Partida Rol por web

Cisneros se dio una palmada en la frente. ¡La apertura de emergencia! Que precisamente estaba pensada para situaciones como la actual: si había un accidente que los equipos de emergencia pudieran abrir la compuerta para rescatar al piloto. Levantó uno de los paneles del suelo y revisó las conexiones. El mecánico sonrió: el Decados había intentado bloquear el sistema de forma manual pero él era un profesional. Fue fácil contrarestar las medidas del actual piloto.

Cuando la puerta se abrió se encontraron con un sorprendido Svenson Decados sentado en el asiento del piloto. Tenía una fea herida en su frente de la que todavía manaba sangre. Levantó su pistola apuntando a la puerta pero Vernet ya estaba listo con su rifle. Estaba claro como acabaría todo aquello...

El tipo mantenía su arma apuntando hacia la puerta, sin escoger un blanco en particular. Parecía cansado y no solo por el accidente.

- Así que éste es el modo en el que terminan estas cosas ¿eh? Una cacería. ¿Sólo un marine? ¿El resto es personal civil? Que decepción...

Tras él una luz roja intermitente parpadeaba de intensamente.

- Vaya... me temo que he puesto en marcha el sistema de autodestrucción. No tengo pensado servir de mono de feria para vuestro circo.

El hombre sonría ampliamente aunque no había ninguna alegría en su rostro.

Tanto Vernet como Cisneros sabían que si el sistema estaba activado quedaban pocos segundos para que todo volase por los aires. Lo mejor sería salir de allí cuanto antes. Sin embargo Svenson se sentó en su silla, sin dejar de apuntar a la puerta.

- No os dará tiempo de reducirme y salir de aquí. Corred, insensatos, y puede que todavía tengáis una oportunidad.

—¡Corred! —gritó Vernet en el mismo momento en que su arma escupía fuego sobre el brazo del Decados.

La nave estaba a punto de saltar en pedazos y el marine tenía que ser rápido para salir airoso. La cámara enfocaba aquellas balas recorriendo el camino hacia el brazo de Svenson. El impacto fue preciso y en ese momento la cámara volvió a la acción frenética. El Decados casi no tuvo tiempo de mirar su mano aflojando la presa que sostenía el arma, Vernet estaba encima suyo empujándolo para salir volando juntos por el cristal delantero de la nave.

El golpe iba a ser duro y Kris no estaba seguro de soportarlo pero era la única opción de llevar la misión a puerto.

La pistola del sorprendido Decados saltó por los aires en el mismo momento en que Boudicca ayudaba al malogrado Orlop a salir de aquella nave. Mientras tantos Sparky seguía mirando aquel panel brillante como embobado. Pero no le dio tiempo a avisar a Vernet. El marine ya estaba sobre Svenson y acababa de propinarle un golpe tremendo para dejarlo inconsciente mientras se lo echaba al hombro. Era increíble lo rápido que podía moverse aquel hombre.

- Pero...

Sparky no tuvo tiempo de discutir. La mirada de Vernet fue tan fiera que incluso él dudó, por un momento, si no saltaría todo por los aires. Así que corrió junto al marine mientras continuaba pensando en la posibilidad de que alguien, de verdad, hubiera gastado tiempo y dinero en aquello.

Cuando alcanzaron la zona segura Vernet se volvió sorprendido hacia la nave. No hubo ningún estallido. No hubo gran explosión. El carroñero no pudo contener la risa al ver la cara sorprendida de sus amigos. Pero había que reconocerlo: Kris Vernet los tenía bien puestos...

La mente de Sparky trabajaba de forma inexorable... quizá algo lenta, pero ahí estaba. Juntando detalles: "la luz de autodestrucción", los controles, los cables que iban de aqui para allá. Una mueca de incredulidad que le hacía parecer algo estúpido (por la boca medio abierta) se dibujó en su rostro.

