Partida Rol por web

El bicho grande había caido, y para sorpresa de Frank los pequeños se habían ido a zamparse a la mama.

-Que cosas más asquerosas.-

No obstante no estaba por la labor de esperar a que acabaran y se volvieran hacia ellos, por lo que disparó a uno de los grupos para tratar de dispersarlos y que se largaran de allí.

-O muertos o lejos, pero no por aquí. Que aún nos la lían.-

El disparo de Frank hizo que otro grupo de arañas se disipase sorprendido por el impacto. Las asquerosas criaturas se refugiaron bajo los matorrales corriendo en todas las direcciones posibles.

Dax se queda esperando, con la espada en la mano, pero sin desenfundarla. A menos que fueran hacia su posicion, que no parecia ser el caso, no tiene demasiado sentido para acabar con esa criatura. Prefiere concentrarse en la mision.

Lo que pasó a continuación fue extraño. Las arañas que habían recibido el primer disparo se reagruparon y siguieron a las otras hasta alcanzar el cuerpo del monstruo fallecido. Por un momento el pelotón se quedó extrañado viendo como los insectos parecían cebarse en el simbionte. ¡Hasta el momento en que éste se levantó del suelo mientras las arañas parecían tapar sus heridas!

-Pero que demonios es eso?!-Gritó el soldado mientras abria fuego contra la bestia. Aquello no se lo podían esperar, era la primera vez que veía algo así y había visto muchas cosas en aquella maldita selva.

—¡Maldita sea! —dijo mientras se ponía delante de Ryan protegiéndolo con su cuerpo—. Ponte a cubierto.

Tras la orden Robertson disparó su rifle láser sobre la criatura que se había vuelto a levantar.

—¡Vamos, vamos, vamos! Os cubro —dijo mientras disparaba con su rifle.

Dax esperaba que el enjambre se terminara de dispersar para poder continuar camino, pero… lo que paso lo termino de asombrar. Su ceja se levanto, en su, normalmente impasible rostro, y lanzo un silbido prolongado.

Bien. – dijo….- Eso no lo esperaba. Caballeros, ¿podrían darle una muestra de cariño a la criatura? Creo que tiene un poco bajo el hierro en sangre. -

El disparo de Robertson terminó con la criatura revivida. Kaidan todavía estaba listo por si alguno de los enjambres se movía de nuevo para reconstruir a su extraño anfitrión pero esta vez las pocas arañas supervivientes huyeron entre la maleza abandonando el cuerpo muerto del simbionte.

Los soldados se desplegaron para comprobar que no había más criaturas similares en las cercanías, con un ojo puesto en el cuerpo derribado. Si los simbiontes eran capaces de volver de la muerte ¿qué sería lo siguiente? Daba escalofríos pensar en la tremenda adaptabilidad de aquellas criaturas.

Pero ellos eran militares, no científicos, así que recompusieron la escuadra y continuaron el descenso por la colina. En un momento dado escucharon una explosión. En otro punto de la ladera, alejado de ellos, vieron como se elevaba una columna de fuego. Estaba aproximadamente a unos dos kilómetros hacia el oeste y ahora de allá venían disparos acompañados de gritos. Otra de las unidades Pancreator había llegado al valle pero probablemente no habían tenido tanta suerte como ellos para permanecer ocultos.

Desde la posición ventajosa en la que estaban veían ahora, bajando aún más, la ladera de la montaña así como un pequeño valle que dibujaba un camino despejado de árboles. Por ese camino, a gran velocidad, corría una hora de al menos veinte insectoides en dirección hacia el punto de la explosión. Refuerzos simbiontes. Cuatro aguijones pasaron volando sobre sus cabezas en la misma dirección.

¿Con cuántas fuerzas contaría todavía el Nido? Entre el despliegue para aguantar la batalla campal del valle y esto habían visto una gran cantidad de aliens movilizados.

Ahora se dibujaba una zona abierta, cerca de la ladera de la montaña. Ésta se elevaba magnífica, en cientos de escarpados metros, hacia lo alto. Tendrían que salir al descubierto para buscar una entrada al Nido pero ¿cómo lo harían? ¿Dónde estaría la entrada?

