Partida Rol por web

Expedición a la Tierra Hueca

2. EL CAIRO

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20/07/2021, 13:23
Gareth Jenkins

Miré el coche y la verdad es que no sabía porque tanto jaleo, tampoco sería ningún drama ir un rato incomodos, cuando iban y venían de las minas solían hacerlo en camiones atestados de gente. Además este modelo tenía un techo amplio y plano, y el maletero aunque no tuviera asientos formaba parte del habitáculo del coche. 

Si el señor Smith conduce con un poco de cuidado podemos apañarnos para atar el equipaje en el techo y quedaría el maletero libre, caben una o dos personas, no irán cómodas pero es más seguro que ir por fuera y tragaran bastante menos polvo—. La verdad es que todos queríamos llegar a la ciudad cuanto antes, pero no era plan perder a dos miembros del grupo a la que cogiéramos un bache fuerte, y tenía pinta de que aquellas carreteras iban a tener unos cuantos. Aunque tampoco esperaba que me hicieran demasiado caso a aquellas alturas.

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20/07/2021, 13:53
Carlton Smith

Smith mantenía el coche en marcha como buenamente podía mientras todos aquellos amigos de Marion discutían y decidían cómo y dónde ponerse. En su caso lo tenía más fácil, porque de haber estado en su lugar, cualquier lugar hubiera bastado. Por otro lado, no veía en dónde estaba el problema. Allí podían entrar como mínimo quince personas, pues era algo que ya había comprobado.

Y mientras decidían si entraban o no, el motor dijo "basta". Todo el coche se quedó en silencio, salvo Carlton, que empezó a maldecir en árabe.

Carlton volvió a darle al arranque, sin éxito, y empezó a golpear el volante.

-Esto pasar siempre, pero no preocupar. Yo arrancar ahora -prometió, mientras continuaba intentándolo.

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20/07/2021, 14:20
Mayor McDuncan

Al menos la discursión no fue para tanto y logramos entendernos enseguida. Y lo mejor era que no hubo ni una orden de por medio. Me costó no sacar a la mayor, pero debía dejarla junto al avión. Y a nuestro regreso, dejé que Rick llevase los pantalones y fuese quien debía: el marido. - Necesitamos esas alianzas.

Y cuando el teniente se sentó junto a Harry, yo miré al detective. - Tranquilo señor Blackhorn. He hablado con Rick y tenemos que tomarnos el "matrimonio" en serio. Al menos en la parte visible. Así que, a pesar de la vergüenza y... demás, iré en su regazo. - Le dije al hombre antes de subirme en el coche y buscar como sentarme sobre Rick con cuidado y sin morir de vergüenza en el intento.

Jenkins propuso su idea y la verdad era que no me apetecía perder mi equipaje por el camino atándolo de cualquier manera. Pero no dije nada. "Mi esposo" ya había dictaminado que haríamos y salvo que él mismo cambiase de opinión, así quedaría todo.

Me acoplé como pude a su cuerpo y se me notaba tensa. Estaba claro que no estaba acostumbrada a esas cosas en público y menos aún con él. Suspiré y traté de relajarme un poco, porque sabía que mi tensión acabaría haciéndole polvo el cuerpo y me recosté con cuidado sobre él. - ¿Así voy bien o me tengo que mover? ¿No sé, te molestan mis piernas o mi espalda? - Le pregunté. Encima que hacía de sillón, no quería entorpecerle y que acabase molesto.

A fin de cuentas seguía siendo mi teniente y debía velar por él, no crearle una lesión.

Y el vehículo se caló y negué con la cabeza al ver que no arrancaba. Ya lo estaba viendo. Ahora que pillaba la postura, nos tocaría bajar y empujar. Pensar en eso me hizo sonreír y me relajó un poco más y sin casi darme cuenta, apoyaba mi espalda por completo sobre el cuerpo de Rick y mi cabeza quedaba junto a la suya.

Mientras el hombre trataba de arrancar no pude evitar preguntarle. - Señor Smith. ¿Un sitio barato donde vendan joyas? Nada caro ni especial. - Total, era todo una farsa. ¿Para qué gastar de más? Quizás hablar con normalidad me relajase y me olvidase de que estaba sentada sobre un hombre, aunque sintiese la respiración del mismo en mi espalda y su aliento en mi cuello.

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20/07/2021, 14:38
Sgto. Harry Blackhorn

No entendía nada. Si ella misma se había propuesto para ir así, ¿para que hacerla ir delante? Se me notó la cara de fatidio cuando el teniente dijo lo de que las mujeres fuesen delante juntas y miré a ambos como se alejaban, al tiempo que la mayor tiraba de la mano del hombre. Me hubiese gustado saber que decían, pero si se habían alejado tanto era por algo.

Mientras decidían si venían o no, permanecí sentado dentro del coche, algo incómodo debido de nuevo a mi altura y el hueco que había. La verdad es que, mirándolo bien, dudaba que aquella mujer pudiese sentarse sobre mí y sobre el teniente. Iba a quedar inclinada hacia un lado y cargando todo el peso sobre la pierna de Rick.

Quizás la idea del hombre no fuese tan mala a fin de cuentas.

