Partida Rol por web

Los Lores No Muertos del Abismo no eran criaturas fáciles de vencer. Y eso aprendió rápidamente Plandir, cuando su espada intentó alcanzar a uno de ellos sin resultado positivo. Su estocada fue a parar muy a la derecha del primer objetivo, el cual sólo pareció sonreir, mostrando sus afilados y amarillentos dientes al Hechicero.

Ambos enemigos no esperaron ni un segundo, para atacar a Plandir, el cual se debía defender de dos ataques si no quería perecer allí mismo...

La suerte sigue sin sonreir al Rojo...

Los Lores atacaron a Plandir el Rojo sin contemplación. El primer ataque dejó muerto en vida a nuestro aventurero, sin embargo el segundo, el segundo lo partió en dos mitades. Aún estaba entre la vida y la muerte cuando cayó al suelo y vió a las dos criaturas meterse dentro de la Ciudad para sembrar el caos. Al mismo tiempo, un portal comenzaba a abrirse a una decena de metros dónde Plandir yacía...

Hasta que ya no pudo ver nada...

Cuatro figuras llegan a la ciudad para contemplar un desolador paisaje. La Ciudad del Agua ha sido masacrada, no sabéis cuando se ha producido pero probablemente haya sido cuestión de unas pocas horas y por el estado de la ciudad, cualquiera diría que se trata de una guerra que ha durado años...

Pero lo que mas os llama la atención es lo que podéis encontraros en el centro de la ciudad:

Se trata de ¿un portal dimensional? Tan solo lo conocíais de cuentos y fábulas pero la verdad es que parece bastante real. Según las viejas historias, cuando atraviesas un portal te arriesgas a desaparecer para siempre, pero otras vertientes dicen que pueden trasladarte a otras zonas del mapa o incluso a otras dimensiones.

La entrada de la ciudad comienza a cubrirse de sombras, impidiendo la huida y podéis sentir como los esbirros del Mal comienzan a acercarse poco a poco.

Estáis solos en esto y la pregunta es ¿Qué vais a hacer?

-¡Vaya! ¿Que se supone que es eso?-La visión de aquella cosa... aquel... ¿portal? Era increíble a la vez que hermoso, ¿Se podía tocar? ¿A que olía? ¿Y lo mas importante a donde conducía? Sin pensármelo demasiado, raro seria lo contrario. Di un par de pasos hacia el extraño agujero y olfatee a su alrededor. Puede que si captara algún olor sabría donde podría llevarme.

Fue entonces cuando repare también en el estado de la ciudad y que había mas gente, mas forasteros por la zona.
-Madre de setas, no esperaba que el daño causado fuera tal, las noticias que llegaron a la ciudad no eran ni la mitad de negativas... aunque si eran malas...-Dándome cuenta de que estaba hablando solo decidí dirigirme a los demás.

-¡HOLA! Soy Mano Larga un forastero que viene de la ciudad del fuego. Encantado, ¿De donde venís? La ciudad que dejo atrás no había nada, ni nadie... bastante aburrida, pero parece que los rumores eran ciertos, aquí están pasando cosas interesantes.-Recordé entonces un echo importantisimo.-Vaya, ¿Viajáis de noche? Debéis de ser gente muy fuerte o valiente.-Tras mi presentación estire mi larga mano verde y huesuda a quien quisiera estrecharla.

Yo esperaba encontrar información, pero lo que encuentro es completamente distinto, parece que los cantares eran ciertos, un portal dimensional... ¿a dónde llevara?. A estas alturas todo el mundo a de preguntarse lo mismo. Ese sujeto parece haber llegado recién, por tanto no puede ser quien causo esto.