Pero la mirada de Vernet, tan furibunda y tan... ¡joder! ¿era verdad?

Apenas siguió sujetando la pistola. Su boca se abrió aún más cuando el marine actuó como un auténtico psicópata, sacando a Svenson y rompiendo la ventana en el proceso. Quizá en ese momento, todo el intelecto de Roberto se fue a la mierda y su instinto de supervivencia primó por encima de todo.

-"Pero..." -fue todo lo que acertó a decir.

Siguió a Vernet en su carrera como pudo a través del cristal.

Entonces, cuando el instinto volvió a su rinconcito y la nave no explotó no lo pudo evitar.

"Jeje... jejejejejej... jajajjajajajaja... JAJAJAJAJAJAJAJA" -lo que había empezado como una pequeña risilla terminó siendo una auténtica carcajada escandalosa. Y es que no podía ser de otra forma, no era sólo la situación estrambótica, sino también una forma de expulsar toda la tensión acumulada. Se limpió las lágrimas, pero al hacerlo le picaron los ojos por los restos de escombros. Caray! Tenía su camisa hawaiana hecha una pena.

"Vernet..." -empezó a decir cuando se calmó- "Recuerdame siempre estar en tu equipo ¿vale? Eres un maldito bastardo psicópata". -torció el gesto y luego le dedicó una patada despreciativa al Decados- "Este cabón... nos había soltado un farol. Veréis... sólo alguien verdaderamente capullo instalaría un dispositivo de autodestrucción en una nave... y lo haría sólo para un ámbito militar. Esta maravilla de aqui detrás..." -señaló un momento a la lanzadera malograda- "Vale más que todos nosotros juntos. Una nave, practicamente la que sea, es un jodido tesoro, un auténtico lujo. Nadie en su sano juicio le pondría algo para destruirla. Aunque sólo sea venderla por piezas, os lo digo yo, que algo entiendo... es una auténtica fortuna. Una nave de este tipo es más valiosa que una maldita casa en pleno bazar de Byzantium Secundus".

Hizo una pausa y añadió: "El maldito zorro... nos estaba señalando las luces de emergencia. Los sistemas estaban destrozados y era lógico que todos los paneles estuvieran llenos de avisos ¿no creéis? La cara de imbéciles que se nos habría quedado si el tipo logra escapar ¿imaginais? Después de todo estaba viviendo bajo el techo de su enemigo". -palmeó de forma amigable y suave el hombro de Vernet- "Claro que me temo que no contaba con la temeridad de nuestro compañero. Joder... con cien como tú seguro que se ganaba la guerra contra los simbiontes ¡re-tuercas!" -finalizó negando con la cabeza y con admiración pura en su mirada... ¿o sería respeto? ¿quizá algo de miedo?

Si a los tipos como Vernet mejor tenerles contentos... definitivamente.

Kris Vernet tuvo que apretar los dientes para no estallar el colera. La adrenalina seguía fluyendo por su circulación y le estaba costando regular las pulsaciones.

Inspiró fuertemente mientras cogía de su espalda una suerte de esposas para apresar definitivamente al Decados.

—En determinadas situaciones no puedes jugar con más riesgo que el personal. No eres militar, por eso no lo entiendes. Si eres militar actúas, y actúas sin importarte lo más mínimo tu integridad. Lo principal es el objetivo y la supervivencia de tu grupo. No se puede apostar la vida de la gente a una carta.

Una vez terminó de apresar al objetivo lo levantó del suelo bruscamente.

—Y en cuanto a ti... debes explicaciones a demasiada gente, por eso sigues vivo. Si de mi dependiera aplastaría tu cabeza sin vacilar. Muévete —ordenó mientras le cogía del brazo donde tenía la herida de bala que él mismo acababa de realizarle—. Nos marchamos, tenemos asuntos que zanjar.

Kris levantó la mirada para valorar la situación. Ellos tenían el control del objetivo pero había más facciones en la ecuación.