Y no tardaron en volver, pero algo había cambiado. El teniente era ahora quien mandaba y ella la sumisa esposa o esa impresión me daban. ¿Realmente serían capaces de mantener ese rol? Así que cuando Rick dijo donde irían ellos guardé silencio y simplemente asentí con la cabeza ante las explicaciones de Mac. Hubiese hablado, pero sabiendo el carácter del teniente y si ahora había asumido el rol de marido y además celoso, cualquiera abría la boca.

Me acomodé dejándoles sitio y a la espera de que viniesen a sentarse por el otro lado, dejé descansar mi mochila sobre mi regazo. El viaje iba a ser largo y al final sería pesado para el teniente, sin duda llegaríamos todos sudando y con ganas de una ducha, no de ver a nadie. Pero cada uno parecía tener algo distinto en mente.

Yo prefería ir a dejar las maletas, solucionar el tema del alojamiento y luego ver que hacer, pero era el que menos pintaba allí... a fin de cuentas me había colado en aquella fiesta y mi papel no estaba definido para ellos, aunque yo si tenía claro que hacía en aquel lugar y cual era mi misión.

Una que nadie entendería.

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20/07/2021, 19:51
Rick "Jester" Heatherly

La sopa estaba muy aguada para mi gusto, algo que entendía perfectamente, puesto que cocinaba para muchos y no había demasiado con qué enriquecerla. Pero a mí me daba lo mismo. Lo que necesitaba era algo ligeramente denso para llenar el estómago y que estuviese caliente para que mi cuerpo volviese a activarse, y con el primer sorbo, es justo lo que conseguí. Me agarré a esa sensación y dejé que se extendiera por todo mi cuerpo y después miré a Sarah.

-No vas a perder puntos por eso, tranquila. Es sopa y está caliente. No pido más que eso -le dije, lo cual era completamente cierto. Otra cosa es que fuese a un restaurante y me ofrecieran la sopa. En ese caso, creo que iniciaría un ayuno voluntario.

Pero allí la cuestión no era esa, sino conocer un poco más de aquella extraordinaria chica, que curaba y alimentaba a los enfermos, al menos a mí, y encima hablaba ruso. Eso no era una característica propia de alguien sin cerebro, sino justo lo opuesto, de una persona que deseaba mejorar y que tenía una enorme capacidad de aprendizaje.

-Si hay algo que caracterice a los rusos es que consideran a las mujeres tan fuertes y hábiles como a los hombres, de ahí que te traten con la camaradería que nuestros compatriotas te niegan. Aquí una mujer está luchando codo con codo con los hombres. En los "Estados", parece que solo servís para dos cosas, dos nada más. Me pone enfermo la hipocresía que tienen algunos. No hay soldados, cuando son capaces de luchar como cualquiera; no hay médicos, cuando tú misma has demostrado que tus manos sirven para curar; ni diplomáticos siquiera, no sé si es que pensarán... bueno, no sé si lo harán -expliqué tomando otro par de sorbos.

Pero entendía que quisiera hablar conmigo, antes que con un ruso. Era alguien que compartía una nacionalidad, una manera de vivir, y también alguien cercano. Yo también me sentía así.

Qué difícil era en aquellos días, hablar y confiar el uno en el otro sin conocernos, y sin embargo, conseguimos hacerlo, lo que le dio un nuevo valor a nuestra confianza. Los dos nos necesitábamos en formas diferentes, pero nos necesitábamos. Ella estaba falta de cariño y confianza, de un hombro en quien apoyarse y una mano que la sostuviera. Yo, en cambio, simplemente me había enamorado de ella en un flash y ahora no podía ignorarla. Algo en mi interior repetía que quizás fuese algo caprichoso, el acaramelamiento clásico de soldado-enfermera, pero al mismo tiempo, mi instinto gritaba algo diferente; de pasajero, nada de nada.

La caricia que me dio en su mano no me pasó desapercibida. Me hubiera gustado abrazarla, pero era obvio que no podía hacerlo, aunque cuando vi que temblaba, entonces me pregunté si no debía hacerlo.

¿Para qué están los amigos?, dijo Rick.

ES que tú no la quieres como amiga, replicó Jester.

En ese momento, todos oímos el sonido agudo de una bomba acercándose , lo que significaba que dentro de escasos segundos, explotaría, si no allí mismo, muy cerca del hospital de campaña, así que ahora sí, me abalancé sobre ella y la abracé con fuerza.

La bomba no nos dio de lleno, pero sacudió todo el lugar, haciendo que las camas de bambolearan de un lado a otro y que multitud de gritos se mezclaran con objetos cayendo al suelo.

-Vaya, esa ha estado cerca -pensé, separándome de ella y quedándome a escasos milímetros de sus labios.

Ay, cuántos años más tardaría en besarlos. 

Notas de juego

Flashback

Lugar: Rusia

Año: 1922

Escena atemporal.

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20/07/2021, 21:02
Marion Rosenwood

Tome asiento junto a Carlton sin llegar a comprender a que venía tanto dilema con la logística para subir al auto, el cuál había visto cargando con mucha más gente y mucho menos exigente con quien sentaba sus posaderas sobre quien.

