Partida Rol por web

Tras escuchar a Herr Parriwimple entiendo y comparto por completo la lógica inherente de sus palabras. Por mucho que la vistana sea mala persona, dejar que se convierta en otro fantasma más de tan indigno cementerio está mal.

Cargo contra el fantasma más cercano a mi posición.

-Como dice Parriwimple, confundida o no, pensó que les atacábamos o que queríamos ir en su contra. Todos tenemos nuestras verdades y no tienen por qué coincidir con las de los demás -miró un instante a Urik. Él y ella eran un claro ejemplo de lo que acababa de decir-. Y entre la vida y la muerte, elijo vida. Ayudemos a Melinda.

Avanzó cuanto pudo y dejó que la magia hiciera el resto. Se concentró y proyectó su poder contra el más cercano a ella.

Ivalic no estaba seguro si la gente mala debía ser ayudada también, pero ante las palabras y el gesto de Herr Urik, refrendadas por el discurso de Parriwimple y la Señora Helene, sacó su espada y se dispuso a atacar a los fantasmas.

-Entonces la ayudaremos, pero si derrotamos a los fantasmas tened cuidado de que no os ataque. -Ivalic se giró hacia su madre y su hermana.- Mamá, quédate aquí con Katta, venceremos a los fantasmas y podremos pasar sin peligro. Firan ¿Tienes algún hechizo que nos pueda ayudar contra fantasmas? Yo usaré esta espada, es mágica. ¡A que mola!

Ivalic hizo unos pequeños movimientos cortando el aire para demostrar su destreza, al menos para alguien que no tuviera ni idea de como se manejaba un arma. Después siguió a Herr Urik, era su porta antorchas y debía acompañarlo siempre.

- Parriwimple no gustar fantasmas- dice el gigantón mientras carga contra alguno de los fantasmas, preferiblemente, uno de los que ya han sido golpeados. Desgraciadamente el buenazo de Parriwimple está más atento en no hacer daño (tanta gente corriendo a su alrededor, y él mismo corriendo con lo torpe que es, le pone de los nervios) que el golpe es bastante desviado.

Una luz salió despedida del símbolo sagrado de Helene. Los fantasmas se retorcieron en una mueca y volaron de nuevo hacia sus tumbas, ocultándose de los poderes de los dioses. Tan solo un taimado espíritu siguió acosando a Melinda.

¡Yo! ¡Yoyoyo! ¡Yo me ocucupo del ult... ultim...!-y empezó a conjurar-Abra cadadabra, pata de caca... cac... cacacabr...

A pesar de los problemas de Ida para vocalizar las palabras mágicas, un rayo de fuego abrasador salió de sus dedos, atravesó al fantasma y se evaporó en el aire a medida que se alejaba y perdía potencia. Firan también lo intentó lanzando un par de proyectiles mágicos, con una precisión prodigiosa. El pequeño mago hinchó el pecho de orgullo por su pericia.

Las armas de Ivalic y Melinda atravesaron al fantasma justo cuando estaba en fase, sin encontrar resistencia, como si golpeasen al aire. El golpe de Parriwimple fue impreciso. Tan solo el glorioso Caballero del Cuervo, cuyo filo estaba guiado por la mismísima Ashlyn, que en paz descanse, pudo sacarle un alarido de dolor a la fantasmagórica criatura.

El espíritu se revolvió y sus manos ectoplásmicas se hundieron en la armadura del paladín, urgando en su fuero interno. Un hálito frío salió de la boca de Urik y serpenteó hasta unirse al fantasma. Urik agitó la cabeza. Se sentía desorientado y espeso. Como si le faltasen sus entendederas habituales, y no percibiese bien su entorno. A eso, un enano lo llamaría borrachera. Un sacerdote, en un lenguaje más técnico, diría que el fantasma había robado parte de la esencia espiritual o alma del noble hombre.

Siento que el toque del fantasma debilita mi resolución, pero me revuelvo y me muevo ligeramente para cogerlo entre mi espada y el garrote de Parriwimple. Y entonces lo ensarto.

