Partida Rol por web

Expedición a la Tierra Hueca

2. EL CAIRO

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18/07/2021, 17:40
Gareth Jenkins

Así que finalmente resultó que era ese tipo de oficial, de los que ladran ordenes pero cuando dan con alguien que no se achanta por los galones se marcha para que no la repliquen, y pensar que me había dado una buena impresión de primeras. Nuevamente alcé la voz porque estaba decidido a que los problemas que tuviésemos se resolvieran antes de seguir con la misión, así que la seguí.

Señora, la que tiene los oídos taponados por su propio ego es usted, porque precisamente estoy diciendo que lo que tienen que hacer es meterse en la misión y colaborar activamente, no limitarse a pasearnos y mirar que hacemos como si fueran nuestras jodidas niñeras. Y si tienen que agacharse a recoger una piedra pues lo hacen igual que yo dispararé cuando tenga que hacerlo, porque si se hubiera molestado en fijarse en cualquiera que no tuviese un uniforme puesto o dijese ser militar, se habría dado cuenta que la mayoría somos gente que ha visto un arma de frente más de una vez—. Después de eso desistí de seguirla porque no parecía alguien dispuesta a colaborar, aunque no me había olvidado de la amenaza.

Y si quiere arrestarme adelante, inténtelo. No soy militar, ni soy estadounidense, estamos en un territorio aliado del imperio británico y eso sí que lo soy, británico, porque si no se ha dado cuenta esto es una misión internacional.

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18/07/2021, 19:55
Rick "Jester" Heatherly

Las peleas seguían dentro del avión cuando llegó aquel sujeto, el amigo de la señorita Rosenwood. Sin decir palabra, recogí nuestros petates y seguí a Sarah fuera del avión, aunque estaba claro que la situación distaba de ser normal. Estaba a punto de salir para ir detrás del idiota de Colton, que se había largado el primero, y ese árabe simplón, cuando Jenkins me hizo volverme.

Lo de Colton me importaba una mierda porque era idiota y además él podía defenderse solito. Pero en cuanto a lo de los militares, más le valía tener cuidado. Pero ni siquiera repliqué porque Sarah era mucha Sarah para todos ellos, y para mí también, ya fuese dicho. Sonreí con orgullo y esperé a que Sarah saliese, antes de dejarle el último recado a Garth.

-Señor Jenkins, ya sea o no un protectorado británico, esta misión está bajo control militar, es decir, el nuestro, y antes o después tendrá que responder, como todos, por sus acciones, así que le aconsejo que mida sus palabras y no se convierta en otro "Colton" -le dije, mirando de reojo al original, que ni siquiera estaba escuchando, pues ya se encontraba en tierra.

Una vez abajo, el aire caliente del desierto nos envolvió por todas partes como si quisiera cocernos. En Rusia todo era frío y más frío, pero lo prefería a aquel calor sin igual que nos acompañaría en aquella parte del viaje.

-Señorita Rosenwood, su hombre parece que se marcha, como bien dice Colton. 

Antes de irme, retrocedí ligeramente para despedirme de nuestro piloto.

-Tom, cuida del fuerte hasta nuestro regreso, ¿quieres? -le dije, haciéndole el saludo militar para a continuación, unirme a Sarah y marchar detrás de Smith.

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18/07/2021, 21:01
Gareth Jenkins

Sin duda esperaba alguna replica por parte del teniente, aunque por suerte esta fue mucho más calmada de lo que pensaba, porque si me trataba como lo había hecho con Colton uno de los dos dormiría con menos dientes aquella noche. Pero ya que como tanto les gustaba remarcar era la mano derecha de la mayor y de momento parecía calmado, empecé a caminar a su lado para intentar que uno de los dos me escuchara.

Mire tenien… Jester, “todos” hemos venido para hacer un trabajo y  llegado el momento “todos” responderemos ante quien sea por nuestros actos y por nuestra aportación “o falta de esta” a la misión—. Hice especial hincapié en el todos y en la falta de colaboración, ya que era la mayor quien estaba empecinada diferenciar los asuntos militares de los civiles. —Se lo que es el régimen militar, he recibido órdenes y también las he dado, me he manchado las manos más que de sobra y no me importa volverlo a hacer si es necesario. Pero ahora soy civil, esta es una misión en la que vamos a tener que trabajar juntos militares y civiles, aunque haya a quien le moleste. Lo que estoy pidiendo es precisamente eso, empezar a colaborar y dejar de lado las gilipolleces, porque hasta ahora es lo único que ha hecho este grupo, discutir y soltar gilipolleces. Sé que mis modales no son los de un lord, pero creo que lo que pido es bastante lógico ¿No le parece?

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19/07/2021, 08:47
Rick "Jester" Heatherly

La chica parecía animarse con mis comentarios, casi tanto como sonrojarse, lo que hacía que fuese todavía más hermosa. Quizás el estado en el que me encontraba, unido al hecho de que hacía mucho tiempo que no veía una mujer que no estuviese cubierta por pieles por todas partes y con el rostro quemado por el frío, hacía que su apariencia me resultase extraordinariamente refrescante y embriagadora, pero aunque en aquel momento no me diese cuenta, ahora podía decir, sin temor a equivocarme, que era mucho más que eso.

Jamás había visto a alguien como ella, ni una mujer me había causado tanta impresión como hizo Sarah, por su belleza, su determinación, y sobre todo, aquellas mejillas que se sonrojaban con tanta facilidad.

Obviamente, el capitán no opinaba como yo, pero ya no le respondí, pues no fue necesario. Él debía efectuar una salida honrosa para compensar su estupidez y cualquier cosa que dijese no haría sino empeorar las cosas, pero ya había dejada clara mi postura, y yo jamás me arrepentía de mis decisiones.

Cuando se hubo alejado, miré a la chica.

-Es todo un oficial y caballero, ¿verdad? Por eso yo jamás llegaré a ser oficial. Me temo que tengo demasiado genio -le dije. Ella me miró.. y se disculpó por la palmada.

-Hágalo de nuevo. Me refiero a eso de llamarme Rick. Hacía mucho tiempo que nadie me llamaba por mi nombre. La mayoría de mis hombres suelen llamarme sargento, aunque algunos me llaman otras muchas cosas, pero desde que me marché de casa, nadie me había llamado Rick.

