Partida Rol por web

Zack se quitó el sombrero y lo dejó junto a la barra, después se frotó la cabeza y suspiró hondo al escuchar las palabras de su amigo semielfo. No podía creerse que se fueran de allí sin haber ni tan siquiera entrado. Gertruda le desesperaba, Irina le desesperaba y Ely, aunque ahora le caía un poco mejor, también le desesperaba. Se estaba juntando con un grupo que empezaba a colmar su paciencia. 

Se quedó mirando por la ventana de la taberna al escuchar la idea de Walt de volver a irse de viaje. ¿Otra vez? ¿No sería mejor descansar y ya ir mañana? Dijo mientras manipulaba su baraja de cartas. La verdad es que aquel día había lanzado pocas de ellas, así que tampoco creía que fuera necesario descansar, pero sí porque quizá se les estaría echando el tiempo encima. ¿Y qué pensais hacer con ella? Dijo mirando a Gertruda.

¿Otra vez? ¿No sería mejor descansar y ya ir mañana?

Ely estaba cansada y sus poderes agotados. No podía estar más de acuerdo con El Oscuro, salvo por el detalle de que Strhad no perdería un segundo en ir tras Gertruda. Albergaba la esperanza de que Madame Eva pudiera ayudarles e insistió a su manera:

-Eso sería lo más sensato Zack, pero la gente del circo somos así…vivimos la noche a tope, ¿Cómo si no íbamos a conocer a todos esos zombis, fantasmas y espectros que tanta fama nos han granjeado?. Vamos- dijo tendiéndole la mano. -Tenemos una reputación que mantener.-

Era cierto que si salían ahora les pillaría la noche a medio camino, pero también era cierto, por lo que sabía Urik, que los Vistanis solían tener hábitos más bien “nocturnos”. Si salían con tiempo, quizá llegasen antes de que estuviese todo el mundo dormido.

-Yo creo que podríamos salir ahora, antes de que se haga muy tarde. Ahora bien, si preferís descansar y salir por la mañana, me parecerá bien también.

El caballero se asomó a una ventana.

El camino no quedó libre de ruidos. Murmullos, aullidos y pisadas acompañaban al grupo. La tensión era palpable, pero cada vez que alguno se detenía para observar, no había nada, como si todo estuviera en sus cabezas. Gertruda, la última incorporación y sin experiencia alguna, se resistía a colocarse detrás de ninguno de los guerreros por orgullo. Ya no se fiaba de ellos ni de su presencia, así que sólo le quedaba confiar en que el Conde estaba velando por ella y su bienestar y que, en caso de necesidad, aparecería para salvarla como un héroe en su caballo blanco.

Al llegar al estanque, los vistani alzaron la cabeza sin sorprenderse. Estaba claro que les habían anunciado sobre su llegada. Uno de ellos se acercó hasta el grupo y se les quedó mirando, como evaluando sus fuerzas. Era un grupo bastante numeroso, pero ellos eran toda una tribu. Al final, hizo un gesto de asentimiento con la cabeza para que le siguieran, y se acercó hasta la tienda donde se hallaba Madame Eva.

La anciana, tan enorme como siempre, esperaba tras su mesa mientras barajaba sus cartas. Su crujiente voz se dirigió al grupo.

Sois muy osados acudiendo aquí nuevamente, y más cuando la noche está sobre nosotros. Hablad

Ely se sintió tentada de preguntarle si su envergadura se debía a que realmente no era humana y echarle en cara la vaguedad de sus indicaciones, pero se mordió la lengua, condujo a Gertruda hasta la mesa y la sentó frente a la anciana:

-Sois muy amables por recibirnos- Comenzó con su diplomacia habitual.

