Partida Rol por web

Finalmente, salgo de la sala del examen y me detengo en el pasillo adyacente. Y una vez fuera, sonrio pensando en los posibles motivos de Phil para esa prisa repentina.
Cuando aparece por la puerta, me giro y le digo.
Calma hombre, no iba a darle ninguna patada en el culo a nadie. ¿O tu prisa era por Sammy?
Si es esto ultimo, me temo que tu oportunidad ya ha pasado.

¿Sammy? que va - protesta ante Gun. - Ya he visto como le mirabas el culo.. chabal. JaJaJa- no puede evitar soltar unas risas por lo que él mismo ha dicho. - És sólo que aquí sin hacer nada me aburro, vamos. - se encoje una vez más de hombros y sigue marcando el paso desde atrás suyo.

¿No os podéis dejar de picar durante un segundo? Juas, juas, juas. Rio sonoramente ante las palabras de mis compañeros.

Ahora... una cosa que no tiene nada que ver con el capullo ni con el culo de la buenorra... ¿No pensáis en el resultado del examen? Por qué a mi me da que nos har dado por culo solo para nada.

Espero que no me manden a recoger la basura...

Tras haber escuchado la pregunta de Rick, me encojo de hombros mientras camino y contesto.
Sinceramente, me da lo mismo el resultado de este test.
Si que parece una perdida de tiempo. Pero me parece a mi, que eso no es problema nuestro. Que se preocupe el supervisor. Y que, para variar, haga algo util en vez de pasearse.

Vuestro camino hasta la sala de recreo que utilizáis para jugar no es demasiado largo. Siempre váis a una sala apartada, en una ala del refugio algo apartada de todo lo demás.

La habitación era una cámara de seguridad hecha exclusivamente para fugas o otros problemas de gran envergadura, por lo cual siempre estaba vacía.

Finalmente, el cuarteto de compinches avanzamos por los corredores del refugio dejando atrás la sala del examen
Y tras una corta caminata, nos detenemos frente a una compuerta que conocemos muy bien
Me adelanto y, tras manipular el cierre de seguridad, abro la compuerta mientras el resto del equipo, se mantiene vigilante para que no nos pillen.
Una vez que la puerta se abre, apenas un resquicio, yo digo.
Adentro todos, rapido.
Apenas un instante tardamos en desaparecer del pasillo.
Y una vez que nos hallamos dentro de la sala privada, yo me dirigo haia una pared en particular.
No parece diferente de las demás. Pero yo cuento las losas de cemento que forran la pared y, al llegar a una losa determinada, meto los dedos por el resquicio que hay y no tardo en separar un pequeño segmento de la misma.
Hurgo concienzudamente en el hueco que ha aparecido y, antes de sacar la baraja, he aquí que agarro una botella cubierta de polvo.
Me giro y, mirando a mis compinches con cierta sonrisa, digo.
Hace un par de semanas. El capullo que tenemos por supervisor vino a revisar la excavacion del túnel en el que trabajo.
Ya sabéis, esa jodida ampliación que tantos problemas esta causando por las grietas que produce en los niveles superiores.
Pues bien. El tío este, tuvo la mala fortuna de dejar su botellita de carburante cerca de mi. Y vaya, que cosas pasan. Apenas tarde un par de segundos en darme cuenta de tan magnifica oportunidad.
Y dicho esto, paso una botella de de autentico Bourbon al mas cercano del grupo.
Me vuelvo a girar y rebusco de nuevo en el hueco. Tras una corta búsqueda, saco finalmente una baraja de cartas y una caja de habanos. Paso la baraja y cuando tengo ambas manos libres, abro la caja y, cogiendo un puro, lo enciendo con el mechero que guardo en la misma.
Tras un par de caladas termino diciendo con el puro entre los dientes.
¿Queréis alguno?. Recordad que son replicas de primera calidad.

Philip era el que se encontraba más cerca de su compañero y el que reciviría la botella y las cartas. Este se queda sorprendido y alza las dos manos a la altura de la cabeza para verlo bien, las agita en forma de balanza, como si pensara en que quedarse y, definitivamente.. lanza hacia atrás la baraja de cartas sin ver a quién cuál ramo de novia. - Joder.. yo me quedo con esto, ¿no te jode?.. - dice con una sonrisilla y sentándose en cualquier sitio donde estubiera cómodo. - Tío, ¿tienes vasos? - le pregunta a Gun aún observando la botella.

¿No es un poco extraño que nos dejen ir de aquí para allá sin más? Pregunto en voz alta mientras cojo uno de los puros y me lo guardo en el bolsillo del traje.