Una vez acabado con el bicho, otra vez, sólo quedaba asegurar la zona y continuar. Lo cual no es que fuera algo sencillo a pie. Frank echaba de menos la comodidad del APC.
Al llegar a la cima de la colina tuviern una mejor perspectiva de la zona.

-Joder. ¿Cuantos bichos hay? La mayoría tienen que estar en peleando contra el grueso de nuestras fuerzas, pero aquí siguen habiendo mogollón. -

Echó un vistazo por la mirilla de su rifle laser, pero aquel valle era un problema.

-No me gusta nada ese valle. Apenas hay donde ponerse a cubierto. Nos van a ver venir desde el nido, pues dudo que lo hayan dejado desprotegido.-

Siguió mirando algún otro punto de llegada donde hubiera más cobertura para llegar, pero era difiicil. Él seguro que podría llegar, pero los demás, Ryan incluido, lo dudaba.

—Frank —dijo Alexander —propongo echar un vistazo por la zona mientras tú y nos cubres desde aquí junto con el resto de soldados. Kaidan, Kratos y Dax pueden acompañarme a buscar esa entrada mientras el resto¹ protege a Ryan.

El hermano de batalla se puso la mano encima de las cejas para enfocar el horizonte, cubriéndose del polvo y la luz. Con el dedo índice de la mano izquierda señaló hacia el cielo.

—Hay bastantes pájaros patrullando así que es mejor ser rápidos y buscar la maldita entrada.

Ajustó su armadura y sujetó fuertemente su arma. Después se aseguró que su espada estaba bien sujeta en la espalda y miró al resto del grupo.

—¿Qué decís?

Dax escucho la propuesta del hermano de Batalla y asintió, silenciosamente. Habia una misión que cumplir y esa misión estaba primero. Reviso su arma, prestada recientemente de la patrulla, que no tuviera el seguro puesto y la munición estuviera firme, y que su espada estuviera bien colocada en su espalda.

Adelante.-

Kaidan asintió ante las palabras de Alexander. Lo mejor era darse prisa o tendrían un enjambre de bichos encima antes de darse cuenta. Se acercó a sus compañeros con el arma en mano.

-Te sigo-le dijo, aunque no creía que fuesen a encontrar otra entrada. O al menos no fácilmente y no podían pasar horas buscando una madriguera. Pero eso se lo guardó para si mismo. Quien sabe, quizás tendrían suerte...

La visión de aquel "hormiguero" yendo a la guerra era impresionante. Sin duda no había lugar más épico para combatir que Estigma. Lo malo es que la cantidad de hombres muertos en acto de servicio era tan grande que ninguna crónica jamás podría recoger de forma adecuada tamaña hazaña bélica.

Cuando Robertson expuso su idea, a Kratos también le gustó.

-"Tiene sentido". -comentó en su forma hosca habitual- "Aunque tiene una parte negativa. Si nos pillan, el escuadrón quedará más mermado y las posibilidades de que Ryan pueda llegar disminuirán... Quiero decir si nosotros la cagamos. Es una apuesta fuerte, pero yo por mi parte no tengo problema". -finalizó evaluando un poco la situación.

Frank observaba la escarpada montaña. Había pocos puntos donde resguardarse pero se fijó en una pequeña cornisa lateral a la que se podría acceder trepando por ella¹. Tenía la ventaja de que el movimiento de la unidad estaba resguardado por la propia montaña —evitando que los aguijones voladores pudieran detectarlos ya que volaban en dirección contraria— a la par que los mantenía por encima del nivel del suelo.

Se lo indicó con un gesto a Kratos. Éste evaluó el riesgo. Si subían por ahí tendrían luego que avanzar en fila india y dado que la cornisa estaba a unos seis metros del suelo podría ser un problema si por algún motivo eran detectados por enemigo volador. Su capacidad de movimiento sería mínima. Por otro lado ir por el suelo requeriría moverse a gran velocidad buscando cobertura de forma continua y exponiéndose a que en el momento de cambiar de una a otra pudieran ser detectados por los simbiontes que galopaban por el camino del valle o por los aguijones².

No había mejor opción, sólo la menos mala.

