad. Entonces mis ojos se centraron en el exterior. Estaba buscando al revés... y el hombre avanzó unos pasos y sentí el dolor en su voz y en su mirada cuando habló de la muerte de su hombre decapitado. *

Podía ser un cabrón y un secuestrador, quizás un asesino también aunque de eso no tuviese prueba alguna aún, pero también tenía sentimientos o eso parecía. Jamás se me pasó por la cabeza que un hombre pudiese sentir algo por alguien que no fuese sí mismo. Cuantas veces me dijo mi padre que me quería, cuantas veces me forzó en la cama y que poco tardó en venderme para salvar su culo.

Pero quizás lo que más me sorprendió fue que por una vez, no usase ningún descalificativo contra las mujeres. "Vuestra querida presidenta" no era tan malo después de escucharle llamarnos zorras. Se me hizo extraño y al menos durante ese tiempo, llegué a sentirme cómoda con él o quizás más bien empaticé con lo que vió y sintió. No estaba segura de lo que era, pero no iba a pensar mucho más en ello.

- Supuse mal por lo que veo. - Le respondí al fin. - Creí que era algo que había dentro de la tierra y que habíais destapado con las excavaciones. Pero si está en la superficie del planeta... si se mueve por ella con las tormentas... - Negué con la cabeza dándole la razón con mi silencio a su teoría de que Marte se iba a la porra.

- Supongo que tu intención será ir de vuelta a La Tierra. Estoy segura de que te encantará como está ahora mismo. - Sonreí con amargura con aquellos recuerdos aún en mi mente de mi estancia allí. - Estarás en tu salsa, Gruñiditos. - Mejoré algo mi sonrisa, pero en ella se reflejaba el dolor que me causó el tiempo que estuve en aquel planeta.

Era consciente de que lo tenía jodido para salir de Marte. Lo más fácil era que acabase en una prisión aquí mismo, encerrado en un sucio y feo agujero. De alguna manera sentía lástima por él. Toda su vida siendo un hombre con "madera" de líder, trabajando en una mina bajo el mandato de las mujeres y cuando por una vez llega a sentirse libre... ya al final de su penosa y triste vida de minero, acabará encerrado hasta que muera.

- Y sujetos como dices, encontramos a dos... bueno, tres. Una agente estaba como ida en la cárcel, la dejamos encerrada en una celda. Luego un hombre, que parecía estar aterrado se cortó el cuello delante nuestra diciendo "que lo tenía dentro" o algo así... y entonces, la mujer que nos acompañaba, quizás amiga tuya... regentaba el local de ocio de la colonia por lo que dijo... comenzó a actuar como si estuviese ida también. Vive, la dejamos encerrada en un vehículo. Pero por lo que cuentas...

Asentí ante sus palabras de que debíamos mover el culo. - Por una vez estamos de acuerdo con algo. - Le sonreí con naturalidad por ello, siendo consciente de que aquella conversación había finalizado para él y que pronto volveríamos a los insultos y a ver quien la tenía más larga de los dos.

- Vayamos a ver como va mi equipo y a darlas una mejor cobertura, ¿quieres? - Le dije invitándole a acompañarme mientras que esperaba una coz como respuesta a mis palabras.

Notas de juego

*Si me he excedido avisas y retoco.

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20/01/2020, 12:18
DIRECTORA

Notas de juego

-"Bien, esto es lo que vamos a hacer. Os voy a soltar y vamos a ver cómo salimos de aquí todos. El primer gilipollas que trate de joderme, correrá la misma suerte que ella." Dije señalando a la policía muerta.

-"Vamos a tener que ayudarnos los unos a los otros, así que ser colaborativos. Y usted, empiece a contarme todo lo que sabe sobre lo sucedido aquí." Le espeté a la mujer que decía saberlo todo.

Fui a por las llaves y eché un vistazo a los monitores. Miré al techo de todas las salas, para ver si había una compuerta que diera al techo. Podía ser nuestra vía de escape. Volví y empecé a abrir las celdas.

Te cuelgo lo que escribiste por si lo quieres recuperar.

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20/01/2020, 12:19
Desolation Williams

Afortunadamente, conseguiste alejarte de ella, pero te dolía el brazo de los arañazos y tirones que te había dado. Estaba claro que no podías ya fiarte ni de tu propia arma.

A tu lado, desde la celda, Williams se echó a reír.

