Partida Rol por web

- "Llevaré mi armadura en cualquier caso, y correré cuanto haga falta. En cuanto a si atacar de día o de noche, parece que ambas opciones tienen sus ventajas e inconvenientes. Frau Helene es partidaria de atacar de día. Por mi parte creo que ​también apoyo esa opción. Habrá más luz y no estarán tan prevenidas contra un ataque." -

Era uno de los pequeños detalles que discutir, y no dudaba que los adultos tomaran la decisión correcta. La Señora Helene parecía que optaba por ir directamente y Herr Urik apoyaba esa idea, así que Ivalic asintió y sonrió pues estaba ansioso por rescatar a su hermana.

-Entonces vayamos a las ruinas y saquemos a Katta de allí. Firan, puedes ponerte el hábito rojo si quieres, pero aún no te voy a llevar en hombros, falta un buen trozo hasta el lugar y procura no hablar mucho y ponerte la capucha bien hundida para que no se te vea la cara. Quizás lo mejor es que entremos los últimos para que no se fijen tanto en nosotros y que miren a Ida y a la Señora Helene y a Vjelkus. Lo primero que haremos será buscar a Katta y cuando la tengamos tendremos que huir por donde estén Herr Urik y Parriwimple para que ellos puedan protegernos si algo sale mal, aunque lo mejor es hacerlo sin que sospechen. Señora Helene ¿Usted que opina? ¿Tiene algún consejo para Firan que es nuevo en esto de las aventuras?

Parriwimple alzó la mano pidiendo tiempo. Todo era muy complicado, y no entendía bien todo lo que se había dicho.

- No entender bien qué hacer. ¿No poder ir media tarde? Así si no lograr, poder hacer lo del fantasma. ¿No poder entrar algunos por puerta siendo frutos rojos y otros entrar por sitio derrumbado y rescatar Katta uno u otro o ambos?

El muchacho miró admirado ante la sencillez de la propuesta de Parriwimple pero también ante la buena solución que era, así podrían aprovechar una u otra, claro que le preocupaba dejar a su hermana allí demasiado tiempo.

-¡Es una buena idea Parriwimple! ¿Que le parece Señora Helene? ¿Herr Urik?

- "Me parece bien lo que diga Herr Parriwimple." - Asiento enfáticamente, y después sonrío, y es una sonrisa con muchos y relucientes dientes blancos.

Buah, anda que no sabe cosas Helene sobre El que Llama en la Oscuridad. Es un fantasma (es decir, un muerto viviente incorporal, al que no le pueden dañar las armas de naturaleza no mágica) que devora a otros fantasmas para incorporarlos a su propio ectoplasma, en el que permanecerán atrapados como rostros arrugados por el dolor y la agonía.

Tiene poderes psíquicos que através de voces susurrantes pueden minar tu autoestima, imbuirte tendencias suicidas, dañar tu mente o incluso aplastarla. Solo una voluntad poderosa podría resistirse a estos ataques, pero tarde o temprano terminaría sucumbiendo.

Una vez haya matado o reducido el cerebro de su víctima a la mínima expresión, o simplemente alguien haya tenido la mala suerte de quedarse dormido tras acampar cerca de El que Llama a la Oscuridad, éste absorve el alma, cuyo rostro se unirá a la amalgama de caras agonizantes que forman su cuerpo etéreo.

En presencia de la luz del sol (no valdría la luz de un conjuro, ni siquiera el llamado "luz del día"), El que Llama en la Oscuridad se vuelve lento y torpe, y tiende a huir de ella. Helene no creía ser lo suficientemente poderosa para expulsar al fantasma.

Pero no hablemos más de El que Llama en la Oscuridad...

Eran las seis de la tarde. Estaban a 10 minutos de la Colina de Lysaga y a media hora del pueblo de Barovia.

Si no vamos a ir aún hasta la cocolina, ¿popodemos enteterrar a Aida ahora?

