Partida Rol por web

Algo más útil que la simple amabilidad, repitió para sí. Yuuto tenía razón, además de ser amable y complaciente con casi todo el mundo no hacía gran cosa que sirviese.

-Esperaré entonces a que me encuentres- sacudió ligeramente una mano en el aire, retrocediendo hasta la entrada casi a trompicones por intentar no pisar a ningún greenman por el camino. Cerró la puerta a sus espaldas y suspiró. Quizá a ella le vendría bien un lugar aislado del mundo.

-¿Qué iba a hacer antes de todo esto?- se preguntó pasándose una mano por la nuca. Regresó sobre sus pasos hacia el lugar donde se había separado del grupo colocándose uno de los auriculares que le colgaban sobre el pecho escuchando música.

Los ojos de Sora te miraron con un poco de curiosidad que a su vez se iba difuminando poco a poco por su vergüenza. No quito el peluche de Rudra de su falda mientras ibas hablándola, al menos por el momento Agnis parecía bien dormido o por lo menos con pocas ganas de hablar. -s..si claro...que me acuerdo de ti. Dijo con una débil voz que casi parecía un susurro. -E..eres la nueva alumna....viniste hace nada... Continuo jugando con su peluche, moviendo sus brazos con las manos.

-L..la academia tenia que ser...g..grande. Mephisto q..quería esconder a los exorcistas...e..entre los alumnos normales. Así que...es natural que....sea...grande... Antes de darse cuenta comenzó a abrazar a Rudra con fuerza y a medio encogerse en el sofa.

La actitud de Folen fue bastante impactante, no esperaba que reaccionase así y más contra mi que no habia dicho nada del otro mundo, así que pese al calor de su aliento no retrocedí ni un apicice ni mude de expresión pese a que  seguramente acabaria con alguna quemadura, pero siempre lo habia pensado así, los seres de fuego eran los mas irrascible e incontrolables, no se podia "controlar" solo doblegarlos y para ello habia que tener unos nervios de acero; así pues no iba a dejarme intimidar, aunque despues de que Folen desapareciera me sequé un poco el sudor que comenzaba a caerme.

--- Vaya, sí que se lo ha tomado bastante mal...me pregunto donde habrá ido...- digo mientras me roto la frente y miro sí tengo herias por los estragos del " aliento" y luego miro a Hiromi- La verdad es que no tenemos nada más que hacer, vamos, que yo recuerde y mi memoria suele ser bastante mala...

Yûka iba mirando a su alrededor hasta que se dió cuenta de la incomodidad que le daba a Sora estar tan cerca de ella. Con un poco de disimulo se alejó un poco de ella para darle mas espacio y le sonrió con ternura fijándose en sus peluches -son muy monos. Eran tus invocaciones verdad?- le preguntó -a mi hermana también le gustaban los peluches, siempre estaba jugando con ellos y se imaginaba que eran sus mascotas.- explicó para intentar tranquilizar a su compañera.

Jareth esbozó una triste sonrisa al ver que no ocurría nada, negando con la cabeza demostrándose a sí mismo que era un imposible recuperar su "capacidad", pero entonces empezó todo. Un terremoto, una gran garra, ya está, había liberado algo y éste lo iba a devorar antes de arrasar su academia.

Cuando vio lo que salía no pudo evitar abrir la boca con miedo, temeroso ante la enorme mole de piedra y madera que se alzaba ante él, hasta que perdió esa "coraza" y empezó a menguar. Pero entonces pudo ver esas lianas en su brazo, se asustó un poco y al tocarlas le dolió. El miedo volvía a superarle, pero en ese momento se acordó que, por miedo, Inu había sufrido y Fígaro había pagado las consecuencias, por lo que apretó los dientes e intentío suprimir el dolor a base de fuerza de voluntad y paciencia.

Tenía que ser fuerte mentalmente, éste nuevo ser sería domado y sometido a su voluntad, no rompería el círculo, no huiría de él, y si moría, bueno, entonces sabría que todo eso le venía grande.

Sora se quedo mirando a Yûka detrás de sus fieles peluches y asintió sutilmente. -El mayor es Rudra y el menos es...Agnis... Parecía haberse relajado un poco cuando se había alejado para darle espacio, era tímida sin duda y se escudaba en sus invocaciones. -R..Rudra si que es...mono...es..agradable de ver pero...Agnis... Inmediatamente después de esas palabras el rostro del conejo de fuego cambio mostrando una sonrisa siniestra mientras abría la boca soltando una pequeña bocanada de humo. -Agnis es....violento...no se...puede estar con el...Rudra es mi protector. Abrazo con fuerza su peluche como temiendo que fuera a escaparse en cualquier momento, te miro con curiosidad. -Tienes...hermana?

