Partida Rol por web

La conversación fue interrumpida por una retahíla de graznidos aderezados con una serie de palabrotas venidas del campamento. Al regresar al campamento gitano abandonado, se trataba, como no, de Hurrn.

Malditos pavos. Nos separamos hace más de una hora. ¿Me estás diciendo que en una hora esos gallinas hijos de pajarraca no han podido llegar al punto de encuentro? Escondiéndose de mí como un avestruz con la cabeza bajo tierra...

Un par de protestas más, y Hurrn reparó en la presencia de los humanos. No se disculpó, su única muestra de educación fue volar hasta ellos para hablar sin necesidad de elevar la voz.

Oh, estáis aquí... Ya era hora... ¿Cómo era lo que tenía que contaros...? Ah, sí. Seguimos a Jacqueline Montarri hasta un claro en el bosque. Irina se quedó vigilando y me envió para informar. Jacqueline Montarri recuperó el caballo perdido. Ha acampado en una nueva ubicación. Irina se ha quedado con ellos, por si se vuelven a poner en movimiento. De los dos, ella es el único halcón que puede vigilar veinticuatro horas sin dormir, así que la elección de quién se quedaba y quién volvía hasta aquí era clara.

El éter que formaba el fantasma de Irina se retorcía confinado en las paredes de cristal. Aquel tipo que la observaba no parecía tampoco demasiado feliz de estar allí. Seguramente vivía amenazado por Strahd, así que Irina intentó comunicarse con él.

-Parece que estamos los dos solos, ¿No? ¿Te ha contado Strahd quien soy?

-Jajajajaja

Ivalic se rió mientras Parriwimple lo levantaba y aupaba.

-¡Siiiiii! ¡Bieeeeen! Estiró los brazos como símbolo de victoria y después se calló para escuchar a Ludovido. ¿Tres reliquias? ¿Y hemos encontrado una? ¡Que suerte tenemos! ¿Y que podemos hacer con la reliquia? Habrá que llevarsela al padre Danovich, seguro que él puede guardarla.

Era la única figura religiosa que Ivalic conocía así que le pareció correcto que él la tuviera, tampoco es que le apeteciera tener unos cuantos pelos de una mujer guardados, aunque debía reconocer que la historia ,como habían llegado hasta allí y haberlos encontrado suponía toda una aventura y una buena historia para contar. Recibió con orgullo la palmada de Ludovico.

-Gracias Ludovico, pero tu fuiste el que nos trajiste hasta aquí así que el mérito es de todos. Se quedó pensativo y luego le preguntó algo al vistani. Ludovico, ¿Strad es más poderoso que Jacqueline Montari? Espero que no o estamos perdidos...

La pobre Santa no había podido acabar con Strad y ellos era lo que pretendían debían aprender de sus errores.

-Herr Urik ¿Piensa ir al monasterio a ver a las monjas? Quizás tengan el polvo de hueso de Santa Ecaterina allí. ¡Y si vamos les hablaremos bien de Ludovico para que vuelvan a dejarlo entrar! ¿Que te parece Ludovico? ¿Eso te gustaría? ¿Aparte de las monjas que más enemigos tienes? Debes tener muchos si quieres desaparecer...

Le daba pena el pobre Ludovico, parecía muy simpático y además le iba a enseñar muchos trucos, no quería que le pasara nada malo. Quizás si le ayudaban a protegerse de los enemigos les ayudaría aún más.
En aquel momento llegó el cuervo Hurn e interrumpió los pensamientos del niño.

-¿Y seguía muy enfadada? Si sigue enfadada no querrá quitarle la maldición a mi madre...

- "No puedo dejar de pensar que oscurecer la presencia del alma de Tatyana es importante para nuestra causa.

El Conde envió a un poderosísimo servidor, el Enterrador, con el único propósito de llevarse el cadáver de Frau Irina. Derrotarme apenas fue una distracción.

Mucho me temo, Ivalic, que el Enterrador era más poderoso que Montarri, y estoy convencido de que el propio Conde es un peligro exponencialmente mayor aún. No hay enemigo más peligroso en toda Barovia, tal vez en todo Ravenloft.

El Conde es un poderosísimo necromante, con poder sobre los no muertos. Puede que sea capaz de comandar al espíritu de Irina que acuda a él y atarla a su cadáver para crear alguna clase de espantosa marioneta no-muerta.