-por experiencia pasadas les aseguro que atrás pueden ir sentados cuatro pasajeros un tanto apretados, ya que el señor y la señora Heatherly viajan juntos – hablaba girada con el brazo apoyado en el respaldo para ver a unos y a otros con la puerta abierta – junto al señor Blackhorn aun habría espacio para dos más si no les importa el calor extra, que también podrían viajar sentados en el suelo del vehículo pues es espacioso – luego preste atención a ruso que se mantenía al margen de todo como siempre – Nikolai si usted gusta hay sitio junto a mi – señale palmeando el espacio libre a mi lado – y si Corvin y Colton insisten en viajar en el exterior...- di una mirada a Smith mientras se peleaba con el arranque y me incline a abrir la guantera – tengan van a necesitarlas – les dije tendiéndoles un par de gafas de aviador a cada uno – eso salvaran sus ojos durante el viaje y procuren no abrir mucho la boca

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20/07/2021, 21:04
Carlton Smith

En ese momento, tras múltiples protestas por parte de Carlton, el coche pareció querer arrancar de nuevo y el motor comenzó a resurgir de sus cenizas. El coche entero retumbó y tembló, y tras un par de petardazos del motor, pareció estabilizarse lo suficiente.

-¿Ven? Decir que conseguiría. Bueno, ¿a dónde vamos? ¿Hotel o museo? ¿Señorita Marion... ?

Carlton se volvió hacia Marion, que se había acabado sentando a su lado. Solo faltaba el ruso por acomodarse, que a este paso iba a tener que ir sobre el techo del coche.

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20/07/2021, 21:33
Marion Rosenwood

-no dude ni un instante en que lo lograría - felicite posando apretando con cariño el antebrazo de mi amigo antes de palmear el salpicadero del coche - ¿cuando no ha fallado esta belleza? - señale sonriente a la espera que los indecisos escogieran como viajar, recibiendo en ese momento la pregunta de Carlton con una sonrisa serena – al hotel querido, creo que mis acompañantes necesitan refrescarse – y en la mirada que le dedique, antes de reposar ambas manos sobre la bolsa en mi regazo, le decía que esa sería solo la primera parada

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20/07/2021, 21:40
Marion Rosenwood
Sólo para el director

Notas de juego

Lo cierto es que la intención de Marion es dejarlos en el hotel y que la lleve al Museo por su cuenta, aunque eso pueda significar precipitar su muerte X_D

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21/07/2021, 07:57
Mayor McDuncan

- La sopa está caliente... mi marido tiene razón, no sirvo ni para cocinar. - Pensé al escuchar la opinión de Rick sobre la misma. La había cocinado para los dos, solo para nosotros. Nadie más en el campamento cenaría algo igual y solo saqué esa crítica. - Esto es un error. Estoy poniendo demasiadas esperanzas en él. - Me dije a mí misma haciéndome más daño que los comentarios y capulladas que me soltaban los soldados heridos.

- La verdad es que tampoco sabría en que gastar esos puntos. - Le respondí con cierta inocencia en mis palabras. Había sido yo quien había realizado el comentario inicialmente pero... sabía lo que pasaría. Se curaría y volvería al frente y no volvería a verle nunca más. Me estaba dejando llevar por lo que necesitaba y anhelaba y eso era peligroso.

Y se puso a hablar de ls rusos y de como veían a las mujeres y a cada palabra suya asentía con la cabeza y le sonreía. Su mente estaba más abierta que la de la mayoría de los soldados que había conocido y sus ojos reflejaban la sinceridad de sus pensamientos. Ojos que me habían vuelto a hipnotizar y conseguir que le mirase como una tonta, dejando de comer la sopa.

Mi cabeza empezó a divagar, a verme con él paseando de la mano, en otro lugar, ir al cine juntos, conocernos más, sentir su cálido abrazo y, cuando estuviésemos preparados, sentir ese primer beso entre ambos. Pero no podía olvidar que yo estaba casada y, aunque no quisiera volver a ver a ese hombre, las normas del ejército eran muy claras al respecto. Yo podría ejercer de enfermera civil, porque eso no podrían quitármelo jamás. Pero él... se veía que llevaba en la sangre la vida militar y dudaba que lo llevase bien... y podría terminar como John, aferrándose a una botella, culparme a mí de todo y levantándome la mano, día sí, noche también.

No sabía que era peor, si el miedo o el deseo en aquel momento.

- Bueno, en mi caso, para una... - Le respondí cuando pude reaccionar. - ... ya has visto que cocinar no es lo mío. Así que ya he perdido el 50% de lo que se espera de una americana media. - Le dije con media sonrisa, en un tono que no quedaba del todo claro si era broma o lastimero. - Pero me gusta tu forma de pensar y ver las cosas. Ojalá hubiese más gente como tú... pero como no es así, me alegro de haberte conocido Rick... y más aún de que me obliguen a estar a tu lado. - Le sonreí tímidamente y sentí el rubor alzarse en mis mejillas, obligándome a apartar la mirada. Quizás me había excedido con esas palabras o veía en él a alguien especial.

Alguien capaz de darle una patada a la puerta de mi corazón y entrar en él de lleno.

