Partida Rol por web

"¿Quién eres? ¿Conociste a mi madre? ¿Cómo has aguantado el combate tanto tiempo? ¿Por qué me ayudas? ... ..."

Reprimo las preguntas que acuden a mi mente a toda velocidad y me centro en lo más urgente. Me arrodillo frente a él para interrumpir su extraño autismo y estar segura de que me presta atención:

- Entonces, ¿cómo puedo escapar de ésta?

Hay tres formas de que te libres del compromiso:

La primera forma, es que el Rey decida ponerte bajo su protección.

La segunda forma, es que yo (o tu campeón) les derrotara a todos... ya te digo que eso no creo que sea posible.

La tercera forma, es que tu padre aparezca por aquí... a fin de cuentas, es quien debe decidir en primera instancia con quien tienes que casarte.

Es muy probable que venga... antes de anunciarme como tu campeón, le mandé un mensaje. Asi que tendras que alargar todo lo que puedas la decisión de tus mayores.

"Oh, así que mi mayor esperanza es Castellano... estamos aviados..."

- Ya que eres notablemente superior a tus adversarios, podrías intentar no ser tan... contundente. Retrasa un poquito tus victorias y así me darás tiempo.

"Supongo que no tengo esperanzas de que el Rey me cobije. Además, ¿por qué habría de hacerlo? ¿Y qué pediría a cambio? A medida que este chico se enfrente a rivales más fuertes mi situación será más comprometida... ¿cómo lo retrasaré?"

- Merde alors! Entonces por ahora eres mi mejor esperanza. Cuentas con todo mi apoyo... aunque no sé quién eres ni por qué haces esto.

Ha llegado la hora - Dice tu tío, entrando repentinamente.

Itsygho se queda en silencio.

Recomenzaremos las justas donde las dejamos - mira de reojo al chico rubio y sonríe diabólicamente.

Espera a que te adelantes para colocarse detrás y acompañarte a tu sitio.

Apieto los dientes y sonrío cínicamente cuando comienzo a andar. Intento pisar a Merkchta al pasar junto a él. No miro al joven samurai cuando salgo.

El joven se coloca en la plataforma en el centro, preparado con su katana, a punto de desenvainar. Delante suyo se coloca Fwe Calishen, y todo el mundo alrededor en silencio observando el inicio del combate.

Calishen se queda en trance colocando su espada en frente suyo y con solemnidad recita unas palabras mágicas.
Al momento abre los ojos y grita - Este joven no es quien dice ser, es un intruso y ademas ha infrinjido las sagradas leyes convirtiéndose en campeón.
Solo los humanos Terranos pueden acatar tales leyes.

Pido a los presentes su ayuda, no solo para desenmascararlo sino para capturarlo y darle su castigo.

Al momento la tensión se dispara, algunos invitados desenvainan sus armas y se acercan. Antes de llegar, aquellos que quedaban por enfrentarse a él y los que ya se habían enfrentado se colocan alrededor, rodeándolo con las armas desenvainadas.

Date preso y quizas la venerable Eurykenne Oreynn sea compasiva.

Supongo que ya no es necesario mantener mi forma humana - dice y cierra los ojos y un aura lo rodea y comienza a transformarse en una criatura enorme, que hace retirar a todos fuera de la plataforma.

Le crecen alas, escamas, garras... y exhala una bocanada de fuego poco antes de terminar la transformación.

Todos se retiran con el miedo pintado en sus rostros ante la aparición del Venerable dragón.

Seré yo quien sea compasivo con vosotros si me dejáis abandonar este lugar sin luchar. - dice mentalmente, llegando sin esfuerzo a todos los presentes.

tan solo unos pocos, los señores de cada familia son capaces de sobreponerse al terror del dragón.

No puedo evitar, como todos, dar unos temerosos pasos hacia atrás y que mi cuerpo tiemble. Sin embargo, al temor que siento se une una mezcla de fascinación, entusiasmo, curiosidad y excitación que me impiden retirar la mirada de la enorme criatura.

"Un... un dragón... Un dragón. Un dragón... enorme... un dragón..."

Me giro a ambos lados en busca de alguien a quien decirle, entrecortadamente...

- Es... es un dragón.

Contengo mi lengua y permanezco muy atenta, sin atreverme a parpadear, incapaz de ser consciente de la situación, admirando sin más a la mítica bestia.

Examina al dragon y luego a la multitud reunida. Tan solo una docena de personas han sido capaces de resistir el terror abisal que produce la presencia de la criatura.

Calcula las posibilidades de derrotarlo, y castigarlo como se merece, y la perdida de vidas es demasiado alto.

Se acerca al borde de la plataforma en la que se encuentra, acompañado del Rey, y mira a ambos lados y luego al mismo dragón cuyos ojos están por encima, incluso, de la plataforma.

Sea por esta vez que no habrá lucha, y no por temor a vuestra fuerza, sino porque este lugar es sagrado y se trata de una celebración muy importante para nosotros que no debemos salpicar con sangre, muerte y destrucción.

Pero vuestro atrevimiento y osadía será castigada en el futuro. No quedaréis impune de haber intentado burlaros de nosotros y nuestras antiguas tradiciones.

El rey asiente a las palabras de Oreynn y agrega - Sea vuestro nombre maldito y perseguido al término de ésta, nuestra sagrada celebración.

Escucha las palabras de Oreynn y del Rey. Si no fuera porque no puede, casi podría adivinarse una sonrisa divertida en su rostro.