Creo que definitivamente no deberíamos de permitir que eso ocurra. ¿No crees, maestro Hurnn? Esta noche deberías relevar a Irina y realizaríamos el ritual sobre ella. Faltan unas siete horas para que anochezca, tiempo que podemos emplear en descansar.

Desconozco el poder de esta reliquia y de las otras dos que ha mencionado Ludovico. Tal vez Frau Helene pueda conocer más al respecto. Sin duda su poder sagrado puede que sea importante para combatir al Mal que asola estas tierras.

Frau Helene, ¿deseáis custodiar vos la reliquia?" - Le pregunto, ofreciéndole el relicario que he recogido.

 Eres la reencarnación de Tatyana Federovna-la figura en el umbral hizo una pausa para introducir la llave en la cerradura-. No tienes la menor idea de las fuerzas que rigen el universo, ¿verdad? Esta dimensión existe solo en base a un círculo que se repite: Tatyana se reencarna, Strahd trata de conquistarla, Tatyana muere. Eso es así. Y solo hay tres salidas tangenciales a ese círculo, y las tres pasan porque Strahd logre sus objetivos y alcance la felicidad a tu lado.

Te voy a contar el desenlace de esta historia, sus tres finales alternativos. Puede que ocurra en la boda de esta noche, o puede que no llegue hasta dentro de miles de años, pero tarde o temprano serás la esposa de Strahd.

Final número uno. Sin el círculo que se retroalimenta, esta dimensión se desgaja de Ravenloft y vuelve al plano material. No hay Brumas, no hay Poderes Oscuros. El mundo es un poco más luminoso, y la gente sigue sufriendo y riendo, solo que menos de lo primero y más de lo segundo. Y el precio de esa mejora es tu infeliz matrimonio.

Final número dos. Sin el círculo que se retroalimenta, esta dimensión se desvanece. Tú dejas de existir... Yo dejo de existir... Strahd deja de existir... Todo este mundo era una farsa desde el principio, y en algún lugar existe una Barovia distinta, en la que la historia ha sido diferente durante los últimos cuatrocientos años. Y a la gente de la verdadera Barovia le importa un rábano lo que nos ocurra a nosotros. Somos insignificantes. No tenemos ninguna influencia sobre el resto del universo.

Final número tres. Sin el círculo que se retroalimenta, las leyes de la alquimia tienden a la autoconservación. Los Poderes Oscuros crean un nuevo círculo... Un nuevo Lord Oscuro es alzado para sustituir a Strahd; una nueva pasión se convierte en penitencia para el nuevo Lord. Barovia sigue igual, solo que con otros protagonistas.

 Custodiaré el relicario si así lo deseáis, Herr Urik, pero mucho me temo que esos cuatro pelos hayan perdido su poder pío hace tiempo. Si el santuario es un nexo de unión entre un villano como Strahd y una tierra maldita, tanta maldad ha debido hacer mella en la reliquia.

Espera, espera, ¡eeeps!-protestó el cuervo-. ¿De qué huevos estamos hablando? ¿Oscurecer la presencia del alma de Tatyana? ¿Ritual? ¿Qué me he perdido? Sobre si Jacqueline sigue hecha una cocatriz, solo te diré, polluelo, que no tengo manera de distinguir las expresiones faciales de un rostro humano, así que no te sabría decir.

Supongo que puedo compartir ese poder. Si varios realizamos la vigília y nos mantenemos despiertos toda la noche, lograríamos la protección del Santuario a la vez. Eso significa no hacer ninguna otra tarea que no sea meditar y rezar, desde que se ponga el sol hasta que amanezca.

Mi opinión es que si Jacqueline fuese más poderosa que Strahd, habría matado al vampiro para quedarse con el castillo, pero reconozco que no les he visto nunca en acción, así que solo es una conjetura. Pero lo que sí sé a ciencia cierta es que mejor no mentéis mi nombre delante de las monjas, ¿no habéis oído nunca la expresión "matar al mensajero"? Mis otros enemigos a parte de los sicarios de Strahd son los hombres-lobo, y los gitanos, si es que queda alguno, pero ninguno de ellos me infunde tanto miedo como una mujer despechada.

Desde encima de Parriwimple, Ivalic podía verlo todo mejor, pero lo que describían Herr Urik y el propio Ludovico no era nada esperanzador. Demasiados enemigos y muy poderosos. ¿Como iban a ser capaces de vencerlos?