-Sargento, tenga cuidado o la próxima vez tendrá que sujetársela con la otra mano ja ja ja

Notas de juego

jajajaj bueno, estás libre, no te apures. Has hecho una buena tirada ;)

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20/01/2020, 12:22
Man o' War

Man pareció recuperar algo de su altanería cuando le dijiste de continuar. Volvió a lanzar un gruñido, que ya comenzabas a identificar como algo más positivo de lo que pensabas, y os acercasteis a la oficina. No obstante, el hecho de que hubieses pensado que el origen de todo lo que estaba sucediendo se debía a él, no le dejó indiferente.

-Me importa tanto como se mueva esa maldita nube como que las mujeres dominen este jodido planeta. La verdad es no confío en nadie y solo hay una persona que me interese. Yo mismo -te dijo, contradiciéndose sin darse cuenta con la actitud que había mostrado unos momentos antes. Sin embargo, murmuró algo entre dientes que te dio la explicación casi inmediatamente.

-Es mejor no complicarse la vida.

Pero mientras entrabais en las oficinas, más relajados por la presencia de Vasquez e Irina, que en teoría ya se habrían asegurado de que no hubiera peligro, al oír la palabra "Tierra", Man se detuvo.

-No vuelvas a hablarme de ese asqueroso lugar -te dijo, escupiendo en el suelo -. Es un lugar despreciable, más que este. Antes de volver allí, prefiero morir. Tú no lo entiendes. No has vivido lo mismo que yo. No has visto a mi gente morir a tu alrededor diezmados por las fuerzas policiales, que justificaban sus comportamientos con palabras como "el bien de la mayoría" o "criminales asociales". 

Parecía que habías tocado un punto sensible.

-La sociedad es el peor invento que la humanidad pudo crear. ¿Crees que me importa que unos cuantos coños dominen el mundo? Confía en mí. Me importa una mierda. Solo quiero continuar con vida.

Después, recordó lo que te había dicho y recuperó su actitud más tranquila y menos beligerante. Man parecía dos personas en una; emotivo y duro, intransigente y solitario, pero a la vez un idealista frustrado, que huía de la realidad como si de una enfermedad se tratara, buscando un nuevo lugar en el que al menos, no tuviese que responder ante nadie. Pero si era tan independiente, ¿por qué y para qué había secuestrado a la Presidenta? En el fondo, daba la sensación de que deseaba cambiar las cosas, pero que estaba exhausto.

Al fondo, junto a la oficina, estaba la entrada de la mina, oscura, casi sepulcral, pero al menos, por el momento, solitaria y fuera de peligro, así que la dejasteis de lado y entrasteis en la oficina. Nada más hacerlo, visteis a Vasquez e Irina estaban registrándola, aunque Vasquez había encontrado lo que parecía estabais buscando.

Una tarjeta de identificación, que estaba encima de la mesa.

Notas de juego

Está perfecto. No cambies nada. ;)

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20/01/2020, 12:40
Snake Plissken

- Ya le dije, señora Presidenta, que mejor hubiera sido pasar desapercibidos y esperar el transporte... - Le dijo de forma casi inexpresiva. - Y si, será mejor que corramos...

Snake agarró de la mano a la Presidenta, mientras salía a toda prisa tirando de ella. Se dirigía al pueblo de nuevo, pues como bien acababa de decirle aquella insufrible mujer, si les descubrían, allí serían un blanco fácil. Mientras apuntaba con el fusil hacia atrás. Aquellos dementes no habían demostrado conocimientos en el uso de armas modernas y eso les daba cierta ventaja. Si no les perseguían no malgastaría munición, pero de empezar a hacerlo dispararía un par de ráfagas.

¡Corra, señora Presidenta, corra! - Le ordenó. 

Su idea era despistarlos en alguna callejuela y esconderse dentro de alguno de los edificios. La prisión era evidentemente un sitio muy bien vigilado en esos momentos. Muy seguro si estabas dentro, pero no si estabas fuera. Además, salir del mismo con todos aquellos descerebrados rodeándolo, se antojaba imposible, por lo que no había sido una buena opción ir allí. Snake se juró no volver a hacerle caso a una mujer, no al menos a la Presidenta o a Grace en cuanto a decisiones estratégicas se tratara...

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20/01/2020, 13:44
DIRECTORA

Detrás de vosotras, entraron por fin unos segundos más tarde, Grace y Man o' War. Os dio la sensación de que la relación entre ambos ya no era de un simple tira y afloja sino de mutuo respeto. 