Esa enfermera parecía ahora más vulnerable que nunca y yo sabía de eso. Además, parecía recibir ataques por parte de todos, con frecuencia, por ser mujer y tratar a los heridos.

-Yo creo que lo ha hecho muy bien, así que no le de más vueltas. Nadie me había dado nunca una palmada como lo ha hecho usted, Mac. Y sé que se ocupará bien de mí... y de todos los demás heridos -añadí rápidamente, para que no se me notara tanto que estaba encantado de que fuese a cuidarme.

La observé mientras desaparecía de la tienda, coloqué mis brazos detrás de mi cabeza, aunque tuve que quitarlos porque no había manera de descansar sobre mi trasero, así que tuve que volverme otra vez a colocarme de lado, mirando hacia el soldado que le había soltado aquella bordería a la enfermera.

-¿Está mejor de su inflamación, soldado, o necesita que vaya a extirpársela con un cuchillo? -le pregunté. El soldado me miró y desde luego, tuvo ganas de mandarme a visitar algún lugar exótico, pero se contuvo. Ahora que había visto mi rango, sabía a lo que se exponía -. Me alegro. No me hubiera gustado tener que ensuciarme las manos.

Cuando unos minutos más tarde regresó la enfermera, estaba intentando controlar el dolor como pudiera, y al verla, dibujé una sonrisa exagerada en mi rostro para compensarlo.

-Ah, Mac. ¿Dónde se había metido? Llevo horas esperándole -le dije, viendo que tenía un barreño con agua y una esponja. Eso me hizo sentir incómodo, porque una cosa era lavarme yo mismo y otra que lo hiciese una persona extraña, y por obligación. Entendía que una enfermera actuaba aceptando aquella clase de sacrificios, pero eso no me hacía estar más cómodo. Pero ella había recibido sus órdenes, por lo que intenté que al menos, le resultase lo menos violento posible -. No se preocupe. Haga lo que tenga que hacer que no me quejaré.

Antes incluso de que introdujese sus manos entre mis piernas, ya sentía de nuevo la sangre empujando en el interior de miembro, por lo que en ese momento, mi erección volvía a ser considerable. Era lo que tenía sentir el aire fresco y una mano delicada tocándote. Pude disculparme, o volver a gastar una broma, pero en aquella ocasión prefería mantenerme en silencio y cerrar los ojos hasta que hubo terminado, y solo los abrí cuando le tocó el turno a mi rostro.

Entonces, la miré frente a frente y me di cuenta de que era incluso más bella de lo que había pensado en un principio. Le sonreí de nuevo y aguardé a que terminara completamente.

-Bueno, antes también lo era, quiero decir un paciente, pero dejaré que me ponga lo que necesite. Se lo prometo... si me dice su nombre. Usted sabe el mío y eso de llamarle Mac es demasiado impersonal. Además, me parece que ya nos hemos conocido lo suficiente como para tutearnos, ¿no cree?

Colocó la vía con habilidad y rapidez y yo empecé a desear notar los efectos con mayor rapidez, pero podía esperar, sobre todo si se quedaba a mi lado. No deseaba pasarme de la raya, pero me gustaba el tono de su voz y las líneas de su rostro, joven, pero al mismo tiempo, endurecido.

-No quiero que tenga problemas por mi culpa, pero la verdad es que resultaría agradable tener a alguien con quien hablar. Ya no recuerdo la última vez que lo hice y no fue para dar órdenes. La verdad es que ha sido... muy duro.

Recuerdo que mi mente empezó a divagar sobre la batalla que habíamos vivido, el horror que habíamos pasado, incluyendo la muerte de la mitad de mi pelotón, y que terminé hablándole de mi vida personal, mi hermana, lo mal que lo había pasado cuando me marché...

Y antes de que me hubiese dado cuenta, me había quedado dormido mientras agarraba su mano, como un bebé en la cuna, al lado de su madre. Quizás todos los soldados necesitaban una mano amiga para poder descansar y recuperar parte de lo que habían perdido en la batalla, o simplemente para recordar por qué estaban allí, pero para mí fue algo más que una amiga. Me devolvió la esperanza en la raza humana.

Notas de juego

Flashback

Lugar: Rusia

Año: 1922

Escena atemporal.

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19/07/2021, 10:05
Mayor McDuncan

Me gustaba como Rick me miraba, atento y con respeto. Empezaba a pillarle sus bromas y vi como me defendía hasta del capitán, pudiéndose meter en un terrible jaleo por ello. Odiaba sonrojarme a cada momento, pero era algo que no podía controlar y seguramente él llegase a pensar de mí que era una estúpida. Pero fuese como fuese, ambos seríamos prisioneros el uno del otro al menos hasta que su herida se cerrase y no perdiese la pierna. Algo que no deseaba que ocurriese.

- Es un capullo. Después del ataque solo están él y el doctor con el mismo rango y claro, Smith quiere mandar sobre todo y todos, saltándose que es el doctor quien manda sobre su equipo y quien, aún siendo teniente, Smith no tendría potestad en esta parte del campamento. Pero... en fin... el ansia del poder supongo. - Suspiré después de ponerle al día con lo más importante que se cocía por allí. - Y yo dudo que asciena si quiera a cabo. - Le sonreí. - Las mujeres no pasamos de cadetes.

Cuando me disculpé por la palmada y Rick dijo que lo hiciese de nuevo, volví a sonrojarme ante lo que me pareció una falta de vegüenza por su parte. Seguía sin estar acostumbrada a lidiar con aquellas cosas y esos temas me contaban. Pero pronto se refirió que le llamase Rick y de golpe me sentí como una tonta.

- Pe-pero yo soy cadete, señor... mi deber es llamarle por su rango. - Tibuteé nerviosa. Se veía que necesitaba que le llamase Rick. - Salvo que sea una orden, mi sargento. - Fue la única manera que encontré para poder satisfacer su petición y de alguna manera, yo también encontrar un apoyo, un amigo allí, en medio de toda aquella pesadilla donde había aterrizado. Si me hubiese dedicado solamente a mis funciones de enfermera, ahora mismo no tendría ningún problema.