La clériga apoyó sus manos sobre los hombros de la joven y la presentó: -Seguramente ya lo sepas: Ésta es Gertruda. Hija de la lo… Hija de Mary- Se corrigió. –Ha estado viviendo en el castillo de Strhad, y es muy muy amiga del conde…- Explicó haciendo una mueca a espaldas de Gertruda. Ely pasó sus manos por el pelo de la muchacha como si fuera un perrito y volvió a mirar a la vidente: -Tal vez puedas echarle las cartas a la niña y explicarle mejor que nosotros, con quien debe juntarse, y a quién hay que…- Esta vez hizo el gesto de clavar una estaca. Antes de que Gertruda volviese la cabeza, Ely puso sus manos a la espalda y concluyó abruptamente: -…Pues eso-

Miró hacia sus compañeros por si se había olvidado de algo y entonces recordó:

-Ah sí, y ¿nos puede indicar cómo llegar a los santuarios del pantano, el del bosque y el de la montaña? ¿Quiénes son sus guardianes?- La noche se cernía sobre ellos y la idea de haber hecho el viaje en vano le sacó de sus casillas antes incluso de la vidente respondiera. Un leve rubor asomó a su pálido rostro y añadió entre dientes:

-...Pero mejor nos lo cuenta después de quitarle el velo de estup…Después de deshechizar a la cría.- Apostilló dejando su mochila en el suelo y moviendo los hombros para desentumecerlos.

Zack chasqueó la lengua y apuró hasta la última gota de cerveza que se estaba tomando. Dejó algunas monedas sobre la barra y pidió al tabernero que se quedara con las vueltas. Después decidió acompañar a la comitiva. Podría haberse quedado atrás como había hecho antes, pero sabía que el camino podría ser peligroso y aún tenía unos cuantos ases bajo la manga para poder usar en caso de necesidad.

Estaba cansado y agotado y también aburrido de soportar a la tal Gertruda, pero cuando Ely preguntó por la ubicación de los tres santuarios abrió bien los oídos para prestar atención y quedarse con las palabras de la Madame.

El camino transcurrió sin incidentes y finalmente llegaron al campamento vistani. El caballero del Cuervo estaba tenso. Notaba la mirada de los Vistani sobre ellos, evaluándolos. Además, su misticismo no era del agrado del caballero. Pero había una cosa que es la que dejaba más en alerta a Urik, su alineación. ¿Se decantaban hacia el bien, o hacia el mal? Habían relatos para todos los gustos. Algunos decían como los vistani les habían ayudado en algún momento, o les habían guiado a través de las brumas, aunque luego habían otros relatos más oscuros, donde se hablaba de pactos entre el pueblo zingaro y los señores de los dominios...

Don Urik estaba claramente posicionado hacía el bien, así que aquella “neutralidad” le ponía nervioso.

Se quedó en silencio observándolo todo.

Siendo como ha sido que, finalmente, hemos optado por renunciar al merecido descanso, acompañado de alguna que otra jarra de vino más, también sobradamente merecida, después de una larga y dura jornada con incursión en castillo y rescate de doncella incluidos, lo único que espero ahora es que el esfuerzo haya valido la pena y la madame gigante ésta nos libre de tener que acarrear con la chica por todos los caminos de Barovia de una vez por todas.

Así que, con esa esperanza puesta en la vidente, aguardo la contestación -seguro que clara y diáfana- que tenga que dar a las preguntas de Ely.

Así que el circo, en jerga, se refiere al campamento gitano, ¿eh?

Walt asintió a las palabras de una de las Irinas. Se notaba que era la hija de una familia de bien, que hablaba con una soltura que no tenía Elyzabeth, por ejemplo. Y aunque al principio le daba reparo venir otra vez, sí que tenían preguntas que hacer.

Mira una cosa, yo también quería saber cómo iba de lo mío. Mi padre por ahora bien, ¿no? Quiero decir... Dependía de mis acciones y mis decisiones, y entiendo que de momento elegí cosas sin consecuencias malas para él, ¿verdad?

Y luego lo de la Espada Solar, que tenemos dudas de si perteneció a Sergei, o hay una segunda espada que Strahd teme, y son dos armas distintas. Y lo de llevarla a dónde la luz yace muerta, a mí me ha matao.

La esfinge a los acertijos y el tepestaní a los cortijos, que dirían en Tepest.

Madame Eva resopló, pero centró su mirada en la joven, que hubiese retrocedido si no fuera por la presencia de Ely a su espalda. Tras unos breves segundos, escupió en el suelo y siguió barajando sus cartas

Esta niña no está embrujada, está enamorada. Ha vivido toda la vida en Barovia sola con su madre desde pequeña. Su padre murió de una peste que invadió el pueblo hace tiempo ya, y la madre se volvió loca y se volvió muy protectora con la niña. Ella ha vivido siempre con la idea de que alguien fuera a recogerla y la salvara del agarre de su madre, ¿y qué ha pasado? Que un señor que se dice Conde la ha enamorado. ¿Verdad niña? preguntó directamente a Gertruda mirándola a los ojos, asintiendo con temor Pues eres imbécil. Tu madre estará loca, pero si vuelves al castillo tal y como estás pensando, te pueden pasar dos cosas: O que los hombres lobos te maten, o que el Conde te mate. Tú veras, aquí en el poblado hay gente que te cuidará y serás feliz si quieres.

