Partida Rol por web

La revista hasta el día 30 no me la tienen. Así que imagino que iremos poco a poco de momento.

Por lo pronto he analizado la nueva lista de séptima generación y a no ser que quieras empezar con otro, en principio tienes para elegir a los tres iniciales. Obviamente en su máximo nivel de evolución.

Selene no estaba cómoda, en absoluto. Más de diez horas de viaje en barco rodeada por todas partes de gente excesivamente morena ¡No pegaba nada! Pero decidió serenarse al bajar a tierra. Que el mundo dejase de moverse de manera extraña ayudó bastante a su ánimo...incluso dejó de importarle el ser tan pálida. Al menos, ya no tenía tonalidad verdosa.

Es una mejora...y cogeré color aquí en Alola, supongo.

El día fue ajetreado con el tramo final de la mudanza. Ni siquiera pudo ver mucho del lugar al tener que guiar a los Machokes de transporte. Pero casi llegada la noche, le vibró el móvil. Era su madre.

-¡Cariño! Me alegro que pudieses ir una semana antes que nosotras. El servicio de mudanzas se encargará de casi todo. Y el profesor cuidará la casa como adulto responsable que es. ¡¡Por cierto!! ¿Te dije que tenías una cita con él a las 19:00? ¡Son las 18:50!

El tono cantarín de su madre indicaba a Selene que no era un accidente...que se había "olvidado" a posta. Le encantaba hacer eso...poner en evidencia a Selene para ver si se le pasaba la timidez. Hasta la fecha, sin éxito.

Tras colgar Selene salío a la carrera ¡Era una cita importante! Recibiría su primer pokémon de manos del profesor. Sería un pokémon de Alola, de los que no sabía nada. No había tenido ninguno desde que el viejo Arcanine del abuelo, que pasó a ella, murió de viejo.

-Llego tardeee.

Resultó que el profesor ni se acordaba, estaba en pleno combate cuerpo a cuerpo con un ¿Oso de peluche? Pero al verla en la puerta mirarlo asombrada, paró. Tras las presentaciones, regresó con un precioso búho muy redondito. Y se lo tendió a Selene.

-Este es Rowlet. Cuídalo bien y ella hará lo mismo por ti.

Selene, encantada, tendió una mano al pokémon para que se acercara a ella y se conociesen. Tras unas caricias...¡Empezó a brillar! Estaba evolucionando. El profesor, asombrado, sonreía.

-Bueno...pues, este es Dartrix. La evolución de Rowlet. Creo que...estaba listo para evolucionar, debe ser. Y al conocerte le has despartado cariño y ¡Puf! listo.

Bienvenido a Alola, Selene. Tus andanzas por la región comienzan aquí mismo, en la isla de Melemele, ¡un paraíso tropical repleto de exóticos Pokémo y de gente que vive su vida en armonía. ¿Crees que serás capaz de hacerte con el título de Campeón Insular?

Justo en el momento en el que llegas, un chico de lo más común, de piel morena y pelo aún más negro, llega también al laboratorio del profesor Kukui. A él también le entregan su primer pokémon y resulta que escoge a Popplio. El pokémon no tarda en evolucionar en cuanto se encuentra con él.

Después te mira directamente a los ojos. Y luego te mira de arriba a abajo. ¡Guau! ¿Eres nueva en Melemele? ¡Yo soy el nieto del Kahuna de la isla! ¿Te apetece que provemos nuestros pokémon? Te pregunta mientras lanza a Brionne. El pokémon, según pone un pie en el campo de batalla, empieza a brillar con intensidad para convertirse en un espectacular Primarina.

Anda, el pokémon de ese chico también ha evolucionado nada más cogerlo. Es bonito aunque ¿Serán así también los machos? Espera...¿Será macho?

Selene sacudió la cabeza, centrándose en las palabras del chico.

-Va-vale. Combatamos.

¿Qué es un Kahuna?

-Vamos, Artemisa. A-adelante.

La Dartrix de la chica salió dispuesta a luchar. Pero al ver ante sí a un pokémon totalmente evolucionado, frunció el ceño y pareció apretar sus músculos. Empezando a brillar también.

-Oh...que bien. Ahora e-eres ¿Decidueye? ¡Genial!

-¡Preparada!

Creo.

El primer encuentro se iba a realizar. Selene sacó la Rotom-dex, que le acababa de entregar el Profesor Kukui y le mostró el pokémon que tenía delante. Efectivamente su apariencia era idéntica en macho o en hembra y era un pokémon de tipo agua y hada a la vez. Eso le hacía vulnerable a los ataques de tipo planta, así que Selene tendía ventaja para su primer encuentro.

- La mejor estrategia que tenemos contra los pokémon de tipo planta es precisamente usar ataques de tipo hielo, ¿verdad Primarina? ¡Pues empecemos usando ese ataque, a ver qué tal resulta!

-De acuerdo...si es tipo agua, Artemisa podrá con él sin problemas. ¡D-dale con una Hoja Aguda!

Deseando que fuese suficiente ¿qué mejor que ganar rápido? Selene se dispuso a observar los movimientos y la habilidad de su nueva compañera. Y de su rival, aunque le interesaban algo menos.

Vamos... tú puedes.

Decidueye fue mucho más rápido que Primarina ne actuar, y abriendo sus alas descargó una serie de hojas de afilado canto. Al final, el pokemon de Tilo cayó gravemente debilitado y no pudo hacer nada para remediarlo. Había sido un golpe crítico que lo había dejado muy herido. ¡Vaya! ¡Qué bestia! Gritó Tilo a la nueva chica de Alola. ¡Será mejor que me vaya a buscar un centro pokémon! ¡Suerte con tu paso por Alola!

