Partida Rol por web

Sendai, Japón

Año 2053

    La ciudad de Sendai era una lacra en la espalda de Tokyo, un cable pelado capaz de hacer saltar los fusibles en cualquier momento. Mientras todas aquellas personas y corporaciones con un mínimo de capacidad se trasladaban a la capital en busca de una ficticia prosperidad de cromo y neón, en Sendai se quedaban las ratas que no podían huir del barco. 

    Antiguamente conocida como "la ciudad de los árboles", hacía años que lo más verde que se veía en sus callejones eran las bolsas de basura enmohecidas por la humedad constante. Nadie tenía el dinero ni la consciencia para pagar a las empresas privadas de recogida de deshechos, y los envases de comida a base de plásticos poliméricos resultaron no ser tan biodegradables como los anuncios decían. 

    El puerto era la única fuente de ingresos de la ciudad, tanto legal como ilegal. En verdad, en Sendai no se hacía distinción entre ambos términos. Debido a su proximidad geográfica con Tokyo, muchas empresas usaban los muelles y almacenes de Sendai como alternativa barata, transportando sus mercancías a la capital en cuanto podían. Pero nadie se quedaba en la ciudad más de lo absolutamente necesario, temiendo infectarse con el virus de la podredumbre que impregnaba sus callejones mal iluminados. Sendai sólo era un lugar de paso, un transmisor de información sin ninguna capacidad de procesamiento. Claro que todo circuito tiene sus puntos de fuga, sus conexiones donde, inexorablemente, se producen pérdidas.

    Las corporaciones que usaban el puerto de Sendai por ser más barato que el Tokyo eran también, por supuesto, las que no tenían el crédito suficiente para contratar a empresas de protección privada competentes como la Arasaka. La desgracia de unos era la ganancia de otros. Las bandas de Sendai se especializaban en asaltos rápidos, razzias en las que se llevaban todo lo que podían antes que los detectaran y se avisara a un escuadrón de apoyo armado.  A veces varias bandas se juntaban para entrar como termitas en un almacén portuario y llevarse a peso directamente las cajas; los pocos guardias de seguridad mal equipados no daban a basto con la muchedumbre violenta que se les echaba encima. También existían los robos sobre ruedas en las propias autopistas: como bandidos asaltando una diligencia, desvalijaban camiones que salían de la ciudad, colándose en sus remolques y tirando la mercancía al asfalto para que sus compinches lo recolectaran como insectos. Todo esto sin que los conductores se enteraran ni disminuyeran la marcha. Lanchas ultrarrápidas que abrían agujeros con lásers portátiles en el casco de los barcos mercantes para acceder a sus bodegas, contrabandistas que colaban elementos ilegales en los transportes corporativos que tenían visado para entrar en Tokyo,... No se podía decir que a las sanguijuelas de Sendai les faltara imaginación. 

..../////////////////////////////////////////////////////////////////////////////....

    Sendai era vuestro hogar, la pantalla de inicio que siempre se dibujaba en vuestras pupilas cuando abríais los párpados al reiniciaros por la mañana. Levantarse del colchón de plásticos reciclados que descansaba directamente sobre el suelo, recalentar un vaso de SoyaCaff en el horno de ultrasonidos Braun, y dejarse caer frente a los monitores de LED con la misma ropa que lleváis desde hace 3 días. De vez en cuando, encontrarse en el Zulo parecía una buena opción.

    El Zulo era vuestro refugio, una habitación lejos de los drones flotantes de vigilancia policial y sus escaneos aleatorios. Un sótano sin ventanas, un cubo de hormigón insonorizado y conectado al exterior sólo por un ruidoso conducto de ventilación oxidado por el que Kaisha había colado un manojo de cables ópticos. Por supuesto, su cableado atenazaba maravillosamente un terminal PubliRed de Fed-Ex que se encontraba en la calle, y que sorprendentemente todavía era funcional. Le absorbía la conexión a la Red a través de un programa-gusano que Alma había cifrado cuando sólo tenía 10 años. Todo el barrio sabía que ese terminal de Red callejero no se podía tocar bajo ningún concepto. Nariko no se había ganado el apodo de "Trigger" por disparar a viejas latas vacías colocadas sobre una valla. Una vez un chavalín de la banda de los BackBeats quiso hacerse el valiente y le lanzó un viejo Datapad al PubliRed desde el -creía él- anonimato de las sombras. Elaiza se encargó al cabo de una hora de difundir por la SubNet un vídeo ridiculizante donde se identificaba perfectamente al chaval mientras fallaba estrepitosamente el tiro. 