- "Probablemente este sea el mejor momento para atacar. Aún es de día, durante un breve lapso podemos obtener cierta ventaja. Durante la lucha, cuando caiga el ocaso, Ida puede convocar al fantasma y desbaratar por completo el ritual. Hecho eso, y con todos a salvo, en especial la pequeña Katta, nos retiraremos al pueblo a toda prisa." -

A Helene todo aquello no le gustaba. Y lo que menos le gustaba era la tartamuda Ida. En todo aquello, además de la oscuridad original, había una tubiedad, un algo que la hacía estar en tensión. El que Llama en la Oscuridad era una fuerza poderosa que absorbería a todos los vivos del recinto que no estuvieran bajo la protección del círculo y deberían pasar en aquel círculo toda la noche, hasta que llegaran las primeras luces. Eso implicaría que no solo se desbataría la posibilidad de convocar a Chernogov, sino que Ida, la única con capacidad de convocarlo, sobreviviría a las compañeras a las que decía que quería salvar pero que morirían aquella noche. ¿Por qué convocar a aquel monstruo?

-El que Llama en la Oscuridad es un ser muy fuerte que no solo absorbe espíritus. También a los vivos. Todo aquel que no esté en el círculo, posiblemente muera. Invocarlo implicará permanecer toda la noche en ese círculo, sin salir de él. Si atacamos ahora, deberá ser una acción fulminante, eficaz y que nos conduzca a rescatar a Katta y huír. Sin las suficientes mujeres no podrán cumplir su objetivo. Y yendo allí, estamos poniendo en bandeja de plata a tres mujeres más. Justamente las que necesitan para su ritual. No sé. No estoy segura de nada de todo esto. Nada segura, pero haré lo que decidáis como grupo. Pero pensad bien en los pros y en los contras y a lo que nos arriesgamos. Propondría no invocar al que Llama en la Oscuridad. Limitarnos a rescatar a la niña y huir.

- "Ataquemos ahora intentando cumplir la misión sin la participación del fantsma ahora que todavía hay luz diurna. Si el enemigo resulta ser demasiado poderoso para nosotros y vemos que no nos queda alternativa, tendremos que refugiarnos en el círculo de protección y usar al fantasma como plan de último recurso." -

El niño pensó, o eso parecía porque ciertamente quería sacar a su hermana de allí lo antes posible y estaba de acuerdo con acudir de inmediato al rescate, estaba confiado que podrían engañar a los frutos rojos que quedaban con la ayuda de Ida y rescatar a su hermana.

-Entonces intentemos rescatar a Katta y marcharnos de allí, si lo conseguimos no hará falta invocar a nadie ni luchar. Si las cosas se tuercen... Habrá que hacer lo necesario para que no invoquen al demonio.

Asiento con convencimiento y le doy una suave palmadita de apoyo a Ivalic en la espalda.

Helene seguía dubitativa. Que hubiera el suficiente número de mujeres en aquel grupo como para que la invocación del demonio fuera un éxito la intranquilizaba. Siendo estrictos, lo mejor seria dejar pasar aquella noche y esperar al alba para rescatar a Katta, pero como madre sabia que aquella no era una opción para la familia Yannof. Si fracasaban y las empleaban a ellas, pese a su voluntad en contrario, el resultado sería terrible. Miró a Ida. Pese a la actitud del resto del grupo, no confiaba en ella. Se inclinó hacia su hijo para susurrarle al oído.

-Vjelkus, hijo mío, quizá no sea justa con esa mujer, pero no confío en ella. Hablo de Ida. Mantente alerta y no le quites ojo. Va a ser una misión peligrosa. Más que ninguna otra quizá. No corras riesgos innecesarios. ¿Entendido?

Tras ello, se volvió hacia Natalija. 

-Rescataremos a tu hija. No dudes en usar la maraña. Ralentizará a quien golpees con ella. Confía en tu fuerza, en tu amor de madre y en tu instinto -una mirada casual hacia Ida, breve pero significativa cuando ella no miraba, encerraba un mensaje enviado de madre a madre-. Lo haremos bien. Y en cuanto Katta esté contigo, huye. 