-Yo tampoco quiero que el Conde atrape a Irina... Si con el ritual conseguimos salvarla de él será mejor avisarla y hacerlo.

No parecía una cosa sencilla, había que estar despierto toda la noche e Ivalic nunca había hecho eso, su madre le mandaba a la cama muy temprano siempre y cuando en alguna fiesta les dejaban quedarse hasta tarde acababa dormido sobre la mesa.

-¿Y como se consigue hacer eso Ludovico? Yo no se si podré quedarme despierto, pero lo intentaré por Irina. ¿Y como es eso de meditar y rezar? ¿Toda la noche? ¡Eso es muy aburrido, nos vamos a dormir! Protestó Ivalic, no tenía claro que estando cantando y jugando pudiera hacerlo, pero de aquella manera le resultaría imposible. Parriwimple, Vjelkus ¿Vosotros sabéis meditar y rezar? ¿Y quedaros despiertos toda una noche?

Como siempre cuando se ponían a discutir sobre una u otra opción, a Parriwimple se le escapaba la mayor parte de las cosas que unos y otros decían. El problema, como siempre, es que todo era muy confuso. Incluso el estar con Ludovico porque, ¿no era el mismo Ludovico contra el que habían combatido y habían encerrado? ¿ahora era amigo? En fin, lo dicho, que era todo muy confuso.

- No es bueno quedarse solo fuera de noche. Pero ritual decir alguien creer Parriwimple que deber hacerse aquí- mientras sostiene sobre sus hombros a Ivalic se rasca la calva con la otra mano- No se. Parriwimple querer ayudar a Ivalic a recuperar a su madre, y a Irina a que no puedan hacerle daño. ¿Pero no ser mejor ir a ver a las monjitas? Parriwimple haber oído que las monjitas son buenas.

Irina escuchó y escuchó a aquel esbirro pacientemente 

¿Y qué pasaría si, por un milagro, alguien matara a Strahd?

Escucho las palabras de Ivalic, pero son las de Parriwimple las que me deciden.

- "Creo que lo mejor sería visitar a las monjas, tal vez puedan ayudarnos o brindarnos consejo." -

Miro a Ivalic y a Frau Helene:

- "¿Tal vez podríais curarme de nuevo? Si encontramos oposición en el camino no seré de mucha ayuda en mi estado actual, me temo." -

 Bueno... Estamos hablando de una variante del final número tres, con la única diferencia de que aquel que logre matar a Strahd será porque ha renunciado a todo ápice de humanidad y decencia. Ese asesino sería un buen candidato a nuevo Lord Oscuro. Siempre teóricamente hablando, claro. Adiós, fantasma de Tatyana Federovna...

Dicho eso, el desconocido cerró la puerta y giró la llave. Los únicos sonidos que se escucharon después se limitaron al ruido del crepitar de las llamas de las velas, a los maullidos de algún gato de otra habitación y, esporádicamente, algunas cosas de difícil clasificación.

Pasó de nuevo el tiempo, lento, en su prisión de cristal, hasta que llegó una visita. De las ranuras de las baldosas salió un humo, que se materializó en la vampiresa Sasha Ivliskova.

¿Dónde estás, robanovios?-interpeló, mientras rebuscaba por encima de las mesas del laboratorio-¿En qué lugar te escondió Strahd? Oooooh... te encontré.

Sasha cogió el cilindro, lo alzó y lo estrelló contra el suelo rompiendo el cilindro de cristal en añicos y liberando al fantasma de Irina.

Estás en una torre. Sal por esa pared y saldrás a los cielos de Barovia. Aléjate de mi hombre para siempre, o si no...-amenazó.

 No estoy segura de a quién de los dos curar, Herr Urik. Parriwimple también está grave, y utilizar los poderes de la fé me agota. Y si yo estoy cansada, no quiero ni imaginar cómo estará el pequeño Ivalic...

Ah, pues yo estoy fresco como una rosa-interrumpió Ludovico-. Puedo lanzar un conjuro a Parriwimple y otro a Urik para restablecerlos. Y lo haré gratis al ocaso, para prepararnos para la vigília. Peeeeeero... si no confíais en vuestras fuerzas a la hora de ir por los caminos, os podría sanar a ambos ahora a cambio de la ballesta que me enseñó antes el melenudo.