Ese terminal PubliRed de Fed-Ex es casi como una figura de respeto religioso en el barrio, una isla inmaculada en un mar de de civilización leprosa.

Hoy   

    El viento incesante que barre las calles de Sendai no para de colarse por el conducto de aire, trayendo el olor podrido del océano, mezcla de sal y vertidos tóxicos a partes iguales. Emite un silbido agudo al recorrer los tubos que volvería loco a cualquiera. Sólo el zumbido de ruido blanco de los terminales podría tratar de ahogarlo, y por eso están todos encendidos a la vez sin sintonizar. 

    Os encontráis tiradas por las diferentes esquinas del Zulo, quizás pensando en cómo matar el tiempo antes que os mate a vosotras, o conectadas a la Red para no olvidar que hay un mundo ahí fuera que cabe en vuestra cabeza, o probando las diferentes posibilidades de configuración extrema de vuestro implante. A pesar de la supuesta "energía revolucionaria de los adolescentes", no parece que el mundo vaya a cambiar gracias a vosotras. Quizás nunca lo haga.

    La señal de llamada que se enciende a la vez en todos los monitores, iluminando cada LED de rojo, os hace focalizar la mirada de forma coordinada en las pantallas.

    Al descolgar, la imagen que veis os saca de juego más que si la Lone Star, la infrasubvencionada policía gubernamental, os hubiera logrado localizar.

    Matsutatsu era un amigo vuestro de la infancia en Sendai. Un día simplemente se dio el piro a Tokyo para trabajar para las corps. Nadie puede culparlo por eso, cualquiera de vosotras hubiera hecho lo mismo de haber tenido la oportunidad. Suponéis que, a fin de cuentas, aun lo podéis considerar un amigo. Al menos nunca os disparó, robó, ni vendió información sobre vosotras a nadie. Teniendo eso en cuenta, hasta podríais considerarlo un buen amigo.

- ¡Chicas, ey! ¡Suerte que os encuentro! Parece que el karma nos va a sonreír a todos hoy. Espero.

    Ninguna en la sala se espera una de esas conversaciones de holofilms que empiezan por "¿Cómo te va todo?" o "¿La familia bien?". Los amigos de verdad no te hacen perder el tiempo pidiéndote que saques la basura de tu vida del contenedor estanco de tu alma.

- Sabéis que conseguí unos cuantos enchufes en Tokyo y ahora soy Arreglador ¿verdad? Arreglo contactos entre los trajecitos planchados de las corps y aquellos que ni se arremangan cuando tienen que ensuciarse las manos de mierda. 

    Claro que sabéis a qué se dedica Matsutatsu, y también lo que es un Arreglador. ¿A dónde quería ir a parar?

- Pues chicas, la Sony-Zeiss Corp me ha contactado, y quiere un grupo operativo a la orden de ya capaz de moverse en Sendai. ¡La Sony-Zeiss Corp, tías! ¡La jodida Sony-Zeiss Corp! ¡Y quieren a alguien en Sendai en menos de 24 horas! Estáis de suerte, y yo por conoceros. Vale que no tenéis mucha experiencia en Correr las Sombras, pero el trabajo no me permite ni a mí ni a la Sony andarnos con remilgos buscando candidatos. 

    Cualquiera conocía a la Sony-Zeiss Corp. Había que ser un mono para no hacerlo. Bueno, incluso muchos monos la conocían, debido a los implantes oculares que la corporación probaba en ellos. Dedicada al diseño de lentes y visores, uno podría pensar que eran simplemente una marca de ojos y lentillas de impresión digital de bonitos colores. Pero eso sólo era si no pensabas a lo grande, y la Sony-Zeiss no era uno de los mayores zaibatsus industriales por ser cortos de miras.