Era evidente que la situación superaba, y mucho, al bueno de Parriwimple. Se había hablado mucho, discutido mucho, y los datos se amontonaban como piedras tiradas de cualquiera manera en el enorme cajón desordenado que era su mente. Sin embargo eso no significaba que no estuviera preocupado. Lo estaba, sentía que todos dependían de él. Y eso estaba mal de muchas maneras diferentes. Parriwimple no era bueno para nada. Parriwimple era tonto. Parriwimple sólo servía para romper las cosas, y no era bueno ni para llevar como un burro la carga. Las frases con que su tio le había regalado, casi desde que era niño, se formaban en su mente, y casi quería susurrarlo. ¿Por qué sus amigos parecían dispuestos a hacerle caso cuando él era el primero en saber que era tonto?

- Parrriwimple doler cabeza.- miró entonces a Ida. Notaba de alguna manera la desconfianza de Helene por Ida pero estaba convencido que Ida no era mala. Pero habia escuchado lo que podía hacer ese fantasma. Y no le gustaba nada en absoluto. Tampoco le gustaba dejar a Helene y a la madre de Ivalic sola junto a esa suma que era Ivalic y ese niño tan maleducado y creido- Ida no poder invocar fantasma. Parriwimple sentir mucho malo venir de ese fantasma. Helene avisarnos. Fantasma malo. Ida no invocar fantasma si no sale todo mal. Si sale todo mal, Ida obedecer a Helene sobre si invocar o no fantasma.- tras esas palabras miró a todos- Varikov dejar de ver Parriwimple y morir. Siempre separarnos pasar cosas malas. Parrriwimple propone: ir ya sitio, entrar tarde por zona menos protegida que diga Ida, buscar Katta, y sacar Katta y otras personas que estén secuestradas, e irnos. Si poder no matar, no matar. Si poder capturar vivas amigas Ida, capturar vivas. Ida... invocar fantasmas es malo. Secuestrar gente es malo. Si Baba Zelenna hacer esas cosas, es que no ser buena. Ida, Helene y madre Ivalic ir con ropas rojas, pero con nosotros.- sabía que había un motivo para esa orden, y para decidir que todos fueran juntos, pero realmente, lo había olvidado. Tampoco tenía claro de por donde entrar, y por eso había dejado decisión a Ida.

Silencioso, elevó en su cabeza una oración a las manos de Guiseppe. Sabía que ese dios le había abandonado, y el conocimiento le rompía el corazón, pero rezar era bueno, y era lo más sagrado que podía haber visto.

¿Así que quién va a vestir la túnica no somos Ivalic y yo sino Natalija...? Bien, de acuerdo...-Firan casi parecía decepcionado con no poder ir a hombros de Ivalic.

Cuando coronaron el monte de Lysaga se encontraron con que nadie vigilaba las zonas derruídas por falta de personal. Tan solo vieron a una frutilla roja, en el techo del edificio, vigilando que ningún peligro se acercase a la puerta.

¿Quién va?

¡Sososomos Ida y Aida! ¡Traemos una mumujer!

Pues a los dormitorios con ella. Y vosotras también, id a dormir.
Que la noche será larga. Para mayor gloria del Dios del Verdor.

¡Y sus frufurfrutos rojos!

Ida se dió media vuelta, dando la espalda a la vigía para hablar con "Aida". En realidad solo pretendía que no le leyesen los labios desde el tejado, y como precaución a mayores también bajó el volumen de su voz.

Los dododormitorios a los que se refiere están en el edifificio en cuyo tejajajajado está la chica que nos acacaba de hablar. En el croquis que dibubujamos en la tierra sería el edifificio de la dededederecha. Pepero si entramos, podrían recoconocer a "Aida".

El niño paseaba la mirada confundido entre Parriwimple, Herr Urik y la Señora Helene a medida que el plan cambiaba de composición. Lo último era que su madre sería la mujer que fuera con Ida y la Señora Helene en detrimento de él y Firan.