O quizás fuera cosa vuestra y se odiasen a muerte.

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20/01/2020, 13:48
Grace Steelside "Eat Snakes"

Su gruñido me hizo girarme hacia adelante con media sonrisa. La verdad era que ese gesto suyo y el mote que le puse le pegaban mucho, más que aquel ridículo nombre de guerra que se había puesto. Claro que si en la grabación que mandó al matriarcado se hubiese referido a sí mismo como "Gruñiditos" se hubiese convertido en todo el hazmereír de Marte y de La Tierra seguro.

Lo que no entendía aún era porque me lo toleraba al tiempo que me entró la curiosidad por saber su nombre real. Pero vi en su mirada que su orgullo volvía poco a poco y esta vez no me respondería con... ¿amabilidad? Quizás eso fuese lo que usó conmigo instantes atrás.

Miré a o'War con un gesto de sorpresa tras aquellas palabras respondiéndome a mi teoría. - Y aquí vuelve... - . Hacía unos segundos si parecía sentir preocupación e incluso sentir algo por alguien más: sus hombres. Y ahora salía con este revés. Me dejó desconcertada. Y entredientes dejó aquella frase lapidaria para quien quisiera algo con él. Frase que dió sentido a muchas cosas pero para la cual no tenía respuesta.

Era más, dudé que aquel hombre hubiese querido que la escuchase. De ser así la hubiese pronunciado en voz alta.

Pero cuando mencioné La Tierra, Man o'War estalló de golpe. Su voz, su gesto... todo cambió en él. Creí que para un tipo como él, aquello sería un paraiso, pero enseguida me di cuenta de mi error. Empezaba a ver cuanto me estaba equivocando con él... pero él también se equivocaba conmigo.

Sus palabras me hicieron girarme y regresar a su lado de dos zancadas, plantándome delante suya, encarándome a él entre molesta por errar nuevamente con él y por otro lado por su egoísmo al creer que era el único en el mundo que había sufrido allí. - A mí tampoco me gusta ese lugar. ¿Crees que tú has sido el único en pasarlo mal allí? ¿Crees que los demás no hemos sufrido? Mientras tu corrías por tu vida y veías caer a los tuyos tras el yugo policial, mi padre me violaba día tras día, me decía cuanto me quería mientras me forzaba en la cama... como aún no estaba desarrollada, porque no tenía más de diez años, el sexo anal y oral era lo que estaba al ordén del día hasta que "me convertí en mujer"... trece años tenía y me preñó meses después. 

No sabía porque le soltaba todo aquello, quizás porque necesitaba hacerlo después de lo que me pasó minutos antes cuando entré en estado de shock o por enseñarle que no era el único con sentimientos y un corazón tocado con un arreglo implosible ya. - Lo que iba a disfrutar este cabrón con todo esto... - Pero no podía parar.

- Por fortuna, en un accidente perdí a mi niña... su hija. Y no lo interpretes mal, pero a saber que clase de vida hubiese tenido esa niña de venir al mundo. Otro infierno como la mía sin duda. - Le indiqué antes de que me echase en cara nada sobre mi pequeña. A fin de cuentas crecía dentro de mí y la quería como lo que era: su madre, mi hija. - Tras aquello, empezó a beber y a pegarme. No entraré en detalles pero lo perdió todo y me terminó vendiendo para pagar sus deudas y vicios. Y mi vida empeoró en manos de aquellos traficantes de sexo. Humillaciones, todo tipo de aberraciones, torturas... a penas tenía quince años cuando comencé a vivir todo ese calvario. - Me remangué el uniforme y le enseñé mi antebrazo. Cicatrices de cortes y quemaduras eran visibles en él. Mis ojos mostraban el dolor que sentía aún por todo aquello y trataba de contener las lágrimas. No debía llorar y menos delante de él.

De hecho debía dejar de hablar. Pero no pude.

- Este fue mi día a día durante años. Cortes, quemaduras, latigazos... sexo forzado con un hombre, tres, una docena... daba igual. Yo no era más que un pedazo de carne con "una cara bonita" y "unos jugosos pechos" sumida en un infierno del cual no tenía escapatoria. - Apretaba mis puños con fuerza. Sabía que estaba errando soltando todo aquello pero llegados a este punto ya daba todo igual.