    Cada estrella del holocine que trabajaba en la Disney-Barbera Ltd se implantaba Sony-Zeiss para que sus ojos brillaran más que la anterior. Cada reportero de guerra (y había muchas guerras en la Tierra) se implantaba un Sony-Zeiss para grabar en primera persona las imágenes de las matanzas. Cada dron de vigilancia del gobierno necesitaba una cámara con lentes de visión nocturna e infrarroja: Sony-Zeiss te la fabrica. Cada robot industrial necesita visores para ajustar su trabajo mecanizado. Adivina quién tiene el monopolio para su instalación. Bingo. Ya puedes hacerte una idea de lo grande que es la Sony-Zeiss Corp en una época donde la imagen vale más que las palabras. Y se paga mejor.

- Sois de confianza, así que me permitiré colaros un poco de información interna sobre el trabajo. Parece ser que una pequeña compañía alemana de ojos sintéticos, la Augen GmbH, ha empezado a desarrollar algún tipo de implante genial. No Kaisha, no me preguntes los detalles: ni los sé ni los entendería aunque me los explicaran. La cuestión es que es un grupo pequeño, con pocos recursos, y que intenta aprovechar un golpe de genialidad de alguno de sus ingenieros. Los de Augen no podían permitirse un laboratorio en Tokyo, así que los imbéciles se pillaron uno clandestino en la misma Sendai. Deberían pensar que, debido a la proximidad, podrían colar sus prototipos en las clínicas de Chiba para ver cómo funcionaban en personas reales. La Sony se enteró, por supuesto. ¡Hasta pensé que la info que cayó en manos de la Sony-Zeiss podía ser un trabajo tuyo, Elaiza! Decidieron que querían a ese ingeniero y su proyecto antes que pudiera alcanzar el mercado. Por lo que envió un equipo de asalto al laboratorio de la Augen GmbH en Sendai para extraerlos, robando los datos de su ordenador y llevándose al tipo por la fuerza. Eso fue hace dos noches. Pero algo salió mal, algún fallo de principiante. No lo sé, pero la Augen no puede permitirse una gran seguridad, así que se meterían donde no debían, o los traicionó un exceso de confianza. 

Ahora uno de los operativos de la Sony está prisionero en el almacén de Sendai, y parece que la Augen quiere trasladarlo a su central en Düsseldorf en menos de 24 horas para interrogarlo. No sé qué debe saber ese operativo, pero la Sony quiere que lo recuperéis vivo antes de que salga de territorio japonés. 

    No hace falta ser una experta en Correr las Sombras para darse cuenta que el asunto no es que huela a chamusquina, es que asfixia como un vertedero en llamas. Pero si la Sony-Zeiss está detrás, eso significa más bityens de los que habéis visto en toda vuestra vida.

- Decidme que sí, tías. Ese grupo operativo que la cagó se llevó por delante a varios de los pocos guardias de la Augen. Todavía no les ha dado tiempo a reemplazarlos, así que su seguridad tendrá más agujeros que un techo en los suburbios. Recoger algo de intel sobre el lugar, entrar como un rayo, localizar en sus servidores dónde pueden tener al prisionero, y salir de allí cagando leches. Después de entregarlo a la Sony os podréis hasta pagar unas sesiones de SunBeam para darle moreno a esas caras tan pálidas que tenéis, nenas.

¿Qué me decís? Hacedme todas las preguntas que querías, por supuesto. Estamos entre amigos a fin de cuentas ¿no?

Aquel era uno de esos días que realmente deseaba haber perdido la nariz en vez de un ojo, después de todo, para oler el fétido aroma que entraba por el conducto de ventilación de anda me serbia. Mis manos se encontraban situadas encima del teclado mientras mi mirada se enfocaba en diferentes páginas de venta de materiales de…. Dudosa legalidad. Había ahorrado un poco esas últimas semanas con la intención de comprar algún programa de respaldo para el terminal, pero todos eran jodidamente caros. Mi mano le dio al botón de siguiente con cierto enfado y, antes de que la siguiente opción de compra apareciera, el símbolo de llamada hizo presencia en el centro de la pantalla.

