Partida Rol por web

Fantasmas del bajo Anduin

Parte 1. El fantasma del río

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16/11/2019, 12:12
Coérnica

El poderoso Anduin es el rio mas largo de toda la Tierra Media. Fluye desde las Montañas Nubladas en las tierras salvajes del norte de Rhovanion, atraviesa Rohan, cruza las grandes ciudades de Osgiliath, Minas Tirith, Pelargir y, finalmente, desagua en la Bahia de Belfalas. Guarda muchos secretos misteriosos y es el foco de las esperanzas, miedos y sueños de la gente que vive en sus orillas.

La pequeña ciudad de Bar-en-Tinnen se encuentra en Harithilien, noventa y siete kilómetros rio abajo de la Ciudad del Sol (Minas Tirith) y, en ocasiones, hace las veces de parada para los navíos mercantes de paso. El asentamiento se encuentra en la confluencia de los ríos Tinnen y Anduin. Muchas de las historias del Anduin nacen en las pequeñas poblaciones que bordean el rio, y Bar-en-Tinneen no es una excepción. Las historias de fantasmas y grandes bestias que se arrastran por las profundidades han hecho las delicias de la gente durante siglos.

Desde que cualquiera puede recordar, Bar-en-Tinnen se ha alzado en los bancos orientales del Anduin. Viviendo a la sombra de una de las mayores ciudades de la Tierra Media, el pequeño pueblo ha pasado relativamente desapercibido. Los habitantes de Bar-en-Tinnen son, en su mayoría, gente honesta. La ciudad en si proporciona un mercado para los granjeros y comerciantes que viven en las afueras de la zona, así como una parada para muchos viajeros y comerciantes que viajan rio arriba y abajo del Rio Grande.

Nuestros amigos aventureros, tras haber visto gran parte de las tierras del sur se van adentrando poco a poco cada vez más al norte. Para superar las montañas del Ered Nimrais, lo mejor es hacerlo hacia el este, así que vuestro camino toma ese rumbo. Y tras rumores sobre Orcos y otro tipo de bestias, en una de las poblaciones al norte de la ciudad de Pelargir pasáis al lado oriental del río. Al este se divisan las lejanas y oscuras montañas de Mordor, parecen estar en calma pero es difícil no mirarlas sin sentir un extraño escalofrío. Más alegre parece ser el norte y alguno de vosotros siente la necesidad de ver la ciudad blanca por primera vez en su vida. Pero aún os separan muchas millas de ese lugar. Quedan unas tres horas para la puesta de sol, el tiempo es frío aunque por suerte ni llueve ni hace demasiado viento. El caudaloso Anduin queda a vuestra izquierda y llegáis a un pueblo o aldea justo donde desemboca uno de los afluentes de este importante río. Un buen lugar sin duda donde pasar la noche y quizá hasta se tercie alguna aventura, y otra ocasión de conseguir ingresos con los de a parte de poder comer y beber, o ir mejorando vuestras pertenencias.

Llegáis a la Muralla Exterior. (23) Seguramente construida como salvaguarda contra bandidos y bestias salvajes. Esta realizado con roble y tiene una altura media de cuatro metros. La leva de la ciudad se encarga de mantener la muralla y custodiarla. La leva está levantada y solo parece haber un único guardia. Os escruta con la mirada, sin duda formáis un trío singular. Se dirige a vosotros - ¿Qué trae a estos viajeros al tranquilo pueblo de Bar-En-Tinen?

Más allá se ven las casas, humo saliendo de las chimeneas y se intuye el río más abajo, aunque no se vé bien desde aquí.

Notas de juego

Cuidado con los destinatarios ^^

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16/11/2019, 12:27
Master

El poderoso Anduin es el rio mas largo de toda la Tierra Media. Fluye desde las Montañas Nubladas en las tierras salvajes del norte de Rhovanion, atraviesa Rohan, cruza las grandes ciudades de Osgiliath, Minas Tirith, Pelargir y, finalmente, desagua en la Bahia de Belfalas. Guarda muchos secretos misteriosos y es el foco de las esperanzas, miedos y sueños de la gente que vive en sus orillas.

