Partida Rol por web

Alexander sigue mirando de forma analítica el medallón...

Nunca se separa de el, ¿eh?-Dice lentamente y con voz perdida.

De pronto, levanta la cabeza, como si se hubiese dado cuenta de algo importante.

¿Desde que...la encontrasteis?-Medita cada palabra antes de pronunciarla, intentando que su tono no hiera los sentimientos de nadie.

Loreta asiente despacio - Así es. La encontramos cuando ni siquiera sabía hablar...sus padres debieron abandonarla en aquel bosque, pobre criatura... - Mark sonríe de medio lado, recordando viejos tiempos, pero pronto su rostro recupera esa tristeza anterior, propia del momento que viven - ¿Por qué? ¿Es importante? - Pregunta, ladeando ligeramente la cabeza.

Lyla arquea una ceja

Miralo de este modo... No sabemos donde ha podido ir, y la única señal que os ha dejado ha sido el medallón del que, si tus palabras son ciertas, nunca se separaba. Quizás guarda alguna relación

Mientras dice esto, termina de sacar sus provisiones, además del plato, la cuerda, el odre de agua, y una pequeña navaja. Luego cierra su mochila. Luego les mira con una sonrisa expectante, y les pregunta con voz despreocupada y algo descarada

¿Os importa que utilice vuestro fuego para calentar mi comida? Hace unos días que no como en caliente

Sin esperar respuesta, se acerca con cautela al fuego y comienza a improvisar una sencilla construcción con tres palos y algo de cuerda para poder calentar su comida sin riesgo a que esta se queme en el fuego. Mientras sigue hablando, retomando un tono algo más serio

¿Y ella nunca os habló de lo que significaba para ella el medallón? Digo yo que alguna vez tuvistéis que preguntarle, ¿no?...

De repente, se da cuenta de que no se acuerda del nombre de la chica, ni siquiera recuerda si lo han dicho aún

Vaya memoria la mia

¿Como habías dicho que se llamaba?

Alexander tiene la mirada perdida, y una expresión a medio camino entre el odio y la tristeza.

Vete...Vete y no se te ocurra volver...

Rápidamente consigue recomponerse, sin embargo, le tiembra un poco la voz, contratiempo que soluciona carraspeando ligeramente.

-Bueno, podría serlo...-Comenta, pausadamente- ¿Y decidme, es la primera vez que visitais Cornes? Quizá estuviese allí- Dice, mientras mira a Lyla, para reafirmar la teoría de esta.

Su voz vuelve a tener un matiz frío y distante, aunque sigue mostrandose colaborador.

Lyla sonrie mientras ata dos de los palos juntos. Ese ingenio en concreto, se lo enseñó un cazador que conoció hace un año y medio en un bosque al oeste de ahí. Un hombre agradable, y de pocas palabras, que se convirtió en el compañero de viaje de Lyla durante varios días. Con el tiempo, los viajeros como Lyla aprendían a valorar el silencio, así que, a pesar de su naturaleza abierta y social, recordaba a aquel hombre con simpatía. Claro que, con el tiempo, había olvidado como se llamaba

¿Rurick? O... ¿Cedric? Bah, que más da...

Mark parece algo afligido al ver como, sin tapujos, Lyla se pone a sonreir y a prepararse la cena en un momento tan delicado para ellos - Eh...claro, adelante - DIce, a pesar de que te has adelantado a su permiso - Y respondiendo a vuestras preguntas...se llama Shanna, y no, jamás dijo nada sobre el medallón - Explica, sin soltar la mano de Loreta, mirándoos a los dos - Aunque supongo que no tenía mucho que contar, era demasiado pequeña como para recordar nada...quizá solo lo guarde como un recuerdo, quien sabe -

- Deja que te ayude - Dice Bill, que hasta ahora ha permanecido apartado, mientras se acerca a Lyla, que, distraida, no nota como vibra al voz de Alexander, y la ayuda a preparar algo de cenar - Y no, muchacho, no es la primera vez que visitamos Cornes. Acudimos cada año para acudir al evento del equinocio. Se podría decir que ya somos artistas habituales del 21 de Marzo. Ilusionistas, de hecho. - Explica, mientras saca algunos filetes de carne de una de las mochilas que se encuentran junto a Mark y Loreta.