-Entonces... ¿Firan y yo nos quedamos con Herr Urik y nos escondemos por si nos necesitáis? Mamá, yo te lanzaré un hechizo para que tu voz se parezca a la del fruto rojo, solo tendrás que taparte bien la cara con la capucha para que no te vean.

El niño esperó a la decisión final, si iba su madre lanzaría el hechizo sobre ella, si iban él y Firan lo haría sobre su compañero.

- Parriwimple seguir pensando separarse malo- rezongó el gigantón, mirando a Helene, y dejando claramente en ella la decisión sobre el siguiente paso a dar.

Nadie se decidía a nada y así pretendían que aquello funcionara. Urik, besaculos mayor del nuevo Gobernador, hacia cuando este dijera, si es que lo que el bueno de Parriwimple decía se acompasaba a sus intereses particulares o apetencias. Pero luego se hincharía para afirmar que era ella, la mujer, la que ponía obstáculos en la toma de decisiones sin aportar nada o ante la cual osaría levantar la mano. Parriwimple se esforzaba por hacer lo mejor según los dictados de su gran corazón forzando las marchas de su lento cerebro. Ivalic se lanzaba a fondo contra el joven Firan, en una pelea por ver quién meaba más lejos en un esfuerzo testosterónico adolescente. Vjelkus, como buen hijo, aceptaba lo que ella le pedía. Solo quedaban tres mujeres activas cerebralmente hablando y a ellas correspondería salvar a la joven Katta.

-Ivalic, Firan, me gustaría que nos acompañarais. Vjelkus y yo iremos como prisioneros. Ivalic, te pediría que te colocaras bajo el manto de tu madre, aferrado a su cintura y que andes a su paso. Firan, haz lo propio con Ida. Cuando ellas se muevan, vosotros deberéis hacerlo. Vosotras procurad no avanzar rápido ni hacer movimientos bruscos. Lanza ese conjuro sobre tu madre y que sea lo que los dioses quieran. Vosotros dos, manteneos cerca y en cuanto veáis una oportunidad de entrar, hacedlo. Procuraremos crear una distracción. 

Dicho aquello, con los muchachos a la grupa de las dos mujeres entraron en el recinto. Las voces de Ida y su compañera se impusieron sobre cualquier otra cosa. Cuando acabaron, la advertencia de Ida fue clara. Helene tuvo que pensar rápido. 

-Vjelkus, echa a correr. No seas rápido. Que tu tamaño les haga pensar que no puedes correr mucho. Natalija, capucha cubriendo rostro y síguelo. Ivalic, cuidado al seguir a tu madre. Id en la dirección de los dormitorios. Pero no entréis. Ida, conmigo. Voy a tratar de distraer a tu compañera para que no mire a Natalija. Llegado el momento, hazme callar de una bofetada -susurró antes de mirar a la muchacha. Su lealtad se decidiría sobre la marcha. Aquella seria la primera de varias pruebas-. Tú, sí, la de ahí arriba, eres una zorra asquerosa, indigna de llamarte mujer -dijo lo suficientemente alto pero sin gritar en el momento en que Vjelkus echó a correr y Natalija lo siguió simulando la voz de Aida-. Atacarnos para secuestrarme. Eres una, una ... Ahora -ordenó a Ida para que la abofeteara. Y que fuera lo que los dados de los dioses quisieran.

¡Sí!

Vjelkus echó a correr hacia el dormitorio. Natalija echó a correr hacia el dormitorio. Ivalic intentó correr hacia el dormitorio, haciendo que las formas de la túnica le hiciesen a Natalija un culo anormal y sospechosamente grande.

Pero bajo la túnica de Ida, que se había girado para hablar con Helen, Firan estaba desorientado. El niño pasó bajo las piernas de la frutilla roja.

¡Uuuuy!-chilló en un agudo al contacto de la cabeza con su entrepierna-V-vavale, ahora sí...

¡PLAF!