La pequeña ciudad de Bar-en-Tinnen se encuentra en Harithilien, noventa y siete kilómetros rio abajo de la Ciudad del Sol (Minas Tirith) y, en ocasiones, hace las veces de parada para los navíos mercantes de paso. El asentamiento se encuentra en la confluencia de los ríos Tinnen y Anduin. Muchas de las historias del Anduin nacen en las pequeñas poblaciones que bordean el rio, y Bar-en-Tinneen no es una excepción. Las historias de fantasmas y grandes bestias que se arrastran por las profundidades han hecho las delicias de la gente durante siglos.

Desde que cualquiera puede recordar, Bar-en-Tinnen se ha alzado en los bancos orientales del Anduin. Viviendo a la sombra de una de las mayores ciudades de la Tierra Media, el pequeño pueblo ha pasado relativamente desapercibido. Los habitantes de Bar-en-Tinnen son, en su mayoría, gente honesta. La ciudad en si proporciona un mercado para los granjeros y comerciantes que viven en las afueras de la zona, así como una parada para muchos viajeros y comerciantes que viajan río arriba y abajo del Río Grande.

Días atrás conseguiste recolectar unas buenas hierbas, venderlas te permitió conseguir víveres para unos días y algunas cosas que podrían serte de utilidad. Aún así tienes la sensación de la persona a la que le vendes las hierbas te paga mucho menos de lo que en realidad valen. Así que decidiste coger la mochila e ir rumbo norte.

Después de pasar un día a la intemperie, la tarde del siguiente llegaste a un pequeño poblado. El tiempo es frío aunque por suerte ni llueve ni hace demasiado viento. El caudaloso Anduin queda a tu izquierda y este pueblo o aldea se encuentra justo donde desemboca con uno de sus afluentes.

Llegás a la Muralla Exterior. (23) Seguramente construida como salvaguarda contra bandidos y bestias salvajes. Esta realizado con roble y tiene una altura media de cuatro metros. La leva de la ciudad se encarga de mantener la muralla y custodiarla. La leva está levantada y solo parece haber un único guardia.

Dicho guardia te mira de arriba a abajo con algo de desprecio por tu apariencia andrajosa. Ni siquiera te hace una pregunta, simplemente se limita a amenazarte - Nada de peleas ni destrozos, si molestas a los tranquilos habitantes de este lugar os echaré a ti y a tu chucho de una patada. ¡¿Entendido?!

Tras farfullar algo por lo bajo y acatar dicha amenaza te adentras en el pueblo. Pasas las primeras casas, se ve el humo saliendo de las chimeneas y se intuye el río más abajo, aunque no se vé bien desde aquí. El camino principal ha de llevar al centro del pueblo por lógica, y por lo tanto a las tiendas, con suerte haya algún herborista. Lo que te interesa es ver si es así y hablar con él para poder realizar futuros tratos con él.

Notas de juego

Cuidado con los destinatarios ^^

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16/11/2019, 15:26
Mutfast 'Mut' Lanudo

Tras una buena caminata hacia el norte encontramos lo que parece una población donde conseguir refugio y comida. La aparición del pueblo es como un espejismo ya que quedan pocas horas para que oscurezca y nos viene de perlas para evitar dormir otra noche más al raso ya que la noche se presenta fría y quién sabe si podría llover durante la misma.

- Buenas tardes señor guardia - saludo con educación y alegre con la perspectiva de poder dormir sobre un mullido colchón - Vamos camino del norte y buscamos alojamiento y comida. ¿Podría, por favor, indicarnos si hay alguna posada limpia y que den de comer abundantemente? Y algún sitio donde degustar una buena pinta de cerveza que el polvo del camino seca la garganta...

Miro al guardia que nos ha hablado con tranquilidad, esperando que viendo que soy un hobbit (un niño a sus ojos seguramente) no nos impidan la entrada. Aunque los rumores de la presencia de orcos y otras bestias puede que nos impidan la entrada aunque ninguno de nosotros parecemos aliados de los mismos. 