La noche ha caido ya del todo, y pese a encontraros en un valle, la luna se muestra tímida y no hay luz alguna que ilumine la pradera. Vuestra hoguera es la única luz que lograis ver en varios kilómetros a la redonda. Algunos grillos se dejan oir, añadiendo ese característico ambiente propio de las noches que, cada vez, van siendo más calurosas.

Lyla agradece a Bill su ayuda, y, cuando ha terminado, pone en el plato sus raciones, y se sienta mientras mira con renovado interés a sus interlocutores

¿Ilusionistas, eh? Me gustaría poder veros actuar, aunque, según vuestra situación actual, me parece que esta al final de vuestra lista de prioridades Esboza una sonrisa triste Sé que mis palabras os sonarán vacías, al fin y al cabo, acabamos de conocernos, y no estoy pasando por vuestra situación, pero... No le déis más vueltas por ahora. Si lo que decís es cierto, probablemente el medallón se le cayó al suelo antes de irse, y no tiene relación alguna. Así que, en principio, no tenemos ningún indicio sobre como buscar, y es tarde. Propongo descansar esta noche, y levantarnos mañana por la mañana temprano para irnos a Cornes. Según creo, es el núcleo urbano más cercano, y me parece tan buen lugar como cualquier otro para empezar a buscar... ¿No creéis?

Luego les sonríe, intentando infundirles animos

Alexander espera tímidamente a que Bill le ofrezca algo de carne, aunque no le apremia ni se la pide.

Ilusionistas, ¿Eh?

-Coincido con Lyla, creo que hoy deberíamos descansar y mañana salir hacia Cornes en busca de Shanna, si no es la primera vez que vais, puede que sea el sitio mas cercano que conozca y que por ello se haya dirigido hacia allí.-Comenta mientras se rasca la barbilla.

Sí, es buena idea - Dice Bill mientras reparte raciones a Mark, Loreta y Alexander - Nos vendrá bien dormir un poco. Mañana buscaremos en Cornes y seguro que la encontramos... - AÑade, sonriendo a la pareja. Esta asiente, conforme.

Entonces se hace el silencio, los tres comienzan a comer, pensando en la muchacha, algo cabizbajos, pero ciertamente, más animados que cuando llegasteis. Les habeis traido esperanza...

Durante unos minutos, Lyla permanece en silencio, dando cuenta de sus raciones. Cuando termina, suelta un suspiro, y, satisfecha, se apoya contra su mochila, observando detenidamente a sus improvisados compañeros de viaje. Tras unos segundos, decide intentar revivir la conversación

Y bueno... Contadme algo más sobre vosotros. ¿De dónde sois?

Alexander comienza a cenar, agradeciendo a Bill la carne.

No dice nada, símplemente escucha interesado.

- Somos de Hécate - Responde Bill, pues parece que Mark y Loreta están demasiado cansados y desanimados como para tener una charla banal ahora - Pero solemos venir todos los años a Cornes para el 21 de Marzo. Es un lugar tranquilo y apacible, muy distinto a la gran ciudad. Además, son más fácilmente impresionables que las gentes de Hécate...cosas de vivir en un pueblo, supongo, así que pagan bien.  -

- Con vuestro permiso... - Interrumpe Mark, mientras deja su plato y el de Loreta, ya vacios, junto a la hoguera, y se retiran a descansar. Bill asiente, comprensivo, y os mira de nuevo - ¿Y vosotros? ¿De donde sois y qué os lleva a Cornes? -

Alexander termina de cenar, y dejando el plato junto a los de Mark y Loreta, responde a Bill.

-La verdad es que yo viajo mucho, y quería conocer Cornes. Por lo que he oído, la festividad del equinocio es digna de admiración.

Lyla asiente cuando Mark se despide, y baja el tono para no molestarles. Cuando Bill menciona lo fácilmente impresionable que son las personas de pueblo, Lyla esboza una sonrisa divertida. Cuando ha terminado, contesta mirando a un punto perdido entre los árboles

Hécate... ¿Según he oido las cosas están animadas por ahí, no? Dice con un tono algo sarcástico recordando los rumores que circulan sobre los conflictos de poder en Galgados. Sin esperar respuesta, sigue hablando, ahora mirando a Bill Yo vengo de Helenia, de un pueblo pequeño, "tranquilo y apacible, muy distinto a la gran ciudad" Sonrie aunque sin malicia, y su voz tampoco parece de reproche, más bien divertida Aunque bueno... Su tono se vuelve algo melancólico Después de tantos años, creo que ya no me considero de ningún lugar concreto, en realidad. Supongo que vengo a Cornes por la misma razón que vosotros, aunque en calidad de consumidora, por supuesto. Bueno, nunca se sabe. Quizás encuentro algún trabajito por un puñado de monedas durante un tiempo, pero no creo que me quede mucho más del festival, a menos que ocurra algo realmente interesante