Y en ese momento se escuchó como caía una bomba y miré a Rick con miedo. Pero él no dudó. Lanzó el plato de sopa y aún sigo sin saber como, saltó sobre mí, protegiéndome con su cuerpo y derramando mi sopa y la suya sobre mi cuerpo. Asustada y sobre el colchón de lana que amortiguó gran parte de aquel salto, a la par que empapada por la sopa, me abracé a Rick con todas mis fuerzas.

La explosión no se hizo esperar y mi cuerpo rompió a temblar con más fuerza. No sabía si era por tener a aquel hombre con aquel fino camisón sobre mí o por lo cerca que había caído, pues varias cosas cayeron al suelo por la onda expansiva. Y Rick se separó de mí cuando todo quedó en calma y le miré a los ojos. Sus labios estaban tan cerca de los míos que podía sentir su aliento en mi rostro. Los miré un instante, quería besarlos. Necesitaba besarle, pero... ¿y si me rechazaba?

Dudo que soportase esa vergüenza.

Acaricié su rostro mientras nos manteníamos así. - No hay uno sin dos... - Le susurré, dándole vía libre a que me besase. Y en ese momento sonó una segunda bomba cayendo y me aferré de nuevo a él con fuerza, hundiendo mi cabeza sobre su hombro y colocando mi mano sobre la suya, atrayéndole hacia mí. Esta vez sonó más lejana la explosión y a penas se notó.

- Deben estar intentando volar el puente que hay más adelante, para cortar los suministros que puedan llegar a la ciudad y al campamento. - Le dije a Rick. - Se supone que hay un tratado donde no se pueden atacar las bases médicas y creo que la otra vez se equivocaron de coordenadas o el que dirigía el ataque era un malnacido y optó por bombardear esta zona en lugar del puente. - No le soltaba, no le dejaba separse de mí. Temblaba de miedo. Era evidente que no había entrado en combate nunca y que el bombardeo que sufrimos anteriormente me había dejado huella.

Instantes después, más tranquila, le fui soltando. - Si no te gustaba la sopa podías habérmelo dicho. - Le susurré nerviosa con una sonrisa al empezar a pensar en lo comprometido de la postura en el suelo. - No hacía falta que me tirases las dos encima. - Bromeé como pude. - Ya veré que puedo cocinarte mañana... y te dejaré solo con ello, así no me lo tirarás encima si no te gusta. - Quería quitarle hierro al asunto y más aún que olvidase la frase que se repetía en mi cabeza.

- No hay uno sin dos. - ¿Cómo me atreví a pedírselo así?

Las explosiones sonaron cada vez más lejanas. Algunos hombres llamaban a las enfermeras y yo tenía clara dos cosas: la primera que mi paciente estaba sobre mí y la segunda que no debía atenderles salvo que el doctor me diese una contra orden.

En ese momento se escuchó al gracioso de turno. - ¡Mirad al sargento! ¡Ese sí que sabe y no pierde el tiempo! - Y me ruboricé por completo y aparté mi mirada de Rick de nuevo. Las voces de algunos hombres alentando al sargento a seguir se oían sobre las peticiones de ayuda y yo me moría de vergüenza, porque me daba cuenta de que quería que pasase.

Sólo con él.

- Deberías volver a la cama y yo ver si se te ha saltado algún punto... - Le dije nerviosa entre las voces de los hombres. - Luego iré a cambiarme y a ver si puedo secar un poco mi colchón... o dormiré sobre mojado esta noche. - Me lamenté. Una parte de  mí estaba feliz por el abrazo e incluso por aquel descubrimiento que me hizo desear a Rick. Por otro, comenzó la incertidumbre y el temor de que se enterase y o bien se aprovechase de mí y me dejase de lado o de que me rechazase. No sabía cual de las dos opciones me dolería más al final.

Notas de juego

Flashback

Lugar: Rusia

Año: 1922

Escena atemporal.

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21/07/2021, 11:04
Nikolai Vladiminovich

Ahora la discusión era por el auto que había traído el orondo árabe, contacto de la señorita Rosenwood, y por cómo colocarnos. Definitivamente decidí hacerme unos tapones de cera para los oídos en cuanto tuviera ocasión. Mi integridad psíquica dependía de ello. Esperé pacientemente a que cada uno dijera dónde o cómo quería ir, hasta que solo quedé yo. Miré a Marion cuando me comentó de sentarme con ella, pero decliné la oferta, ya que lo más sensato era que fuera la mayor McDuncan.

-"Crrreo que zerrría mejorrr que la mayorrr fuerrra con uzted delante."

Viendo que solo quedaba sentarme o acoplarme detrás, en algún hueco que hubiera, intenté meterme y quedarme en el primer hueco que estuviera libre. Era bastante delgado, así que no creo que tuviera problema en aposentar mis posaderas en algún sitio.

-"Perrrdón zeñorrrez, perrrdón." Dije cuando pisé varios pies al entrar.

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21/07/2021, 12:07
DIRECTORA

Con el coche ya en marcha y todos a bordo, apretados pero algunos mejor que otros, Carlton aceleró de repente, haciendo que todos os vieseis empujados hacia atrás como si marchaseis en un cohete. 