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16/11/2019, 17:44
Musgoverde

-Claro, claro... -Dijo con cierto agotamiento para responder al guardia, ya era habitual que le tomaran por un buscador de problemas simplemente por sus pintas. Huesos gruñó al guardia debido a la amenaza y el vagabundo le reprochó el gesto con una severa mirada y chistando para que guardara silencio. El can le miró con las orejas gachas y eso fue suficiente para evitarle a aquel simplón guardia un fuerte mordisco en la pantorrilla. 

No había que preocuparse por el viejo vagabundo. Hacía años que había dejado atrás sus años de peleas y escaramuzas, y aunque tenía una vieja espada al cinto más por costumbre que por necesidad, no solía usarla a menos que tuviera que defenderse de algún peligro. Y lo cierto era que llevaba años sin desenvainarla con intención de entablar combate. Incluso en su juventud había sido más tranquilo que problemático y en raras ocasiones había tenido que pelear. Y Huesos era mucho más tranquilo y bonachón que el propio viejo. Solía gruñir a quienes mostraban un actitud hostil, pero no mordería a nadie a menos que tuviera que defenderse a sí mismo o al viejo, o sí éste se lo ordenaba. Era un perro muy obediente y atendía sin rechistar a todas las órdenes que el viejo le daba, aunque entre ellos había mayor amistad y fraternidad que entre muchos humanos. 

Habían viajado siguiendo el cauce del río hasta la ciudad de Bar-en-Tinnen, dónde esperaban sacar un buen precio por las hierbas que había recolectado durante aquella semana. Normalmente solía venderlas individualmente a quienes se acercaban hasta él, pero las semanas en las que la clientela solía flojear acordaba un precio en el mercado con alguno de los herboristas. Pero últimamente, cada vez le ofrecían menos monedas por las mejores hierbas y por ello consideró viajar hacía el norte en busca de otro nuevo comprador. Llenó su vieja mochila con sus escasas pertenencias y Huesos y él salieron al camino rumbo hacía Bar-en-Tinnen, donde tenía oído que había un buen herborista del que esperaba sacar un precio justo. Había recolectado alguna cosa por el camino, para no llegar con las manos vacías, pero el mejor género se lo había dado sin duda a aquel tacaño comprador. Esperaba, no obstante, poder evaluar lo que le ofrecían para futuras transacciones. Tomó la calle principal del pueblo y con paso tranquilo recorrió la acera mirando de un lado a otro para dar con el establecimiento que buscaba.

- Tiradas (1)

Motivo: Forrajear

Tirada: 1d100

Resultado: 24(+35)=59 [24]

Notas de juego

Hice una tirada de forrajear para ver si encuentro algo que poder venderle.

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18/11/2019, 11:20
Axe

De nuevo la calma en nuestras vidas, al menos de momento. Era tranquilizador y relajante el poder caminar sin riesgo de ataque, y ennoblecía el alma poder respirar sin tener que contener el aliento. Mis amigos (pues como tal ya podía considerarlos después de tanto vivido), los uncas y yo anduvimos grandes trechos sin mayor problema, tan solo el cansancio propio que pronto se solucionaba con un reparador sueño bajo las estrellas.

Cuando la silueta de la ciudad amurallada se alzó ante nosotros mi corazón dio un vuelco de alegría. Civilización al fin, con algarabía de personas desconocidas y buena comida caliente para cenar. Claro que antes había que entrar.

Mut contestó al requerimiento del guardia, y consideré que no hacía falta añadir nada a su respuesta. Justo eso era lo que queríamos, como viajeros cansados que realmente éramos.

-Espero que no se demore en dejarnos pasar -murmuré a Angainor-. Tengo ganas de cenar algo suculento y dormir bajo techo.

