Partida Rol por web

Se recogió una de las trencitas pequeñas tras la oreja y asintió despacio. No entraba en sus planes tener que estar con nadie cerca mientras tomaba algo pero la presencia de Yuuto todavía era buena para ella.

-Así que demonios, ¿hm?,- aish- bueno, voy con un veterano, confío en tu criterio.

Se llevó las manos a la espalda, entrelazando los dedos a la altura de la falda de tablas rosada.

-Prometo no estorbarte.

Las palabras de Charlotte no parecían haber llegado hasta Naxael el cual continuo su camino hacia el baño de la residencia masculina. Quizás fuera que tenia la cabeza en otra parte, quizás estuviera pensativo o simplemente ignoro a la muchacha, de cualquier forma la escena se había sucedido así. De igual manera Jareth se fue paseando por uno de los caminos que iban hacia el interior de la academia, no dijo muy bien su recorrido pareciendo que quería estar solo. Quien sabe los exorcistas son raros por naturaleza. Sora había desaparecido sin dejar rastro solo el silencio característico que la acompañaba, Shiro en cambio se despidió para ir a la residencia masculina buscando equiparse y prepararse para la noche, seria larga sin duda.

Los invernaderos estaban alejados del edificio principal y de las residencias, tuvisteis que caminar durante varios minutos para llegar hasta allí. Consistía básicamente en la típica carpa donde se mantenía una temperatura agradable para las plantas y daba ademas luz solar. Yuuto hizo un gesto para estar en silencio antes de introducir la llave en la puerta del invernadero. -A ver si conseguimos que no se despierten....que a veces se ponen un poco.... No llego a acabar la frase, en cuanto abrió la puerta un pequeño hombrecito verde, de un tamaño menor a un peluche se le tiro encima cayendo en su cabeza. Tenia rasgos de planta, tanto los ojos como el cabello que no era mas que una hoja, se vestía con el mismo material y sus brazos eran raíces tiernas. -Agua....agua....agua... Balbuceo el hombrecito alegremente mientras se descolgaba del cabello de Yuuto.

Con una sonrisa tierna le ayudo a bajar y sonrió a Giulietta. -Me parece que va a ser complicado, están despiertos. El invernadero estaba bien cargado de plantas, tanto en tiestos como algunos plantados directamente en el suelo, parecía casi una pequeña jungla. De entre las hojas de las plantas o de los pequeños troncos de los arbolitos, mas hombrecitos verdes salían en busca de Yuuto diciendo la misma frase “Agua....Agua...” No parecían agresivos y algunos se tropezaban con los otros mientras reían, incluso uno llego a tirarte del calcetín para que le prestaras atención. -Son Greenman, son del todo inofensivos, al menos estos de aquí. Venga Giulietta ayudame por favor, por esa zona tienes una regadera, llenala y echales agua por encima. Les encanta...ai...suelta suelta, bajate de ahí que me tiras. Dijo Yuuto con dulzura al mismo tiempo que sujetaba a un Greeman que se las había ingeniado para subirse a su túnica y la abría.

El director os despidió moviendo la mano y continuando con sus que haceres. Al salir pudisteis escuchar el tono de un nuevo videojuego abriéndose, lo mas probable era que estuviera otra vez haciendo el vago. Como no. No encontrasteis a ningún compañero en el camino, no pasasteis por el mismo camino salvo que al llegar a la residencia Sora estaba sentada en uno de los sofás del salón, jugando con Rudra (Solo le movía los brazos y las piernas distraída) mientras Agnis permanecía en el suelo inmóvil, al igual que si fuera un peluche normal y corriente. Al entrar os saludo con la mirada y intento volver a su juego particular. No era la chica mas sociable del mundo las cosas como eran, pero se hacia valer cuando tocaba.

-He forastera, parece que has sobrevivido al primer mes. No esta nada mal. Se escucho una voz cercana, viniendo de la residencia masculina. El hombre fumaba tranquilamente, es mas se le acabo el cigarrillo y se encendió otro....con el fuego de Folen como si fuera lo mas normal del mundo. -Chico como consejo personal te diría que no dejes vagar a un espíritu como este, crece con cada minuto que esta en nuestro mundo. Folen le miro con cada de pocos amigos y hizo el gesto de prender su mano para lanzarle algún proyectil. -Venga. Dijo Hiromi moviendo un poco su camisa enseñando unas granadas de agua bendita. -A ver quien es mas rápido. Folen se lo pensó y bajo la mano, el agua bendita no era su mejor aliado sin duda alguna.

