Partida Rol por web

Te acercas a la puerta, el está afuera esperando a que bajaras.

-Saludos Sidoc Laewin, vengo de muy lejos para hablar contigo, ¿tienes unos minutos?

Regresando de los aposentos de Shafir, Sidoc caminaba despacio y meditabundo. Era tarde así que se fue a dormir.

Sabes que pertenece a parte del ejército del Desierto de la Luz.

La noche había sido intranquila. Le costó conciliar el sueño y despertó varias veces soñando sobre el orbe, su maestro y el poder que sentía. Qué tendría que hacer? 

Cuando despertó, todavía tenía dudas sobre qué sería mejor hacer, pero la luz de la mañana le dio algo de esperanza. 

Al bajar de sus aposentos, se topó con un hombre en la misma puerta. Un militar del ejército del Desierto de la Luz. Qué haría aquí?

Conocía su nombre! Así que estaba en desventaja.

Claro, hablemos. No tengo ningún problema. Provenís directamente del Desierto de la Luz? Cómo os llamáis? 

-Mi nombre es Voriig Kye, y sí, mi hogar está allí en el Desierto de la Luz, ¿le importaría que hablásemos en un lugar más privado? 

Sidoc miró alrededor y le indicó que le siguiera. Fueron a su habitación en silencio. 

Bien, Voriig Kye, ya podemos hablar. Me tenéis intrigado.

Su cuarto estaba un tanto desordenado, pero al joven mago no pareció incomodarle. 

Se mantiene de pie y empieza a hablar a la vez que anda de un lado a otro de la habitación: -Hay fuerzas oscuras, descontentas con la situación, que están pensando acabar con toda vida humanoide que no sea servidor de ellos. Eterva entera está en peligro. He venido aquí a proponerte que te unas a un grupo que estoy formando para que a la larga pueda enfrentarse a los promotores de la destrucción del mundo que conocemos. Tu apoyo puede ser vital para todos. Dime Sidoc Laewin ¿Qué opinas de todo esto?

La cara de Sidoc era una serie de oes en forma triangular invertida. 

Por los Dioses, de qué se trata este asunto? Y por qué no se lo habéis pedido a mi maestro?

Por la cabeza del mago empezaron a sucederse varias decenas de posibilidades. Una de ellas era que su maestro quería gastarle una broma. Otra que pudiera ser un timador. 

Está bien, contadme qué sucede de verdad. Lo que me decís me parece un tanto increíble. 

-Vos sois el dueño del orbe, vos sois quién debe actuar no vuestro maestro. Entiendo vuestra incredulidad, un desconocido se presenta en tu casa y te habla de la destrucción del mundo, pero es la verdad. Pronto vendrá Baaler a ofrecerte que le sirvas a cambio de algo, y también intentará comprarte esa esfera. Si no me crees vendré cuando él ya te haya visitado...Sí será lo mejor, acepta mi consejo no hagas tratos con él. Hasta pronto. Tras esto se marcha, dejándote con la mente totalmente ofuscada.

Por un momento, comprendió que quizá se había precipitado. 

Esperad! Habláis en serio! Quizá os debo una disculpa. Pero no tengáis prisa. Contadme lo que pasa con calma... - Su tono ya no era desconfiado. Estaba interesado. Todo ésto tenía que ver con el robe!... - Por favor, sentaos conmigo. 

Cómo sabéis lo del orbe? Qué tiene que ver con él? Y, sobre todo, por qué estamos en peligro? Quién quiere someter a Eterva a la destrucción? 

En el fondo sabía que era posible arrasar la vida. Al fin y al cabo conocía la magia. Pero quién sería suficientemente poderoso como para exterminar a todas las razas inteligentes de Eterva? Además de desearlo, claro. 

-Tranquilo Sidoc, tendrás las respuestas a las preguntas antes de lo que imaginas, no te preocupes, pronto nos volveremos a ver.

Por supuesto, Sidoc no entendía nada. 

Está bien. Hasta pronto. Espero. 

Aquel soldado se marchó y Sidoc no sabía si asustarse, preocuparse o considerar que le estaban tomando el pelo. Si querían intrigarle, lo estaban logrando. Recordó cómo utilizaba el misterio para seducir a las chicas. Desde luego era efectivo. 

Será hijo de puta este individuo! Se marcha sin más!

Joder...

Sus amigos de las tabernas solían ser mal hablados. Él solía ser más elegante, pero no en ésta ocasión. 

