Partida Rol por web

-¡Pardiez!, no ha venido nadie. -. Se percató Martín ya cuando recibió la bienvenida de los rallos de sol -¿Sabrán quedado batallando o creéis que esa monstruosidad les ha cogido? -Le preguntó a su compañero mientras dedicaba una mirada en derredor.

-Voto a dios que debemos acabar con esa cosa, más no me jugaré el gaznate por devolver a esa criatura al infierno del que vino. Deberíamos tomar la paja que hay por aquí e iniciar un fuego que ni en la tierra de donde vino. La iglesia dice que es mano de santo con el maligno y sus criaturas.

-¡Caguendeu!-exclamó Erón mientras volvía a preparar su arco dispuesto a disparar a la criatura. Esperaba que Alonso mostrara su valor de caballero y se uniera a él y a Serena en la lucha contra la bestia.

- ¿Acabar con esa cosa? ¿Pero tú le has visto? Ferrán Fáñez dice.... con nombre y apellidos. ¿Desde cuando llevan apellidos las bestias? 

Munio se apoya contra la piedra para recobrar el aliento mientras piensa qué hacer a continuación. 

- Está sobre aviso, no vamos a poder hacer que arda.... pero quizás si consiguieramos hacer mucho humo le obligaríamos a salir de la cueva pero.... ¿de verdad crees que tenemos algo que hacer contra eso?. En todo caso, ¿VISTE A ALONSO?. Estaba enajenado yendo hacía esa criatura.... tenemos que hacer algo rápido. - ¿Pero el qué?

Martín, ¿viste si había algo que arda ahí dentro? Hemos de comenzar el fuego en materia seca y echar encima algo más húmedo para que haga bien de humo... - Munio empezó a buscar material seco que poder transportar a la cueva - Vamos a intentar lo que propones para que ese bicho salga al exterior. Llevo yo un yesquero que nos ayudará.

Hojas, pajas, palos, sarmientos.... algo tiene que haber.

- Pero pensémoslo bien. La chica y el choto no tendrán problema en entender rápido lo q estamos haciendo pero... ¿Alonso? Me preocupa, parecía descerebrado... 

-¿Y si está embrujao?  -.Se atrevió a conjeturar el moro bautizado al caer en el detalle en el que insistía su compañero de los apellidos. –Si era alguien como nosotros antaño, hogaño podrá arder. –Especuló muy satisfecho de su razonamiento.

-¡Vamos ayúdame, las armas no valen con él! ¡Usemos el fuego!

- ¡Acabemos con él! - grito, mientras me abalanzo sobre mi enemigo, con la esperanza de poder contar con la destreza en combate del caballero.

Eron fue capaz de sacarme de mi ensoñamiento. Y allí que me encontré, desarmado absolutamente, enfrente de una de las criaturas más extrañas que se podían imaginar.

Por fin conseguí espabilar y busqué mis armas y mi escudo.

Erón tensó su arco y logró impactar a Ferrán Fáñez haciendo que se retorciese de dolor. Lo mismo hizo Serena que le golpeó en el cuerpo y en uno de los tentáculos. Alonso recogió la espada y adoptó una posición defensiva. Pero de nada valió, pues la criatura le golpeó en el vientre sin que nada pudiera hacer el caballero para parar el golpe, aún así su armadura absorvió parte del golpe y todavía podía contarlo. Peor suerte llevó Serena, que fué golpeada también en el vientre y las heridas se le quedaron abiertas. Si no recibía ayuda pronto moriría. Se debatía inconsciente entre la vida y la muerte.

Martín encuentra un pajar no demasiado lejos del castillo. Trasportar la paja va a ser más difícil, y meterla en el castillo también.

Erón vio caer a Serena. Temió que hubiera muerto, pero quizás todavía quedara algún hálito de vida en su interior. Si el cazador supiera de remedios puede que hubiese optado por intentar arrastrarla y retirarse, pero lo suyo era más dar muerte que el prevenirla, así que optó por otra estrategia.

-¡Eh, malparit, tengo más flechas para ti, no et tinc miedo!-exclamó Erón mientras preparaba otra flecha y la disparaba. Intentó que sus palabras atrajeran la atención de la criatura, y que esta se olvidara de atacar a Serena. Si daba resultado, sólo restaba que la joven pirata aguantara un poco más hasta recibir ayuda de otros, pero eso ya quedaba en manos de Dios...

- Suerte que no me quité la armadura.- Pensé, después de recibir el impacto de uno de los tentáculos de aquella bestia. De nada sirvió que me colocara defensivamente.

Casi al mismo tiempo vi que Serena también recibía un fuerte golpe de otro de los tentáculos y caía inconsciente. Algo había que hacer rápido.

Afortunadamente quedaba en pie Eron con su arco y seguía disparando a aquel bicho inmundo. – Sigue disparando mientras trato de sacar a la moza de aquí y después repliégate con los demás. - Grité al Xoto, al tiempo que tiraba de ella. Con rapidez La puse sobre mi hombro y corrí en busca de los demás. - ¡Eh!, ¡desgraciados hideputas! ¿Dónde os escondéis, desgraciados?

-¡Eh! Mira eso. -Exclamó al tiempo que señalaba el montón de paja que divisó en la lejanía-. Es lo más parecido que tenemos, llevará tiempo, pero no creo que la bestia salga de aquí.

Véis salir a Alonso con Serena en brazos. Serena necesita cuidados rápido o no saldrá de esta. Escucháis decir a Alonso:¡Eh!, ¡desgraciados hideputas! ¿Dónde os escondéis, desgraciados?

Martín está un poco más alejado, de la salida, cargaba un gran bloque de paja, aún insuficiente para provocar el incendio que buscaba.

-Mierda, han herío a la moza. -Advirtió Martín sin cejar en su empeño-. Ayudadnos, estamos intentando acumular paja para quemar a la bestia. 

Entonces pareció advertir algo. -¿Dónde está 'el Xoto'?