Partida Rol por web

El hombre con barba siempre era el primero en hablar y poco a poco iba agotando la paciencia de Sumirea, pero esta vez podría tener algo de razón, así que la jayán le acompañó hasta la casa señalada en busca de algo de información. 

- Bien dicho, busquemos supervivientes o algo material que merezca ser salvado al tiempo que intentamos averiguar que pasó aquí. - Intentó decir con su voz más pacífica a Valdemar que si no estuviera hablando todo el día de su religión, podría hasta ser un buen tipo. - Estoy de acuerdo con eso, lo que sea que ha pasado aquí parece estar muy lejos del alcance de nuestros poderes. 

Sumirea se refería a la parte mágica de sus compañeros, pues ella misma sería incapaz de hacer algo así y, visto lo que había visto, los otros tres parecía que tampoco, por no hablar de la elfa que se asemejaba más a ella que a los hechiceros en cuanto a habilidades. 

---Existen poderes mucho más allá de nuestro alcance y no es necesariamente mágicos, llamar magia a cualquier cosa es como llamar bicho a todo ser humano- digo encogiendome de hombros- Necesitamos recuperarnos de este ataque en un lugar seguro, mis poderes estan agotados y tengo que tejer de nuevo toda la red mágica que teniamos mi hermana y yo, cosa que me costará varios dias seguramente pero mientras estemos explorando no habrá problema pero sí hay combate me temo que no podeis contar conmigo...- finalizo mientras  espero a que se muevan.

No entiendo nada de lo que está pasando y tampoco tengo ganas de entender, esto si no se trata de una ilusión entonces ya se nos ha salido de las manos y lo único que podríamos hacer es huir, pero ¿huir a dónde? aquí hay alguien que debemos detener o empezará a pasar esto en cada pueblo alrededor. Me da rabia no haber prevenido esto, porque pudimos.

—¿No les parece extraño la manera en que aparecimos al despertar? —pregunto poniendo mala cara—. Todos en hilera, como si nos hubieran acomodado. Además... no, nada no importa.
Da lo mismo, no creo que se resuelva ese misterio ahora.

Me acerco velozmente a investigar aquella vivienda calcinada, seguramente no encuentre nada, pero no se me ocurre nada mejor.

Mientras el grupo habla de la situación, Kaithel, Sumirea y Valdemar se acercan a lo que parecía el epicentro de lo ocurrido mientras que, Jormun y Sir Henry, permanecen en el sitio. 

Por suerte el lugar no es demasiado grande y el grupo puede mantener la comunicación su alzan la voz*

Sin necesidad de moverte, te concentras para localizar de nuevo al pequeño Timmy. 

Logras expandir tu mente a un radio de 10 kilómetros... Pero no encuentras su matriz psíquica... Por ningún lado...

Eso quiere decir que, o bien ha fallecido en aquella explosión, o que se encuentra fuera de ese radio de 10 kilómetros.

Os acercáis a lo que parece el centro de aquella explosión.

Por lo que recordáis de la aldea, se debía de tratar de la pequeña casa que pertenecía a la señorita Velvet. Este era el hogar de la mujer, seguramente del pequeño Timmy y era donde se debían impartir las clases. Recuerdas que era una casa pequeña, de la cual no ha quedado prácticamente nada.

El lugar en el que se encontraba la casa estaba total y completamente negro, como si el centro de la casa hubiera sido el epicentro de la explosión. Apenas encontráis algún rastro de lo que, el día anterior, fue madera; toda la estructura ha quedado reducida a la nada. Por suerte sí veis algún cazo o sartén de metal, deformada y abollada, que aguantó lo que hubiera ocurrido allí.

Pero... hay algo que no cuadra del todo...

La mancha negra del suelo es circular, perfecta, pero, hacia el oeste, se alarga... Como si algo, sumamente caliente y ardiendo, hubiera salido de allí y se dirigiera en aquella dirección.

Sabes lo suficiente de medicina para saber que, a pesar de aquella explosión, si hubiera alguna persona en el área de acción, quedarían restos.

Tal vez no demasiado, pero sí algún tipo de marca, algún resto de hueso sobre todo, que dejara patente que allí había alguien en el momento de la explosión.

De manera que, si no hay ningún rastro, significa que no había nadie en aquella casa... Nadie que hubiera muerto. 

El hombre abrió los ojos y hablo a sus compañeros.

-Parece que no puedo rastrear donde está el niño, eso implica o que está muerto lo cual dudo, o lo más probable ya se lo han llevado y está lejos del rango de mis habilidades-

Luego camino para seguir a sus compañeros intentando mantenerse la mayor parte de tiempo a la sombra.

-Pero estoy muy de acuerdo con Kaithel, es muy extraña la forma como despertamos, si quien hizo esto fue el niño, ¿Quién organizo nuestros cuerpo de esa forma? Y si quien lo hizo fue quien rapto al niño ¿fue acaso él quien lo hizo? Y de ser así ¿Por qué no acabo con nosotros cuando éramos más vulnerables? Hay algo extraño ocurriendo y muy pocas pistas-

Me acerco al suelo y estudio la marca de quemado. Es... peculiar. Una explosión no deja una marca tan circular, tan perfecta, y ese rastro... hay que seguirlo. Podría llevarnos hasta Timmy, si es que sigue por aquí.

- Henry, Kaithel. Aquí parece haber un rastro. Kaithel, eres buena rastreadora, seguro que puedes encontrar el rastro.

Y rastro, y rastro... en serio, ¿qué le hace pensar que soy buena rastreadora? Sólo soy atenta, pero ninguna profesional.

—Voy a intentar —digo yendo hasta donde indica Valdemar—. Podrían ayudar también, si quieren.