Es mejor mostrar algo de modales, me conviene tener más aliados cerca - Mi nombre es Maxra y acabo de dejar la nación de los magos - No considere apropiado presentar a los demás ni avisar que venían conmigo, eso me pondría  a mí como jefa del grupo y quería tan solo tener compañía para donde decidiera viajar. Luego para reafirmar a quién me dirigía – Siento no estrechar tu mano–Era obvio que me quedaba mejor agitar la mano en el aire que intentar apretar su mano tal sí fueran pulsos “la altura”- …por cierto, soy una gnoma – Di un paso atrás y sonreí, eso garantizaba en principio que no le temía, pues me acerque anteriormente y le permitía a él mirarme a la distancia, cosa de agradecer porque mirar desde arriba sería una grosería.

-Saludos, yo soy Braka Bagim, líder del extinto clan orco de la Mano Roja...quizás hayas oído hablar. -dijo el orco agarrando su antebrazo en gesto de saludo guerrero, antes de continuar hablando con presteza. -El Mal acecha, tendremos problemas en breve si no nos movemos. Realmente me atrae la idea de combatir, pero los simples esbirros no son mi objetivo y no debo demorarme. Maxra, ¿cruzamos el umbral o rebuscamos la zona? Si rebuscamos seguro que tendremos problemas, pero podría sernos útil. Por cierto Mano Larga, ¿te has encontrado con alguna clase de llave especial en tus viajes recientes? ¿Una que no sepas qué abre? Quizá con inusuales adornos... -el orco agarró su hacha con la diestra, preparado para el combate, mientras observaba en derredor cual depredador esperando la cercanía de una presa.

Llego a la ciudad del agua acompañando a Braka y Maxra, tal vez no deseasen mi compañía, no lo había hablado con ellos, pero a última hora decidí que podían tener razón en sus intuiciones y que fuese un buen lugar por el que continuar con la búsqueda.

Cuando llegamos a la ciudad el aspecto era desolador, nada quedaba ya allí y ante nuestros ojos pudimos contemplar algo que parecía un portal dimensional de los que relataban las historias, pero del cual yo nunca había podido confirmar su existencia. -Era bastante desconcertante, quién sabe a dónde podría llevar o si atravesarlo nos causaría la muerte. -pensé

Pude contemplar la presencia de otro personaje entre nosotros, se presenta educadamente, al igual que mis compañeros. -Saludos Mano Larga, mi nombre es Ela, miembro de la Orden de la Luz, aunque eso no haya hecho más que causar dudas sobre mi persona hasta ahora. -Saludo en la distancia al desconocido sin estrecharle la mano.

En medio de esta conversación las cosas comienzan a ponerse feas, la ciudad se llena de sombras y la huida parece imposible, excepto a través del portal. Miro a mis compañeros mientras desenfundo la espada y me mantengo en guardia. Doy unos pasos hacia el portal, con la espada en alto, intentando encontrar algún motivo que me haga querer atravesarlo, o mejor dicho, no pensar que si entramos ahí moriremos irremediablemente, pero tengo mis dudas... -Parece que la mejor opción es atravesarlo ¿qué opináis? No tengo claro que esto no nos mate, pero puede que las sombras sean demasiado para nosotros cuatro.

Al parecer los tres venían de la ciudad de los magos y mas interesante aun, parecía que una de ellas era de esa orden de luz que había oído hablar anteriormente. Que emocionante, gente diferente y...rara.

La primera en hablar fue una niña o algo parecido, no me estrecho la mano, no la culpe, hacia mucho que no me lavaba pero quien tiene tiempo para tonterías mientras estas viajando constantemente.-¿Así que venís de la nación de los magos? ¿Que tal esta Julius?-Aun tenia muy presente a ese mago y sus superpoderes, en algún momento debería volver.-¿Una... gnoma? Vale, creo que nunca lo había visto hasta el momento, je, eres tal alto como yo, bueno un poco menor tal vez, esto es raro.-Y era verdad, no tenia recuerdo alguno de alguien mas bajo que yo.