Tras las declaraciones de la bruja, las lágrimas recorrieron los ojos de la niña que, rendida, cayó al suelo, llorando en silencio.

¿nos puede indicar cómo llegar a los santuarios del pantano, el del bosque y el de la montaña? ¿Quiénes son sus guardianes?

El Tomo ya está en vuestro poder, ¿no es así? Esos son los tres lugares profanados por ese demonio. En cada uno de esos tres lugares, al menos uno de vosotros debe pasar una noche rezando para poder arrebatar el poder a Strahd. Así conseguirá que ese poder se haga uno con él.

Era sorprendente, pero Madame Eva no estaba echando las cartas. Esa información era algo que conocía perfectamente.

El Santuario del Bosque está cerca del estanque. Continuad el camino del oeste y no tardaréis más de 10 minutos en llegar. En este Santuario el guardián no os molestará. Si sobrevivís esta noche, volved y os indicaré los próximos. Temed la presencia del maligno, pues notará cómo su poder disminuye y enviará a sus lacayos a por vuestras vidas. 

Mira una cosa, yo también quería saber cómo iba de lo mío. Mi padre por ahora bien, ¿no? Quiero decir... Dependía de mis acciones y mis decisiones, y entiendo que de momento elegí cosas sin consecuencias malas para él, ¿verdad?

De momento, tu padre no ha sufrido consecuencias negativas por tu culpa. ¡Pero ten cuidado de mentar su nombre delante del maligno, pues podría volverlo en tu contra!

Y luego lo de la Espada Solar, que tenemos dudas de si perteneció a Sergei, o hay una segunda espada que Strahd teme, y son dos armas distintas

La espada es la misma. Su hermano se presentó con ese arma, y era su mayor tesoro. El poder de la luz atravesaba a todas las criaturas malignas que osaban enfrentarse a él.

Y lo de llevarla a dónde la luz yace muerta, a mí me ha matao.

Madame Eva se quedó con la boca abierta, no se esperaba esas palabras del guerrero. Si en algún momento se habían preguntado si se podía sorprender a una adivina, ya habían obtenido su respuesta.

Para despertar el poder de la espada, llevadla a la tumba del príncipe caído, su dueño, en los confines más profundos del castillo.

Aaaah... Es bueno ese consejo de no seguir preguntando por ahí por mi padre. No lo había visto de ese modo.

Madame Eva tenía la capacidad de ser enormemente ambigua, o minuciosamente concreta. Las especificaciones para llegar al Santuario del Bosque era una prueba de lo segundo. También es cierto que después de haber registrado la cueva de los necrófagos y los alrededores del cementerio, se te queda un poco cara de tonto al descubrir que Madame Eva tenía esa otra cara para haber sido más específica desde el principio.

Mirad lo que os voy a contar... Si vamos directamente al Santuario del Bosque desde aquí, podemos dejar a Gertruda en el campamento de la Madame. Que pruebe la vida díscola y disoluta, y luego a la mañana siguiente volvemos a pasarnos por aquí. ¿Qué te parece, Gertruda? Prueba esta vida durante doce horas, tal vez descubras que este es tu sitio. En Tepest decimos: "el drow en la cueva, saurión en el pantano, cementerio de la huécuva y pollón de ogro en el ano". Si después de intentarlo no estás a gusto, te llevaremos a otro lado.

Queda claro pues cuál es el lugar elegido para pasar la noche, y, por desgracia, no será una cómoda cama de la posada tras habernos ocupado de una buena cena. No me resulta demasiado atractiva la perspectiva de hacer vigilia rezando hasta el amanecer, pero, por suerte, parece que con uno de nostros que lo haga es suficiente. Y por aquí hay compañeros más devotos y afines a tales menesteres.