—Lo que sí que no veo es restos de gente. Algo debería haber quedado, pero no hay nada, ni manchas ni cenizas. Las personas de esta casa parecen haber desaparecido completamente.

---Quizas no hayan muerto y han sido "abducidas" por el poder del hechizo...- propongo pensativo mientras me acercaba al rastro para ver sí podia ser de utilidad-Eso explicaria porque no hay cuerpos y porque nuestros poderes han sido absorbidos...aunque es más una teoria descabellada que una afirmación...

-Es una idea interesante la que propone el señor Jormun, tal vez el poder de Timmy los llevo a otro lugar, pero solo podemos conjeturar en esta situación y aun me carcome la duda de quién organizo nuestros cuerpos en esa extraña forma-

Sumirea miraba escéptica a sus compañeros mientras teorizaban sobre lo que había pasado. Ella, por su parte, no tenía ni la más remota idea y tampoco es que le preocupase en demasía.

- Yo solo veo un pequeño matiz de rastro hacia el oeste, así que si dependiera de mí, iría en aquella dirección. - Habló, especialmente hacia Jormun. - Aunque sería capaz de perderme en un camino recto, así que espero que podáis sacar algo en claro para averiguar lo que sea que haya pasado. 

La joven jayán odiaba aquellas situaciones en las que se sentía realmente estúpida. Sólo sabía balancear el hacha de un lado a otro y nada más, así que, cabizbaja, espero que la elfa o algún otro hiciese de cabecilla de aquel improvisado grupo. 

No es difícil seguir este rastro.

El lugar en el que se encontraba la casa tiene todo el suelo negro, consecuencia de una explosión intensa. Por eso hay una marca circular casi perfecta... De la cual sale una línea, casi perfecta, negra como la noche, hacia el oeste. Es casi como una flecha perfecta. Y, siguiendo la dirección de la punta, os encontráis con el camino que lleva al castillo de Odessa.

Y, aunque estáis centrados en ese rastro, notáis como, por toda la aldea, se empiezan a mover algunos trozos de madera de los alrededores. Al principio solo es una... Pero, poco a poco, empezáis a ver más y más movimiento a vuestro alrededor. Todo procedente de los destrozos de las diferentes casas.

—El rastro va en dirección a la fortaleza —exclamo señalando en aquella dirección—. Se me ocurren algunas ideas de lo que pueda estar pasando y ninguna es buena.

Y encima los escombros parecen estar despertando. No, lo que hay debajo de ellos.
—Rápido, sea como sea tenemos que irnos de aquí.
Me doy asco de mí misma al dejar abandonada a toda esta gente, no los conocí, pero si ahora lo que presiento es verdad y voy a tener que verlos zombificados me va a dar un vuelco en el estómago y prefiero abandonar este lugar antes de que eso suceda. De todos modos ya se me está haciendo el nudo en la garganta, odio la nigromancia, odio ver personas que una vez tuvieron sueños, alegrías y esperanzas convertidas en carcasas vacías, es como una burla y me da rabia.

No espero a nadie y echo a correr hacia el castillo.

Sin saber que pasa por la cabeza de la Elfa, pero estando de acuerdo con ella en cuanto que hay que abandonar este lugar, salgo corriendo tras ella.

Totalmente confuso todavía por todo lo ocurrido, sigo a la que parece ser la que más claro tiene lo que está ocurriendo, que es Kaithel. Si ella quiere salir de aquí, tendrá sus motivos. Tal vez los Dioses le han dado capacidades para ver que está ocurriendo, o tal vez simplemente está asustada y asqueada, pero creo que es la que se ha despertado mejor tras la explosión.

- Kaithel, ¿que está ocurriendo? ¿Qué crees que está pasando? - Mientras digo esto, ya emprendo el paso hacia la dirección hacia la que apunta la joven - Si crees que tenemos que huir de aquí, te sigo. Jormun, Sumirea, ¿venís con nosotros?

Mientras los demás hablaban comencé a entonar  canticos mientras sacaba un piedras de la bolsa y con ellas toco mi cuerpo, se puede apreciar como la última piedra y su cantico suenan con dificultad mientras cierro los ojos con aire de concentración hasta final acabarlo.

---Bueno, con algo se empieza- digo con voz agotada mientras camino junto con el resto- No sé que habrá bajo esos cuerpos pero no conteis con mi ayuda ahora mismo,necesito una fuente de Maná cuanto antes para poder seros de un minimo de utilidad y no me apetece saber sí es amigable o no , vamos Sum- digo respondiendo a la pregunta de Valdemar mientras seguia al resto aunque se podia apreciar claramente como me apoyaba  en Sumeria para caminar.

Al ver como la elfa iniciaba la marcha, Sumirea no pudo evitar esgrimir una sonrisa.

- Claro que voy. - Reapondió a Valdemar pensando que los magos estaban bastante indispuestos y asumiendo que el poder de combate del improvisado grupo habría decaído hasta la mitad. - Aún tengo que enterarme de qué es el Naturaprantismo.

Tras pronunciar aquella broma, pensó que tal vez había sido un error y que el profeta no entendería la ironía de sus palabras por pura fe y conveniencia, aunque intentó no escuchar una replica y siguió a Kaithel en su marcha hacia no se sabía lo que les esperaba, ayudando a Jormun a mantener el ritmo de la marcha y cargándolo si fuese necesario.

Sonrío al escuchar a la jayán y verla empezar la marcha - NatuNaprantismo, Sumirea, natunaprantismo. Cuando descubramos que es esto tendremos tiempo. Por ahora, y me duele en el alma decir esto, no hay tiempo para hablar de los Dioses.