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20/11/2019, 00:09
Angainor Caranëdol

El largo caminar hacia el este y luego al norte nos permitió dejar atrás tanto Linhir como los túmulos, nos ayudó a dejar atrás poco a poco la añoranza por el amigo perdido. Y ello porque el recuerdo del infortunio fue dejando paso a los buenos momentos compartidos, revividos con cada historia relatada... al fin y al cabo, esos agradables momentos eran los que permitirían mantener vivo por siempre a nuestro compañero.

Con cada tramo de distancia recorrido nos fuimos acercando de a poco al río Anduin, un caudal de agua de tal tamaño que no pude sino notar la posibilidad de navegarlo incluso con una nave de nada modesta envergadura. A mi mente vinieron aquellos momentos en Sook Oda y los consejos e instrucciones que el buen Ragnir me daba para intentar aprender a pilotar el barco. ¿Qué sería del viejo Hallatan, del impetuoso Halmir o de la hermosa Dorien, con sus cabellos rojos como el fuego?... a veces se les extrañaba.

La caminata resultaba tranquila, incluso a sabiendas de los rumores sobre la presencia de orcos en la zona. Supongo que mi desagrado con estos hacía que la posibilidad de encontrar alguno para golpearle me pareciera más un premio que un contratiempo. Pero lo cierto es que mis ojos se mantenían atentos a cada movimiento e incluso prestaba especial atención a la actitud de los Uncas cada vez que se alejaban un poco para alimentarse. Mordor estaba cerca y eso no me dejaba nunca tranquilo.

Y finalmente el camino nos llevó hacia un poblado, uno en el que poder descansar un poco, beber, comer algo y disfrutar del fuego y el bullicio de una taberna.

- Y beber, no olvidemos la bebida que es tan nutritiva como la comida, digo yo- contesté por lo bajo a Axe-. Ya venía siendo hora de encontrar un catre en el que dejar descansar los huesos.

Mientras Mut conversaba con el guardia, me separé un poco para hacer un nudo a la cuerda que llevaba y armar con ello una correa con la que sujetar a Samman... era necesario dar confianza al resto, pues la felina hacía un tiempo que había dejado de ser una pequeña. Y mientras me dedicaba a ello, hice señas a Axe para que me ayudase e hiciese lo mismo con Viento.

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23/11/2019, 09:35
Coérnica

El guardia mira al Hobbit con cara de extrañeza y frunciendo levemente el ceño.

- Esto... ejem... Si, si la hay. El fuego del gusano de pantano. Es una taberna, pero tengo entendido de que tiene algunas camas en el desván...

Miró al resto – Pero pórtense bien ¿Eh? - No quedemos a gente conflictiva y me encargaré de echarlos si transgreden las normas. Ustedes responden por esos animales, si hacen algún mal indebido, responderán ante el consejo como si lo hubieran hecho ustedes mismos.

Tanto Axe como Angainor se muestran más discretos, el enano decide improvisar una correa a Samman con su cuerda e incita a Axe a hacer lo mismo con Viento.

A la vista de esa señal de buena voluntad el guardia se ablanda un poco – Eso está bien, pueden pasar. Sigan todo recto hasta llegar a la plaza del pueblo, allí giren a la izquierda antes de llegar a la fuente.

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23/11/2019, 10:24
Master

De camino hasta este lugar habías intentado buscar alguna hierba, quizá para tantear al nuevo herborista, pero no hubo suerte, ni siquiera una mísera Thurl. De todos modos ya estabas en el pueblo y podías hacerlo a la inversa, hablar primero con el herborista y luego volver con más material.

La calle iba descendiendo, pasas las primeras casas y de pronto la calle vira a la derecha, seguramente para aprovechar el menos desnivel, pues en caso de ir recto la calle daría justo donde el afluente desemboca en el Anduin. Una señora que barre se te queda mirando con cara de pocos amigos, pero vuelve a sus labores.

La calle gira a la izquierda y das con la plaza central. Presidida por una fuente y un arrollo que la cruza. Hay algunos puentes para pasar a la parte más baja del pueblo. Y efectivamente aquí parecen hacer hasta cuatro comercios. Una tienda de mercancías, una sastrería, una herrería y una tienda especializada en arcos y armas similares.