- Lo de Gertruda me parece una grandísima idea. -la apoyo al ver en la sugerencia de Walt el modo más inmediato de desembarazarnos de la hija loca de la loca.- Aquí es donde más segura puedes estar hasta que volvamos. -le digo al ovillo de niña que llora desconsolada, acurrucada en el suelo.

Dando por hecho, claro está, que volvamos. Mucho me temo que estemos empezando a causarle demasiadas molestias al señor del Castillo, y que la noche sea un tanto movida y peligrosa.

Gertruda quiso ponerse en pie, pero su cuerpo temblaba. Los ojos de Madame Eva la taladraban como si pretendiera entrar en el interior de su mente a la fuerza. La muchacha se frotó los brazos y salió de la cabaña sin decir nada más.

Ella ha tomado su decisión, al igual que vosotros debéis tomar la vuestra. El poder de este santuario caerá sobre uno de vosotros, aquél que rece toda la noche. Los demás podéis ayudarle, pero si el que reza cae dormido, no servirá para nada el esfuerzo y tendrá que volver a empezar. Elegid con cuidado.

Las cartas volvieron a su mano, y todo pareció volverse más oscuro Uno de mis compañeros os puede acompañar hasta el Santuario si así lo queréis, pero no se quedará con vosotros ni os ayudará en caso de que las criaturas del maligno caigan sobre vosotros.

    Ely acarició a la muchacha por última vez- Te quejas de que te madre te tenía encerrada, pero no veo que el conde hiciera otra cosa. Aquí disfrutarás de tu libertad a poco que te lo propongas. - Susurró a la joven con su voz aterciopelada. –Pasaremos a ver que tal te va tu nueva vida.- Prometió a Gertruda. A continuación cargó su pesada mochila en el hombro.

La clérigo de sorprendió tanto como sus compañeros de las concisas respuestas de Madame Eva y las agradeció con sinceridad:

-Muchas gracias mi señora, haremos buen uso de vuestras indicaciones- Se volvió hacia sus compañeros y coincidió con ellos en el siguiente paso:

-Vamos al santuario del bosque, volvemos a ver qué tal está Gertruda y descansamos antes de ir al siguiente-

(…)y pollón de ogro en el ano"

Elyzabeth alzó las cejas y tardó un momento en responder: -Creo que necesitáis más poetas en Tepest- Comentó con ironía. Después añadió con una sonrisa: -Menos mal que tenemos un clérigo para rezar- Acarició la melena del semielfo y lo siguió hasta la entrada de la tienda.

No necesitamos más poetas, Irina. Lo que necesitamos en Tepest son menos ogros violadores.

Walterly lanzó un vistazo a la puerta de la cabaña por la que se había marchado Gertruda. No podía quitarse de la cabeza la sensación de que la chica también sería brutalmente violada, pero por una pandilla de gitanos en lugar de un ogro.

En fin, cosas que pasan. Sobre lo del guía... Si nos describe cómo es el Santuario, Madame, no hace falta ningún guía. Que tampoco queremos abusar de la hospitalidad. En las casas de las sagas, si te propasas te dejan en bragas. Es un dicho tepestaní. En los bosques de Tepest hay tres brujas sagas que... Bueno, a lo mejor solo es un cuento para asustar a los niños y que no se alejen del poblado...

Mirad una cosa... ¿Qué pasa si rezan dos personas en vez de una? Por si acaso.

Zack negó con la cabeza a ante las palabras de Elyzabeth. ¿Pero no acabáis de oír lo que ha dicho Madame Eva? Nuestro enemigo Strahd mandará a sus súbditos para impedir que sigamos rezando. Al menos uno de nosotros no podrá ayudar y nuestras fuerzas están menguadas debido a las batallas que hemos librado con anterioridad. Mi baraja de cartas no está al cien por cien, he gastado algunas y no creo que sea buena idea enfrentarnos a los Siervos del Mal con nuestras fuerzas menguadas. Dijo encogiéndose de hombros. Lo mejor será descansar y mañana rezar. 

Este pueblo lleva años sometidos ante la tiranía de Strahd, no creo que unos días más suponga un problema. Dijo queriendo tomarse un descanso, pues ya no estaba a gusto habiendo ido a visitar a Madame Eva como para ahora decidir pasar la noche en vela.

Procuro hacerme el desentendido ante la broma de Ely, antes de que me meta en uno de sus embrollos y acabe la noche encerrado, rezando una letanía que no sabría ni por donde empezar.