- Gracias señor, pero... ahora solo me dedicaré a usted. Ya no habrán más heridos para mí. Dudo que Smith transgreda, querrá darle una lección al doctor Palmer. - Le dije con cierta seriedad, ocultando que para mí iba a ser un alivio estar solamente con él, sin tener que aguantar al resto y que esperaba realmente que, hasta que no llegasen los médicos, no tuviésemos más problemas serios y que las enfermeras pudiesen encargarse de ellos.

Y con una tenue sonrisa y la promesa de que tardaría poco, le dejé solo descansando.

Sabía que había tardado más de lo previsto, pero calentar agua allí no era fácil. Aunque Rick había exagerado lo suyo también. Le sonreí al verle sonreírme y le reí la broma algo más relajada a su lado, aunque lo que viniese a continuación fuese algo complicado para ambos.

- Eso espero, porque si se queja por un baño, no quiero ni pensar que hará cuando le toquen las curas. - dije tratando de relajarme yo también un poco y le fui limpiando con suavidad... quizás demasiada, por lo que me encontré o más bien como me encontré aquello que ocultaba entre las piernas aquel hombre. Allí los movimientos fueron más bien rápidos y tenía claro que al primer gemido la mano iría fuera.

Fue un momento muy incómodo para mí y suspuse que para él también pero era un tema que no debía tratar. No había hablado de sexo ni con mi marido, jamás lo podría hacer con un desconocido. Ese era el mundo en el cual vivíamos.

Finalmente me encargué de su rostro, el cual fui descubriendo poco a poco y con cuidado, como si no quisiera romperlo. Me llamó la atención su cicatriz junto al ojo, pero no me resultó desagradable al igual que su mirada, que me cautivaba cada vez que me miraba. Necesitaba el contacto humano desde hacía mucho tiempo y no me refería a sexo y menos aún a palizas, sino a sentir que no estaba sola y limpiarle así el rostro me hizo recuperar algo de eso que había perdido hacía ya tanto tiempo que no recordaba ni que existía.

Me sonrojé como una idiota con sus siguientes palabras, cuando me dijo que podíamos tutearnos pues ya nos habíamos conocido lo suficiente y la verdad es que después de ver su miembro antes de operarle en pleno apogeo y limpiarle bajo las sábanas tiempo después en la misma situación... - Sarah. Me llamo Sarah. - Le respondí a quien a partir de ese momento se convirtió en Rick.

Ambos éramos jóvenes, sobre todo yo y me resultaba más fácil entrar en la dinámica del tuteo. Además, necesitaba precisamente eso, alguien a mi lado, que no se riese de mí, sino conmigo. Así que tras ponerle la vía y la medicación, me senté a su lado en la cama. - No tendremos problemas Rick. Los tendrán los dos capitanes, peleándose por mí y mi puesto. Yo debo obedecer a ambos y me han ordenado que me encargue de usted en exclusividad. El capitán Smith quiere demostrar que una mujer no sirve para mucho más de lo que le han mandado y prefiere que usted pierda su pierna y yo mi carrera antes que dar su brazo a torcer y yo le... te prometo, Rick, que eso no pasará. - Y le sonreí y le cogí de la mano.

Necesitaba hacerlo.

Y comenzó a hablar hasta que se quedó dormido. La medicación había remitido su dolor y el cansancio había hecho lo suyo. Tal y como dije, recogí todo y antes de irme miré el suero que le quedaba. Aún tenía suficiente y no necesitaría mucho más o eso esperaba. Aún así, tras dejar lo que aún se pudiese reutilizar en la lavandería, me fui a por suero y medicación para él y por el momento la oculté bajo su cama mientras que dormía.

Luego me fui a mi tienda y cogí mi colchón de lana y mi juego de sábanas y mantas, junto con mi almohada y regresé junto al sargento, colocando todo junto a su cama, donde no molestase para el tratamiento pero estando pegada a él. Oculté las jeringuillas cargadas bajo mi almohada y tras ver que podría dormir a su lado, enrollé el colchón y lo dejé bajo su cama.

Rick aún descansaba cuando le trajeron la comida a los heridos y hablé con la enfermera que lo repartía. - Para él nada por ahora. - Le dije a la mujer. - Pero esta noche le daré comida blanda.

- Lo siento McDuncan. El capitán Smith nos ha prohibido hacer nada para él o para ti. Si quieres que coma, si quieres comer, tendrás que cocinar tú para ambos. Dice que tu sitio es la cocina, lejos de los heridos. - Eso dolió, pero lo que más dolía de verdad era saber que cocinaba tan mal que las palizas que me llevaba por parte de mi marido se debían precisamente por ello. El boicot sobre mí por parte de Smith estaba claro, pero me dolía que un hombre herido en combate pagase por ello. Esperaba que en la cocina al menos no me hubiesen limitado las cosas.

Y eso fui a comprobar después de ver a Rick dormir y descubrí que el muy canalla del capitán había ordenado que me diesen la comida que se estaba estropeando para alimentarnos a ambos. Entre que yo cocinaba mal y el alimento que me daba mi propio pais... Apreté los puños con rabia. Pero quienes no estaban bajo las órdenes del capitán Smith, eran los rusos y se dieron cuenta de lo que pasaba con la comida. No me quedó más remedio que cocinar yo, pero al menos los productos eran de mejor calidad que los que me daban mi propio ejército.

Y Rick durmió todo el día y se bebió, literalmente, las dos botellas de suero que le puse. No podía levantarse a orinar así que nuevamente nos tocó pasar por otro momento de apuro a ambos. Luego le limpié las manos y me lavé yo después, para regresar con la cena para los dos. - No se haga... no te hagas muchas ilusiones, Rick. Si ya de por sí la comida del cuartel el mala, la que preparo yo es peor... - Le miré a los ojos, no bromeaba. - ... varias palizas lo avalan. - Le dije para que se diese cuenta de que era cierto. Él no sabía nada de mí y quizás era un buen momento para que al menos supiese eso.