Me quede mirándolo con cierto recelo mientras mi ceja se elevaba ligeramente.- Chicas.- Pronuncie reclamando algo de atención de mis compañeras. Finalmente acepte la llamada y en pantalla salió un rostro que conocíamos, pero no que esperáramos.- Matsutatsu.- Susurre como si intentará recuperar del fondo de un archivo un documento olvidado. Después de que marchara a Tokyo no había esperado saber de el de nuevo a decir verdad.

Era obvio que las primeras palabras del tipo eran para trabajar el terreno, después de todo a eso se dedicaba. Mi mano hizo un gesto impaciente indicando que avanzara. No era una persona precisamente paciente, me gustaba que aquellos tramites fueran lo mas breve posible asique si podía ir directamente al grano que lo hiciera.

Todo lo que explico me pareció hasta cierto punto lógico, hasta que declaro que Sony quería vivo al operario que había sido capturado. Eso no era para nada lo habitual si lo querían vivo es porque tenía verdadera información valiosa para la Sony-Zeiss Corp… Muy valiosa. De no ser así la manera habitual de actuar de ese tipo de compañías habría sido una simple operación de limpieza, que a quien hubieran atrapado no se fuera de la lengua.

Bufe ligeramente cuando pidió una respuesta por nuestra parte y que le preguntáramos lo que quisiéramos.- Creo que las preguntas que nos surgen probablemente sean las mismas que no te ha contestado a ti la Sony-Zeiss Corp.- Dije mirando hacia la pantalla con una leve sonrisa mientras mis manos se juntaban.

Finalmente estire los brazos antes de preguntar algo.- Supongo que se abran aislado de la red tras el ataque ¿no?- Realmente no era una pregunta muy necesaria, si aceptábamos, en cuanto colgara, iría a averiguarlo yo misma.- Ah, ¿Y de cuanto estamos hablando?.- Pregunte refiriéndome al dinero mientras la punta de mis dedos se juntaba y se frotaban entre si.

El chicle que mascaba hacía una hora que había perdido completamente su sabor, sin embargo parecía que había poco más que hacer en el zulo aquel día.

La señal de llamada podía significar tanto buenas como malas noticias, aunque en algunos casos no eran ni unas ni otras, por lo que hasta que no escuché a "Nozomu" identificar al individuo, no presté atención siquiera al terminal.

Atendí con toda la paciencia que era capaz de reunir, que no era demasiada a esa hora en concreto, mientras hacía alguna que otra pompa ocasional con el chicle, que una vez explotada volvía a formar parte de esa masa viscosa y sin sabor dentro de mi boca para repetir el proceso. El tedio era tal que cualquier actividad que me obligara a levantar el culo del duro colchón sobre el que estaba tirada me parecería interesante... mientras me reportara algo de pasta, claro. Nadie en Sendai trabajaba gratis.

- Matsutatsu, pequeña rata, te recordaba aún más feo - dije sin un atisbo de sonrisa en el rostro, si bien mis palabras guardaban cierto tono de burla cariñosa - Me pregunto cuánto sacas tú de esto, amigo - pronuncié esa última palabra con mayor énfasis en respuesta clara a su comentario.

Elaiza, como de costumbre, estaba jugando con Flip-Flop, el perrito de juguete que Kaisha le había fabricado cuando todavía vivían con su madre. Era un robot chiquitín y muy gracioso, bueno para todas menos para alma que le tenía una cierta animadversión, seguramente por eso de tener orejas de gato, quien sabe.

El juego de tirar la pelotita y que el perrete la trajera de nuevo incansable, le llenaba las horas muertas en el Zulo. No es que fuese una gran compañía, pues ni siquiera era un perro de verdad, pero era algo que le recordaba su antigua vida y a la vez algo que la unía a su hermana.