Me detengo al escuchar a Zack oponerse a la premura con la que nos estamos tomando el asunto, porponiendo un plan más prudente que le permita recargar su baraja de hechizos. Por mi parte, hago también un repaso a los que llevo usados en el día de hoy: un poco de prestidigitación para embaucar a una pobre infeliz -en mala hora- y el conjuro de detectar magia. El resto de mi potente arsenal sigue listo, así que, en ese aspecto, no creo que se vaya a notar gran diferencia.

Me encojo de hombros al ver la duda en mis compañeros.

- Lo que queráis. -opino, posicionándome en la equidistancia.

Este pueblo lleva años sometidos ante la tiranía de Strahd, no creo que unos días más suponga un problema. 

No le faltaba razón y de alguna manera se sentía mas segura en el campamento Vestani que en ningún otro lugar de Barovia. Ely miró al caballero y sus compañeras pelirrojas en busca del desempate. -¿Que opináis?- Preguntó a los restantes.

Walt no entendía las palabras de Zack. El tepestaní se sentía bien, para nada con fuerzas menguadas. El bajito bárbaro se palpó el bíceps de su brazo derecho: sí, estaba en plena forma. Con algún rasguño de su pelea con las arañas, pero nada que fuese a suponer la diferencia. Pero incluso con un brazo cercenado y una daga clavada en la espalda el muy terco seguiría lanzándose de cabeza a los brazos de la muerte.

Mirad lo que os digo, si es por mí vamos ya. Como mínimo para reconocer el lugar y hablar con el guardián por si puede luchar de nuestra parte. Porque el guardián de ese santuario sigue vivo, ¿no?-preguntó a la Madame-Entiendo que no es el tipo de guardián que "no nos molestará" porque está de vacaciones, o porque murió mucho tiempo atrás, y está enterrado y bien enterrado.

Y ya que nos pegamos el paseo, de paso nos quedamos un rato allí a rezar y romper cráneos, ese tipo de cosas piadosas. No nos cuesta nada. Como decimos en Tepest: si el grifo va con silla, que lleve alforjas, bocado y brida. Hemos estado en el castillo de Strahd y no tiene vigilancia, solo un pequeño problema de plagas, así que no debe tener muchos lacayos que enviar contra nosotros. Además, si vamos a estar despiertos para evitar que muerdan a una de las tres Irinas, nos da igual trasnochar en el Santuario del Bosque que en su mansión.

Uno contra uno. Y para desempatar necesitaban que los taciturnos paladines se pronunciasen con una verborrea a la que no están acostumbrados. O quizás con un lacónico movimiento de barbilla, acompañado de un "mmmh". Y entonces tendrían que preguntarles "¿mmmh a lo que dice Zack o a lo que dice Walt?". El voto de desempate incluso podría recaer en Irina, la Irina de verdad, pelirroja natural hasta en el felpudillo. Quién ya no podía votar en este tema era Gertruda, que se había ido, pero seguramente su voto fuese en el sentido de "idos todos a la mierda".

¿Qué pasa si rezan dos personas en vez de una?

¿Tal es vuestro ansia de poder? preguntó Madame Eva, a la que se le empezaban a ver ciertos rasgos de hastío por la presencia del grupo En ese caso, el poder caerá sobre uno de los dos oradores, el que el santuario considere el más digno

La discusión seguía dentro de la caseta. Mientras que Zack y Walt mantenían opiniones contrarias, Ely y Reluë se mantenían al margen, los otros tres integrantes parecían ausentes, sin querer pronunciarse en esos momentos.

Porque el guardián de ese santuario sigue vivo, ¿no?-preguntó a la Madame-Entiendo que no es el tipo de guardián que "no nos molestará" porque está de vacaciones, o porque murió mucho tiempo atrás, y está enterrado y bien enterrado.

Madame Eva parecía cada vez más molesta. Esas últimas palabras hicieron que su rostro mostrara una agresividad hasta ese momento oculta.

Sigue perfectamente vivo escupió las palabras vigila el Santuario perfectamente, y el guardián no está encerrado. Ni aunque quisierais hacerlo, no tendríais poder para acabar con él. He dicho que no os molestará, y no lo hará. Tampoco acudirá allí para hablar con vosotros del tiempo, guerrero de Tepest.