Gracias a las habilidades de la Señora Helene la mayoría de fantasmas habían huido de vuelta al cementerio, pero aún queda uno y todos concentraron sus ataques en él. El de Ivalic falló pero eso no hizo que se desanimara sino que lo intentó con más ímpetu, aunque quizás le dio demasiado porque volvió a fallar su golpe.

Miró con satisfacción cómo huían los espíritus, así como el efecto devastador de la cooperación entre amigos. Pero su gesto se trocó en uno de espanto cuando vio lo que ocurría con Urik. Sabía lo que aquello implicaba y de forma apresurada lanzó un nuevo hechizo de expulsión.

La espada de Ashlyn destruye al fantasma, haciendo innecesario que Helene ruegue ayuda a los dioses del hogar. Melinda baja la cimitarra y se queda mirando a los hombres, mujeres y niños que le han ayudado. ¿Se supone que debe darles las gracias?

No hace falta que me sigáis. Voy al campamento vistana. Por si os lo preguntáis... Madame Eva sigue buscando a Ivalic para que le desvele el paradero del Liber Blaspheme.

Y fue la espada de Ashlyn la que terminó el trabajo haciendo desaparecer al último de los fantasmas que quedaban.

-¡Muy bien Herr Urik! ¡Lo conseguimos!

En realidad él no había hecho nada, pero se sentía partícipe del triunfo del grupo. Además había visto un par de trucos mágicos que le habían sorprendido y estaba ansioso por preguntar. Pero antes siguió en guardia con su espada esperando la reacción de Melinda.

Parece que esta vez no va a atacarnos.

La vistani parecía conforme con su rescate, aunque tampoco parecía demasiado agradecida, o quizás si, quizás la advertencia sobre Madame Eva era su forma de darles las gracias. El niño miró a Herr Urik buscando la seguridad de su respaldo.

-Pues dile que no puedo encontrarlo y que mis amigos no dejarán que me lleve. ¿A que sí, Señora Helene, Parriwimple, Herr Urik?

- "Nosotros no tenemos ese libro maldito e impío. El Padre Danovich quería usarlo para resucitar a su hijo asesinado, lo cual era una completa locura. Fracasó y el libro desapareció sin más." -

Parriwimple se rascó su calva cabeza y miró con curiosidad a la vistani.

- Parriwimple no querer seguir chica. Parriwimple salvar chica, con sus amigos, dos veces hoy. Parriwimple pensar chica ser poco agradecida pero contento chica no convertirse en sacrificio, ni en fantasma. Ser bueno chica viva, aunque mandar gente a atacar Parriwimple. Parriwimple cree que ella enfadada con Parriwimple, pero Parriwimple nunca hacer nada malo a chica, ni a Madame Eva- el gigantón toma aire y nuevamente continúa- Parriwimple desear cosas buenas a chica y a su gente, pero no a Madame Eva, porque hace cosas malas, como dominar y tratar matar gente amiga Parriwimple y Parriwimple. Madame Eva querer tomar libro malo para hacer cosas malas. Y eso ser malo. Y...- el gigantón se calla bruscamente, tratando de pensar y recordar el hilo de su razonamiento pero, como casi era inevitable, no lo logra. Sin tener claro como salir del atolladero mira a la vistani y finalmente se encoge de hombros- Parriwimple perdonar chica hacer que ataquen Parriwimple. Y desear suerte chica. Y contento chica viva. Adios.- tras el largo discurso mira a "su gente" y les hace un gesto para que vuelvan a ponerse en marcha hacia el pueblo. Parece que, a su peculiar manera, el gigantón va asumiendo ese concepto casi alienígena para su frágil mente de ser el responsable de las decisiones del grupo.

