Partida Rol por web

Echando el brazo hacia atrás Burdock se dispone a lanzar un dardo mágico. ​​​​​

Rincewind decidió prepararse para la BBQ de gusanos, así que se acercó todo lo que pudo y se preparó para lo que viniese después. 

El hombre se gira hacia vosotros, desde luego después de haber recibido unos dardos en la cabeza, se ha dado cuenta de vuestra presencia, y no parece contento

En cuanto el ser asqueroso advierte la presencia del grupo, la señora Gume se interpone entre el hombre y sus compañeros y trata de llamar la atención del cadáver andante.

No necesito gastar sellos de comando para esto.

¡Eh, momia!, grita solamente la señora Gume mientras trata de canalizar una barrera que la proteja del siguiente golpe y esperando llamar la atención del ser que tiene delante para que sus compañeros puedan medirle el lomo de forma segura.

La señora Gume parece que ha captado la atención de "Mr Bugs", ya que este parece que centra su atención en ella.
Parece porque tampoco es que esté mostrando mucha emoción.
Como si se tratase de una marioneta tirada por hilos, "Mr Bugs" alza sus manos, y forma una bola de fuego en el aire, que lanza contra la barrera de la señora Gume, destruyéndola y haciendola algo de daño

Erzo observa la escena con bastantes dudas de si han elegido bien. Este tio es un mal bicho, va a haber que acabar rápido con él.

Erzo se acerca a distancia corta y prepara un dardo de maná con intención de hacerle cierto daño. 

Sera mejor ir con mis compañeros y permanecer todos juntos. Así tendré más a tiro al WormMan este. 

Burdock se pone a la par de sus compañeros y se prepara para lanzarle otro dardo a su oponente. Espero no marcarme un Erzo.

Sin pensárselo dos veces Rincewind no dio tiempo al lord de los gusanos a recuperarse de la caricia de Burdock, se aseguró de tenerlo bien cerca para aplicarle una buena dosis de calor.

El dardo de maná no llega ni a salir de las manos de Erzo, que le explota en la cara.
Vaya, uno de los hechizos más sencillos de los magos y pasa esto... Vaya vergüenza.
Los dardos de Burdock en cambio hacen algo de daño al hombre.
El incinerar de Rincewind en cambio causa estragos, haciendo que el hombre emane un aullido que no es natural, mientras el aire empieza a oler a bichos quemados

La señora Gume, recuperándose del golpe de la bola de fuego del cadáver andante, fija la mirada en su atacante, escudriñando sus alrededores.

Tiene que haber algo que lo controle, se mueve como una marioneta. Algún tipo de magia, algo.

Agarra fuerte la empuñadura de su arma, se acerca a él y trata de asestarle un espadazo.

La persona no muy sana está recibiendo ostias como panes, pero aguanta como un campeón.
A pesar de sus quemaduras, se dispone a castear otra bola de fuego contra el pobre Rincewind, devolviendole la dosis de calor que este le había dado.

Erzo, viendo que su mejor baza es atacar al tipo, se acerca y le intenta golpear con un buen espadazo.

Burdock no cesa su ataque y se dispone a lanzar otro dardo.

En sus últimos minutos de vida, Rincewind desató su ira contra aquel pestilente cadáver andante. No pudo evitar fijarse como Gume buscaba algo sospechoso en la estancia, así que se concentró por si veía alguna pista.

Tras recibir tantos daños, los bichos que salían del hombre caen achicharrados, provocando que el hombre caiga al suelo como un fardo, no sin antes notar que os lanza una última mirada antes de que toda vida se apague de ellos, una mirada que parece de agradecimiento.

Con el hombre muerto a vuestros pies, e insectos muriéndose por todo el suelo, os quedáis por fin a solas en la habitación.

Ahora vuestra atención se centra sobre el único libro en el atril en la habitación