Yûka miraba a los peluches con curiosidad hasta que una la miró con una sonrisa diabólica. Un escalofría recorrió su espina-dorsal y sus pelos se pusieron de punta solo con ver esa sonrisa. Solo es un peluche...de momento pensó en su cabeza e intentó ocultar su miedo.

Bueno...aún no se si la sigo teniendo dijo bajando un poco los ánimos Desapareció hace ya un tiempo. Dicen que no saben si sigue viva o no, aunque yo creo que aún corretea por ahí, con una sonrisa en su rostro como antes lo hacía Dijo pensando en voz alta y mirando al otro peluche mas tierno. Más que nada decía eso por el hecho que, si la había poseído un demonio, este se habría encargado de hacerla sobrevivir. Tal vez eso era lo único bueno de ellos.

La academia era enorme, eso se notaba nada mas haber llegado a aquel lugar y por supuesto tenia cientos de lugares a los que acudir. Lo único malo era que por la hora no seria recomendable pasear por el interior, no era lo suficientemente temprano como para que los alumnos entraran pero si demasiado tarde como para deambular por los pasillos. Todos tenían sus cosas que hacer después de todo. Tus pasos te llevaron por los jardines, bien poblados con arboles cuidados y un césped verde recortado, algún que otro grupo de flores para hacerlo colorido pero en conjunto era un lugar agradable. Ademas de que el sol no molestaba.

A la sombra de un árbol, sentada en sus raíces se encontraba Miu Ayame, vuestra compañera de residencia. A sus pies había una sabana para que no le molestara el suelo, encima de ella varios objetos dedicados a la limpieza y tratamiento de espadas, incluso un par de bolsas de patatas medio abiertas para que fuera picando. Con una mano pasaba un algodón por el filo de su katana, para cuidarla y evitar que se malograra y con la otra de tanto en tanto cogía un aperitivo, por supuesto la katana no estaba suspendida en el aire, estaba sujeta por sus rodillas. Al verte te miro unos segundos antes de apartar la bolsa de patatas de tu rango. -Son miás...... Dijo con un hilo de voz, no era la mejor de las presentaciones, pero así era Miu.

Bajo un poco la cabeza, besando por detrás a su peluche. -Muchos desaparecen....algunos no vuelven.....pero si....crees que esta viva....y con una sonrisa en los labios entonces... Alza sus brazos con Rudra entre ellos, ofreciendotelo al igual que si fuera un peluche normal y corriente. -Esta viva.... Se te quedo mirando con los ojos fijos en los tuyos y sus brazos alzados.

La palabras de Sora dieron animos a Yûka, quién, después de quedárse mirándo el pelcuhe unos instantes, lo cojió con cuidado, pues con la experiencia del otro no confiaba mucho además de que no quería asustar a la chica, pero a la vez con cariño y miró a Sora con una sonrisa tierna en sus labios. Gracias, Sora. Dijo con mirándola con ternura.

-No me las des....quizás te asustas un poco.... Balbuceo Sora mientras sin darse cuenta sujeto a Agnis al igual que si fuera Rudra buscando su protección, lo único que el peluche dejo de sonreír de manera siniestra y volvió a su forma dulce. En cuanto Rudra estuvo en tus brazos notaste como algo se agitaba en tu interior, no sabrías decirlo con exactitud pero era sin duda agradable. Lo único que no te agrado fue lo que vistes a continuación. Las paredes se tiñeron de sombras que se acercaron amenazadoras hacia ti, como si fueran garras y serpientes intentando apresar una presa, el suelo parecía arenoso al igual que si se pegara en tus pies. Toda la habitación se lleno de figuras que se difuminaban con las sombras mirándote con unos ojos carmesíes, asegurarías que eran demonios y espíritus al acecho de comerte o mas bien de comerse a Sora ya que ella estaba prácticamente rodeada. Lo único que impedía que se la comieran era el resplandor de Agnis y su cuerpo que rodeaba a Sora de manera protectora para que no la tuvieran.

Rudra estaba a tu espalda, aunque jurarias que aun lo sujetabas impidiendo que te atacaran a ti. Con susto se te escapo el peluche de las manos y toda la habitacion volvio a la normalidad. Con paso tranquilo y medio gracioso, Rudra volvio a las piernas de Sora quien intercambio los peluches para volver a abrazarlo con timidez. -Ahora....si me tienes miedo....es normal...es lo que siempre veo.

Charlotte observó la reacción de Folen sin poder evitar desaprobación, así que esperó la reacción de Ryutaro. A pesar de ello, no pudo evitar mirarle sorprendido al ver lo tranquilo que se tomaba la situación. Luego, escuchó a Haru y asintió, no sin antes darle una calada al cigarro que tenía en sus manos.