-Parece que os a tocado limpieza, sera agradable no ver a las hullas por aquí, aunque tampoco molestan tanto. Movió el paquete de cigarrillos hacia Charlotte.

-Oh- pestañeó mirando el panorama del jardín, aquellos hombrecitos diminutos y verdes eran entrañables, parecían rodeados de algún aura de ternura imposible que emanaba aquella forma de peluche con cabello de hoja. Ladeó la cabeza observando a Yuuto.

Es tranquilo, guapo, amigable y desinteresado.Enumeró observando el quejicoso afecto de aquellos hasta que notó un pequeño tirón en la media. Bajó la mirada y sin darse cuenta sonrió.

-Hola...- iba a inclinarse sobre él cuando escuchó a Yuuto y se apresuró a buscar una de esas regaderas aunque eso no evitó que se ruborizase cuando su cerebro asimiló que aquel greenman estaba abriendo la túnica del veterano.-Regadera.... regadera... regadera...- Apartó una enorme hoja  mientras se inclinaba buscando la regadera-¡tachán!

Intentando no pisar a ningún greenman, incluyendo el tener que coger a aquel demonio descarado que le había tirado de la media para ponérselo sobre el hombro, llenó  la regadera y, cogiéndola con ambas manos para que no se le resbalase por el peso, se inclinó para inclinar también la regadera y remojar también a aquellos hombrecitos verdes.

-¿Cuánto llevas haciendo esto?

El greenman que colocaste en tu hombro inmediatamente se puso a jugar con tu cabello, moviendolo de arriba a abajo, en cuanto tiraste el agua encima de ellos, abrieron sus bocas para poder beber de la regadera, solo al principio ya que seguidamente se pusieron a revolotear y chapotear en ella. -Pues mas o menos llevo un año viniendo aquí. Comento Yuuto imitando a Giulietta mientras los greenman se dividían para poder estar mas cómodos, algunos se quedaron con Yuuto y el resto se fueron con Giulietta. -El director no sabia que hacer con el invernadero y me ofrecí voluntario para cuidar a estos pequeñines. Aquí no se pueden contaminar con el miasma y la verdad es que se les ve bastante contentos siempre que tengan agua con regularidad. Es relajante no crees?

Una vez saciados los greenman volvieron a cuidar ellos mismos sus plantas, otros simplemente se quedaron quietos debajo del sol “digiriendo” la comida o otros os seguían con curiosidad con los brazos hacia arriba para que los cogierais. -Eres libre de acompañarme siempre que quieras, es difícil ocuparse de ellos continuamente.

Antes de ponerme en marcha Charlotte me tocó el hombro. Cosa que no me esperaba.

- Eh? aah, no. Tranquila, estoy bien, gracias por procuparte. - dije con una sonrisa
- Es solo que no tengo nada que hacer ahora mismo y prefiero darme una ducha para estar listo esta noche, como ya he dicho después podemos quedar y hacer algo. Bueno, tú, Jareth, Giulietta, quien sea, como he dicho no tengo un plan, por ahora - explique.

Como, iba diciendo; voy a darme un baño. ¿Alguien quiere quedar después? - Repetí por ultima vez para esperar una respuesta antes ponerme en marcha hacia los dormitorios.

Audrey agarró instintivamente al gato al recordar la peculiar forma que Agnis tenía de socializar con los animales. Aunque ahora era su invocación, parecía hasta irónico pensar que seguía siendo débil al fuego, como su tamer. 

- Hola, Sora - saludó Audrey mientras cruzaba el salón. 

Yûka ya conocía a Sora de las clases, pues era otra compañera más. 

- Pues esto es el salón. La cocina está aquí al lado y por las escaleras se van a las habitaciones - dijo entonces Audrey a Yûka. 

Empezó a subir las escaleras poco a poco. 

- Aquí hay poco por ver, cada una tiene su cuarto. Puedes escoger la habitación que más te guste - prosiguió -. Yo voy a dejar los formularios. Tardaré un rato. Mientras tanto, puedes ir instalándote. 

Se acuclilló mientras lo que quedaba del agua caía sobre los greenman, mirando a Yuuto de soslayo.

Miasma... bajó la mirada hacia aquellas pequeñas criaturas y suspiró soltando el aire por la nariz. Dejó la regadera a un lado y, extendió las manos hacia algunos de aquellos pequeños que parecían querer jugar.