- Tengo 21 años y me casé muy joven con el hombre de mi vida, pero tras la boda, perdió el trabajo, le dio a la bebida y mi vida se convirtió en un infierno. No le gustaba nada, ni como limpiaba la casa, como cocinaba y eso pasó a ser una paliza tras otra... así que me fui y me enrolé aquí, viniendo a Rusia para estar lejos de él, pero parece que caí en un lugar peor. - Dije mirando a mi alrededor. - Hasta que llegaste tú. - Y le sonreí con sinceridad.

- Así que si no te gusta como cocino, lo siento. No hay otra cosa. Nadie cocinará para nosotros, orden del capitán... - y dejé mi plato en la mesilla y saqué el colchón de lana de debajo de su cama y lo extendí en el suelo. - Y ahora dormiré aquí también. Esto no es orden del capitán, pero si quiere que esté pendiente de ti 24 horas, es lo que tengo que hacer. Vamos, cena... antes de que se enfríe. Luego te pondré la medicación y te arroparé con otra manta o dos más. Aquí las noches son muy frías. - Y yo iba a dormir sobre el suelo de tierra, separada de él por aquel fino colchón. Muy inteligente por mi parte. Y cogí mi plato, sentada sobre mi colhón y comencé a comer la sopa que había preparado para ambos. Estaba caliente y tenía algo de verduras y un huevo para los dos. Un verdadero lujo en aquel lugar.

No nos llenaría mucho, pero al menos entraríamos en calor y el sueño nos haría compañía pronto.

Notas de juego

Flashback

Lugar: Rusia

Año: 1922

Escena atemporal.

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19/07/2021, 11:05
Nikolai Vladiminovich

La cabeza me dolía horrores. Tanto enfrentamiento continuo entre los militares me enervaba y me daba dolor de cabeza. En cuanto pudiera me haría una infusión de manzanilla y lavanda para relajarme un poco, además de hacerme unos tapones para los oídos. Quizá si lograba no escucharles se me pasara el dolor. Desde un principio sabía que tener a varios militares en el grupo iba a ser malo para mi salud mental. Aparte, estar con ellos me recordaba a una penosa etapa de mi vida en mi patria. Solo el hecho de encontrar la Tierra Hueca me daba fuerzas para continuar.

El comentario de Marion provocó una pequeña sonrisa en mi rostro ante su apreciación. La señorita Rosenwood era la única que no era o había sido militar. Además, parece que era científica, como yo. Creo que iba a ser la persona a la iba a poder acercarme más, dado que los demás eran demasiado... violentos en sus maneras.

-"Grrraciaz."

Bajé del avión y apareció un grasiento hombre que olía a pis de gato, sudor y ajo, que resultó ser el contacto de la señorita Marion. Éste venía con el transporte y ya había alquilado alguna habitación, pero no se esperaba que fuéramos tantos. Callado como era, solo pude seguir a los demás como un perrito. Ante el comentario de Alex, le saludé con un inclinamiento de cabeza.

-"Grrraciaz zeñorrr Corrrvin. Ezta rrropa no zuelo uzarrrla nunca, perrro al zaberrr que veníamoz a Egipto, ze la pedí al corrronel Eaton. No eztoy muy acoztumbrrrado al calorrr intenzo y penzé que la rrropa de lino zerrría la ideal."

En un par de minutos empezó una nueva discusión entre Gareth, que al parecer también tenía pasado militar, y la mayor. La cosa no iba a terminar bien si a cada palabra que uno dijera le seguía una retahíla de reproches. Enarqué las cejas cuando la mayor dijo algo acerca de mirar plantitas. Mi trabajo parecía que era esencial en la misión, dado que me habían alistado forzosamente, y no se limitaba solo a mirar plantitas.

-"Porrr favorrr, dejen de enerrrvarrrze y dizcutirrr porrr todo, e intentemoz llevarrrnoz bien. El éxito o frrracazo de la mizión dependerrrá de lo unidoz o zeparradoz que eztemoz. Debemoz de trrrabajarrr en conjunto, como un todo." Dije en general.

Rápidamente, al tener todas las miradas puestas en mi, retrocedí e intenté volver a pasar desapercibido.

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19/07/2021, 11:36
Carlton Smith

Carlton terminó por llegar a un coche que no tenía demasiado mal aspecto, un Auburn de 1931, que se notaba que alguna vez fue un artículo de lujo, por lo que nadie podía explicarse qué hacía en manos de semejante individuo. Lo que era evidente es que allí quizás no cupieseis todos o al menos, sin apretaros unos con otros.

Carlton llegó a toda velocidad y mostró su coche con orgullo.

-Coche preparado, seguro que caber todos pero tener que apretar un poquito -dijo, acercando ambas manos para que quedase claro lo que quería indicar.

Acto seguido, se subió al vehículo y lo arrancó, a la primera, pero no sin dar unos cuantos botes antes de estabilizarse el sonido del motor. 

-¡Todos subir, deprisa! Señorita Marion, tú aquí, al lado -dijo, señalando al asiento delantero, aunque parecía evidente que si no iba alguien más con ella, no iba a ser posible que cupieseis todos -. Bien, ¿querer ir al hotel o museo? Yo llevar igual.

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19/07/2021, 11:43
Mayor McDuncan

Al llegar y ver el coche no me lo podía creer. - ¿Y no sería mejor dar dos viajes? Dijo que la estancia se había quedado corta, mientras la señorita Rosenwood hace lo que mejor se le da, podría venir a recoger al resto. - Pero se veía que el hombre no tenía ganas de conducir tanto. - Malditos vagos. Fijo que las pirámides las levantó otra cultura, no vosotros.

Con Rick a mi lado estaba más tranquila. Quería preguntarle en un parte que le había dicho aquel hombre, por otra me daba exactamente igual. Si no querían entender que nosotros veníamos ya con nuestras órdenes era problema suyo al igual que si debía llamar la atención a uno de mis hombres  no debían inmiscuirse. Al final iban a lograr que "liberase" a Colton y le tuviesen que aguantar ellos solitos.

Pero aquel Egipcio a parte de vago solo tenía ojos para su señora. Yo juraría que hasta babeaba por ella. Pero ese no era mi problema, el mío era entrar ahí con todos los hombres, incluídos los que no quería ni ver ni tocar.

