Partida Rol por web

Sin problemas puedes ver que, alrededor de él, hay pequeños círculos con extraños símbolos. 

Desde luego no se parece a las capacidades mágicas convencionales.

Tal vez también sea un usuario de matrices psíquicas como tú. 

Conforme me acercaba  a ellos observé con cuidado  a aquellos dos individuos  buscando cualquier traza de magia en ellos, tras un examen cuidadoso y sí no veia nada raro me acerqué  junto con mi hermana.

---Saludos viajeros, me alegra encontrar a gente, llevamos  un tiempo viajando  y no habiamos visto ningun alma- digo saludando en latín y tratando de ser lo menos amenazante, sobretodo a la chiquilla- ¿puedo preguntar hacia donde se dirigen? Quizas nuestros caminos coincidan y la zona es peligrosa en estos dias...

Al ver los ojos de la niña desde la lejanía me estremezco. - ¿Habéis visto los ojos de la niña? ¿Eso es natural? Cuidado Jormun... - Mientras veo que Jormun da el primer paso en su dirección, me concentro en identificar si siento algún rastro de magia por su parte.

La advertencia de Valdemar hizo que Sumirea se preparase y, aunque dejase a Jormun hablar, tenía preparada la mano del arma por si la situación cambiaba a algo peor.

Intentó ponerse muy cerca de su hermano, al menos para que si se tratara de una emboscada, los asaltantes pensaran que era más sencillo golpear una gran mole que a su débil y escuálido compañero.

El hombre apenas se giró para miraros, su concentración parecía centrada en la distancia, al final del camino. 

Al seguir su vista veis lo que, en la lejanía, parece una fortaleza o algo similar. Pero, de algún punto de su interior, está saliendo una columna de humo.

-Estamos justo donde queremos estar -contesto de forma abrupta.

Tras decir aquello se gira unos grados hacia vosotros. Uno de sus brazos lo lleva sujeto al pecho, mientras que en el otro lleva una especie de bastón que se parece, demasiado, a una espada corta. Y, en la cruz de esta, pequeña, casi como un detalle, lo veis: aquel símbolo.

-Si se dirigen hacia la fortaleza buscando asilo, me temo que no tienen una situación muy cómoda ahora mismo.

Os miró de arriba abajo.

-Aunque seguro que reciben bien a un grupo de guerreros como ustedes... 

No ves ningún tipo de rasgo de magia, ni en él ni en la niña. Sin ningún tipo de duda. Aquellos ojos no son de naturaleza mágica.

Sin ningún lugar mejor al que dirigirse, Sumirea agradeció al desconocido sus comentarios y siguió su camino hacia la fortaleza, esperando que allí sus debilitados compañeros se recuperasen y poder recapitular sobre su situación. Además, se permitió ofrecerles un consejo a aquellas dos personas en aras de que se evitasen problemas.

- De donde venimos, vimos un grupo de cadáveres andantes. - Se limitó a decir, pues no tenía ganas de argumentar sobre aquella teniendo en cuenta que ni ella misma ni pareciera que ninguno de sus acompañantes supiera nada al respecto, salvo las pamplinas que promulgaban Valdemar que, sinceramente, parecían igual de inverosímiles que todo lo que decía sobre su religión.

Valdemar miró de arriba a abajo a la pareja, fijándose específicamente en el hombre y en la marca que portaba. Una cruz de Abel. ¿Un Inquisidor? No eran del agrado de Valdemar, pero necesitaban información, y llegar rápido a un sitio seguro.

- ¿Que está ocurriendo en la fortaleza? Ha ocurrido algo de allí de donde venimos. Ha habido una explosión y los cadáveres se están levantando de nuevo, señal que los dioses están disconformes. ¿Habéis visto lo mismo?

Mis ojos cayeron sobre la cruz que lucia y mis ojos se estrecharon por un momento, la presencia de "ellos" no era quizas buenamente recibida, iba a comentar algo pero mis compañeros se adelantaron y dirigí una mirada fulminante a Valdemar y a mi hermana instandoles a guardar silencio aunque el daño ya estaba hecho....

---Yo pensaba que la inquisición estaba bastante bien dotada para no tener que necesitar guerreros como nosotros- digo resaltando la palabra "inquisición" y mirando a mis compañeros en señal de advertencia.

--- Lo que mi anciano compañero quiere decir es que sin duda alguna hay algun falso idolo que no esta conforme con esta paz reciente y quiere que nos enfrentemos, nosotros somos gente de paz y no buscamos el conflicto, es más, nos gustria ayudar en la medida posible en nombre de Abel-digo tratando de parecer lo más correcto e inofensivo posible, que un semidragón, una elfa, una gigante con tres ojos,un tio vendado y un anciano que proclamaba falsos presagios apareciran con proclamas de no muertos quizas no fuera la mejor manera de ganarse la confianza de esta gente

El hombre os miró, con aquel semblante calmado.

-Sí, os vimos en aquella aldea. Aunque, cuando pasamos, los cadáveres no se levantaron. Dada la situación en que os dejamos, y si se alzaban, esperábamos que os ocuparíais de ellos. Si eráis capaces de sobrevivir a aquella explosión, unos simples reanimados no debían ser un problema para vosotros.

Después se giró y miró hacia la fortaleza.

-Por desgracia, el causante de esto se trajo algunos por el camino, aunque nos pudimos ocupar de ellos. Me temo que no llegamos a tiempo para evitar que llegaran a la fortaleza.

Tras aquello, se giró hacia vosotros de nuevo.

-Estoy seguro de que apreciaran vuestra ayuda en el interior. Han tenido bastantes bajas en el ataque. 

- Queríamos luchar, pero estábamos muy débiles. Llevamos días sin comer, no podemos pelear así. Nos dolió dejar a esas bestias infernales allí, pero, malditos sean los Sunguras, la explosión nos dejó hechos polvos. Una compañera quedó atrás y no hemos sabido más de ella desde entonces. - Me giro hacia mis compañeros y veo sus caras de agotamiento - Os podemos ayudar, pero necesitamos un descanso, y especialmente, comer y beber algo. La última vez que probamos bocado el mundo aun no conocía a estas bestias.