Ala, Gun, reparte las cartas. Le digo a mi compañero sin dejar de pensar en donde nos encontramos.

No es que me moleste estar en este sitio. Una cámara de seguridad es lo bastante segura para mí... tan sólo espero que no se complique la cosa.

No tardamos en acomodarnos usando a modo de asiento, unas cajas de suministros ya vacías.
En el centro de la improvisada timba, colocamos una caja algo mas grande a modo de mesa. Y yo, finalmente agarro el mazo de cartas y reparto 5 a cada uno de mis compinches.
Vuelvo a meterle otra calada al puro. Y su humo azulado, se va extendiendo por la sala.
Miro las cartas que me han tocado y procuro no mostrar ni un solo gesto en mi cara.
Y entre tanto, le digo a Phill.
¿Vasos?. Pues si que te estas volviendo fino tu. Y como no creo que sea debido a la influencia de ninguno de los presentes, sospecho de donde te pueden salir esas ideas tan curiosas.
Agarro la botella de Bourbon y, tras limpiar el gollete de la misma, acabo por meter un buen trago. Decididamente, lo que no puedo ocultar es la sonrisa e satisfacción que me provoca el sabor de tan excelente bebida.
Dejo la botella sobre la improvisada mesa y mirando a Rick, comento.
A saber por que sera. Hombre, si estos son nuestros últimos momentos de tranquilidad antes de acabar ocupando algún puesto nuevo, por mi encantado. Tu no preguntes y aprovecha todo lo que puedas. Esa es una política adecuada, creo yo.

Una vez todos os encontráis en el interior, como de costumbre, la puerta se cierra por completo, incluso aquellas manibelas de seguridad.

Aún así estáis acostumbrados a la escena y no le dais importancia a la puerta, siguiendo con vuestras conversaciones.

Escucho el cierre de seguridad cerrarse y como siempre, un escalofrío recorre mi cuerpo.

Enciendo el puro y le doy un par de caladas, aspirando su suave humo saber a tabaco mientras cojo las cartas que me reparten mis compañeros.

Otra vez encerrados. ¿Qué cosas no? Les digo con tono lúgubre mientras le acomodo en la silla y muevo el puro con la lengua por mis labios.

Ala... a desplumar a los pringados...

Phil coje las cartas, las mira con atención mientras Gun le suelta esas palabras que hacen que el chico del sombrero lo mire con cara de inexpresividad y soltando luego un..- Tsk..

Cojo un puro y tras echarle un trago al Bourbon enciendo el puro y le doy unas cuantas caladas al puro.

 - Venga chicos, juguemos unas partiditas, que quizá sea la última vez que podamos hacer esto.

De repente las cosas cambian. La luz de alarma que está colocada en el techo emite el desconocido hasta el momento color rojo. El pitido de procedencia difusa os ensordece los oidos y un estruendo os avisa de que la sala ha sido cerrada por motivos de seguridad. 

A partir de ahí solo se oye el rugido de la alarma, y en la lejanía, un leve alboroto.

Suena de pronto la alerta del refugio. Y yo, salto del improvisado asiento y lo `primero que hago tras arrojar las cartas, es agarrar la botella, cerrarla, y guardarla en un bolsillo.
Y hecho esto, me dirijo rápidamente hacia la puerta de acceso mientras digo.
¿Pero que leches pasa?. ¡Alarma!. ¡Vamos gente!. ¡Toca moverse!
Nada mas llegar junto a la puerta, examino el cierre por si diera problemas.

Naturalmente, el cierre no ofrece ningún tipo de problema para alguien como yo.
Por tanto, mirando de reojo a mis compinches, digo.
Propongo que intentemos abrirlo y salir de aquí. Después de todo, quizás seamos necesarios en nuestros diferentes puestos

Mierda.

¿Por que no me haré caso cuando se me ocurren las cosas?

Bueno, ¿qué más puede pasar?

Le doy otra calada más al puro mientras me levanto de la mesa tranquilamente.

Dime, Gunth... ¿Qué has encontrado en la cerradura? ¿Podremos salir? ¿No será mejor quedarnos dentro?

Gracias a un imperdible que quedaba en el bolsillo de Gunther, al pasarlo por el marco de la pesada puerta, consigue hacer que se abra. 

El imperdible se rompe ante la situación y al abrir la puerta se oyen gritos, lejos, ruido y mucho revuelo.

Apenas tardo unos segundos en forzar el cierre de la puerta con un imperdible que llevo en mis bolsillos.
Empujo levemente y cuando se abre el resquicio acostumbrado, digo a resto del equipo.
Fuera de aquí ya. No olvidéis que esta es una zona de seguridad. Mal asunto quedarse encerrado dentro.