-¿Llevas un año ocupándote de ellos tú solo?- levantó un poco el brazo para que lo usasen de tobogán-Eres increíble, Yuuto- dijo con sinceridad. Cualquier otro adolescente habría sido más egoísta y se habría desentendido de aquella tarea (y más aún si no era obligatoria)-Pues... si me avisas de cuándo vienes te esperaré en la puerta o puedes venir a buscarme, supongo, así no vienes solo-era un sitio agradable, no llegaba a comprender qué lo hacía tan especial pero parecía un lugar perfecto para no tener que dar explicaciones de lo que hacía o dejaba de hacer, donde no ver a nadie que no quisiese ver.

-Si no puedes venir continuamente no te preocupes, puedo coger el relevo... o algo así, y regarles yo- miró a los greenman que se mantenían jugueteando alrededor de Yuuto-aunque no puedo competir contigo por su afecto- era una broma aunque el tono no era especialmente animado sino que se mantenía igual que en el resto de la conversación.

-¿Puedo preguntar cómo has llegado a parar a la Academia?- preguntó mientras un greenman trepaba por las tablas de la falda que eran más cercanas al suelo y ella apoyaba una mano bajo él para ayudarle a subir.-Si es algo muy íntimo lo entenderé- bajó la voz hasta ser casi un susurro-no todos vienen por haber tenido una vida tranquila, supongo.

Yûka saludó con una sonrisa a Sora, quién ya había conocido en las pocas clases a las que había ido.

Fue observando a su alrededor mirando cómo era el sitio para encontrar esa habitación que le gustase (más bien dicho, esa puerta) cuando oyó a Audrey despidiéndose. Muchas gracias Audrey Le dijo sonriéndole con amabilidad a la vez que hacia una pequeña reverencia Iré mirando las habitaciones. Nos vemos en un rato, entonces Dijo moviendo un poco la mano como un instinto, algo que la hacía parecer un poco tonta a veces,  y ella lo sabía, pero lo hacía por instinto así que nunca se daba cuenta a tiempo.

Charlotte se había esforzado por ser amable pero no obtuvo nada con ella. Vaya, había notado algo extraños a sus compañeros pero no ganó nada preocupándose por ellos.

Dejó ir a Naxael sin ningún tipo de comentario extra y escuchó una voz que se le hacía familiar. Se giró hacia allí y dijo - Haru-senpai - aceptando uno de los cigarros que él le ofrecía. No quería encenderlo con Folen, así que optó por su propio encendedor. Sonrió lo más que pudo y comenzó a inhalar un poco del humo del cigarro.

- Bueno, puede que no molesten demasiado pero sí que son molestos a la hora de limpiarlos - cuando desafió a Folen, no pudo evitar sonreír más ampliamente, algo extraño en aquella chica.

- Me quemó hace unos días, así que no me parecía tan malo, a decir verdad - miró a Folen con rencor y luego se dirigió al estudiante de un curso avanzado - Haru-senpai, te presento a Ryutaro. Entró un poco después al grupo. ¿Qué le trae por aquí, Senpai? -.

-No soy tan increíble, solo hago lo que me gusta nada mas. Me siento cómodo con ellos y ellos se sienten cómodos conmigo. Quizás es hasta un poco egoísta. Tomando a uno de los Greeman en brazos salto ligeramente encima de una mesa para poder sentarse y ponerse cómodo. Por supuesto los hombrecitos intentaron imitarle pero solo consiguieron besar el suelo una y otra vez, aun así parecían felices de fallar. -Pues veras yo soy huérfano.

Comenzó a acariciar despreocupadamente al Greenman, el cual se dejo hacer mientras poco a poco se iba durmiendo en su regazo. -No me acuerdo de mi padre ni tampoco de mi madre. Pero si de la persona que me crio, o mas bien de quien me crio. Con una sonrisa dulce cerro los ojos como rememorando su recuerdo. -Me explicaron aquella noche, parecía que yo era un poco chillón de pequeño o al menos en ese momento. Mi futura madre me encontró en un día lluvioso, rodeado de lo que quedaba de mi hogar. Abrió los ojos con la misma sonrisa. -Mi madre fue una Ame onna, una espíritu de la lluvia que se había acercado a mi para hacerme callar. Me contó que una expedición de exorcistas habitaba en aquel lugar, que después de intentar expulsar a los demonios de aquel lugar, ellos se defendieron con todo lo que tenían, acabando con todo lo que encontraron. Fue un milagro que no me atraparan a mi. Finalmente el Greenman se quedo dormido en el regazo de Yuuto, con mimo lo sujeto y lo dejo junto a los suyos para poder acabar de explicar su historia.