- Señor Blackhorn, ten... Rick. ¿Por qué no se sientan juntos atrás y yo me acomodo sobre una pierna de cada uno? - Sin duda el viaje sería más cómodo y divertido yendo sentada sobre uno de los dos, pero era poco ético. - Si no les importa, claro. Sino... creo que cogeré un par de cosas de mi maleta e iré dando un paseo...

Dicho esto esperé la reacción de ambos hombres y volví a mirar Harry. Debía reconocer que esa camisa, así abierta, enseñando el pecho y el vello que tenía en él me atraía de sobremanera. Luego miré al teniente. - Que nos hagamos pasar por lo que no somos no quiere decir que nos pasemos en la actuación. - Le dije con una sonrisa y esperé la decisión de Harry, pues no me sentaría sobre otra pierna que no fuesen esas dos.

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19/07/2021, 11:58
Sgto. Harry Blackhorn

Ciertamente la camisa me quedaba mejor de lo que esperaba y eso lo comprobé en el espejo del coche que nos esperaba y en la mirada de la mayor cuando esta ser giró a mirarme por segunda vez. Tal y como hiciese ella, dejé mi maleta en la parte trasera del vehículo y escuché, no carente de sorpresa, la petición que nos hacía al teniente y a mí.

Estaba claro que sentarse en el regazo de un hombre no quedaría bien y menos aún para alguien como ella y viendo la actitud de hostilidad que se había levantado en su entorno, no se lo pediría a nadie más. Pero mi sangre se heló cuando dijo que si no, iría andando hasta la ciudad.

La miré a los ojos y me di cuenta de que no mentía. No debía ser la primera marcha que hacía.

- Si su... prometido no pone ninguna pega, Mac, yo tampoco, solo que tendrá que llevar a Bob sobre su regazo. - Dije con una sonrisa a la mujer y para luego reír más abiertamente con su reacción. - No, no se preocupe, le llevaré en la otra pierna apoyado.

Cuando el hombre dijo que a donde ir primero ni lo dudé. - Mejor al hotel ese, a coger las habitaciones que falten. Después de dos días de vuelo necesito una ducha y mi gato salir de una vez  de aquí. - Dicho esto, me adentré en el coche, esperando que el teniente se sentase a mi lado y la mayor sobre ambos. Realmente íbamos a estar apretados, pero sin duda yo iría bastante cómodo con ella medio encima mío.

Lástima que el egipcio se asegurase de acaparar a Marion para él solo, porque Bob podría acabar en el maletero y el otro cachete de aquella mujer sobre mi pierna libre. Aunque debía conformarme con medio... pero menos daba una piedra.

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20/07/2021, 08:37
Rick "Jester" Heatherly

La chica parecía haberse animado algo con mis comentarios, aunque el hecho de que dudase tanto de ella, incluso para ascender, me hizo pensar que había recibido bastantes palos a lo largo de su vida, y que seguía haciéndolo, como había podido comprobar en aquel mismo lugar.

No era de extrañar que se mostrase tan dubitativa y emocional, lo que sin duda, le daba mucho más valor a todo cuanto hacía y había hecho.

Pero al menos, ya sonreía, y era una sonrisa hermosa, como una de esas que alguien que ha dormido bien te ofrece al despertarse, que anuncia el comienzo de un día maravilloso e inigualable, aunque después sea una auténtica mierda, y que gracias a la cual, puedes continuar adelante, aunque sea únicamente a causa de su recuerdo.

Sí, era una sonrisa que transformaba a los niños en hombres y a los hombres, en niños, como era mi caso. 

-Eso cambiará, se lo aseguro, sobre todo si se trata de mujeres tan capaces como usted -le aseguré, dándole confianza, pero también el ánimo que sin lugar a dudas necesitaba para proseguir con su tarea.

Y es que era difícil olvidarse de la disciplina y la obligación cuando se estaba rodeado de oficiales imbéciles como aquel capitán, pero eso no significaba que los soldados, pues yo me consideraba uno, más allá del rango, entendiendo como tal a todos los que arriesgaban su vida en el barro y luchaban por sus compañeros, no pudieran encontrar arreglos para todos los problemas, más allá de las férreas normas militares. Aquella chica, Sarah, no se atrevía a llamarme Rick, cuando a mí el rango me importaba menos que un corta-uñas a un hombre sin piernas. Afortunadamente, su buen ánimo le permitió encontrar una salida alternativa, lo cual me enorgulleció bastante. Había logrado que se sintiese lo suficientemente cómoda como para, ella sola, ir más allá de lo que establecían las normas.

-Considérelo entonces una orden... Mac. Como vuelva a oírle llamarme por mi rango, o señor, le someteré a un consejo de guerra -le aseguré, con mucha seriedad, obviamente fingida.

El coche dio un pequeño salto, despertándome por un momento del ensoñamiento en el que me encontraba. Miré a mi alrededor y vi a ese Colton con gesto de aburrimiento y a Sarah en el asiento del pasajero. Sarah; ese nombre había estado prohibido para mí, puesto que siempre había que mantener el respeto propio de los rangos, pero afortunadamente, en el hospital, durante el tiempo que pasamos juntos, estuvimos muy por encima de aquello. 

Cuando me dijo su nombre, estoy seguro de que ambos nos sentimos liberados, como quien se quita un corsé o una faja y puede por fin, respirar. Sabíamos que tarde o temprano tendríamos que volver a colocárnoslo, pero qué era eso comparado con la posibilidad de tratarnos como dos seres humanos durante el tiempo que estuviésemos juntos.

Nada. No era importante. Así que le sonreí al oír decirme su nombre, además de recrearme en la belleza del mismo.

Recuerdo que cuando volvimos a hablar, ella solo podía hablar de la comida, y yo me lo tomé a broma durante unos momentos, hasta que habló de las palizas. No lo entendía, pero por desgracia, tardé muy poco en hacerlo. Su historia no era la única, sino una más de tantas otras, sobre mujeres que se habían visto sometidas a imbéciles que solo eran capaces de demostrar su hombría, más bien su cobardía y miseria, golpeando a sus esposas. Yo mismo había tenido que intervenir en alguna de aquellas situaciones con otros compañeros, pero no había podido hacerlo tanto como me hubiera gustado. Y sin embargo, cuando dijo que todo había sido peor... hasta mi llegada, simplemente me quedé sin habla. Eso era algo que muy pocas veces me había ocurrido.