- ¿Cómo diste con él, en primer lugar? - le preguntó a Ryutaro curiosa sobre el origen de Folen. Luego, escuchó la historia de su senpai e imaginó la situación. Entonces, vinieron recuerdos, recuerdos dolorosos sobre aquel joven exorcista, el cual le recordaba a Haru-senpai, aquel que murió tratando de defender a su familia, al igual que su padre. No pudo evitar su notorio ensimismamiento mientras Haru terminaba la historia y se sacudió para no pensar en ello.

Entonces, miró a Haru y le dijo - La verdad es que no tenemos nada más por ahora. Podemos acompañarte, Haru-senpai, además que me serviría mucho la práctica - le hace una reverencia formal y mira a Ryutaro, esperando su indicación.

Se quedo pensativo unos segundos y asintió. -Lo de la practica no te falta razón, esto te enseñara bastante mas que cuando el viejo te este dando un sermón sobre seguridad. Lo único que dudo mucho que este contenta de ver al tío de las llamas. Señalo a Ryutaro pero solo encogió los hombros quitandole importancia. -Mientras no haga anda raro dudo mucho que pase nada. Anda venid conmigo, esta en la residencia masculina, si ya se que es una chica, pero insistía en estar cerca de su doctor. Fue comentando Haru mientras se ponía a caminar hacia la residencia masculina.

Charlotte era la primera vez que entraba, Haru insistió en dejar la puerta abierta para que pudiera pasar, mas por que no podía tocar el sistema de seguridad que por otra cosa. Aunque fuera masculina estaba extrañamente ordenado todo, sin nada sucio de por medio, o los veteranos eran muy pulcros o los nuevos alumnos no habían venido revolucionados. De todas maneras Haru os llevo hasta el primer piso, cerca de las escaleras y toco tres veces a una puerta. -Sara, voy acompañado, si no llevas ropa vístete por favor. Informo Haru y después de esperar unos diez segundos a la contestación abrió la puerta.

Una chica estaba sentada en la cama, con las sabanas mas o menos hasta la cintura. Llevaba un pijama bastante fresco que no era mas que una especie de camisa bien larga a modo de vestido. Su cabello era corto o al menos no muy largo que descansaba despeinada cerca de su espalda y hombros. Su mirada estaba cansada y hizo un pequeño gesto de incomodidad. -Bueno...pase que has venido con una chica, pero como se te ocurre traer a un chico cuando estoy con estas pintas y mas donde tengo la herida? Mira que llegas a ser tonto Haru. Le recrimino Sara.

-No hagas una montaña de un grano de arena anda, somos veteranos y tenemos que enseñar a los que acaban de llegar. Tu. Dijo a Ryutaro. -Te toca girarte si te quieres quedar no mires, mirala y la tenemos tu y yo. Charlotte anda acercame el maletín de ese armario y intenta no perder detalle. No te va a gustar mucho pero es lo que hay. Sara simplemente suspiro y espero a que los jóvenes se pusieran a hacer lo que les había pedido.

Charlotte siguió a su senpai hacia donde este los llevaba sin decir mucho, algo habitual en ella, pero no podía evitar la incomodidad al acercarse allí. La otra noche había pensado ir pero era por motivos de fuerza mayor, sus compañeros estaban en un claro peligro. A pesar de ello, siguió sin mostrar mayor recelo en su rostro.

Entonces, escuchó las palabras de Haru y su cara de sorpresa no pudo evitarse, seguido por una leve ruborización de sus mejillas al escuchar que Haru-senpai tenía una chica desnuda en su habitación. Su imaginación comenzó a volar... ¿Estarían ellos...? Sacudió la cabeza para sacarse la idea de la cabeza mientras ocultó su vergüenza en dos mechones de cabello que ella siempre dejaba sueltos.

Cuando Haru dio las indicaciones, Charlotte solo entró y le hizo una reverencia formal a la chica para luego ir a buscar el maletín. Se sentía tan nerviosa allí que no podía encontrarlo y al verlo, por poco lo deja caer. No sabía muy bien qué hacer con él pero respiró profundo para recuperar la calma y se lo entregó a su senpai. Se encontraba dispuesta a aprender todo lo que le fuera posible, al fin y al cabo, no tenía muchas oportunidades de ver cosas como esta.

Audrey rellenó el papel en su cuarto y dejó el impreso al borde del escritorio. Se lo daría al profesor Yukio al día siguiente. Observó su cuarto, vacío a excepción de ella misma. Suspiró con pesar. Estaba segura de que era la mejor opción. 

Bajó de nuevo las escaleras para encontrarse de nuevo con Yuka. Por la cara de ésta, algo no iba del todo bien. Miró de reojo a los peluches, por si acaso. 

- ¿Pasa algo? - preguntó entonces, mientras se acercaba lentamente a la nevera para coger un vaso de zumo.