Se recuesta contra su mochila, y comienza a juguetear con su navaja, un mal hábito adquirido a lo largo de sus viajes, en los que un culo inquieto como ella no podía mantenerse sin moverse durante mucho tiempo

¿Y tú, Alexander? Aún no nos has dicho de donde vienes...

Alexander observa un punto en la lejanía, inmerso en sus pensamientos.

Espera unos segundos antes de contestar a Lyla.

-Yo soy de Togarini, aunque hace mucho que dejé aquellas tierras-Dice, con cierto tono melancólico y ese matiz frío tan característico en él.

-Helenia...Tiene que ser un lugar bastante tranquilo para vivir, sin sobresaltos-Hace una pausa para observar a Lyla-Aunque supongo que ese no es tu estilo- Comenta, sin ánimo de herir o inmiscuirse en asuntos personales.

Durante un rato, continuais con la charla. Bill os cuenta que en Hécate la vida es frenética, y que el público es mucho más exigente que en los pequeños pueblos, donde no están acostumbrados a la clase de espectáculos que ellos realizan. Os habla de Mark que es su hermano, el cual se casó con Loreta hace ya algunos años. Encontraron a Shanna hace unos 18 años, y desde entonces ella les ha acompañado a cada espectáculo que han realizado.

Os dice que su abuelo poseía un teatro en Hécate que, con el tiempo, se ha ido deteriorando, y por falta de fondos aún no han restaurado. Al parecer, el espectáculo que realizaron el año pasado en Cornes fue todo un éxito, pero Bill teme que el de este sea un fracaso si no encuentran a Shanna, ya que probablemente Mark y Loreta se nieguen a actuar...

Conforme pasa el tiempo, el fuego de la hoguera os va pareciendo más hipnótico, y el sueño se va apoderando de vosotros. Bill, sonriéndoos tras haber cogido confianza, se retira a dormir, y así, se hace el silencio.

No, supongo que no... Contesta Lyla, con una sonrisa algo triste y enigmática. Rápidamente cambia de expresión y mira a Bill con curiosidad ¿Y que hacéis en vuestras actuaciones? ¿O lo reserváis como secreto profesional? Añade guiñando un ojo con complicidad

Durante unos minutos, se encarga de mantener la conversación en el aire, y su encanto natural consigue que los dos hombres, a pensar de lo cansados que parecen, aguanten un poco más charlando de temas algo insustanciales, típicos de una noche de viaje entre tres extraños en un lugar desconocido. Cuando siente que el sueño comienza a acosarla, espera hasta que Bill termina de decir algo, y luego, tras unos segundos en los que se hace el silencio, decide dar la noche por concluida

Bueno, supongo que lo más sensato será ir a dormir. Mañana tendremos cosas que hacer... Y... Añade, un poco dubitativa, mientras se acerca a apagar las llamas y tapar las brasas con tierra, ya que no parece que vaya a hacer demasiado frío esa noche No sé si vosotros acostumbráis a hacer esto, pero, cuando estoy en compañía, me gusta montar guardias por la noche. Ya sabéis... Por si acaso. Ya sé que, al fin y al cabo, somos extraños, pero al menos tengo claro que, si fueráis bandidos o algo por el estilo, podríais robarme o atacarme igualmente mientras duermo aunque no hicieramos turnos para la noche, por lo que... Se encogió de hombros Si no tenéis ningún inconveniente... Ya sabéis, mejor prevenir que...

Yo puedo dormir 6 horas y estar como nueva, así que si lo véis bien podríamos hacer turnos de 3 horas. Si queréis yo me encargo del segundo, que es el que la gente más odia Sonrió y terminó de ocultar la luz de las brasas. Luego se apoyó en su mochila y esperó a que la contestaran. Por supuesto, no mencionó a Mark y Loreta, quienes no parecían en condición de poder realizar nada que se pareciera a una guardia

Quizás me he vuelto algo paranoica tras estos últimos años...