El coche se alejó de las pistas, recorriendo el espacio que había entre las mismas y la ciudad, aunque dando pequeños saltos, a causa de una carretera medianamente lisa. Por aquel camino circulaban camellos y caballos, por lo que las ruedas aplastaban continuamente todo lo que el ganado iba soltando de camino a la ciudad, mejorando así la calidad aromática del aire que os rodeaba.

Carlton no se inmutaba. Actuaba como si todo fuese algo habitual para él; de vez en cuando maldecía en árabe por tener que esquivar a pequeñas caravanas de camellos, e incluso rebaños de ganado, pero nada del oro mundo.

Cuando llegasteis a la ciudad, empezasteis a circular por callejones estrechos, en los cuales debíais deteneros continuamente antes de proseguir, porque había gente por todos lados.

-Haber algunas tiendas, pero no aquí, sino en barrios más distintos. Aquí no buenos, no buenos, pero haber muchos malos en mercados -le respondió a la Mayor, en relación a lo del anillo.

Quizás debíais ir de mercadillos a buscarlos.

Mientras tanto, lo importante era poder seguir avanzando, lo cual no resultaba nada sencillo.

-Esta gente no entender que somos importantes -protestó Carlton, antes de de hacer gestos ostensibles con la mano para exigir que dejasen el camino libre, además de replicar lo mismo que le decían a él.

Finalmente, os detuvisteis en un viejo edificio que no tenía muy buen aspecto. Una mujer se asomó para limpiar una alfombra y todo el polvo y la arena sobre vosotros.

Carlton apagó el motor y bajó del vehículo.

-Aquí ser el hotel Pirámides. Muy lujoso. Muy lujoso. Pero yo no guardar más que dos habitaciones, sentir mucho. Pero seguro que haber más. Seguro que haber más.

Obviamente, de lujoso no tenía nada, pero parecía no haber nada mejor por allí. Carlton entró directamente, mostrando así el camino.

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21/07/2021, 12:27
Rick "Jester" Heatherly

¡¡Por fin!!

Daba la sensación de que había que acordarlo todo en aquella misión, y lo que tenía que haber sido una marcha rápida hacia el hotel, se había transformado en una carrera de sacos, como si dijésemos.

-Estoy perfectamente, Sarah -le respondí, intentando parecer indiferente. 

Mientras nos acercábamos a la ciudad y después, circulábamos por aquellos callejones de mala muerte, tener a Sarah entre mis brazos era lo único que me importaba. El resto, podía esperar, puesto que además, tampoco me resultaba especialmente interesante. Lo que si extraje era que aquella misión acababa de empezar y que nosotros dos no teníamos nada que hacer en el museo. Quizás pudiésemos aprovechar para movernos por nuestra cuenta, explorar la zona y al mismo tiempo, conseguir ese par de anillos que nos hacían falta para mantener nuestra tapadera.

Había estado en lugares peores, los dos lo habíamos hecho, pero allí no había nada que me estimulase en lo más mínimo. No conocía como era la gente de aquellas tierras, pero estaba por ver si su sentido del honor y disciplina era como por ejemplo, el de los rusos. Desde luego, si tenía que guiarme por la apariencia de los edificios, mejor no esperaba gran cosa.

Tras un buen puñado de botes, llegamos a lo que Smith consideraba un buen hotel, aunque nada más echarle un vistazo, miré a los demás, encontrándome miradas similares.

Si aquello era un hotel, yo era general.

-Vaya, se ve que se han gastado todo el dinero en el interior -comenté, sabiendo que evidentemente, no habría sido así. Lo que veíamos por fuera quizás fuese lo mejor de todo.

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21/07/2021, 12:54
Rick "Jester" Heatherly

Sentir a Sarah en mi regazo no era lo más recomendable en aquellos momentos. Lo último que necesitaba era que la excitación que sentía casi permanentemente por ella, se disparase a causa del contacto directo. De hecho, nada más sentarse, noté como mi miembro reaccionaba con fuerza y rapidez. Obviamente, era consciente de que Sarah se daría cuenta, y lo peor era que no podía hacer nada que dejara entrever lo que me sucedía.

Entrelacé mis dedos alrededor de su cintura y miré distraído al exterior, intentando que mi inflamación descendiese. Lo que más necesitaba era llegar al cuarto y abrazarla y amarla, pero no podía dar por hecho que tuviésemos la oportunidad, puesto que no sabíamos si íbamos a estar solos en la habitación, o no.

Pero al menos, quizás si que pudiésemos pasear como una verdadera pareja, buscando nuestros anillos, y ya me encargaría yo de que no fuesen cualquier baratija que hubiese en el mercado.

Cuando llegamos, procuré dejar que se bajase con cuidado, rozándome lo menos posible, porque no me hacía falta demasiado para perder completamente el control, a causa de la enorme presión que sentía.

-¿Has estado cómoda? -le pregunté en voz baja -. Yo... demasiado.

Miré hacia abajo y como mi erección descendía ligeramente. Quizás ya pudiera levantarme, así que lo hice, teniendo cuidado para que nadie viese más de lo que debía.