Tras el combate, muy contenta por haber ganado, Selene emprendió camino. En dirección a... ¿Dónde? Ningún lugar en especial. Solo quería conocer la isla, lo que podía ofrecer. Caminó con brío dispuesta a descubrir calas secretas o claros entre los árboles. Algún lugar bonito que fotografiar como recuerdo.

No tuvo en cuenta el calor que puede llegar a hacer en las islas de Alola. Pronto estaba tan cansada que tuvo que sentarse a la sombra de unas palmeras. Y ahí, acariciada por la brisa y el agradable sol que se colaba entre las ramas de cuando en cuando, terminó por quedarse dormida.

El tiempo transcurrió y el ángulo de las sombras se alteró. Por ello quedó al sol y, para cuando despertó, muerta de calor otra vez. Necesitaba agua. Y tuvo la suerte de encontrar bastante, cerca de donde estaba.

Solo que no era un charquito al lado del estanque, sino la pompa que cubre la cabeza de un enorme Araquanid. Por momentos se asustó, viéndose atacada por un furioso bicho que no quería ser molestado... sin embargo eso no ocurrió. Al parecer meter sus manos en la pompa le había hecho cosquillas. Y el ataque no era tal, sino simplemente lanzarse encima, jugando.

Para cuando llegó el momento de seguir su camino, Selene contaba con un nuevo amigo al que llamó Sucky. ¡su segundo pokémon!

Cuando Selene se despertó de su descanso y obtuvo su segundo pokémon, se encontró de nuevo con Tilo que le pidió que le acompañara al centro pokémon de la siguiente ciudad. El viaje, aunque a meno, terminó siendo demasiado largo y ambos llegaron agotados. Allí pudieron descansar y recuperar a sus pokémon. Y al salir se encontraron con un joven y a puesto entrenador.

¡Hola! Dijo al ver a Selene. He visto que vienes del centro pokémon y que ya has capturado a dos. Tienes pinta de novata, pero si quieres podemos practicar y echar un combate a dobles. Dijo dedicándole una amplia sonrisa. Mi nombre es Liam y yo también tengo dos. ¿Te interesa?

¿Un combate? ¿Tan de pronto? El primer instinto de Selene fue negarse pero, a fin de cuentas, tenía que mejorar y aprender. Y el chico decía que sería de práctica.

-Bueno, d-de acuerdo. Pero no seas muy duro conmigo, nunca he hecho un combate doble.

Ni siquiera estoy del todo segura de como manejar a Sucky.

-¿Aquí mismo o v-vamos a otra parte?

Vamos allí. Dijo señalándole un campo de tierra que no estaba demasiado lejos. Es aquí donde se suelen echar los combates. ¡Vamos! ¡Adelante, Gumshoos, adelante Raticate! 

¡Combinad vuestros ataques, y todos a por el mismo! ¡Doble triturar! Dijo mandando a sus pokemon comenzar con el ataque de inmediato.

-¡Artemisa, Sucky! Os toca a los dos. Lleváos bien ¿Vale?

Se notaba nerviosa por ser su primer combate doble.

-B-bien, Artemisa. Dale a ese Raticate con una buena Hoja aguda. ¡Con todo! Tú también Sucky, dale al Raticate con chupavidas. Si eliminamos a uno pronto será más sencillo. Espero.

Esperando no haberse equivocado con sus órdenes, Selene se mordía la uña del pulgar. Nerviosa.

Ambas parejas de pokémon se pusieron de acuerdo en ir a por el mismo objetivo. La clave de los combates dobles era precisamente esa, debilitar al mismo pokemon para que todo resultara más fácil más adelante. Por eso Raticate y Grumshoos se pusieron de acuerdo en mordisquear al pokemon de planta fantasma con forma de pájaro, y tras los terribles ataques lo debilitaron por completo. Pero mientras, Decidueye y Aquanib decidieron atacar a Raticate, que tras golpearle con una afilada hoja y tras drenarle parte de su energía, también lograron debilitarle y provocar de nuevo un empate en el marcador. Ahora solo quedaba Grumshoos contra Aquamib, y ninguno de ellos parecía poseer una clara ventaja. Quizá el pokemon de Liam tenía una ligera, y es que él era más rápido que su rival.

No queda otra que ir con todo... pobre Artemisa, pero lo ha hecho bien ¡Que rápido se resuelven los dobles! ¿Qué puede hacerme ese pokémon? Espero que lo que sea, no baste.

-Sucky, Hidroariete. Destrózalo con todas tus ganas ¡Por Artemisa!

Esperando que eso bastase, Selene esperó ansiosa la orden de su rival.

¡Vamos Gumshoos, dalo todo, híncale bien el diente a esa araña!

Tras el último combate, ambos pokémon quedaron gravemente heridos, pero Gumshoos no resistiría un golpe más, por eso Liam se rindió. Enhorabuena, dijo Liam. Acabas de superar el primer desafío de Alola. Para llegar a ser una verdadera maestra, tendrás que superar una serie de desafíos, cada uno más complicado que el anterior. Pronto te irás encontrando a rivales dignos como yo y si los superas, podrás ir obteniendo cristales. Cuando los tengas todos, serás la campeona de Alola. Ahora, venga, déjame que te acompañe al Centro Pokémon y curemos a tus pokemon.