- No, por desgracia. La verdad es que últimamente nos aburrimos bastante. - dijo al escuchar Matsutatsu que en el fondo le caía simpático. Joder, todas estaríamos encantadas de irnos a Tokyo y dejar atrás Sedai para no volver nunca. Era un maldito vertedero donde nadie que estaba allí por gusto y si este trabajito para Sony les reportaba beneficios y fama, quizá tuvieran tanta suerte como su arreglador.  

- La verdad es que te agradezco que nos hayas llamado a nosotras Matsutatsu ¿Como estás desde que fuiste a Tokyo? No me importaría mudarme allí ¿verdad Kaisha? - preguntó pasándole la pelotita a su hermana mientras Flip-Flop corría detrás. Parecían no importarle demasiado los detalles de la misión o el montante de bityens. Sí, claro que era bueno tener dinero para gastar en lo que uno quisiera. Pero ella quería salir de esa ciudad que se pudría día a día.

Observaba a mi hermana y al pequeño Flip-Flop jugar con la pelota, mira que le había dicho un montón de veces que podía mejorarlo ahora que tenía muchos más conocimientos que entonces, pero se negaba, parecía que era cuestión de recuerdos o algo así, por lo que había dejado de insistir.

Alma nos avisa de que Matsasu nos está llamando, ya era hora, necesitaba algo fuera de la rutina de mi vida y si era él seguro que nos venía con algún que otro trabajito interesante y más ahora que estaba en Tokyo. Aquel tipo me caía bien, nos hacía ganar dinero y divertirnos un poco, ¿qué nos traería esta vez?

Escucho lo que tiene que decir, me surgen demasiadas preguntas, pero antes de que pueda hacerlas ya me está instando a lo contrario, si que me conocía sí. Así que como aquello era lo que más me interesaba cierro la boca, con lo que han preguntado mis compañeras me vale. 

Cojo la pelota y se la lanzo al robot esperando respuestas.

- ¿La gran ciudad? Ojalá... - Tokyo siempre me había parecido maravillosa.

- ¡Ei, Alma! ¿Cómo lo llevas pequeño conector? ¿Te piden que rescates a un tipo de un almacén y lo primero que piensas en en cómo entrar en el sitio sin moverte del sillón? ¡Ja, ja, ja! -es palpable la ironía en el comentario de Matsutatsu. Por supuesto sabía cómo trabajaba un Data, y la pregunto de Alma era totalmente adecuada. 

- Ahora en serio. No lo sé con seguridad, la verdad. Cuando la incursión original encargada por la Sony-Zeiss falló, supongo que se pusieron en movimiento rápidamente y fue cuando me contactaron por mi pasado en Sendai. No creo que haya pasado ni un día entero desde que recibí su llamada. Yo sólo he tenido tiempo de encargarme un procesador de comida Vorwerk nuevo en previsión de la pastarraca que voy a cobrar, y de llamaros a vosotras a continuación. Lo normal es que, como tú dices, se hayan aislado del exterior. 

- Supongo, Nariko, que también he contestado a tu pregunta: a la Sony no le preguntas el dinero que te va a pagar; simplemente sabes que si te encargan algo, tienes los próximos años de tu vida solucionados. 

Matsutatsu está evidentemente eufórico, como si la misión ya estuviese cumplida. Quizás confía plenamente en vosotras y vuestras capacidades, o quizás se ha metido algo en el torrente sanguíneo para aguantar la presión de un encargo caído desde tan arriba por pura casualidad.

- Elaiza, Kaisha, si os venís para Tokyo no hace falta que busquéis piso. Tengo un colchón que podemos compartir por un precio de amig... [bzzzzzzz]. Estaría encantado de ... [bzzzzzzzzz].... podríamos [bzzzzz].... juntos....

Interrupciones de estática cortan la imagen y el sonido de Matsutatsu, como un videograma que se estuviera quedando sin batería. Repentinamente, una máscara llena todas las pantallas de vuestro Zulo, anulando cualquier otra transmisión.

- El tiempo de contacto y la información transmitida ha sido suficiente. Alargarlo resulta desventajoso para vuestra misión asignada y, en consecuencia, es contraproducente para los intereses de la Sony-Zeiss Corp. Tenéis que iniciar vuestros protocolos de investigación del objetivo y de intervención sobre el objetivo de forma inmediata.