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21/07/2021, 13:10
Mayor McDuncan

Nadie más, excepto Rick y yo, supimos lo que supuso aquel viaje en coche para ambos. Cuando Smith arrancó por fin el coche y el ruso se sentó atrás, el teniente me abrazó para que no acabase yéndome hacia donde no debía. Su cabeza estaba junto a la ventanilla y la mía cubría la suya.

Me moría por besarle o acariciar sus manos, pero era algo que no debía hacer con ese público delante. Así pues me agarré donde pude en el coche y la inercia del viaje hizo el resto. Bueno, eso y la abstinencia de dos días de vuelo, donde a penas pudimos tocarnos. Eso hizo que el miembro de Rick despertase al sentirme sobre él.

Tuve que morderme los labios y mirar por la ventanilla al sentir lo que ocurría allí abajo al tiempo que me arrepentía enormemente de llevar pantalones. De ser algún vestido, seguramente hubiese intentado que entrase entera. La amortiguación del coche y el estado de la carretera se encargarían del resto.

Pero no fue así y tuve que contentarme y excitarme con lo que había, sintiendo como Rick de vez en cuando atraía mi cuerpo hacia él o empujaba su pelvis contra mí, confirmando así que ambos necesitábamos nuestro tiempo y soledad para amarnos.

Pero todo aquello terminó al llegar a la ciudad. Al reducir la velocidad, al no tener baches, la fuerza de Rick, a pesar de las ganas, se fue perdiendo. Algo bueno también porque sino nos costaría explicar porqué salía del coche en ese estado y yo no había dicho nada al respecto. Pero aún así podía sentirle, por lo que su fogosidad no había acabado.

- Más de lo que piensas. - Le susurré a su pregunta distraídamente mirando por la ventana, para luego descender del coche como si nada hubiese pasado.

Notas de juego

El viaje en coche hasta El Cairo

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21/07/2021, 13:16
Mayor McDuncan

El viaje fue apestoso, silencioso y aburrido. Encima el ruso ni se había enterado de que no iría alante con Marion, sino que "mi marido" había dictaminado donde me tocaba ir además de que allí no sería mayor. - Al final los civiles la liarán y la culpa será nuestra.

Quizás lo mejor era lanzar una bomba de humo y desaparecer. Total, ¿qué hacíamos allí? Los expertos eran ellos. Yo no tenía nada que hablar ni preguntar al tipo del diario y para ver a momias ya tenía a Nikolai cerca. Nuestra materia era otra y dudaba que visitar un museo fuese algo peligroso. Además, Jenkins ya había dicho que sabía usar un arma, así que ya tenían defensa.

Éramos Rick y yo los que necesitábamos asegurar nuestra coartada y los anillos eran fundamentales. Pero antes, había que hacerse con las habitaciones disponibles y dejar allí las maletas.

Salí del coche nada más parar y miré el "hotel de lujo". Si eso era así, Rick y yo estábamos casados de verdad. Ya que Marion se encargaba de la logística y Jenkins del dinero, el asunto de las habitaciones era suyo. - Recuerden, la nuestra con un sofá o en su defecto dos camas. - Conocía a matrimonios que no dormían en una cama grande, sino que usaban camas separadas, así que nadie debía sorprenderse por eso. Además, solo el grupo sabía que lo de Rick y mío era una farsa.

Luego miré al ruso. - G-n Nikolay, zovite menya Mad ili missis Heatherly. Zabud' nazyvat' menya mayorom vo vremya nashego prebyvaniya v Kaire, yesli ne khochesh', chtoby oni nas ubili1. - Le dije en perfecto ruso. Sólo se me notaba el acento americano y no demasiado. Entonces miré a todos. - Lo lamento, se que es de mala educación, pero hay cosas que es mejor que queden entre dos. - Sobre todo cuando uno de ellos no se entera.

Luego fui al maletero del coche, para recoger mi maleta.

- Señor Colton, ¿qué tal si se toma el día libre? Quizás le apetezca ir al museo a curiosear... - Y hacer de guardaespaldas de los "empollones" - ... o dar una vuelta por ahí, o descansar en su cuarto cuando lo tenga. A fin de cuentas, el viaje ha sido largo y pesado para todos. - Resumiendo, le estaba dando permiso de un día de la manera más discreta posible. El hotel sería nuestro cuartel general o lugar de encuentro. Pero nada debía salir mal en aquel sitio. Total, no éramos más que un grupo de turistas más en una ciudad que recogía cientos de ellos a lo largo de cada semana.

Notas de juego

1 Señor Nikolai, llámeme Mac o señora Heatherly. Olvídese de llamarme mayor durante nuestra estancia en El Cairo, si no quiere que nos maten.

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21/07/2021, 13:52
Jack Colton

Aquel lugar daba auténtico asco. Mira que había visto sitios en mi vida que era mejor no visitar dos veces, ni una, ya que estábamos, pero aquel....

Olía a boñiga de camello por todas partes, y como las calles eran tan estrechas, me tragué más de una tela que estaba tendida al sol, por lo que a poco que me hubiera esforzado, habría terminado vestido de árabe sin proponérmelo.

De vez en cuando miraba a Corvin, que iba en el lado opuesto, pero la verdad es que entre las veces que tenía que agarrarme con fuerza para no caerme, y la de trapos que iba soltando por el camino, a medida que iba recogiéndolos, no disponía de mucho tiempo para nada más.