—¿Puedes conseguir un transporte? —le inquirió a Sparky.

Roberto torció el gesto e intentó no seguir riéndose. Igual no era el momento. Estaba claro que Vernet no tenía el mismo humor que él. Cuando le preguntó si tenía una forma de salir de ahí añadió: "Seguro que alguno de los vehículos de la entrada han quedado en pie".

Se agachó un momento, buscó en el maniatado Svenson hasta que encontró el camafeo. Lo cogió y se lo enseñó a sus compañeros. "Supongo que tenemos que pagar todas nuestras deudas, no sólo la que tenemos con los jefazos". -añadió refiriendose al curioso Gryax que les había llevado a contactar con Laran. Sin duda, en un futuro les vendría bien tener ese tipo de buenos contactos. Nunca se sabía cuando volverían por allí para encargarse de algún otro "recado".

Sin más ceremonia, se fue hacia la parte de delante. Uno de los vehículos terrestres había sobrevivido a la hecatombe. Se metió dentro, puenteó el arranque y les hizo una señal a sus compañeros: "Creo que podemos irnos ya de aqui".

"Por cierto... ¿alguien ha visto a Sammala?" -añadió de pronto algo preocupado mientras hacía rugir el motor de aquel trasto.

Orlop quizás tenía una hemorragia interna y necesitaba atención rápida. Escupía sangre por la boca y eso, desde luego, no era una buena señal. Se levantó como pudo apoyándose en la mujer, y no pudo evitar sonreír un poco cuando vio a Sparky tan contento y después a Vernet salir con Decados. ¿Habían acabado?

"Ejem" - dijo Orlop mientras señalaba con la cabeza a los mercenarios. 

Los mercenarios en realidad eran ahora pulpa de mercenario. El accidente de la nave se había llevado por delante a todo el mundo. Por un momento temieron que lo mismo hubiera sucedido con Sammala. Por suerte tras un primer vistazo la encontraron entre unos cascotes. Muy malherida e inconsciente, pero viva.

Sparky regresó con el vehículo que los había traído hasta allí. Lo habían dejado en la sima de la colina, así que metieron la carga en la parte de atrás y acomodaron a los heridos como pudieron.

Svenson había recuperado la consciencia pero se mantenía en silencio, observando a sus captores. Su rostro se mantenía tranquilo: no mostraba molestia, desafío o pesar. Probablemente estudiaba la situación antes de tomar una decisión sobre que actitud era la mejor. Estaba claro que aquella gente era capaz de todo.

Boudicca no terminó de entender lo que había sucedido en el interior de la nave entre Sparky, Vernet y el Decados, pero dedujo que la escurridiza alimaña se las había jugado de alguna manera. Por fortuna, su plan había fracasado y Vernet había logrado reducirlo y apresarlo. Misión cumplida.

Ayudó a Orlop a alcanzar el vehículo y luego, con Sparky, trasladaron a Sammala. La hermana de batalla no se veía bien, pero si la llevaban pronto a la base, los médicos del lugar se encargarían de que se repusiera. Aquella mujer era demasiado dura y testaruda como para dejarse ganar por la muerte en un escenario tan poco épico.

Una vez que estuvieron en marcha, se recostó contra el respaldo del asiento y se relajó un poco.

-Bien, hemos conseguido capturarlo. Vayamos a entregarlo a la base y luego le llevamos el camafeo a Gryax. Y luego nos pasamos el maldito franco que nos hemos ganado, borrachos como unas cubas -al ver la expresión de asombro de sus compañeros, replicó en tono airado-. ¿Qué? ¿acaso no me he ganado el derecho a disfrutar un poco de la vida? -un brillo divertido se reflejó en sus ojos-. Jajajaj, vamos, aflójense. Lo peor ha pasado.

—Todavía quedan unos flecos por pulir —dijo Kris con el rostro serio.

Después de todo ahora tenían la sartén por el mango y podían maniobrar.