La segunda montaña que saludo y me estrecho la mano... bueno el brazo, fue un orco, otro verde, curioso este era mucho mas parlanchin que Ragkrul y mas animado.-Vaya... hola si y no, no recuerdo ese nombre de la mano roja... creo. Parece que sabéis mas cosas que yo, podéis ponerme al día. ¿Que es este portal y a donde conduce? AH! ¿Y en la ciudad de los magos aun estaba ese otro orco?-Y recordé algo que había nombrado ¿Algo dorado y con adornos? -¿Que llave? No creo a ver visto algo tan bonito pero cuéntame mas sobre eso.-Algo así seguro que era valioso.

Y mientras esperaba una respuesta finalmente se presento la mas interesante de los tres una mujer que decía ser de la orden de la luz, mis ojos se abrieron como platos y mi orejas se agudizaron.
-Hola Ela. ¿Así que esa orden de la luz existe? Había oído hablar de ello pero hasta ahora no me había cruzado con nadie que dijera serlo, ¿Sois quien nos va a librar del mal? ¿Y como lo hacéis exactamente? ¿Cualquiera puede serlo?-La cosí a preguntas mientras mi curiosidad afloraba lo mismo que la de un niño con un juguete nuevo intentando sacarle el mayor partido posible, pero ella continuo hablando y dijo algo que me hizo perder toda euforia.

-Espera, ¿Venis huyendo de algo? ¿Que ha pasado en la nación de los magos?- ¿Realmente tenían pensado entrar en el agujero? Ellos eran tan curiosos como yo o sabían mas que yo. Era genial.

Mano larga parecía animado y algo curioso, era normal encontrarme con este tipo de gente, de hecho era una pena que el chico no supiera nada de lo ocurrido, no sabría decir sí ocultaba algo o no, pero alguien debía de informarle y cuanto antes mejor... Oh no es justo, no quería ser yo quien informase de esta mala pasada... - Temo, Mano Larga, que te tengo malas noticias-respire profundo y le palmee el codo, lo iba a necesitar, es que bueno, no alcanzaba su hombro- Julius no esta más entre nosotros, paso a mejor vida - 

Braka había hecho un gran trabajo al ir al punto y buscar respuestas, eso nos ahorraba mucho tiempo. Tuve que ponerme a pensar lo que debía decirle antes de hacerlo. Y por mientras ordenaba las ideas en mi cabeza me dirigí hacia Ela  - Me hubiera gustado conversar con calma algunos asuntos, incluso la hubiera reprochado por pertenecer a un grupo que tengo entendido se encarga de mantener al Mal Supremo a raya, pero que viviendo en estos días me doy cuenta que han fallado. Se supone que deberían saberlo todo sobre el Mal Supremo por ello, me gustaría compartiera toda información que posea sobre el tema, el tiempo no esta de nuestra parte y es necesario contar con la información que podría sernos de utilidad a futuro -   Tal vez no fuera la mejor forma de plantear una inquietud o de sacar información, pero tenía que animarla a hablar.

Una vez todo en su lugar, le hable a Braka - Dije que te acompañaría, pero tal parece que no tenemos opción más que cruzar el portal, y no sabemos nada sobre este, quien cruce podría morir al instante, perderse en tiempo y espacio, o cruzar a un lugar perdido donde podríamos encontrar tanto aliados como enemigos... lo que quiero decir es que es peligroso -Le miré con ojos brillantes - Tengo una idea alocada, sí solo yo entrará al otro lado del portal, pero sujeta a una cuerda de este lado del portal, sí sobreviviera podría volver de nuevo, de esa forma avisaros que es seguro - Tengo que hacerlo, por muy segura que me sienta al lado de Braka y su hacha no puedo depender de él, sí todo salé hasta podría serle de utilidad.

De repente parece que soy el foco de toda atención y que todos quieren saber sobre la Orden. Mano Larga parece que tiene especial interés en saber cosas, no sé por qué habría de interesarle tanto el tema. Me acribilla a preguntas sin dejarme abrir la boca para responder -Pues sí, como ves existimos, y mi pertenencia a la Orden es algo que hubiese preferido mantener en el anonimato pero las circunstancias en la nación de los magos me obligaron a revelar mi identidad, pero ese es un tema aparte. Eso me recuerda, ¿no sabrás algo sobre el Hechicero negro que nos sea de ayuda? y... ¿eso de Mano Larga no vendrá porque eres amigo de lo ajeno? -Obvio el resto de preguntas porque considero que no necesita saber más información por el momento.