- Un día intenté huir... para ellos simplemente le clavé un bolígrafo en un ojo a un cliente en un acto de rebeldía. - Miré a Man o'War a su ojo sano fijamente, con la voz más templada pero aún así con dolor. - Bien podrías haber sido tú o Snake... bueno, a ese capullo le hubiera reconocido de haberle tenido encima... - Corregí enseguida. - Y no. Tú tampoco fuiste, Gruñiditos, no hubiese olvidado tu intensa mirada nunca. - Le reconocí antes de seguir con mi historia. De hecho, dudaba que la olvidase jamás.

- Aún me duelen los latigazos que recibí aquel día cuando me voy a descansar cada noche de mi solitaria vida. Casi me matan... y deseé morir ese día y los sucesivos durante los siguientes años, pero jamás di el paso... hasta que me rescataron en una redada y acabé aquí. - Le conté mirando al suelo, sintiendo como mi cuerpo comenzaba a temblar tras liberar todo aquello. Me estaba desmoronando poco a poco, pero me resistía a caer. - Era esto o seguir en aquel lugar y elegí la opción menos mala. - ¿Por qué no me callaba ya?

Se dice que no hay nada mejor que contarle tu mayor preocupación a un desconocido y eso acababa de hacer. Solo que aquel desconocido podía hacerme trizas con todo aquello. No podía permitírselo. Alcé mi mirada y la enfrenté a la suya, recuperando fuerzas de donde no sabía si tendría. - Así que no me vengas con el cuento de que lo has pasado mal en la vida y por eso eres así de capullo y que los demás no lo hemos tenido tan jodido, porque no es así. - Me enfrenté a él volcando la poca ira que quedaba en mí en aquellas palabras las cuales se me antojaron flojas para lo que solía soltar, pero no sabía como canalizar todo aquello y menos aún como pedirle que no se cebase demasiado.

De hecho me sentí jodidamente vulnerable y mi mente y mi cuerpo reclamaban un abrazo y unas palabras de consuelo. Unos brazos donde descansar en paz y sentirme a salvo. Había soñado tantas veces con aquello y no lo había recibido jamás, que dudaba que jamás ocurriese y más aún que existiese para mí.

De joven había tenido el rostro y los brazos de Snake en mi cabeza y el estúpido sueño de que me rescataría, pero los años borraron esa cara y ahora simplemente, procuraba no pensar en ello. Se me hacía más llevadero al no desearlo y me sentía invulnerable cuando me olvidaba de ello por completo. Pero por algún extraño motivo, esta vez no podía hacerlo y sentía que me acabaría volviendo loca si no lo controlaba. - Debo recomponerme. No mostrar debilidad o me hará trizas con dos palabras.

- Y no me pidas que confíe en un hombre que solo confía en sí mismo, cuando no he tenido ni opción en confiar en ninguno jamás. - Le dije casi en un ruego. Era como si mi fuerza se hubiese esfumado con la frase anterior o más bien porque nuevamente, le soltaba mis secretos a alguien que no solo no le importaban, sino que los usaría para destrozarme mentalmente cuando tuviese ocasión.

- Simplemente, no puedo confiar en vosotros. Sois todos iguales: machistas, soberbios, traicioneros, sádicos, egoístas... - Sentencié con algo de furia en mi voz, poca. Quizás simplemente el coletazo final, para guardar silencio de golpe. - O... casi todos... contigo me he equivocado dos veces por ahora y eso me desconcierta. A parte de que veo que eres más de lo que dejas ver... - Reconocí con mi último brote de sinceridad quedándome con ganas de saber más de él, pero paré porque sabía que a partir de ahora todo iría a peor.

- Pero eso no hará que confíe en ti al igual que tu no confiarás en mí nunca, Gruñiditos. - Era curioso como aquel mote que le puse para molestarle, comenzaba a ayudarme a verle más humano, mientras que él se empeñaba en mostrarse como un cabrón hijo de puta sin escrúpulos ni corazón. Pero había descubierto que tenía uno. - ¿Cómo confiar en alguien que oculta su nombre real a todos con un mote como ese? - Solté al fin, pero venía lo peor. Algo que me estaba revolviendo por dentro pero debía hacer.

- Aún así... lo siento. Nunca ha sido mi intención hacerte sentir mal con algo que no sabía que te molestaba tanto. Os trato a patadas para manteneros alejados de mí, no para joderos la existencia. - Me disculpé a regañadientes pero siendo completamente sincera. Me había equivocado y era lo correcto, aunque me jodía muchísimo disculparme delante de un hombre que sabía que ni lo valoraría y se aprovecharía de ello. - Pagaré por esto... vaya que sí... estúpida Grace.