—Tenemos que poner todo esto en conocimiento de los superiores. Sinceramente me da igual lo que le pase a esta rata pero me gustaría cumplir mi palabra. Solicitaré entregar al preso a ese Doble S cuando lo nuestros tengan la información que necesitan... y entonces todo habrá terminado. Por ahora no haremos entrega de ese camafeo. No me fío.

Kris estaba preocupado. La partida de ajedrez de Karma estaba a punto de acabar y, antes de nada, quería estar seguro de cual sería el próximo movimiento. No sacrificaría siquiera un peón sin tener todas la jugada bien orquestada.

"Pero Vernet... el camafeo es el pago que tenemos que hacer a Gryax" -añadió Roberto al hilo de las conversaciones de sus compañeros una vez Svenson estuvo bien puesto en el maletero.- "Si no lo hacemos, en vez de tener un futuro aliado, tendremos un posible enemigo... no creo que sea inteligente... igual que lo de Doble S". -elevó los hombros- "Me parece bien informar a los superiores, claro está, pero, por muy mal que me caigan los tipos como ese Doble S, hay que reconocer que este pájaro de aqui atrás es puto mentiroso que ha estado viviendo bajo su narices, usando a sus hombres y riendose en su cara. Yo estaría cabreado. Como tú dices es una rata. Es casi justicia poética ¿no crees?" -luego pareció pensarlo mejor y añadió- "No quiero decir que sea justicia del Pancreator hermana pero... asi somos los seres humanos." -volvió a elevar los hombros y dibujo su sonrisa más encantadora.
 

—No me corresponde a mi decidir eso —dijo Vernet manteniendo el semblante serio—. Ten por seguro que abogaré por esa solución frente a mis superiores, pero no puedo tomar esa decisión por mi cuenta.

-Coincido con Sparky en lo del camafeo, pero en cuanto a dejar el Decados en manos de Doble S... no está bien eso. La suerte de esta rata debe decidirla un consejo de guerra, nosotros no tenemos autoridad para ello. Doble S es otra clase de escoria que habita el planeta, no deberíamos tener trato con él.

Si bien la orden eskatonica era más laxa que otras ramas de la religión pancreacionista, su código moral le impedía llegar tan lejos.

—Se le pagará, de eso no hay duda —contestó Vernet—, pero antes quiero saber que implicaciones tienen nuestros movimientos.

Durante unos segundos Kris se mantuvo reflexivo pero pronto volvió a hablar.

—Si no puede ser con el camafeo, se le pagará en fenix o se llegará a otro tipo de acuerdo con él, pero no podemos andar a la ligera.

- Yo no se lo entregaria a los militares, se creen con la potestad de poder juzgar a todo el mundo sin tener en cuenta las consecuencias de sus acciones. Muchas veces amañan los tribunales o amenazan a las gentes que denuncian para que retiren sus acusaciones, todo con tal de salvarse a si mismos. Para bien o para mal, somos una especie animal donde prevalece el mas fuerte. Estoy con Sparky y creo que deberiamos llevarselo a Doble S. 

El semblante de Kris Vernet cambió de repente. Su mirada se enrudeció y miró de súbito a Orlop.

—¿Acaso os creéis un agente libre que puede actuar a voluntad? ¿Olvidáis quien os paga? Os debéis a su criterio, os guste o no. Esta misión no es nuestra así que no tenemos capacidad de decisión. Cualquier cosa que no sea entregar al fugitivo y todos lo que pueda ser considerado como prueba, será notificado al alto mando y os traerá problemas. ¿Está entendido?

El maldito Kris Vernet era un jodido militar y no soportaba que siquiera estuvieran cuestionando un protocolo habitual y mucho menos que alguien se creyera por encima de la ética militar. Desde que estaba en Estigma no había impuesto la autoridad más que en contadas ocasiones pero las palabras de Orlop desestabilizaron su ética.