Cuando parece que puedo tener un respiro a tanta pregunta Maxra también se interesa sobre mí y me reprocha algunas cosas. No la culpo, parece que todos crean que somos invencibles y tengamos que tenerlo todo controlado -Entiendo tu preocupación Maxra y no te culpo por ello, pero aunque creas lo contrario no somos infalibles, hemos hecho siempre todo lo que ha estado en nuestra mano para mantener el Mal a raya, pero somos humanos. Ahora estamos también haciendo todo lo posible, al menos yo, de eso puedes estar segura. Lo único que puedo decirte es que ese Hechicero es tan real como el Mal que nos acecha, puede que no te diga nada nuevo, porque todos lo habéis podido comprobar por vosotros mismos estos días, pero es todo lo que sé. Tengo superiores, no lo sé todo. Estoy buscando a ciegas como todos nosotros, siento no ser de más ayuda... -tras estas palabras me quedo un poco pensativa. No puedo evitar sentirme mal por no poder hacer más por el momento.

Mientras estoy absorta en mis pensamientos me despierta la idea que está exponiendo Maxra sobre ser atada para atravesar el portal. No me parece mala idea del todo, pero no creo que deba ser ella la que lo lleve a término -Puede que eso de atar a alguien no sea mala idea como precaución, pero no tengo muy claro que funcione. Para empezar ¿alguien tiene una cuerda?... y para terminar, de hacerlo alguien prefiero hacerlo yo. Soy de la Orden de la Luz mi misión es mantener al Mal Supremo a raya, ¿recuerdas? -le digo a Maxra sonriéndole.

Día 4

¡Cariño, ya estoy en casa!

"Llego la hora. El portal se ha abierto tal y como la profecía lo había dicho y nosotros, los servidores del Mal Supremo, campamos a nuestras anchas por todo el Reino. Os queda poco tiempo, mortales. Cuando el Mal alcance su mayor esplendor, en ese momento, todos y cada uno de los habitantes tendrán que decidir: unirse a nosotros dándonos sus almas, o morir entre los mas terribles sufrimientos. Patricio Hierro, Asesino del Mal Supremo."

La profecía se había cumplido. Nadie sabía como, ni que sucedió para que se den los acontecimientos para que esta se cumpla, pero el Mal está en el Reino. Pero no con simples escaramuzas nocturnas. Esos ataques sólo pretendían preparar el terreno, o distraer a los Defensores del Bien para que no se fijen en lo realmente importante. Y cuando todos miraron hacia otro lado, las cosas cambiaron de repente. Todos miraron la mano derecha, y cual un gran presdigitador, la mano izquierda hizo lo propio.

Y el Portal se había abierto.

Un portal directo al Mal.

La mañana había amanecido algo más oscura que de costumbre. En el cielo sobre la Ciudad del Agua, unas nubes negras, tan negras como el carbón, indicaban que allí se estaba gestando algo. Y ese algo no era nada bueno. Algunos aventureros, preocupados por la situación, indagaron sobre que había sucedido, sin embargo, pocos eran los rumores que daban información fiable y consistente. Muchos hablaban de un portal que se había abierto, otros, que una Legión de Lores del Mal apareció de la nada dejando la Ciudad más muerta que un cementerio.

Pero un nuevo día comienza... aunque seguramente no para todos.

Los aventureros que se encuentran en esta zona, tienen algo a su favor: conocen de primera mano lo que está pasando aquí. La pregunta es, ¿Quién se atreverá a cruzar el portal? ¿Lo seguirán los demás?