- Adelante, Gruñiditos. Ya puedes empezar a insultarme y a tratar de ofenderme con todo esto. - Le dije a la defensiva sobretodo aprovechando que aún estábamos a solas. - En cuanto subamos al tren y lleguemos a nuestro destino, digamos que en unas... 12 ó 13 horas, dejaré de escuchar tus intentos de humillación sobre este tema y olvidaré que todo esto ha pasado.  - Dije más bien buscando consuelo en mis propias palabras. No iba a ser tan fácil y lo sabía. - ¿Por qué tuve que tener ese maldito bloqueo? ¿Por qué he tenido que contarle todo?

Pero ya era tarde para lamentarse.

Miré hacia la oficina, dando la espalda a Man o'War esperando que al menos no nos hubiesen escuchado mis mujeres y que tardasen un poco más en salir. No me hacía ninguna gracia pensar lo que aquel hombre soltaría por la boca con ellas delante. Y es que que Man o'War se mofaría de mí, sin duda era lo que tocaba ahora. ¿Qué más podía esperar de un hombre?

Cerré los ojos mientras esperaba sus duras palabras y sentí como una lágrima se desprendía de mis ojos, para luego mirar hacia la entrada de la mina, tratando de controlar aquel traicionero llanto.

Con suerte no se daria cuenta de que lloraba en silencio mientras peleaba por rehacerme y suplicaba por tener suficientes fuertas para resistir el golpe letal que Man o'War me iba a dar. - Jódete Grace. No haberte expuesto tanto y menos ante él.

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20/01/2020, 18:21
Irisa Savelievna

Irisa tomo la tarjeta y le echo un vistazo, sobre todo quería comprobar si servia solo como identificación y era una tarjeta electrónica que les pudiera abrir alguna puerta. Tras un eso volvió a seguir a la soldado en busca del objeto perdido. Se sentía segura pese a las circunstancias y eso era en gran medida gracias a Vásquez que irradiaba seguridad por cada poro.

No avanzaron mucho cuando se les volvieron a unir el resto del grupo. -Comandante ¿todo bien? Observo a los dos comprobando alguna anomalía en su forma de comportarse.

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20/01/2020, 18:32
Vásquez

Cuando llegan la Comandante y el... "gruñiditos", que suena mejor que puto calvo cabrón, tuerto los cojones, escombro humano, etc... (no es que le guarde rencor por quitarle "la cerda" de las manos....a), Vásquez da la novedad a la Comandante...  (al otro, que le follen)

-Despejado, Comandante; solo la tarjeta de la Presidenta, pero estamos mirando por si hay algo más. ¿Alguien sabe exactamente como es lo que buscamos?

No le gusta estar demasiado en este lugar; se siente como encajonada, porque si las cosas van mal, una de las rutas de retirada es la mina en sí, y eso da yuyu...

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20/01/2020, 20:08
Man o' War

Man o’ War alargó la mano para empujar la puerta de la oficina, que se había quedado entreabierta tras entrar Irina y Vasquez. Pero antes de entrar, Grace se colocó delante de él, impidiéndole seguir.

-A ver, zorra. Y ahora qué…

Aquella maldita rubia de bote empezó a soltarle un montón de monsergas sobre lo mucho que había sufrido. Lo cierto es que a Man le resultó más difícil de lo que parecía mantener la compostura y no mostrar las emociones que hervían en su interior. Puede que fuese un cabrón, pero no un cabrón hijo de puta, y si algo tenía claro era que la familia era sagrada. Podía ser acusado de criminal, machista, violento, holgazán, lameculos  e incluso en una ocasión, alguien se atrevió a decir que le había visto sonreír.

Pero nada de eso importaba, mientras la familia, tanto de sangre como de adopción, amigos y camaradas, y no únicamente hijos, hermanos y padres, estuviesen protegidos.

Así que la historia de los abusos de Grace, encendieron una hoguera que le hubiese gustado apagar. No sabía porque cojones se lo estaba contando a él, un criminal desconocido con quien se estaba jugando la vida solo por casualidad, pero allí estaba sincerándose.

Y era repugnante.

