Partida Rol por web

Kaidan recoge el blaster de Kratos y advierte:

—¡Ok! ¡Demoliciones van!

Y abre fuego con el blaster contra la pared de roca.

Algunas piedras se desprendieron pero el disparo del blaster hizo un agujero más bien pequeño. Ya podían ir apurándose porque la cosa parecía a punto de complicarse por lo que decía Alexander por el comunicador. Aunque Frank todavía no podía ver nada estaba claro que si venía de donde Alex se largó eso querría decir que aparecería rodeando la montaña. ¿Cuánto tardaría?

Alex se ubicó entre unas rocas fuera del camino. Había ascendido por una pequeña loma que lo situaba a unos tres metros del suelo. Y entonces fue cuando vio como la criatura aparecía por el lateral del risco. Un enorme bahamut en todo su esplendor, una aberración cuyas enormes patas lo situaban casi a su altura. Y no venía solo: dos simbiontes humanoides iban encima de él, como jinetes demoníacos. Ese tipo de simbiontes resultaban especialmente desagradables para los marines porque recordaban que cualquiera de ellos podía ser infectado por la plaga simbionte y convertirse en algo así. Como todos los alienígenas parecían tener una mezcla de vegetal y otros animales en su organismo, pero éstos tenían unos ojos negros, oscuros, que parecían muy humanos. Demasiado.

Los marines habían visto un hueco, pequeño pero un hueco. Así que continuaron moviendo piedras, aunque en ésta ocasión con más brio que efectividad. Por lo que apenas lograron ampliar nada.
El hecho de que escuchasen por los comunicadores que un bicho enorme estuviese apunto de llegar no les ayudó mucho, e incluso se les cayeron algunas piedras que taparon algo del agujero conseguido.

El caballero de la búsqueda se encogió de hombros y los servos de la armadura hicieron que todo el sistema se moviera con el. Empezo a sacar rocas de forma rápida y organizada para no agotarse. El dia parecía que iba a ser largo.

Kaidan disparó nuevamente. Pero el disparo fue mal dirigido y las rocas en las que impactó provocaron más molestias que soluciones. El marine incluso lanzó otras dos ráfagas pero la cosa no mejoraba.

Alexander valoró rápidamente sus opciones. Finalmente rezó durante unos segundos implorando al Pancreator para que endureciera su piel y le diera unos minutos mientras sus compañeros terminaban la tarea.

Instantes después rebuscó la granada que tenía en el cinturón y la agarró fuertemente con la mano derecha.

—¡Qué empiece la fiesta! —masculló mientras se preparaba para lanzar la granada a una zona cercana a las espaldas de la criatura. Quizá eso valdría para detenerla unos instantes.

Una vez la granada salió volando y casi explotó en el aire, Alexander cogió el fusil y avanzó hacia la zona de la criatura, aprovechando el sonido de la explosión.

-"Vamos, vamos gente!" -gritó Kratos mientras movía otro cascote más- "Kaidan, olvidate de todo y centrate en esa jodida pared!"

Asi, el Hazat siguió quitando cascotes atento a lo del behemot. Aquello se había jodido bastante por una estúpida acción. Tenía gracia que estuvieran tan cerca de su objetivo y tan lejos a la vez...

Los marines hacían lo que podían. Pero era obvio que aquello no era lo suyo. Se molestaban más que otra cosa. Y cada vez que Kaidan disparaba se estremecían y su instinto era echarse al suelo. Lo que no ayudaba especialmente a despejar muchas piedras.

El sudor les recorría la cara, pero no se podía estar seguro de si era por el esfuerzo o por la tensión de saber que se acercaba un behemot.

Kaidan disparo de nuevo. Esta vez logró impactar en unas rocas que estaban en una posición que permitía a los marines acelerar el proceso.

En ese momento se escuchó una explosión que venía de la zona por la que Alex se había alejado.

La granada estalló haciendo que tanto los jinetes como la monstruosa montura se detuvieran momentáneamente. Todos miraban alrededor intentando discernir de donde venía el ataque. Para desgracia de Alexander se dieron cuenta por donde bajaba el marine. Eso provocó que uno de los simbiontes humanoides saltase del monstruo sobre el que estaba para enfrentarse a él, pero el bahamut parecía dispuesto a continuar su camino con el otro.

El disparo hizo un nuevo hueco, por lo que los marines redoblaron el esfuerzo. La tensión en el ambiente se notaba. Por no hablar de las explosiones que se escuchaban cerca de donde se suponía que venía el alien.
Aunque eso no significaba que pudieran hacer más de lo que hacían ya. Lo cual era más bien poco.