Se yergue muy por encima de todos, llegando su cabeza casi a tocar la bóveda del Palacio.

Sabed que mi nombre es Metesh "El Viejo" o "El Venerable" según sea quien me nombre. - exhala una pequeña llamarada ígnea y muchos de los congregados se alejan aun más. Te apercibes de que al escuchar el nombre del dragón un escalofrío recorre a la multitud, incluido las poderosas personalidades de las familias reunidas - Podéis maldecirlo todo lo que queráis y daré buena cuenta de cada uno de aquellos que me persigan con malas intenciones.

Baja la cabeza, enorme, hasta el nivel de la plataforma donde se encuentra Circe. Merchtka intenta acercase a tí, protector.
La mirada del dragón lo deja paralizado en el sitio.

Sabed todos que no arrasaré este lugar, no porque no pueda, no porque pueda salir herido -pues de todos vosotros muy pocos podrían hacerlo- sino por respeto a la joven Ceris y a su padre.

Tras decir esto, echa la cabeza hacia atras, lanza un rugido que hace que buena parte del techo salga por los aires y se eleva con el impulos de sus poderosas alas plateadas que brillan a la maravillosa luz de la luna.

Al poco tiempo desaparece en la lejanía y todos dejáis de sentir el pánico que ha atenazado vuestros corazones.

La conmoción dura unos minutos antes de que las familias de la Nación Diamante pongan orden en la sala.

Merchtka se acerca ahora sí, protector al tiempo que murmura algo sobre el monstruo y tu prima simplemente te mira con esos ojos tan extraños sin ninguna emoción aparente.

Veo con tristeza la marcha del dragón y vuelvo en mí.

"Tengo que ganar tiempo. ¡Ganar tiempo!"

Miro a mi alrededor y veo que Merchkta se había acercado para cubrirme, aprovecho la circunstancia y me dejo caer en sus brazos, fingiendo un vahído por la emoción, con la esperanza de que decidan parar los combates hasta que yo pueda verlos.

Merchtka te recoge y te lleva hasta un diván. Alli te tiende e intenta despertarte sin brusquedad.

Oreynn sin perder demasiado tiempo, con la ayuda de sus familiares vuelven a poner orden en la sala.

Al cabo los justadores comienzan a hablar, parece que despues de desenmascarar al joven, no están demasiado dispuestos a pelear.
Parece que están negociando quien es más apto o quien tiene más oportunidades de caer en gracia a la familia, por lo que se retiran todos a una sala privada para hablar de ello.

Te apercibes que entre tus familiares parece casi seguro que el arrogante Calishen sea el elegido ya que fue él quien se percató en primer lugar del engaño del dragón.

Abro los ojos, ya sin fingir en absoluto y me incorporo, apartando a Merckhta con la mano. Hablo en voz alta sin importarme que me oiga.

- Me da igual a quién elijan. No me someteré. Acabaré con él si hace falta. Tendrá que ganarse mi respeto o morir.

Permanezco con los ojos encendidos fijos en la puerta de la sala.

Te coge por los hombros y te da la vuelta, te mira molesto. - aunque me recuerdes a tu madre, no puedo permitir que hables así.
Hasta tu madre sabía que debía seguir las tradiciones y mantenerlas cerca de su espíritu.

La hace volverse para que observa a sus abuelos - No vuelvas a hablar así o tendré que castigarte... antes de que lo hagan ellos.

Le miro con todo el odio de que soy capaz.

- ¿Quién te has creído que eres? Apenas llevo unas semanas en Nueva Tierra y vuestras tradiciones me importan muy poco, especialmente si me ligan a ese cretino. No pienso entrar en este juego de... enlaces, herencias y estrategias políticas.

Observo a la abuela con cierto temor y decido quemar mi último cartucho, aunque sea arriesgado.

- Pero no hace falta montar un escándalo. Mi padre vendrá, Merkchta, es cuestión de tiempo. Más te convendría distraerles y no obligarme a montar un numerito.

"Castellano no tendría que haberme puesto en esta situación. Ha sido imprudente y temerario."

No seas insolente, niña. - Tiene intención de darte una bofetada pero se contiene - La sangre de los Eurykenne corre por tus venas, no puedes obviar ese hecho.
Desde que naciste estás destinada a estar involucrada con todo lo que representa esta nación y este mundo.

La mira muy seriamente - Seas títere o titiritero, serás parte de esto el resto de tu vida. Sin salvación. Supéralo antes de que hagas sufrir a los que te rodean.

Ten una cosa clara, no importas tú... importa la sangre, la tradición y la familia. Puedes aceptarlo, aprender y cooperar o puedes negarte y rechazarnos. Pero si lo haces, te aseguro que no te deparará ningún bien.

Se cruza de brazos y visiblemente enfadado te lleva hasta una sala aparte donde están tus abuelos y algunos otros miembros de la familia.

Tu padre no vendrá... no sabe dónde estamos, y aunque lo supiera no podrá atravesar las protecciones. Y si lo hiciera... - sonríe y aprieta un puño delante de la cara de Circe.

Aunque llegara hasta aquí, las tradiciones son inquebrantables. Aunque hubiera estado presente no habría podido negarse a esto... - ríe malevolamente.

Lo único que puede hacer es sentarse a mirar cómo elegimos un prometido adecuado...

O puedo hacer uso de la Ley Ancestral, la Única. Como su padre y tutor legal - dice, con irritante dureza.

Tu padre se encuentra en el umbral, le sigue el Rey y de la mano le agarra tu prima Laiei.