Por si aquello fuese poco, la historia de su embarazo y la pérdida de su “niña”, le hizo ver la gran importancia que había tenido ese hecho para la Comandante. Cuando una mujer violada por su padre pierde a su “niña”, es porque ha depositado en ella todas sus esperanzas de convertirse en una persona normal, en hallar un nuevo camino con el que sentirse de nuevo un ser humano más.

Y él estaba ya al tanto de todo eso.

Lo demás, era algo habitual. ¿Vender a una zorra a cambio de unos cuantos tragos? Cuéntame algo que no sepa, pequeña, pensó Man, sonriendo para sí. Sin embargo, eran demasiados datos, demasiadas traiciones. No se trataba de la cicatriz que sin duda aún llevaba por la pérdida de su pequeña, o de los cortes y las quemaduras que le habían hecho para torturarla. Sus ojos, envueltos en lágrimas, demostraban el sufrimiento con el que había tenido que convivir y eso era precisamente lo que le había permitido, a él, sobrevivir.

-Oye, hermana –empezó a decir, cerrando de nuevo la puerta con un portazo -. Yo no creo que sea el único que ha sufrido, a la vista está. ¿Perdiste a tu hija? Lo siento. ¿Te violaron y torturaron? Ma-la-suer-te. Pero estás aquí y eres fuerte. Los dos hemos aprendido a encontrar vida de donde no la hay. Ambos estamos muertos por dentro, pero vivimos por fuera. Y lo hacemos para vengarnos de todos los que intentaron matarnos.

Man miró a Grace de arriba a abajo.

-Yo también perdí a mi hija. Tenía cinco años, estaba jugando con ella y alguien le disparó simplemente porque le apetecía hacerlo.  La lloré durante meses. Después, una mañana, agarré la escopeta, busqué al malnacido, que iba a ser juzgado al día siguiente, y le volé la cabeza. No quería justicia. Quería venganza. Y desde entonces, eso es lo que estoy haciendo. Vengarme de todo el que me joda.

Entonces, empujó a Grace. No fue un gran empujón, solo lo suficiente como para echarla hacia atrás unos centímetros. Y mientras lo hacía, recordó el momento en el que su hijita yacía muerta entre sus brazos, y él lloraba y gritaba de dolor, un dolor tan enorme que no pensaba que fuese a desaparecer jamás. ¿Cómo era posible tanta crueldad? Él, que había depositado tanta confianza en aquel mundo, había recibido la peor puñalada posible, que le había atravesado su corazón y partido por la mitad, ennegreciéndolo para siempre. Man sabía que jamás volvería a sentir, y que los ojos abiertos sin vida de su hijita, reposarían siempre en los suyos. Era lo que veía cuando los cerraba, y también lo primero en lo que pensaba al abrirlos y volver al mundo cada mañana.

-¿Odias al mundo? Pues hazlo bien y ódialos tú mas. Y hazlo hasta el final. Tú eres fuerte, pero no lo suficiente si piensas con ésto -le dijo, señalándole la cabeza. Después, colocó su dedo índice en su corazón -. Mejor guíate por esto y concentra todo el daño que te hicieron en cada disparo que hagas. Sé cruel. No quiero que confíes en mí. Quiero que confíes solo y exclusivamente en ti, hermana. Pero una cosa sí que te prometo esto, y me importa una mierda que me creas o no. Saldremos de aquí juntos, o no saldremos. Yo no dejo a nadie atrás, jamás. 

Claro que la mención de su mote, pareció sorprenderle y se echó hacia atrás.

-Bueno, es que no podía usar mi verdadero nombre. Nadie se lo habría tomado en serio –comentó, en tono de broma, aunque sin sonreír. Parecía evidente que las sonrisas no formaban parte de su repertorio.

Tenía la sensación de que estaba esperando una especie de regañina de venganza, como si se tratase de un duelo padre-hija, pero no había odio entre Man y Grace. Entendía a aquella mujer, la respetaba, si es que podía respetar a alguien de aquel cochino mundo.

-Y deja ya de disculparte, hermana. Eres una jodida zorra con un arma entre tus brazos. Si me jode algo de lo que hagas o me digas, ya te lo haré saber. Mis cojones son lo suficientemente grandes para resistirlo.

Man le guiñó uel ojo, y entonces volvió a abrir la puerta para encargarse de lo que habían venido a hacer.