Cuando por fin llegamos, casi hubiera deseado quedarme en el avión.

-Eh, ¿no podría quedarme en el avión? Creo que estaré mejor allí -comenté, mientras me bajaba.

Recogí el petate con desgana, mientras contemplaba la fachada, y me acerqué a Smith. 

-Oiga, ¿y por aquí cerca no habría un lugar en donde tomar una copa? -pregunté, sabiendo que además, sería difícil pero que si alguien conocía dónde, ese debía ser Smith.

Y en eso, antes de que me respondiera, la Mayor hasta se mostró simpática. No acababa de entenderlo muy bien y me sonaba más bien a que deseaba quitarme de en medio.

-Claro... Mac. En cuanto suelte las cosas, creo que me iré a dar una vuelta, ya que me permite -le respondí. También sabía que los demás tendrían que ir al museo, por lo que quizás fuese divertido acercarse a ver qué había por allí.

Lo que estaba claro era que no quería a nadie a su alrededor, salvo el Teniente, claro.

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21/07/2021, 14:05
Sgto. Harry Blackhorn

Descendí del coche y lo primero que hice fue estirarme y ponerme de puntillas. Odiaba aquellos trastos que me hacían encogerme de aquella manera. Pero al fin habíamos llegado a mierdalandia. Fueses donde fueses a pestaba a mierda. Miré mi mochila y sonreí. - Al menos no podrán decir que no admiten mascotas. Dudo que haya diferencia de olor entre fuera y dentro. - Luego miré la mochila. - Creo que te sentirás como en casa, haciendo lo que te de la gana, Bob. - Y acaricié la mochila por fuera antes de ir a por mi maleta.

Me resultó sorprendente que aquella mujer hablase en ruso y parecía que bastante fluído. Tenía entendido que era un idioma muy complicado de aprender. - ¿Estuvo en Rusia, Mac? - Pregunté con curiosidad a la mujer. Seguramente sí. Después de la Guerra Mundial hubo una Guerra Civil en Rusia donde quisieron meterme, pero me salí a tiempo a la reserva y al final no tiraron de mí. Entonces cerré los ojos, pensando en si aquello se lo había preguntado antes o no.

Miré a Marion, quien parecía que iba a encargarse de organizarlo todo. - No diga que llevo un gato conmigo ni que lo voy a soltar en cuanto tenga mi habitación, a ser posible solo y con la cama larga... siempre me cuelgan lo pies desde los tobillos como poco y las sábanas se me quedan cortas.

Y es que era demasiado alto para según que sitios.

- Supongo que mejor que hable una sola persona y no todos a la vez, así estaremos mejor organizados. - Añadí por si se ponía quisquillosa por algo. La verdad era que no la conocía y no estaba seguro si se dejaría conocer. Y busqué un sitio a la sombra, para esperar a que entrásemos todos, mientras era testigo de como la mayor le daba el día libre a Colton y este solo pensaba en beber. ¡Menudo desperdicio! ¡Eso lo puedes hacer en casa! - Creo que yo iré al museo en cuanto solucionesmos lo de las habitaciones. Al menos me entretendré con la visita mientras ustedes... hacen lo que tengan que hacer allí.

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21/07/2021, 15:40
Alex Corvin

El viaje no fue agradable, si no llega a ser por las gafas de aviador seguramente me habría quedado ciego en el trayecto porque entre arena, bichos varios y todos los obstáculos de estas estrechas calles que se cruzaron cerca de mi cara las posibilidades habrían sido muy altas. Le devuelvo las gafas a Marion y se lo agradezco simplemente:

- Gracias por las gafas. 

El hotel era claramente como me lo había imaginado en una misión del gobierno. Sin ningún tipo de lujo, y ahorrando hasta el último penique gastado y obviando cosas como la salubridad y el descanso de sus agentes. Miré para la fachada con cierto temor a que se desprendiese parte de ella pero parece que aguanta, el hotel es más resistente de lo que pueda parecer a simple vista.

- La verdad es que he dormido en sitios peores, así que elijamos catre y luego vayamos al tajo. 

Escucho a Colton decir lo de quedarse en el avión y hasta no me parece mala idea, salvo que queda demasiado lejos. Esperemos que al menos si comparto habitación no ronquen demasiado mis compañeros de cuarto.

- Si va a dar una vuelta iré con usted Colton, creo que nos vendrá bien ver que rodea al hotel y me interesa sobre todo a qué se puede acceder desde el mismo.

Si nos cogían dentro las paredes no creo que aguantaran un par de disparos. Es mejor conocer la zona y saber por donde huir llegado el momento. Donde hay coches que se puedan robar, incluso si hay caballos o camellos.

Desde donde estaba no podía ver el tejado del hotel, pero parecía estar a la misma altura que los edificios circundantes, podría ser un buen punto de huida para el grupo llegado el caso. Pero si algo malo sucediera no podríamos huir todos juntos así que al menos necesitaríamos un par de rutas de escape. Eso maximizaría nuestras posibilidades de supervivencia, si no nos mata el hotel claro está.