-No te seguiremos, Melinda. Quiero que sepas que nada nos enfrenta a los vistani. No sois enemigos y creo que lo hemos demostrado ayudándote primero a huir, liberándote de tus ataduras, y después salvando tu vida de los espíritus que te atacaban. Y no te pedimos nada a cambio pues ha sido un acto libre y gratuito, de ayuda a otro ser humano. Por desgracia, las circunstancias hacen que ciertas cosas puedan malinterpretarse. Pero te agradezco cuanto nos has dicho de Madame Eva y tal y como te han dicho, ese libro no está en nuestras manos. Afortunadamente. Es un libro peligroso y como su nombre indica, blasfemo. En nada ayudará a tu pueblo que Madame Eva lo tenga. Más bien al contrario, diría yo -comentó para luego asentir a las palabras de Parriwimple-. Es hora de que nuestros caminos se separen. Que nada enturbie tu camino, Melinda.

Esa es una manera de verlo. En cualquier caso, habéis pagado vuestra deuda, y ahora estamos en paz.

Melinda echó a correr, sin dar explicaciones de porqué su retorcida ética le decía que antes de esto sentía que los aventureros le debían una. Pero los pasos de los giorgios iban por otro camino... Dejando atrás la Encrucijada y pasando por delante del sendero oculto que llevaba hasta el antiguo escondrijo de Ludovico; cruzando el puente sobre el río Ivlis y avanzando entre los campos de cereal, el grupo llegó al fin al pueblo de Barovia.

Mi hija y yo nos quedamos aquí. ¿Alguien más se viene con nosotros?-miró a su hijo Ivalic, ahora más dado a vivir aventuras que a acostarse a su hora-Podemos llevarnos la jaula del cuervo negro, si os molesta.

Ida negó con la cabeza. Ella iría a donde fuese Parriwimple. Era de noche, y aún tenían pendiente ir al bosque a descolgar a Gabrielle y enterrarla para que se alzase como engendro vampírico. Así Urik podría darle muerte, ligando y consiguiendo la Espada Solar de una sola vez. Aún tenían consigo a Idalecia, inconsciente, pero era bastante carga para que Natalija la llevase sola. Firan bostezaba como si ya fuese muy tarde para él. Vjelkus... aunque normalmente no se separaba de su madre, se le notaba en los ojos que quería ir con Katta.

Tras la despedida de Melinda, con la que parecían que estaban a pre, pudieron llegar al pueblo sin dificultades. Era ya tarde pero la vida de un aventurero no tenía horas, así que Ivalic se giró hacia sus compañeros para ver que opinaban.

-La idea de mi madre es buena, así no tendremos que cargar con la jaula, al menos hasta que podamos quitar el encantamiento de Hurn. Katta, ¿Cuidarás del cuervo Hurn verdad? Parriwimple, Señora Helene, Herr Urik ¿Que hacemos ahora? ¿Nos quedaremos a descansar en el pueblo?

- "Os agradecería que me acompañarais al bosque a descolgar el cadáver de Gabriele y procurarle el eterno reposo. En cuanto a Hurnn, tal vez podamos llevarlo con nosotros, así con la llegada de la mañana tal vez Frau Helene pueda liberarlo al fin de la maligna influencia mental del Conde. Eso sí, haríamos bien en tapar la jaula para que el cuervo no vea a dónde vamos." -

- Parriwimple pensar que primero ir pueblo todos. Querer comprobar que todo bien, y todos a salvo. Y buscar sitio donde poder estar Idalecia porque no querer estar pueblo sola hasta todos hablar. Parriwimple saber Ida buena... pero no saber Idaelecia.- guarda un instante silencio y luego continúa hablando- Ida, ¿hasta cuando poder hacer Baba ritual?

- "Tal vez podríamos separarnos. Ivalic, ¿me acompañas?" - Sonrío a Ivalic con una sonrisa llena de dientes blancos, cuadrados y perfectos, al tiempo que mi capa revolotea elegantemente a mi alrededor.

Ivalic, siempre atento a las conversaciones y consciente de que su deber como porta antorchas era acompañar a Herr Urik, asintió.

-¡Claro Herr Urik! ¡Soy su portaantorchas!

Le hubiera gustado que todo el grupo siguiera junto, pero comprendía que algunos debían descansar y que otros tenían que atender asuntos de más importancia para ellos.