Te rascas la cabeza pues no ves tienda ninguna tienda de herborista. Pero entonces reparas en que más cerca de la fuente hay unos tinglados de madera. Así a bote pronto parecen ser de frutería, pescadería y otro huele a especias y hierbas, debe ser el lugar indicado. Pero todos estos tinglados ahora mismo están vacíos, sin género ni nadie que los atienda.

Escuchas una voz de niño a tu espalda - ¿Busca algo? - lleva en la mano una especie de aro de madera con el que debía de estar jugando, cuando ha reparado en ti y en quizá la posibilidad de ganarse alguna moneda. Sin esperar respuesta, se acerca a huesos para acariciarlo. Este lo huele y decide que no es un peligro, te mira con sus ojos tristones mientras se deja tocar por el niño.

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23/11/2019, 14:04
Mutfast 'Mut' Lanudo

Tras dejarnos entrar en la ciudad me dedico en nuestro camino a la posada a observar las tiendas de la zona, en busca de algo que llame mi curiosidad. La verdad es que hacía ya unos días que no pisábamos apenas mundo civilizado, dormir al raso no está mal en verano pero el invierno aún sigue presente.

Miro a mis compañeros y les pregunto:

- ¿Creéis que habrá algún espectáculo en esta ciudad? No sé porque pero recordé a los viejos cuentacuentos que pasaban por La Comarca cuando aún era un pequeño hobbit... - sonrío y añado al darme cuenta que sigo siendo minúsculo al lado de mis compañeros de viaje - ...Bueno cuando era aún más pequeño. - hago una pausa y les comento - No me importaría escuchar alguna de las historias de la zona y sobre todo saber por dónde pululan esos malditos orcos. Son demasiadas personas que nos comentan que campan por la zona pero es raro que no hayamos visto ni rastro de ellos. 

Miro a Angainor ya que conozco su deseo de encontrarse con algunos orcos para poder darles un merecido castigo. Orcos y enanos nunca serán amigos. Ni tampoco los hobbits de ellos, ya que nuestros abuelos siempre nos recuerdan el Largo Invierno cuando vinieron montados en los huargos a saquear La Comarca. Si no fuera por un grupo de valerosos hobbits ahora seguramente estaríamos esclavizados o habríamos muerto de hambre.

Mi mente se aleja de esos malos pensamientos y se centra en lo positivo.

- ¿Qué habrá de cenar en la taberna? Tengo ganas de un buen estofado de carne...y de una buena pinta de cerveza.

La perspectiva de buena comida y bebida siempre alegran a un hobbit; y más si va acompañado de buenos amigos con los que ha compartido más de una historia.

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23/11/2019, 18:50
Musgoverde

A base de dar vueltas por el pueblo, por fin encontró un lugar que parecía un mercado, o al menos una calle de comercios. Lo que andaba buscando no podía estar lejos. Cruzó a través del repiqueto de los martillos en los yunques y se dirigió a la siguiente calle siguiendo el dulzón olor de las especias. Tuvo que reñir a Huesos y darle un toque con el cayado para evitar que se rebozara en el suelo para camuflar su olor con el del pescado, ya que cualquiera lo iba a aguantar después cerca con ese olor amargo encima. Siguió hasta estar frente al puesto que, por su inconfundible olor, debía ser el de las especias. Pero salvo el olor no había nada más. Ni tendero, ni género, ni nada.

Se giró al escuchar al chico y vio como acariciaba a Huesos. El chucho solía ser muy sociable con los niños que venían a acariciarlo y a jugar con él. Algunas veces le daba la impresión de que seguía siendo un cachorro. El anciano sonrió.

-¿Sabes dónde está todo el mundo? - Le preguntó al muchacho. -Estaba buscando al herborista, pero parece que llego tarde a la fiesta.