Una vez que se pusieron de acuerdo, Kratos tomó la delantera para alcanzar la cornisa. Una vez allí, todos subieron y se vieron en aquel estrecho sendero que sólo les permitía ir en fila india. El Hazat intentó ir todo lo deprisa posible. Lo cierto es que parecía haber nacido para moverse con la gracilidad de un gato, o quizá eran la tensión de un posible combate, o no poder saber qué iban a encontrarse al final del sendero que habían elegido.

Siguió su avance sin perder de vista al resto, empuñando la pistola de plasma en una mano, y la otra cerca de la empuñadura de la katana.

Ninguna de las dos opciones que veían le parecía buena a Frank, pero estaba claro que había que tomar una de ellas. El tirador prefería la del suelo, aunque fuese sólo porque sólo tenías el problema de que te vieran los bichos. No de abrirte la cabeza si te caías de la cornisa. Además, si les veían aquello sí que sería una masacre pues no se podrían mover. Al menos en el suelo tenían la oportunidad de ponerse a correr y llegar al nido.

Claro que nada de lo que estaba pensando sirvió de mucho porque antes de exponer sus dudas Kratos trepó por la cornisa.

-Vaaaale. Yo me quedo aquí cubriéndoos y luego ya iré por abajo, que iré más rápido.-

Buscó un lugar donde tener buena visibilidad para cubrir al grupo y que estuviera a resguardo y esperó.

Al ver como su compañero Kratos empezaba a bajar por la ladera, Dax se dispuso a seguirlo. Cerró los ojos dentro del casco, y se concentro, respirando profundamente, luego, decidido, bajo por la cornisa. Afortunadamente, mientras tuviera energía, la Servodarmadura era silenciosa, y el caballero de la búsqueda no había querido dotar a su aceramica de colores brillantes, por lo que quedaba ese tono mate que no resaltaba al sol.

Bajo la colina luego de concentrarse, casi resbalando al principio, pero luego descendiendo con cierta gracia para ser alguien de casi 160 kilos de peso en equipo.

Confirmó con Frank que estaba listo para cubrirles y asintió reafirmando el movimiento.

—Iré por debajo asegurando la posición para tu avance Frank. Una vez asegurada la mitad del camino te haré un gesto para que inicies la marcha con el resto del pelotón. Yo os cubriré desde la posición segura.

Una vez explicada la acción el hermano de batalla salió a la carrera hasta la primera cobertura, tratando de tener controlados con la vista a los compañeros en la cornisa. De ese punto al siguiente y de nuevo a otro puesto seguro.

Había conseguido llegar al límite de la vista y, desde ahí, hizo un gesto a Castiglionni. Era su turno.

Finalmente Kaidan se quedó con el pelotón principal mientras Frank se ubicaba en una posición oculta, que le diera un buen ángulo de tiro. Rumió una maldición por lo bajo cuando los otros subieron al farallón ya que desde donde él estaba los perdería al dar la vuelta a la montaña, pero se conformó con lo que tenía.

Mientras tanto Alexander se había separado para intentar la aproximación por abajo. En cuanto vio que un grupo de aguijones se alejaba se lanzó a la carrera hacia una roca. Una vez resguardado cubrió desde su posición el avance de sus compañeros.

Dax y Kratos estaban ahora rodeando la montaña desde la cornisa. Quizás lanzaron un susurrado 'gracias' al Pancreator al ver que ésta continuaba después del giro y, de hecho, lo hacía hasta un punto en el que podían llegar hasta lo que parecía una de las entradas de aquella infernal colmena. Desde abajo Alexander revisaba la situación: era más complicado avanzar porque aún salían simbiontes, pero el flujo estaba disminuyendo. Sin embargo había varios que se estaban desplegando precisamente en aquella entrada y resultaría complicado aproximarse más sin que lo vieran¹.

Sus compañeros, desde luego, lo tenían mucho más fácil. Ninguno de aquellos bichos parecía dispuesto a levantar la cabeza y los aguijones que seguían saliendo lo hacían de tal manera que no alcanzarían a verlos salvo que regresaran por algún motivo al Nido.

Kaidan escuchó el ruido de las criaturas y decidió colocarse en una posición donde pudiera abrir fuego en caso de que sus compañeros lo necesitasen, aunque esperaba que no les hubieran descubierto. Avanzó hasta donde estaba Frank y trató de adelantarse un poco más, buscando una cobertura desde la que cubrirse y tener a los bichos a tiro.