Un trato justo. Si querían curación antes de ir a ver a las monjitas, necesitarían dar a cambio la ballesta. Ludovico solo lanzaría gratis los dos conjuros de curar heridas leves dentro de unas horas, cuando llegase la noche, y el ritual.

En cualquier caso, deberíais de comer en el campamento gitano. El niño gordinflón parece falto de energías.

Ludovico señaló más allá de las espaldas de los aventureros. Vjelkus estaba tumbado sobre la hierba, panza arriba, respirando profundamente con los ojos despiertos. En cuanto oyó lo de comer, se reincorporó de inmediato.

- "Curad pues a Parriwimple, Frau Helene.

En cuanto a la ballesta, pertenece realmente a Ivalic, y será decisión suya por tanto." -

-Tu hombre no es tal cosa, monstruo. Es una bestia, como tú. Y me aseguraré de que ambos seais destruidos. Acabas de cometer un gran error -dijo el fantasma antes de desaparecer en los muros del castillo.

Bajo el laboratorio está ubicada una habitación de invitados, con una gran cama con dosel, dos sillas acolchadas, y una mesita. Casi al mismo instante, el humo de Sasha se empieza a filtrar desde el piso de arriba a este dormitorio. Irina trata de bajar una planta más, pero cuando se hunde en el suelo encuentra resistencia. Se ha topado con una parte maziza de la estructura arquitectónica, y los fantasmas no pueden atravesar paredes más gruesas que el fantasma mismo.

Aún así, está completamente hundida en la mampostería, y Sasha no vería a Irina si la vampiresa se materializase en la habitación de invitados. Irina puede desplazarse por este suelo hasta las escaleras de caracol de la torre y seguir descendiendo o salir por la pared exterior de la torre y explorar el castillo accediendo desde otro muro menos grueso.

Irina decidió arriesgarse hacia la escalera de caracol. No quería volver a ser atrapada pero, teniendo en cuenta que, cuando había sido conservadora todo le había salido mal, quizás había llegado el momento de jugársela un poco. Averiguaría todo lo que pudiera del castillo de Strahd y, esperaba, se lo contaría a sus compañeros si salía de allí con "vida".

Ivalic negó con la cabeza ante la petición de Herr Urik, estaba muy cansado y no se sentía con fuerzas para lanzar el hechizo de sanación otra vez.

-¿Ya no tenéis ninguna de vuestras pociones mágicas? Preguntó el niño al caballero.

Si se habían acabado esas pociones era una mala noticia pues hasta ahora les habían sacado de más de un aprieto, claro que el caballero del cuervo no podía tampoco tener un suministro ilimitado. Al menos Ludovico si que parecía dispuesto a curarlo, al caballero y a su amigo Parriwimple, solo debían esperar o darle la ballesta con la que Herr Urik cargaba. Al final la decisión recayó sobre el pequeño.

-Entonces prefiero darle la ballesta a Ludovico, no quiero que ni tu ni Parriwimple estéis heridos y menos si nos vamos a poner de nuevo en el camino. Ivalic miró a Ludovico para darle una detallada explicación. En realidad la ballesta no es mía, era de la Señorita Irina cuando estaba viva, pero ahora ya no puede utilizarla y como es pequeña y ligera yo podría manejarla, por eso Herr Urik la guardó. Pero cuando se enteró mi madre me dijo que ni se me ocurriera tener una ballesta, que con el tirachinas era suficiente para un niño. Mi madre es muy buena ¿Sabes? Lo dijo porque mi abuelo se clavó un virote en un pie cargando una y luego se quedó cojo para siempre y claro no quiere que a mi me pase lo mismo, por eso no me dejó usarla. Así que te la puedes quedar Ludovico, porque eres nuestro amigo ¿A que sí?.

Ivalic sonrió contento de poder ayudar a sus amigos, así estarían restablecidos por si las moscas, parecía que para el pequeño grupo no había descanso y era mejor estar preparados. Desde las alturas de los hombros de Parriwimple vio como su amigo Vjelkus se levantaba como un resorte cuando Ludovico habló de comer algo.

-¡Si! ¡Es una gran idea lo de parar un poco a comer! Tanto subir y bajar la cuesta me ha dado hambre y seguro que no soy el único. ¡Manos arriba los que quieran comer ahora!

Ivalic levantó la mano y Vjelkus lo acompañó al instante.

- "No me quedan pociones sanadoras, aunque tengo un aceite de bendecir arma y un pergamino de extirpar maldición." -