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23/11/2019, 18:48
Angainor Caranëdol

- Espectáculos no lo sé, pero no sería extraño sabiendo que es un lugar de paso hacia la ciudad blanca. Muchas gentes deben tener este poblado como lugar de descanso y eso seguramente invitará algún que otro baile- comenté a Mut-. Tú extrañas los cuentos, yo extraño los grandes banquetes, la bebida abundante, los gritos y peleas, y quizás algo de música de fondo y una enana a quien sacar a bailar... hace tiempo ya desde la última vez que disfruté de algo así- agregué con cierto aire melancólico.

Pensando un poco lo que el compañero hobbit mencionaba respecto a los orcos, no pude evitar dirigir mi vista nuevamente en dirección a la torre oscura.

- Las Ephel Dúath se alzan hacia el este y tras ellas los orcos abundan. Supongo que acercándonos cada vez más a las montañas no tardaríamos en encontrarnos con alguna partida- expresé con disgusto.

Mientras caminábamos, comencé a dejar cada vez menos soga libre para mantener a mi compañera lo más cerca posible, y a la vez iba acariciándole y reconfortándola para que el gentío no le abrumara.

- Un estofado caliente siempre se aprecia y mucho, acompañado de alguna bebida que endulce y alegre la garganta. Cada tanto viene a mi memoria esa cerveza espesa de Bozisha-Dar, algo dulce y que dejaba un picor característico y agradable en el paladar... me pregunto si por estos lares habrá bebidas de ese estilo- mencioné mientras seguíamos viaje a la taberna.

 

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25/11/2019, 20:20
Axe

-Cierto es que una taberna y algo de comida caliente será manjar de dioses -asentí a mis amigos-, y cerveza y buen vino que la acompañen. 

Mientras avanzábamos me embelesaba el bullicio de la ciudad, con sus gentes y edificaciones. Me hizo añorar mi pueblo, preguntándome qué estaría pasando allí. Sin duda todo habría avanzado, y gente apreciada quizás ya no estuviese allí. Fue un pensamiento fugaz, una punzada en el corazón, y no me permití volver a tenerlo. De otro modo ese recuerdo se abriría paso en mi cabeza hasta abarcarlo todo, y quizás acabase queriendo regresar allí. 

Aún no era el momento. Me quedaba mucho por vivir y aprender, y tenía la fortuna de estar con los amigos adecuados. Sonreí satisfecho de ello y di unos golpecitos de tranquilidad al unca, antes de decirles:

-Ardo en deseos de disfrutar un rato de charla y fiesta con vosotros y quien se una, ¡que tras todo lo vivido y caminado, bien nos lo merecemos!

 

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30/11/2019, 08:27
Master

De camino a aquella posada podéis ver unas grandes casonas. Las ruinas de otra que parece haberse quemado años atrás. Luego unas casas más humildes... Y tras un recodo una plaza se abre ante vosotros. Un pequeño riachulo lo cruza por el medio, con una fuente central y un par de puentes para cruzar al otro lado.

Las tarimas de lo que parece ser donde montán una zona de mercado ahora están vacíos. Y unas tiendas en edificio de piedra que son: Una tienda que parece especializada en arquería. Una herrería. Una sastrería y tienda de ropa y tejidos. Y una tienda de mercancías en general y de pertrechos de viaje.

La taberna de “El Fuego de Gusano de Pantano” se encuentra en uno de los extremos de la plaza y desde fuera ya se aprecia el bullicio típico de estos lugares. Nada más abrir la puerta, la estancia os embriaga con el calor de una chimenea de ruge en una de las paredes. Hay las inevitables miradas que se dirigen a vosotros nada más entrar y no todas expresan confianza plena. Pero lo llamativo es que hay gente de todas las edades, tanto gente joven como ancianos. Al otro lado de la chimenea hay una pequeña base de madera, quizá haya suerte y hayan actuaciones o cuentos como expresó alguno de vosotros.

Hay alguna mesa libre, quizá aún es un poco pronto para cenar. Y por supuesto también hay una barra tras la que regenta el encargado del lugar. Un hombre de media edad, calvo, pero que parece trabajar con rapidez.