-Me crio, me educo, me enseño lo que sabia y también me enseño los cánticos Aria que se ahora. Algunos dirían que los demonios son terribles y se les tiene que temer. Mi madre lo es y te prometo que nunca me dio miedo. Cuando tuve la edad, ella hablo con Mephisto para que me acogieran aquí. Me entristeció abandonar a mi madre pero..... Deja escapar una débil risa tumbando la regadera para que cayera el agua al suelo, haciendo el típico ruido del agua caer. -Cada vez que llueve o riego a los Greenman me acuerdo de ella, si me quedo debajo de la lluvia se que ella esta ahí para mi. Quiero ser exorcista y cuando pueda volveré a verla. Tengo ganas de volver a casa. Si alguna vez estas en peligro y la lluvia te rodea, llamala al igual que yo, seguro que te ayudara. Se llama Shirayuki.

---Folen, sé bueno y controlate o tendremos que hablar- digo abriendo uno de mis ojos y finalmente con mucha pereza me levanto- Gracias por el consejo, pero de momento estará a mi lado, aun así me gustaria saber a que te refieres a lo de crecer.

No pude evitar arrugar la nariz al oler el olor del humo del cigarro, odiaba el olor que despendian, así que di un paso atras evitando inhalar aquel desagradable olor, lo que más me sorprendió fue que Charlotte aceptase el cigarro y lo encendiese, pero cada cual era libre de hacer lo que quisieras.

---Encantado Haru- digo desde la distancia sin acercarme- Yo soy Ryutaro, antes estaba en uno de los templos de la región de Òsaka, hasta que fui trasladado aqui, disculpa que no me acerque pero el olor y el humo de los cigarros me desagrada completamente...

Jareth estaba caminando tranquilamente por la zona de parques y jardines, mirando uno de los círculos de invocación que aún le quedaban y pensando en qué pasaría. Inu ahora estaba en un gato, ¿la invocaría a ella o quizás solamente no pasaría nada? No podía seguir estando como un imbécil sin ser bueno para nada mientras que sus compañeros le sacaban las castañas del fuego.

Así que, con mucho cuidado y cierto temor por lo que podría pasar, Jareth sacó una aguja y se pinchó un dedo, tras lo que manchó el círculo y rezó por no morir ante lo que apareciera en ese momento ante él.

Al manchar el circulo con tu sangre sentiste un ligero cosquilleo, un hormigueo en la palma de tu mano pero ni mucho menos era la misma sensación que habías tenido cuando conociste a Inubashiri. En los segundos siguientes no paso nada, hasta mas o menos pasados unos minutos. Sinceramente miraste a los lados pensando que algo habías hecho mal pero lo mas probable fuera que no estabas hecho para tamer y al no tener a Inubashiri no tendrías ninguna invocación mas. Te equivocaste.

Una ligera brisa comenzó a levantarse, al principio fresca y débil hasta llegar a hacer ondear con fuerza tu ropa, te tapaste ligeramente los ojos con la mano para que no te entrara nada al mismo tiempo que una sensación de temblor casi te llega a hacer caer. Como si fuera un terremoto de máxima magnitud, el suelo se empezó a abrir a tus pies o al menos esa era la sensación que te daba y una enorme garra surgió de la tierra solo para apoyarse. Un cuerpo de piedra y tierra emergía con lentitud, apoyado con unas garras casi del mismo tamaño que su cuerpo, probablemente tendría cinco metros de altura, llegaba a hacerte sombra al sol. Era una forma indefinida, grande y compuesto de plantas ademas de tierra. Unos ojos verdes te miraron fijamente hasta que el gran demonio empezó a sacudirse.

Antes de que te dieras cuenta el cuerpo del demonio había disminuido mas o menos hasta tu tamaño ya que la piedra que lo formaba desaparecía al tocar el suelo, iba a cuatro patas y ahora eras capaz de ver mejor su cuerpo de madera. En su espalda nacían varias flores y una débil cortina de hierba junto con unas lianas bien decoradas con hojas y plantas dando una sensación de suavidad a su rígida estructura. El demonio se te quedo mirando unos segundos al igual que había hecho anteriormente y sin decir nada, bostezo profundamente y se tumbo dejando que su peso te volviera a hacer tambalear. Si no supieras donde estaba asegurarías que era una falla del terreno. Volviste a sentir el hormigueo en la palma de la mano, al observarla te asustaste momentáneamente. Desde tu mano hasta mas o menos medio brazo, unas venas parecidas a lianas se habían enroscado en tu piel. Palpitaba y si lo tocabas dolía un poco, quizás no seria muy conveniente el quitártelas a la fuerza.