Por su parte Frank también escuchó la explosión, y atento como estaba a cualquier movimiento enemigo esperaba pacientemente a que éste apareciera. No tenía sentido preocuparse por algo que no estaba allí. Cuando llegase sería otra cosa.
No quiso ni comunicarse con Alexander. Ya que era bastante obvio que no estaba de juerga, y no quería distraerlo. Si necesiba ayuda la pediría. O al menos eso esperaba. Que pudiera pedirla.

Dax siguio sacando piedras.

La mirada de Alexander fue directa hacia el monstruo. Se estaba alejando de ahí y eso no le iba a dar tiempo a sus compañeros. Comenzó a correr en su dirección mientras levantaba el arma apuntando al simbionte que acababa de saltar de la criatura.

En mitad de la carrera, disparó el rifle láser hacia esa criatura humanoide que había bajado del monstruo. El disparo fue certero hacia la zona de la cabeza. Aquella criatura era humanoide y fue bastante fácil deducir cuál era su cabeza.

Tras el disparo continuó corriendo hacia el bahamut, desentendiendose completamente del simbionte al que acababa de disparar.

—Frank, maldita sea, estoy intentando entretener al monstruo pero no se detiene. Parece como si tuviera fijación por ir con vosotros. Voy a utilizar métodos más... arriesgados. ¿Cuánto tiempo necesitáis? Cambio.

Continuó corriendo a la espera de la contestación de Frank.

—¡Maldito insecto! —gritó a la criatura—. No tienes nada que hacer contra un siervo del Pancreator. Os hacen para ser cobardes. No huyas y enfréntate a mi.

Kratos se había centrado en su tarea completamente. Aquel fallo de cálculo había complicado la situación y él lo arreglaría fuera como fuera. Estaba determinado a arreglar aquel desaguisado costara lo que costara. 

-"¡Vamos Marines! ¡Sólo necesitamos un jodido hueco por el que colarnos!" -volvió a decir con determinación férrea como si el ruido de aquella explosión fuera un elemento más del ambiente. Quien le viera desde fuera diría que más que un hombre, era una especie de animal cavando su madriguera.

¡Por el Pancreator! Cuando todo parecía ir cuesta abajo de pronto Kratos sacó fuerzas empezando a arrancar rocas como si estuviera poseído. Era una inspiración para cualquiera y eso Dax no podía pasarlo por alto. ¡Él debía ser la inspiración! Así que también arrancó rocas como si no hubiera mañana. ¡Ojalá el resto de los marines se inspirasen como ellos dos!

Y entonces Kaidan abrió un boquete por el que casi se podía colar algo... una mochila... ¡No faltaba nada!

Con redobladas ansias continuaron con su tarea.

Ajeno a todo esto Frank seguía con su punto de mira el lugar por el que Alexander se había ido. Ahora lo oía. Un rugido avanzando hacia ellos. Fuera lo que fuera que estaba pasando parecía que el bahamut seguía avanzando. ¿Y Alexander? No quiso pensar en ello. Ahora tenía que centrarse en aquella cosa si aparecía.

Entonces oyó como se detenía el ruido y disparos acompañados de la voz de Alex por el comunicador:

—Frank, maldita sea, estoy intentando entretener al monstruo pero no se detiene. Parece como si tuviera fijación por ir con vosotros. Voy a utilizar métodos más... arriesgados. ¿Cuánto tiempo necesitáis? Cambio.

Joder... aquel tipo era un suicida y le iban los monstruos gigantescos. ¡Menudo individuo!

A Alexander le importaba muy poco la fama o la gloria. Creía en la Gloria, sí, pero en la Gloria al Pancreator. Él no era más que su puño en la tierra. Y cuando abrió fuego derribando al simbionte que lo buscaba no sentía el orgullo normal de un soldado por eliminar a un enemigo, sino la pureza de un guerrero santo al librar el mundo de un mal mayor.

Aquello no terminaría allí.

Imprecando al bahamut y su jinete intentaba ganar tiempo para los suyos.

Y el Pancreator parecía dispuesto a dárselo.

Aquella cosa se detuvo en seco y giró con una velocidad anormal. El jinete que llevaba encima parecía dispuesto a abrir fuego con una extraña arma que parecía parte de su cuerpo. A Alexander no le importaba: había logrado ganar algo de tiempo para los suyos. Pasase lo que pasase él había ganado.

Claro que si aparte de eso podía sobrevivir para seguir sirviendo al Pancreator sería un detalle.

-Cin...-Kaidan se aseguró de que el arma no estaba trabada y volvió a apuntar rápidamente- ¡cinco minutos!-le dijo a su compañero por el comunicador antes de abrir fuego tratando de hacer un agujero por el que poder joder a esos bichos de una vez.