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30/11/2019, 08:38
Master

El niño te miró, acuclillado como estaba junto a huesos – El mercado suele cerrar pronto, hacia la hora de comer. El tendero normalmente por las tardes está en la taberna – Señala con el dedo al otro extremo de la plaza – Pero allí no dejan entrar a los niños ¿Sabe? - Te dice como si eso fuera algo de mucha importancia.

- ¡Tirinde! - Se escucha la voz de una mujer. El niño se levanta de inmediato. Una mujer lo reclama desde las pequeñas casas que hay cincuenta metros más al norte - ¡Tirinde, ven aquí!

- He de marcharme señor, mi madre... - Se palmea las manos y palmea la ropa como librándose del polvo y arranca a correr en dirección a su madre.

Te acercas hacia el lugar y un tablón de madera anuncia el nombre: La taberna de “El Fuego de Gusano de Pantano”, ya desde fuera ya se aprecia el bullicio típico de estos lugares. Nada más abrir la puerta, la estancia te embriaga con el calor de una chimenea de ruge en una de las paredes. Hay las inevitables miradas que se dirigen a ti nada más entrar y no todas expresan confianza plena. Pero lo llamativo es que hay gente de todas las edades, tanto gente joven como ancianos. Al otro lado de la chimenea hay una pequeña base de madera.

Hay alguna mesa libre, pues quizá aún es un poco pronto para cenar. Y por supuesto también hay una barra tras la que regenta el encargado del lugar. Un hombre de media edad, calvo, pero que parece trabajar con rapidez.

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30/11/2019, 20:35
Mutfast 'Mut' Lanudo

Noto el calor de un buen fuego en mi cara, sonrío ya que era lo que mi cuerpo necesitaba. Calor y una pinta de cerveza, y cuando esté acomodado una buena y rica comida calentita para hacer que este pequeño hobbit sea feliz.

Busco una mesa libre y me siento en ella saludando cordialmente a los parroquianos de la zona. Seguramente nunca hayan visto un mediano, muy pocos de los míos salen de La Comarca. Algo normal ya que rara vez un hobbit quiere vivir aventuras, para mi familia soy una oveja negra y sobre ovejas sabemos mucho ya que es nuestro día a día.

Espero a que se acerque el mesonero y le comento:

- Para mí una pinta de cerveza por favor.

Espero a que mis compañeros se sienten y pidan sus comandas mientras observo a mi alrededor. Veo el escenario y me alegro, puede que tenga suerte y un trovador o cuentacuentos nos amenice la velada. Luego me doy cuenta que tenemos que dormir en algún sitio y le pregunto al mesonero:

- Uno de los guardias de la puerta nos comentó que tiene sitio donde poder pasar la noche, ¿podría decirnos si tiene sitio para nosotros tres?

Tras la pinta y la cena mi idea es dormir a pierna suelta unas pocas horas y descansar mis cansados pies.

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03/12/2019, 18:23
Musgoverde

-Uhumm. -Murmuró el anciano con voz grave, haciendo ver que comprendía al muchacho al referirse a lo de la taberna. No era raro que su aspecto llamara la atención de los niños y cuando se daba una ocasión como aquella el viejo solía responder con simpatía. No obstante, cuando se acercaban a su callejón habitual para ver quien era el más valiente en molestarle, solía darles algún susto para reírse a su costa. Con una sonrisa se despidió del muchacho cuando su madre le reclamó.  -¡Muchas gracias, joven! 

El viejo se dirigió entonces a la taberna que le había indicado el niño y al entrar recibió la característica miríada de ojos clavados en él que le acompañaba siempre que entraba a algún lugar público. Trató de ignorarlos y se dirigió a la barra para preguntarle al tabernero por el tendero del puesto, sin embargo, no pudo evitar que su estómago rugiera en respuesta al olor del guiso que se estaba cocinando. El anciano metió la mano en su bolsillo y contó las monedas de cobre y estaño que tenía para ver si le podían dar para algo que llevarse a la boca y calmar así su apetito. 

-Buenas tardes. Espero llegar a tiempo para disponer de una mesa y un plato de eso tan rico que huele. - Le dijo mostrando una sonrisa bajo los pelos de su larga barba. -También estoy buscando al tendero de los puestos de fuera, según tengo entendido suele alternar las tardes por aquí. 