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21/07/2021, 19:15
Rick "Jester" Heatherly

Mi mandíbula se endureció al oír aquella manera de hablar que tenía de ella misma. Sentí ganas de decirle muchas más cosas de las que debía, y que sin duda podían ser interpretadas de manera equivocada. En más de una ocasión, por ser brutalmente honesto, me había encontrado con un "no te metas en donde no te llaman" o "por qué no te ocupas de tus propios asuntos", y lo peor no era lo que me decían, sino sus rostros, desfigurados por la rabia, que no era más que el reflejo de cómo se sentían en realidad: derrotados.

La bomba interrumpió cualquier posibilidad de que hablara, salvándome por el momento de meter la pata. Había un momento para cada cosa, y mi relación con aquella chica avanzaba a pasos agigantados, demasiado deprisa, como para que pudiera entender bien cómo era yo en realidad.

No podía solucionarle la vida en un abrir y cerrar de ojos, pero sí que podía estar a su lado para cuando me necesitara.

Cuando ambos nos miramos a los ojos, tras abrazarnos para cubrirnos, hubo un momento en el cual creo que los dos pensamos en dar el siguiente paso. Su mano acarició mi rostro y después de sus palabras, por unos segundos, recuerdo que me imaginé a mí mismo con ella, en otro lugar y haciendo otra clase de cosas, sencillas, como pasear, mirar escaparates y besarnos felices mientras veíamos como encendían uel árbol de navidad gigante de Times Square. No sabía por qué, pero me había imaginado en esa época, quizás porque siempre me habían vendido que se trataba de tiempos para disfrutar de la gente a quien querías. 

Pero fue solo un instante, porque otra bomba volvió a caer y a obligarnos a cubrirnos

-Seguramente- le respondí, de acuerdo con su apreciación -. Los tratados se firman en papel mojado, Sarah. Lo único que importa en una guerra es ganarla y eso de no atacar heridos son tonterías para la gente de arriba. No para nosotros, que convivimos con el horror, pero para ellos sí, que solo ven números en un maldito informe.

Mi ira no me permitió darme cuenta de que Sarah estaba temblando. Cuando lo hice, fue porque quería separarme de ella para volver a mirarla a los ojos y no podía; no me dejaba. En aquellos momentos solo pensaba en que podía tener miedo de que nos cayese una bomba encima, pero ahora, al recordarlo, pienso que también había otro elemento más. Soltarme equivalía a volver a su vida tal y como era; yo representaba algo así como un oasis en mitad de su vida llena de maldad y desesperación. Quién no temblaría ante el temor de adentrarse en un desierto en el cual sabías que casi con toda probabilidad, no encontrarías agua.

Pero tonto de mí, solo lo relacioné con la caída de la bomba.

-Eh, no estés nerviosa. Esa ni tan siquiera nos ha rozado. Es verdad que tengo mucho magnetismo pero en este caso, intentaré no atraer ninguna más -bromeé.

Y ella bromeó entonces con la cuestión de la sopa, que habíamos derramado por todas partes.

-Pues ya ves. Yo había decidido bebérmela de un trago, solo que no especifiqué por dónde -repliqué, echándome a reír -. Lo de mañana que sea sólido, por favor, por si siguen cayendo bombas.

Era fácil hablar con Sarah, aquella chica que estaba tan necesitada de alguien que hablara con ella y la ayudase en los malos momentos. Ella no necesitaba un amante, sino un amigo, pensé. ¿Cómo podía haberme atrevido a pensar aquello? Recuerdo que me tildé a mí mismo de egoísta y me prometí que no iba a volver a ocurrir. No podía dejar que mi instinto venciese a mi humanidad. 

Por supuesto, mientras todo aquello ocurría y mis pensamientos bullían en mi cabeza, saltó el soldado de turno, con las tonterías de costumbre. En otra circunstancia, no me habría molestado, pero teniendo en cuenta lo frágil que estaba Sarah, me lo tomé muy en serio.

-Soldado, cierre la boca si no quiere que lo haga yo con una de mis botas de reglamento -le dije, haciendo que sonara como una orden, lo que era justamente.

Pero ya era tarde. Sarah se apartó de mí y se puso en pie, nerviosa por la situación que se había creado.

¡Malditos niñatos!

-Lo que debería hacer, Sarah, es descansar un poco y no dejar que estos imbéciles le hagan sentir mal. Son buenos chicos, pero eso no quita que de vez en cuando, haya que leerles la cartilla. Así que a descansar, enfermera. Yo la esperaré aquí a que vuelva.

Esperaré a que vuelva...

Aquellas palabras sonaron premonitorias, aunque yo no lo supiera. Esperar a la persona que amas es lo más duro del mundo, más cuando sabes que jamás lograrás tu objetivo.  Yo en aquel momento, había decidido ayudar a Sarah en todo cuanto pudiera y dejar de lado lo que sentía, porque lo más importante era comportarme como un ser humano. Recuerdo pensar en ello, mientras las bombas continuaban cayendo a nuestro alrededor y yo cerraba los ojos para intentar dormir otro poco.

No sabía que en poco tiempo, todo el lugar se iría al infierno.

Notas de juego

Flashback

Lugar: Rusia

Año: 1922

Escena atemporal.