-Un momento...Acabo de recordar...Los rumores hablaban de una leyenda, y la leyenda decía que se abriría un portal hacia el núcleo del Mal...y éste traería la desgracia. ¡Y así ha sido! No crucéis ese umbral, por vuestro bien. ¡Traigamos mucha más fuerza! No puedo permitirme el lujo de fracasar, y menos aún de ser orgulloso aun a mi pesar...Elia, si de veras eres una paladina debes invocar a cada uno de tus camaradas, atacaremos todos a la vez y moriremos cuantos hagamos falta para lograr la venganza, ya sea por un clan o una ciudad como esta. ¡Debemos alertar a los demás! Y encontrar la llave que abre el cofre y a los supuestos elegidos para que el Mal Supremo sea enviado allí donde pertenece... -tras su monólogo se quedó mirando a cuantos tenía alrededor, deseando que sus palabras surtieran efecto y no fuesen ignoradas.

Escucho atentamente las palabras de Braka con sorpresa -¿Estás seguro de lo que hablas Braka? ¿Has probado con el amuleto por si puede ser de ayuda? -El discurso de Braka me había dejado preocupada, tal vez no fuese buena idea atravesar el portal pero cómo íbamos entonces a salir de allí -¿Y por dónde vamos a escapar? no parece que haya muchas más opciones de irnos de este sitio...

La nariz se me arrugo y las orejas callearon por debajo de mis mejillas sin color cuando la gnoma me dio tan mala noticia, ¿El mago muerto? ¿Alguien con tanto poder en sus manos como podía morir? -¿Y como fue?-Quede por un largo instante mirando al suelo, mientras ella continuaba hablando sobre lo que mas atraía de esta ciudad, el portal.

Por suerte para mi autoestima y mi propia lógica, la mujer, que decía ser de esa importante orden, se dirigió a mi así que no pude hacer mas que echar de menos a ese mago y a sus trucos de manos, mientras escuchaba con suma atención.
-Pues no... la verdad es que la información que consigo con cada día es mas bien escasa, por eso cada vez que me cruzo con alguien estoy deseoso de saber lo que el sabe, uno hoy día ya no puede andar despistado por el mundo, desde el ataque de los cíclopes en la ciudad de los magos e aprendido que es vital escuchar y tener mucho cuidado.-Respondí lo mejor posible antes de que ella me soltara una carcajada.

-¿De lo ajeno? HAHa. Curiosa palabra, no la verdad es que creo que ese apodo me lo pusieron por mi manos.-La alce y la abrí para que Ela pudiera verla bien abierta.-Es porque tengo una cuarta falange en las manos, ¿Vez? Mis dedos son sensiblemente mas largos que los de otra gente y mis compañeros eran muy guasones, pero nos separamos hace mucho, hace mucho de eso...-Bueno como no tenia conocimiento de mi propia edad no sabia cuanto era mucho o poco, pero en mi cabeza parecía historia de hace muchísimo tiempo atrás, pero volviendo al tema, como ya dije me quede un par de segundos largos mostrando mi mano derecha con 4 falanges en cada dedo, incluso en el pulgar.

-Espero que con esto haya respondido a tu curiosa pregunta.-Después volví a callar para escuchar las explicaciones de la mujer a la taza, quiero decir... la paladina, ni idea de porque dije eso otro, no me lo tengáis en cuenta, ejem... Lo que dijo era interesante e importante,

-¿Así que el portal lleva directo al mal? Pero se acaba de abrir, ¿No seria nuestra oportunidad?-Las palabras de aquel orco me llamaron poderosamente la atención, las puertas del mal.. y esta gente vino de noche, sin duda eran poderosos, entrar los cuatro, acabar con el mago malo y volver victoriosos como héroes... si así dejaría la calle y de comer en sucias tascas...

-¿Pero si nosotros podemos entrar, no puede salir algo de allí? Si esperamos puede que algo de dentro nos ataque y acabe con nosotros... mis amigos decían que la mejor defensa era un ataque-Conteste, aunque seguramente nadie quisiera hacerme caso, nadie solía hacerlo, no obstante yo aun tenia una pregunta mas sobre aquel curioso tesoro.