-A la mañana siguiente, tras un mal descanso, te levantas y sigues sin noticias de tu maestro. Te aseas, te vistes, desayunas y... Toc, toc, toc alguien llama a la puerta te diriges hacia allá, la abres con algo de precaución, pues después de lo de ayer no te fías y allí está de nuevo Voriig Kye: -Saludos de nuevo, disculpa que me fuera ayer tan drásticamente. ¿Puedo pasar? Le dejas entrar y habláis en privado Creía que lo mejor era, en vez de que confiaras en mi palabra, pues me acabas de conocer, que comprobaras por ti mismo parte de lo que te dije.  Como has visto, el enemigo está actuando y Eterva no debe quedarse de brazos cruzados ¿Podré contar contigo?  

Sidoc ofreció asiento a Voriig. Tenía ojeras y el rostro denotaba cansancio. 

Esto es un misterio, pero, con todo lo que ha sucedido en tan poco tiempo, he podido darme cuenta que este ya no es mi sitio. Escucharé lo que tengáis que proponerme, Voriig. Y quizá te haga algunas preguntas, si esta vez tenemos tiempo de poder hablar. Me gustaría que así fuera. Queréis un té? Yo iba a tomar uno para despejarme...

...Por cierto, teníais razón. Pasó tal como me contasteis. Ese medio hombre, medio bestia, fue muy amable, pero representaba al Señor del Caos! Es que los Dioses están implicados en ésto? Contadme, por favor. No me tengáis en ascuas. 

El aprendiz de mago estaba realmente impaciente por entender qué pasaba. Sabía que tendría que hacer algo, arriesgarse hasta extremos insospechados, pero no quería hacerlo a ciegas. Su mente inquieta no se lo permitía. 

-Gracias pero prefiero estar de pie, y con un vaso de agua me conformo. Se bebé el agua de un tirón y empieza a andar de un lado a otro de la habitación a la vez que habla. Lo que voy a contaros quedará entre tú y yo, sólo hay uno más del grupo al que le he contado esto y contra menos lo sepan, de momento, mejor. En el futuro una alianza de dragones y demonios va a atacar Eterva, y si no les paramos van a arrasar. Mi intención es como te dije formar un grupo que con el tiempo, paralelamente, pueda hacer algo frente a esta amenaza. Y tú eres uno de los que he pensado. En unos meses un artefacto maldito va a atacar las Cinco Villas del Glaciar Eterno, ese artefacto es capaz de reunir un ejército y lo va a hacer. Dineval, señor más importante de esas tierras, estaría muy agradecido al grupo si le ayudase. Pasado mañana parte una caravana hacia allí, mi intención es que cojáis esa caravana y ayudéis a Dineval, más adelante ya se verá. Lo de Dineval y las Cinco Villas, si lo sabe el resto, lo que no saben es lo de la alianza que va a haber entre dragones y demonios. Bueno Sidoc ¿Qué vas a hacer?

Sidoc, tampoco se sentó. Su interlocutor no le dejaba relajarse con tanto movimiento. Una vez le escuchó, no se lo pensó.

Contad conmigo, Voriig Kye. Aunque todavía he de aprender a usar el orbe, haré lo que esté en mi mano... Me preguntaba qué ser lo suficientemente poderoso podría destruir un mundo... Ahora está todo claro. Sólo espero que tengamos suficiente tiempo para poder enfrentarnos a semejante amenaza. 

-Perfecto entonces, toma esto te da 3 mo, con esto tendrás de sobra para contratar la caravana que parte de la posada El Dragón Plateado pasado mañana hacia las Cinco Villas del Glaciar Eterno. Si quieres ir ya a la posada, allí están ya casi todos tus futuros compañeros: Irinade, una mujer pelirroja de ojos verdes con pinta de guerrera. Za Harvaya un Laan de un metro noventa de altura aproximadamente y unos noventa kilos de peso, tiene pinta de erudito. Y Logen UnOjo, lo reconocerás por las cicatrices que tiene por todos sitios. Hasta pronto. Tras esto si no le dices nada más se marcha.

Sidoc cogió las tres monedas. Era una suma considerable. Más que de sobra para el viaje. 

Gracias, Voriig Kye. Iré pronto, pero antes he de arreglar algunos asuntos... Supongo que no podré decirle a nadie a dónde voy. No es así?

Veremos qué les digo a mi familia y a mi maestro... Ésto último lo dijo ya en voz baja, para sí mismo.