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03/12/2019, 20:12
Angainor Caranëdol

Las ruinas de los hogares que íbamos viendo de camino invitaban historias desconocidas que para nosotros por el momento permanecían en silencio, y que facilitaban que uno se preguntara qué había pasado ahí, cómo se había generado el fuego o qué había sido de los moradores de aquellas casas. Pero rápidamente dejamos eso atrás para hacernos camino hacia la acogedora taberna, pasando el riachuelo primero y el desierto mercado después, hasta que finalmente dimos con el lugar.

Llegar a una taberna solía implicar llegar a ese lugar mágico donde el bullicio, las historias y las risas se entremezclaban con la bebida y comida, y alguna que otra melodía amena, pero principalmente era acercarse a uno de esos espacios con magia propia, con una energía, un calor, que invitaba siempre a uno para aquerenciarse un poco.

Mut avanzó el primero y se adentró en la taberna para buscar mesa, y yo me detuve junto a la entrada extendiendo mi mano hacia Axe.

- Dame al pequeño que yo lo cuidaré aquí... mientras tanto fíjate si el tabernero sabe o tiene un lugar en el que podamos dejar a estos dos revoltosos- dije a mi compañero, refiriéndome a los uncas-. Esperaré afuera mientras tanto- concluí.

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04/12/2019, 22:00
Axe

Observaba nuestro alrededor al encaminarnos a la posada, embelesado con el bullicio de la gente desconocida, tan agradable como era tras pasar algún tiempo escuchando el silencio de fondo en nuestra caminata. Ahora, en lugar de abrumado me sentía encantado escuchando retazos de conversaciones de las que jamás escucharía su final.

La posada apareció ante nosotros con su peculiar nombre, y su bullicio aún más intenso que emanaba de su interior. Invitaba a entrar y acomodarse, y mis amigos no dudaron en ello. Angainor decidió esperar fuera con los uncas, así que yo, tras la pregunta de Mut al tabernero, también inquirí por algún acomodo para nuestros felinos amigos.

-Otra pinta para mí, y prepare otra para un amigo que nos aguarda fuera. Con nosotros viajan unos felinos bien adiestrados que no causan molestia alguna, ¿es posible que podamos entrar con ellos, o alojarlos en algún lugar conveniente? Pagaremos por todas las molestias causadas, si hubiere.

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07/12/2019, 13:31
Master

Mira de forma rara al mediano pues al principio le había parecido un niño, pero se da cuenta de que no lo es – Qué enano más extraño... - Pero no le da mayor importancia y responde a su pregunta – Bueno, no tengo habitaciones, pero en el desván tenemos literas, le diré a mi mujer que limpie un poco la habitación. No solemos tener huéspedes muy a menudo.

Angainor tiene la precaución de esperarse afuera con los animales. Axe, va a preguntar al tabernero. - No, nada de animales aquí dentro. Tendrán que dejarlos en el establo. Y que no causen ningún problema o pagarán ustedes con las costas.

Dicho esto y salvado el pequeño escollo, ya nada impedía sentaros, en pocos segundos comenzaron a llegar las primeras cervezas.

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07/12/2019, 13:32
Master

El tabernero ve las monedas en tu mano y eso allana bastante las posibles asperezas y eres bien recibido – Cordero braseado, y le puedo asegurar que sabe tan bien como huele ¿Para ayudar a bajar la comida, qué desea de beber?

- ¿Al tendero? ¡Ah! ¿A Trigor el herborista? Si, está allí al final de la barra – Lo semana con el codo mientras limpia una de las jarras - Y allí ves a un hombre de pelo ya algo cano y barba del mismo color. Está sentado en una de los taburetes altos ya casi donde reposan los platos limpios y apurando el contenido de una de las jarras que en este lugar parecen acabarse con rapidez.

Pasados unos momentos y aceptado por el posadero dejas de ser el centro de atención, aunque en realidad la cháchara no cesó en ningún momento.