-¿Y que tiene que ver esa llave en todo esto? Parece mas importante que valiosa.

Ela dejo en claro que quería ser ella quien se sacrifique, yo estaba en desacuerdo, pero en vez de exclamar tal disconformidad - No tenemos nada que sirva para atarnos u amarrarnos, es una pena que no cuentes con más información de la que me has dado, sin embargo no te preocupes, ya se me ocurrirá algo mejor, de momento descansemos - Eso ultimo lo dije para todos.

 La mañana se hizo presente algo más oscura que de costumbre, estábamos en épocas de guerra, y la desinformación, desconfianza estaban a la orden del día. Sí algo me servia de consuelo era saber lo que debía hacer. Todos oímos lo que Hierro tenía por decir.

Luego Braka nos dirigió unas palabras, yo asentía en conformidad a todo cuanto nos decía. Cuando Mano Larga comenzó con su monólogo de incertidumbres imagine que no nos sería de utilidad escucharlo, en cambio la idea en la que tenía que pensar se dibujo diferente en mi amplia mente - Mano Larga tiene razón en algo -empece, y tome aire- la única manera de salir con vida es peleando, pero no debemos entrar al portal, debemos ir a la ciudad del aire - y para animar a Mano Larga a seguirnos le dije - Sí quieres más información asegúrate de que sobreviva, y por supuesto, mantente con vida -  

Lo siguiente era hacer que Ela me siguiera, eso era mucho más simple, sí se me permite presumir de mis habilidades de estratega - Ela, me dices que eres un miembro de la Orden de la Luz, demuéstralo, se bien que cruzar el portal es un suicidio por tanto comienza con algo más pequeño, sí  me permite sugerir... tenemos esbirros bloqueando nuestra salida, acabemos con cada quien se nos interponga y hagámonos el camino a nuestro destino, eso servirá para empezar a mantener a "raya" el mal - 

Por último, pero no por ello menos importante, mi discurso de motivación tenía que ir con quien me faltaba - Braka, no es momento de temer, es momento de actuar, no dejes que las profecías nos detengan en nuestra misión, luchemos con cuanto esbirro se nos ponga adelante, lado a lado con nuestras hachas unidas como compañeros de duelo - Le mire unos segundos esperando aprobación, luego mirando a cuanto esbirro nos bloqueaba el paso de salida de la ciudad y sabiendo que debía ir a la ciudad del aire para cumplir con mi promesa le dedique unas ultimas palabras de aliento a Braka, sin mirarlo - Entona tu grito de guerra joven orco y preparáte para vengar a tu gente - 

Con mi hacha al hombro, sostuve con mis dos manos al cielo y, moviéndolas  hacia arriba como sí fuera a cortar con  ella una gran calabaza veraniega corrí hacia mis enemigos con intención de cortar cabezas al saltar encima de unos y otros derribándolos al suelo de un solo golpe cortante de mi hacha. Cumpliré mi promesa Pia 

La Gnoma cargó contra lo que suponía ser una cantidad ingente de enemigos que le impedían a todos los aventureros afincados en la ciudad salir de ella... sin embargo, pese a su discurso, pese a que siendo tan pequeña sacó fuerzas de vaya a saber dónde, al salir corriendo hacia la salida de la ciudad se topó con una especie de muro transparente...

No era sólido, era más bien hecho con una especie de gelatina grumosa.

Cuando la pequeña chocó contra él, todos pudistéis ver como el escudo se arqueaba ante su peso y después, la devolvía dando tumbos al mismo lugar de dónde había salido.

Era imposible salir de la Ciudad, por lo menos, mientras el Portal esté abierto. Aunque, mirando hacía dónde la Gnoma corría, os pudistéis dar cuenta de una cosa. Una bandada de pájaros traspasaba el escudo invisible hacía la Ciudad. Eso sólo puede significar una cosa: la salida estaba vedada, pero la entrada... bueno, parece ser que no hay problemas para atravezar el escudo desde fuera.