Tardé unos segundos en reaccionar y entonces, lo hice intentando no dejarme llevar.

Si yo fuese tu marido, no hubieras deseado marcharte, pensé en ese momento, dándome cuenta de hasta qué nivel estaba avanzando nuestra relación.

-Tu marido es un idiota -dije escuetamente, intentando zanjar una cuestión que me hacía sentir incómodo, aunque rápidamente, dispuse de la oportunidad para desviar la conversación -. Sarah, confío en ti para la comida como para cualquier otra cosa, pero he de añadir que eres una amenaza. Si arropas igual que haces todo lo demás, no voy a querer marcharme de aquí jamás.

Y me dejé entonces mimar por aquella joven insegura y ahora, más tranquila, la más bella criatura que había visto en toda mi vida, y de la cual, sin darme cuenta, me había enamorado perdidamente para el resto de mi vida.

Notas de juego

Flashback

Lugar: Rusia

Año: 1922

Escena atemporal.

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20/07/2021, 09:16
Jack Colton

Parecía que por fin la gente iba a dejar de hablar y se iba a poner en marcha. Yo seguí al árabe hasta más allá de la pista y entonces, me detuve al ver el vehículo que había traído. Lo observé durante unos segundos, antes de volverme a mirar a los demás, que se acercaban formando un ruidoso y numeroso grupo.

-Oiga, Smith. ¿En serio ese coche es todo lo que tenemos? Pero qué cree que somos, ¿acordeones? -le comenté, negando con la cabeza.

La Mayor se colocó a mi lado e hizo un comentario que iba por el mismo camino, porque ni locos íbamos a entrar todos en aquel coche, pero estaba claro que ni dos viajes ni nada. Uno, o a caminar.

-Eh, mayor, creo que mejor me subo fuera, agarrado del asiento del acompañante. Así dispondrán de más sitio ahí dentro para hacer... lo que quieran hacer entre ustedes -le dije, aproximándome a la puerta y comprobando la parte inferior de metal sobre la que iría.

La idea de quedarme aplastado entre el Teniente y el Sargento, con su extraña mochila al lado y la Mayor encima, se me antojaba demasiado extraña. No iba a entrar en aquel juego si podía evitarlo. Por otro lado, o alguien se buscaba una manera de ir fuera, o no habría forma física de entrar.

-Señor Corvin, creo que usted podría hacer lo mismo en la puerta del conductor, ¿qué le parece? -le pregunté, esperando a ver qué opinaba él, y también los demás, claro, empezando por el Teniente, que defendía a la Abeja Reina con uñas y dientes.

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20/07/2021, 10:13
Mayor McDuncan

Cuando le dije que era lo mejor que me había pasado desde que llegué le noté que se quedaba bloqueado, hasta que me di cuenta de lo que había dicho. Debía explicarme. Pero él tomó la palabra antes.

- Mi marido es mucho más que eso, pero son palabras que una mujer no debe decir nunca. De nadie. Simplemente diré que no debió nacer nunca y que no quiero verle en lo que me queda de vida. - Mis ojos se llenaron de lágrimas por aquellos sentimientos enfrentados. De alguna manera aún le amaba pero él mismo me había expulsado de su vida. Y ahora tenía delante de mí a un hombre, cuya mirada me hipnotizaba y con el cual me sentía segura y a salvo aún sin conocerle de nada.

Me hubiese abrazado a él y roto a llorar, pero se montaría en el pabellón a parte de que la sopa iría al suelo y no estábamos para tirar la comida. Y sus siguientes palabras me hicieron sonrojarme de nuevo. Creí que John me había tratado bien durante nuestro noviazgo. Más que eso incluso. Que era atento y cariñoso y que sabía siempre que decir. Como se notaba que era una joven inocente por aquel entonces y aún lo seguía siendo, pero Rick me estaba demostrando que John no era nada comparado con él. Con su forma de hablarme, con su manera de tratarme... y con esas cosas que me decía que me hacía enrojecer a cada palabra que soltaba.

- Ojalá te hubiese conocido a ti en lugar de a John.

- Prueba la sopa antes de que se enfríe. Arropar no es lo mismo que cocinar y seguro que pierdo puntos con esto y lo mismo querrá marcharse antes del desayuno. - Le dije animándole a comer un poco, aunque había algo de temor en mi voz. Por dentro estaba muerta de vergüenza y de miedo. Lo habitual era que el plato de mi marido acabase volando hacia mí, diciéndome: "¿Qué clase de mierda es esta que me das?¿Acaso me quieres envenenar?" y luego venían los agarrones del pelo o del brazo y... prefería no recordar lo demás.

Y lo peor era que estaba admitido por la sociedad. Eras la pertenecia de aquel hombre y podía hacer lo que quisiera contigo y no podías recurrir a nadie, porque a nadie le importaba aquello. Aunque parecía que a Rick sí.

- Respecto a lo que te dije antes... yo, creo que debería explicarme... - Dije nerviosa, acercándole el plato de sopa mientras se acomodaba. - Me has visto y oído hablar ruso. Eso es porque desde que llegué, me sentí mejor con ellos que con los nuestros. Son... distintos, son más como tú... agradecidos. Ya de enfermera tuve problemas y ahora que soy las manos del doctor desde el ataque... - Suspiré nerviosa. - Da gusto hablar con un compatriota así... era... es lo que necesito. - Le sonreí y al fin cogió el plato. - Alguien que me devuelva la confianza que he perdido.

Y acaricié su mano levemente al dejarle el plato, con suavidad. Necesitaba el contacto humano. Uno que no podía tener con nadie en aquel lugar, solo cuando llegase a casa. Que ilusa fui en aquel momento, cuando pensé que sería bien recibida en casa cuando volviese de la guerra. Pero eso sería más adelante.

Aún estando tan cómoda con él, no pude evitar romper a temblar y sentir miedo cuando le vi probar la sopa y cerré los ojos, a la espera de que acabase cayendo todo sobre mi cuerpo. Mi mente desató el resto de la pesadilla en unos segundos, dejándome en mi mente en un rincón de la casa, apaleada y llorando, sintiéndome sola y asustada mientras que John no paraba de pedir perdón y decirme cuanto me amaba, como cada vez que me daba una paliza como aquella.