Una voz totalmente modulada surge de una máscara de geisha que no mueve los labios al hablar. Aunque el tono es femenino, y unos kanjis japoneses sobreimpuestos en la imagen indican el nombre de Mrs Lee, tras esa construcción podría ocultarse cualquiera. Ocasionalmente habéis visto en imágenes piratas de la SubNet esas coberturas de torso en forma de muñecas de porcelana. Pertenecen a las más altas personalidades de la Sony, como manera de cubrir sus identidades, y en las noticias oficiales, las de la PubliRed, ni siquiera estas máscaras se han mostrado nunca. Esta no es una ejecutiva trajeada de la corporación que os está encargando un trabajito de poca monta.

- Una vez tengan la información necesaria para planear su incursión en el almacén, deberán cumplir un objetivo adicional además del rescate del operativo capturado. 

En el terminal de hacking Ryotatsu Neo-2054 de Alma empieza a titilar un led verde que indica que están entrando datos. Lo que sea que está entrando ni siquiera ha solicitado la confirmación de aceptación por parte de Nozomu.

- Deberán ustedes instalar en el nodo de laboratorio un programa de copia de datos que les estamos proporcionando en estos momentos. No traten de averiguar la composición del programa ni su encriptación, podría generar alguna malfunción incluso si no logran descubrir nada sobre él. Si la conexión a la Red de Augen GmbH está escindida de la conexión pública, deberán instalar el programa desde los propios servidores del almacén.

En ningún momento la voz hace pausas para permitir hablar, ni su actitud y tono dan a entender que espera dudas o consultas por vuestra parte.

- Un VTOL* está siendo preparado en estos momentos en nuestra central de Tokyo para realizar la recogida en las próximas horas. Cuando tengan instalado el programa, y asegurado el objetivo, diríjanse a un espacio abierto de su elección. Realicen una llamada por radiofrecuencia al código 7669-93477 y el piloto los localizará para la recogida del operativo. Cuando comprobemos el completo cumplimiento de sus dos objetivos, la cantidad de 9.000 bityens les será transferida a la cuenta de cada una de ustedes.

- Esperamos su llamada. Arigato.

La conexión se corta de forma tan abrupta como se inició, y hace que el silencio del Zulo sea incluso terrorífico. El silbido chillón del viento que entra por la oxidada ventilación parece sonar más fuerte que nunca.

Queda claro que la Sony-Zeiss no quiere tardanzas, y que deberías poneros en marcha ahora mismo. Quizás tengáis que reunir algo de intel sobre el lugar en que tenéis que colaros (¡empezando por dónde está!), sobre la propia Augen GmbH, contactar con gente que pueda haber tenido algo que ver con el establecimiento de un laboratorio clandestino en Sendai,... cualquier cosa que se os pueda ocurrir y que os pueda dar una ventaja antes de meteros en la boca del lobo. Pero está claro que no tenéis más que unas horas antes de que necesitéis revisar vuestros cargadores, limpiar vuestras conexiones neuronales, y colaros en el lugar en cuestión.

-----------------------------/////////////////////////////////////////--------------------------------

Elaiza tarda todavía unos segundos en darse cuenta de que Flip-Flop le está golpeando la pierna con la pelotita que le ha traído de vuelta. Su cola de plástico se mueve incesante de una lado a otro, mostrando un gesto simulado de alegría. A Elaiza le parece ahora un péndulo que marca el tiempo, avanzando sin cesar...

No llegue a tomarme a mal el comentario de Matsutatsu, una pequeña sonrisa asomo entre mis labios. El tipo parecía realmente animado ante el trabajo, era evidente que no había pensado muy claramente aquello. Por alguna razón no podía imaginarme a la Sony-Zeiss Corp fallando en un trabajo.

Fue entonces cuando ocurrió el corte de trasmisión. Mis ojos se entrecerraron levemente mientras miraba aquella mascara que había aparecido. Cuando el terminal que tenia sobre la mesa empezó a recibir datos fue cuando realmente me puse mas alerta. Interrumpir una trasmisión para proyectar una imagen no era algo exactamente difícil. Conectarse a un terminal directamente y verter un programa de datos sin solicitar confirmación alguna por parte de su propietario si era bastante mas difícil.