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20/01/2020, 20:22
DIRECTORA

La Presidenta y tú echasteis a correr, y en principio, parecía que los colgados no estaban por la labor de dispararos. Más bien, os observaban mientras huíais, y al mismo tiempo iban apareciendo más gente. Cuando llegasteis al edificio de la cárcel, pulsasteis para abrir la puerta exterior, pero ésta se encontraba cerrada.

Eso solo significaba que Jericho había llegado sin problemas, pero era él quien debía abriros.

Al giraros, visteis que el número de gente sobre los edificios, empezaba a ser peligrosamente elevado. Además, todos tenían armas.

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20/01/2020, 20:26
Adrienne Forsyth

La Presidenta miró hacia atrás, agobiaba. Ahora ya sabía que aquella gente mataba sin miramientos y que cuanto más tiempo estuviesen fuera, más peligroso sería, así que no podían demorarse.

Señor Plissken. Creo que tenemos un problema. ¿Su hombre no se supone que está ahí dentro? La última vez que lo comprobé, hasta tenían cámaras. ¿Por qué no nos abre la puerta?

No pensaba morir en aquella colonia de perdedores. No había llegado a Marte para eso.

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20/01/2020, 21:40
Grace Steelside "Eat Snakes"

Las expresión inicial de Man o'War no me detuvo para soltarle todo aquello. Si él se creía el único herido de muerte del universo, pronto vería que no y al final le solté todo. No me guardé nada para mí y no podía dejar de pensar hasta que punto me había dejado llevar por la rabia y mi estupidez. Llevaba toda mi vida guardando aquello dentro de mí. ¿Qué necesidad tenía de decírselo a nadie ahora y menos aún él?

Pero lo hice. Y nuevamente, aquel criminal me sorprendió y me descolocó.

Esperaba burlas y risas por su parte, intentos de humillación y si bien es cierto que se comportó como un cabrón en algunos puntos, pero aquel "lo siento" viniendo de un hombre, viniendo de él, fue más complicado de encajar que su especie de burla por mis violaciones y torturas. Lo segundo me lo esperaba, lo primero: no. Pero que me llamase hermana. Eso jamás lo habría esperado de alguien como él hacia alguien como yo.

No sabía cual de mis penas era la que le había calado dentro, pero estaba segura de que había atravesado aquella coraza de cabrón que llevaba puesta sin querer hacerlo.

No era capaz de rebatirle sus palabras. En el fondo tenía razón. Por mucho que no quisiera verlo, yo había muerto hacía demasiado tiempo y estaba condenada. Pero él, yo sabía que no. Había sufrido por sus compañeros recientemente y yo le acababa de tocar la fibra. Su forma de hablarme en aquel momento le delatba. Estuve a punto de decirle que él aún era capaz de sentir cuando me miró de arriba a abajo y me contó lo de su hija.

Mis ojos se clavaron en el suyo y pude ver el dolor en lo más profundo de su alma. Su historia confirmaba mi duda: también era un asesino, pero me estaba dejando ver más allá de todo eso. Si alguien me hubiese dicho alguna vez que iba a tener una conversación tan sincera con un hombre como esta, me hubiese reído en su cara. Y si encima me hubiesen dicho que habría sido con alguien como él y en estas circunstancias me hubiera jugado mi vida que esto jamás ocurriría y... ahí estaba.

Pero sus palabras, calaban en mí con facilidad. No sabía si era porque era completamente vulnerable en aquel momento o porque me había desconcertado tanto nuevamente que las encajaba según llegaban y me iban fortaleciendo.

- Tomo nota. Procuraré no joderte. - Le respondí con una leve sonrisa, bastante más relajada de como estaba tras terminar de hablarle y ver su reacción a mis palabras y su sed de venganza. En ese momento me dió aquel empujón y me separó de su lado un par de pasos. Le miré sin entender que había pasado, pero no me lo tomé a mal. Simplemente, me volvió a descolocar.

Pero sus palabras no terminaron ahí y me aleccionó desde lo más oscuro de su alma, hablando desde el odio el rencor que albergaba en su corazón desde a saber cuantas vidas. Guardé silencio escuchando y analizando sus palabras y entonces aquella promesa me hizo mirarle con firmeza a los ojos... pues en aquel momento busqué los dos, encontrándome de nuevo con uno solo pero que brillaba con la fuerza e intensidad de dos. Era tal la fuerza que veía en él que no sólo le creí, sino que tendí mi mano hacia él. - Saldremos de aquí juntos, o no saldremos, Gruñiditos.