Notas de juego

Flashback

Lugar: Rusia

Año: 1922

Escena atemporal.

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20/07/2021, 10:28
Alex Corvin

Miro a Colton que sugiere que vayamos ambos fuera para evitar que los de dentro vayan demasiado comprimidos y le contesto asintiendo con la cabeza a modo de aprobación su idea.

- Me parece bien señor Colton, así los de dentro podrán respirar algo más. 

Dicho esto parece que en breve nos moveríamos y dejaríamos el aeropuerto para adentrarnos en la gran ciudad de El Cairo. Mi primera visita a la Tierra de las Pirámides, a ver que nos deparaba el futuro inmediato.

Me coloco en la puerta del conductor y saludo al señor Smith.

- Buenas tardes caballero, espero que no le moleste que vaya a su lado, aunque por fuera del coche.

Me agarro bien y compruebo que por suerte hay espacio suficiente para los pies.

- Esto me recuerdo a cierto trabajo en Illinois la verdad... - comento recordando un trabajito que hice para cierto agente del tesoro que necesitaba un poco de potencia de fuego para su equipo en un momento puntual tras mi corta aventura en las tierras del noroeste.

No será el viaje más cómodo pero al menos será más emocionante que ir sentado dentro entre varias personas.

 

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20/07/2021, 10:45
Mayor McDuncan

Miré a Colton mientras el teniente se decidía en que hacer o decir. La verdad era que no me hacía gracia subirme sobre nadie más que no fuesen ellos, incluso evitaría al detective, pero quedaría mal visto que viajase así sobre un hombre aunque fuese "mi marido". Me pareció normal su queja sobre el vehículo, pero era la logística de Marion y no iba a meterme en ello. Yo ya había aportado como ir por mi parte. Ahora los demás debían decidir como viajar.

Entonces el sargento dijo aquellas palabras que me hicieron mirarle con sorpresa. - Vaya, señor Colton. Parece que sabe pensar. - Le dije sin ocultar mi gesto de asombro. - Al final resultará que es útil y todo.

Le miré como comprobaba la chapa donde se subiría y me acerqué a él. - ¿Cree que aguantará? No me gustaría perderle por el camino. Tendría que dar demasiadas explicaciones y rellenar un montón de papeles cuando volviese a Nueva York y no es algo que me apetezca demasiado. - Le guiñé un ojo divertida, demostrando así que me habían importado poco las palabras que me dedicaron los demás previamente. No podían hacerme más daño del que ya había sufrido antes de conocerles y menos aún con palabras.

La realidad es que Colton era un capullo, pero para una vez que demostraba tener una idea decente quizás debería darle una nueva oportunidad y por supuesto animarle a que tuviese más así. Además, no me gustaba perder a gente de mi equipo y me gustase o no, él formaba parte del mismo.

Me alejé del coche y lo miré por dentro. - Vale, a ver... atrás caben tres sentados, quizás cuatro... habría que probarlo, eso sin contarme a mí sobre el teniente y Harry. Supongamos que al final sólo podemos ir cuatro... tres abajo y yo sobre los dos hombres. Colton y otro más en el exterior, lo que serían seis, el señor Smith y la señorita Rosenwood delante... ocho... o bien el noveno va sobre el hombre que queda libre detrás... o acompaña a la señorita en el asiento delantero. Porque ahora que me doy cuenta, las maletas y las mochilas también nos acompañan y dudo que atrás podamos ir muchos más o que un hombre quiera subirse sobre otro.

Y media sonrisa picarona se dibujó en mi rostro, bastante divertida al imaginarme la situación. Y al darme cuenta de lo que estaba haciendo, guardé silencio. No era mi cometido acomodar a esa gente en el coche y miré a Rick a los ojos. - Si subes, me subo. - Le dije al hombre y es que tenía una cosa muy clara: no iba a separarme de su lado. No confiaba en ninguno más.

Al menos de momento.

Y en ese instante Corvin aceptó ir en el exterior. Ahora solo quedaba que se organizasen dentro del vehículo.

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20/07/2021, 11:52
Rick "Jester" Heatherly

Sonreí al ver como Sarah le dedicaba unas palabras hasta de camaradería a Colton, pero es que su idea no había sido nada mala. Allí dentro no íbamos a caber todos y el hecho de que tanto él como Corvin fuesen fuera, aliviaría mucho a los que viajásemos en el interior.

Pero sobre todo, me alegré porque por primera vez, me pareció entrever que sí que podíamos terminar siendo un equipo. Puede que fuese solo una gota en el océano, pero a mí me supo a gloria.

-Seguro que aguanta. Colton no parece ser de los que se caen de los sitios -le dije, muy seriamente, pero confiado en que así sería. Y Corvin ya había dicho que no era la primera vez que lo hacía, por lo que un par de problemas menos.

Sin darle más vueltas, me acerqué a Sarah y ambos miramos el interior. No sabía cómo de mojigata sería Rosenwood, pero como me daba la sensación de que era justo lo opuesto, no necesitaría mucha protección. No obstante, viajar con un ruso, un escocés y un americano, como si aquello fuese un mal chiste, era algo que no le recomendaría a nadie. ¿Con quién dejaría que fuese seguro de que no hubiese problemas?

Sarah quería que fuésemos juntos, pero yo no lo veía. No con tan poco sitio.

-Quedamos seis. Sarah, creo que será mejor que tú y Marion vayáis delante y ya nos apañaremos los hombres detrás, apretándonos y llevando las cosas encima -le dije, con pesar. Y antes de que protestara, añadí algo más -. Yo estaré justo detrás.

A las malas, como había dicho Sarah, podíamos esperar un segundo viaje o ir caminando por nuestra cuenta, aunque aquel lugar tampoco era como para ir de turismo libre.