No se había dado cuenta de que aguantaba la respiración con los labios entreabiertos por la expectación hasta que Yuuto mencionó el nombre de su "madre". Había algo conmovedor en todo aquello, en el cuidado que el chico ponía en sus gestos cuidando de los greenman y en el afecto que sonaba en su voz al hablar.

-Shirayuki es un nombre precioso, me encantaría conocerla-Dejó con delicadeza en el suelo y se incorporó sacudiéndose la tierra de la falda-a mí me sigues pareciendo increíble-dijo llevándose una mano al pecho y el rubor coloreándole las mejillas.

-¿me avisarás cuando vengas?

Yuuto se oculto unos instantes las mejillas con la tela de su túnica antes de mostrar una vez mas su ya natural sonrisa. Asintió con suavidad. -Eres demasiado buena conmigo Giulietta, tu también eres increíble a tu manera. No todas serian capaces de ser exorcistas, estoy seguro de que cuando llegue el momento encontraras algo con lo que destacar del resto, algo un poco mas útil que la simple amabilidad. Suelo estar aquí por las tardes, a no ser que me vaya a una misión. Iré a recogerte siempre que lo desees y te avisare como pueda cuando no te encuentre. Seguro que se me ocurre algún método.

Te despidió con la mano mientras los Greenman intentaban impedirte que te fueras al igual que si fueran niños pequeños, pero rápidamente se volvieron a distraer entre si, era difícil decir en que se concentraban.

Los ojos del espíritu se quedaron mirando largo tiempo a Hiromi, pero no solo eso cuando se giro hacia su invocador soltó un rugido, abriendo la boca largamente dejando que un calor parecido al de un horno al abrirse se sintiera por toda la piel del joven. Al igual que una fuego extinto, Folen desapareció en una nube de humo. -Bueno chico, como ya te he dicho ten cuidado con los espíritu Folen, suelen ser de este palo. Aunque claro no se si deberías haberle dicho eso. Pero eso es cuestión de cada uno, Mi nombre es Haru, Haru Hitomi, puedes llamarme Haru.

Dejo que el humo de su cigarrillo lo envolviera. -Un tamer con espíritu de fuego que no le gusta el humo, siempre se ve algo nuevo en esta academia. Lo de crecer es bastante simple, los espíritus de fuego no tienden a hacer caso a sus tamers, siempre buscan la forma de matarlos, pero no son peores que los de la pobredumbre. Se centro en Charlotte. -Venia de la biblioteca, en la ultima misión una de nuestras compañeras fue infectada por un miasma de demonio de la tierra. Le hice los primeros auxilios y la han tratado, pero esta empeñada en que le duele así que me toca hacerle las curas cada tanto. No es que me apasione curar a un enfermo que hace mas cuento que otra cosa, pero si llega a ser verdad que aun le afecta me quedare mas tranquilo si hago algo. Aun tengo tiempo, iba a revisar mi equipo. Vosotros ya habéis acabado con las hullas no? Aun tenéis cosas que hacer?

Yûka se quedó un rato organizando su habitación y al salir se fijó en la pequeña chica que había sentada en uno de los sillones. Ya la había visto en clases, y siempre le había parecido una chica muy mona con sus orejitas de conejo, pero su disimulo y falta de habla había hecho que Yûka no se fijara mucho en ella, no por gusto, algunas veces se despistaba y no se daba cuenta de algunas cosas de su alrededor. Decidió, pues, acercarse para charlar un rato con ella. Con una sonrisa saludó a la chica con la mano Hola, soy Yûka de tu clase, no se si me conocerás la verdad, no charlamos mucho. Eras...Sora, verdad? Perdona, es que tengo memoria de pez y me cuestan los nombres Dijo riendo un poco avergonzada y acto seguido miró a su alrededor Woo...la academia es muy grande, no crees? Mephisto debe ser muy importante para haber podido hacer todo esto...me pregunto como lo habrá hecho Se preguntó con un tono de admiración.