No tenía ni puñetera idea porqué lo había hecho él, pero menos aún porqué le secundé yo. Quizás porque en el fondo necesitaba creer que había bondad al menos en un hombre, aunque hubiese ido a conocer al más hijo de puta de toda la galaxia y decidido probar suerte con él. O quizás porque su actitud y trato me estaba ayudando a recomponerme a una velocidad que jamás pensada. - Quizás él me devuelva la esperanza en los hombres y vuelva a ver la vida de otra manera.

Y es que sus palabras y sus acciones se contradecían, pero lo que más me chocaba era la facilidad que tenía para romperme todos los esquemas y empezar a verle de otra manera. No sabía bien como definirle, pero el criminal del vídeo o del cobertizo ya no estaba allí. Al menos para mí.

- ¿Acabas de bromear? - Le pregunté con incredulidad cuando dijo lo de su nombre real y su mirada fue quien me respondió, devolviéndole una sencilla sonrisa tras aquello.

Lo cierto era que esperaba que me dijese al menos su nombre de pila y dejar de llamarle por ridículos motes, pero quedaba claro que se quedaría con Gruñiditos durante el tiempo que estuviésemos luchando juntos. Lo malo era que aquel mote me hacía sentirme más próxima a él de lo que quizás debiera. A fin de cuentas, lo nuestro era todo un acto de conveniencia y con una corta fecha de caducidad.

Y volvió a dar uso de su maravilloso vocabulario varonil, pero esta vez, su forma de referirse a mí no sonó como las otras, no como cuando le paré los pies para soltarle todo aquello. Algo estaba cambiando. - Esta bien. Pero te diré algo que seguro que hace mucho que nadie te dice y menos aún una zorra con un arma. - Le dije calmada y serena tras aquel guiño y antes de que abriese la puerta o eso intenté al menos.

- Gracias.

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20/01/2020, 21:42
Grace Steelside "Eat Snakes"

Man o'War abrió la puerta al tiempo que de mi boca salía aquella palabra.

- Gracias. - Le dije al hombre mientras que Vasquéz salía al tiempo de la oficina. Miré a la soldado inmediatamente con mis ojos aún con restos de lágrimas en ellos. No me molesté en ocultarlos. El polvo de la superficie se iba levantando con cada oleada de aire y era común tener los ojos llorosos en las tormentas.

- Dijo que era una pequeña tarjeta. Si sólo véis la suya, deberá ser eso lo que busca. - Miré a la teniente. - Traten de localizar a los demás por radio, preguntaremos y saldremos de dudas.

Pero enseguida recordé que la horda de locos debía estar aún en el poblado. - Mierda, no. No. Nada de radio. Si Snake lleva una y la escuchan y no está en la cárcel... - Nos podíamos dar por muertos todos y yo ahora si que mi promesa hacia aquel hombre había aumentado de peso tras nuestras palabras.

- Regresemos con eso y si es otra cosa, que envíen a un equipo de rescate a buscarlo o que lo hubiese dejado más claro o que hubiese venido ella a buscarla. Vámonos. - Ordené al equipo y comprobé mi arma antes de comenzar a caminar. Luego tendí mi mano. - La tarjeta. No quiero que se pierda. - Solicité más que ordené.

- Debemos abrir los ojos y mover el culo. Esto está siendo demasiado fácil. - Y es que aquello se me antojaba demasiado tranquilo para lo que se estaba cociendo en aquel lugar.

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21/01/2020, 00:27
Jericho Butler

La loca por casi me arranca un brazo. La miré con odio y le lancé un escupitajo a la cara.

-"¡Serás puta! Te vas a quedar ahí pudriéndote, por lo que a mi respecta. ¡Qué te den!"

Miré cabreado al negrata de la celda. Después a los demás.

-"Bien, esto es lo que vamos a hacer. Os voy a soltar y vamos a ver cómo salimos de aquí todos. El primer gilipollas que trate de joderme, correrá la misma suerte que ella. Se quedará pudriéndose en la celda." Dije señalando a la policía ida.

-"Vamos a tener que ayudarnos los unos a los otros, así que ser colaborativos. Y usted, empiece a contarme todo lo que sabe sobre lo sucedido aquí." Le espeté a la mujer que decía saberlo todo.

Fui a por las llaves y eché un vistazo a los monitores. Miré al techo de todas las salas, para ver si había una compuerta que diera al tejado. Podía ser nuestra vía de escape. Volví y empecé a abrir las celdas.