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20/07/2021, 12:33
Mayor McDuncan

Miré a Rick con cierta decepción en mis ojos cuando me propuso ir delante con Marion. Era como si fuese la primera vez que compartía viaje con varios hombres... de hecho, en Rusia, compartí habitación con toda la tienda donde teníamos metidos a decenas de heridos, con un colchón tirado junto a la cama del teniente, porque el capitán me ordenó "que ese era mi único paciente" mientras el cabrón deseaba que se le gangrenase la pierna para poder montarnos un consejo de guerra al doctor y a mí. Pero se jodió, porque la cirugía de Rick salió perfecta al final. Sólo estuvo un tiempo con cojera y bastón hasta que se recuperó del todo y cuando por fin pudo regresar al frente, la Guerra Civil Rusa terminó.

Así pues su comentario me molestó y bastante.

Le cogí de la mano y tiré de él, alejándole de todos. No quería que nadie escuchase aquella conversación, quizás la primera disputa de aquel fingido matrimonio, porque no le iba a dar orden alguna. Debía acostumbrarme a la nueva situación y si me comportaba con un militar, seguiría haciéndolo en la ciudad y metería la pata. Tenía que ser Sarah y él Rick o no funcionaría.Una vez consideré que nadie nos escucharía, les di la espalda a todos. Sólo quería verle a él.

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20/07/2021, 13:12
Mayor McDuncan

- ¿No has pensado en la posibilidad de que yo no quiera ir sentada con ella y que termine oliendo a su perfume, Rick? ¿Poder abrazarte a solas y que no huela a ella, si no a mí misma?- Le susurré. - Se que atrás iré incómoda, doblada por la altura del techo y con medio trasero encima de un desconocido... y ya que se supone que somos matrimonio, sé que lo suyo sería sentarme en tu regazo... pero me da apuro... y es donde realmente quiero ir. - Le confesé. - Se me hace más inocente subirme sobre Harry y tú... pero si lo ves mal... yo... - Me sonrojé al pensar en ello.

Al menos le daba la espalda a todo el mundo y no me oían, pero decirle aquello a un hombre no era para menos. Y menos aún al que amaba y con quien quería estar. - ... iré sobre tu regazo... así me iré acostumbrando a esta farsa y podré disfrutar del viaje contigo, que es lo que quiero... y creo que es lo que también deseas. Ella no tendrá problemas por tener acompañante... se pelearán por ir con ella, pero yo sí lo tendré, dudo que nadie quiera tocarme ni con un palo después de los cruces de palabras que hemos tenido y yo tampoco es que quiera otra compañía... y si no quieres serlo tú, supongo que cogeré mi arma e iré caminando a la ciudad.

Y miré a los ojos a Rick y no había ni rastro de la mayor McDuncan. Solamente estaba Sarah en mi mirada.

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20/07/2021, 13:14
Rick "Jester" Heatherly

Miré a Sarah fijamente a los ojos cuando le hice la sugerencia, viendo en ellos una mezcla de tristeza y rabia, que no me costó demasiado identificar como decepción. Era como si de repente, hubiésemos regresado a los tiempos de Rusia, en donde su inseguridad era lo que más destacaba y aún no confiaba, ni en ella misma ni en mí.

Por eso cuando tiró de mí para alejarme y hablar conmigo a solas, me armé de paciencia antes de responder.

-¿Si no he pensado en ti? No pienso en otra cosa desde que empezamos este viaje, y antes de eso incluso. Y no he dicho que vayas atrás, sino delante con ella, y no por ti, sino por ella. Si por mi fuese, iría contigo en mi regazo, abrazándote, en el asiento de delante, solos, en donde nadie pudiera molestarnos, pero no pensaba que a esa Marion le resultase agradable ir con tanto tío atrás y de ahí mi sugerencia. Pero si piensas que voy a dejar que vayas con Harry o que te marches andando, es que no me conoces. No voy a dejarte, nunca, y mucho menos permitir que estés un solo momento mal.

En esos momentos, le habría dado un beso que hubiese apagado todas las luces de aquel condenado lugar y elevado la temperatura diez o veinte grados más, pero era muy consciente del papel que jugábamos y de que teníamos una tapadera que mantener, mientras estuviéramos trabajando al menos.

Así que simplemente, alargué una mano para acariciar su mentón, y me acerqué lo suficiente como para robarle un beso, aunque finalmente no lo hiciese.

-Si estuviésemos a solas, te devoraría aquí mismo.

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20/07/2021, 13:26
Mayor McDuncan

- Lo siento mi vida. Se me hace todo más difícil ahora que sé lo que sentimos el uno por el otro. Si antes tenía ganas de estar contigo y soñaba con ello, ahora me empuja el deseo y la desesperación de querer hacerlo porque sé que es correspondido. - Me sinceré, procurando no perder demasiado tiempo.

- Y Marion no tiene porqué ir atrás, aunque algo me dice que no la disgustaría del todo... podemos ir los dos atrás y quedarme sobre tu regazo, junto a la puerta y con Harry al lado. Al menos es el único con el que no he discutido... bueno, y el ruso... pero le he visto mirarnos mal y el tal Alex... no me gusta nada. Aunque este tema lo podemos tratar mejor a solas en otro sitio. - Tenía tanto miedo a equivocarme y perderle que no sabía ni por donde pisaba.

- Yo tampoco quiero que estés mal... si has sido capaz de comerte lo que cocino y no has huído, es que realmente quieres estar a mi lado. - Le sonreí, recordando cuando tuve que cocinar para los dos en Rusia. Y le vi como se acercaba y me dejaba aquella caricia, quedánome con las ganas de aquel beso que sentí que se generaba en nuestros labios, pero que sabíamos que no podíamos darnos. No allí y porque sí.

- Si estuviésemos a solas... tú ya no estarías vestido. - Le sonreí con picardía. Ya llegaría nuestro momento. Tenía que ocurrir de nuevo. Lo necesitábamos los dos.

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20/07/2021, 13:37
Rick "Jester" Heatherly

No había tardado más de unos pocos segundos en solucionar aquella cuestión, pero de nuevo pareció que había transcurrido mucho más. Lo importante era que finalmente, teníamos decididos dos sitios más.

Así que me dirigí de nuevo al coche, en donde Corvin y Colton ya estaban preparándose y el árabe seguía esperando, y miré a los que quedaban.

-Está bien. Sarah y yo detrás. Los demás, apáñense como quiera atrás. Ya son mayorcitos -dije, sentándome y alargando el brazo para coger a mi esposa en la ficción.