Me reí ante la posibilidad de intentar averiguar la composición del programa. Habría que estar rematadamente loca para ponerme a investigar sobre aquello, mucho menos sin tener pasta para comprar otro terminal después de ello, pues casi me resultaba evidente que acabaría fundiendo el mío si intentaba hacer algo como eso.

Cuando la trasmisión acabo mi voz fue la primera en sonar en la salita.- “Si la conexión esta escindida de conexión publica”.- repetí con cierto retintín.- Es que no necesito ni mirarlo, si tienen una puta persona capaz de volcarme datos al terminal sin confirmación alguna claro que esta escindida, si no necesitaran el acceso manual ya lo habrían hecho ellos...- Resople ante mi argumento.- Pensaba que nada podía oler peor que este lugar, pero mira, me han sorprendido, esta misión huele peor. En fin, creo que tenemos curro.-Dije mientras me volteaba hacia el ordenador para buscar las ultimas noticias sobre la Augen GmbH

Aquello no me gustaba ni un pelo, parecía que el trabajito que nos había encomendado Masutatsu era aún peor de lo que ya me imaginaba. Si la propia corporación había fallado no veía como podían haber pensado que nosotras no lo haríamos... Suspiro y escucho lo que comenta Alma tras la aparición sorpresa de aquella máscara que había interrumpido la transmisión de nuestro amigo.

- Si necesitas ayuda dilo, sino voy a prepararme para cuando estemos listas para salir. 

Me acerco a mi hermana mientras pienso que debo coger de nuestro arsenal.

- ¿Cómo lo ves?

Estaba segura de que iba a haber enfrentamientos, de que no sería tarea fácil, vamos, lo de siempre.

Todo esto me da mala espina. La corporación puede querer utilizarnos y luego dejarnos tiradas como tantas veces se hace con este tipo de operaciones. Lo bueno es que su objetivo principal es el rescate de uno de sus miembros y si no salimos todos de ahí con vida es malo para ellos y para nosotras.

- Alma tienes razón. Eso nos obliga a ir hasta allí y presentarnos por sorpresa. Lo bueno es que Sony quiere meter una cosa y sacar otra y eso nos da la seguridad de que nos necesitan antes y después.

Eso descartaba que el programa que le habían pasado a Alma fuese algún tipo de virus que destruyese el laboratorio, al menos sin darnos tiempo suficiente a salir...

- Supongo que si están fuera de la red lo primero será averiguar donde demonios está ese laboratorio clandestino. Conozco a gente que puede ayudarnos... dejadme hacer un par de llamadas.

Tomo mi terminal y comienzoba buscar contactos que tengo en diferentes corporaciones mientras Flip-Flop sigue insistiendo en su "modo juego".

- Pues que será mejor que vayamos preparadas para entrar y salir rápido de allí ¿Todavía te deben el favor de cuando arreglaste aquellos aero-deslizadores? Pues es el momento de que te lo cobres. - le pregunto a mi hermana mientras pongo al perrete en "modo noche".

Necesitábamos un buen piloto o al menos un buen vehículo.

- Interesante... - es todo cuanto salió por mi boca tras hacer estallar una pompa de chicle - Cuando vosotras, pequeñas "freaks", hagáis vuestra magia en las pantallitas, bien podría acercarme a las calles para averiguar más detalles sobre ese almacén o ese tipo. Seguro que hay alguna "info" que aún no ha sido volcada a la red y de la que podríamos sacar ventaja.

Por más que le gustara picar a mis compañeras llamándolas "freaks", bien visto podía reconocer que la bicho raro del grupo sin duda era yo, menos suelta con las tecnologías y más enfocada a la acción pura y dura. Sin embargo esa cooperación ya había funcionado en el pasado por lo que no se sentía nada incómoda.

Ni me imaginaba salir del agujero que era el zulo sin mis armas, por lo que pasé a comprobar el estado de su revolver y conté la munición que tenía disponible.