Partida Rol por web

Lo primero que sientes es un dolor inmenso. Como si todos tus huesos, músculo y alma se hubieran aplastado decenas y decenas de veces. 

No puedes mover ni un ápice de tu cuerpo.

Todos tus esfuerzos se centran en seguir respirando... En seguir vivo... Y aún así notas como algo, o alguien, te mueve. Notas el cambio de luz bajo tus párpados y, con todos tus esfuerzos, abres un poco los ojos.

Allí, a pocos centímetros de los tuyos, ves la luna. Blanca, circular y pura. Una esfera blanca perfecta pero... ¿Es en verdad la luna? ¿Por qué tiene un párpado a su alrededor? ¿Estarás soñando? Puede ser, ya que junto con aquella visión sientes como el dolor se atenúa un poco. Sientes un calor que recorre todo tu cuerpo y te calma, aunque con ello logras relajarte y caer de nuevo dormido.

Anoche te acostaste y caíste entre los brazos de morfeo. 

Hoy sientes un dolor que te recorre todo el cuerpo. De la cabeza a los pies, pasando por cada uno de tus músculos, huesos y articulaciones. No es que tengas un escozor procedente de alguna herida, sino que lo notas como si naciera entre tus entrañas y se abriera paso hasta la superficie de la piel. Además tiene las cabeza como si anoche te hubieras bebido la taberna entera, como si te clavaran agujas por todas partes...

Y, aún con todo este malestar, poco a poco abres los ojos.

La luz se clava en tu retina y te ves obligado a cerrarlos de nuevo pero, tras parpadear un par de veces, logras enfocar.

El techo de tu habitación ha desaparecido. Al igual que las paredes. Y las ventanas. Y el suelo. Y la cama. Y todo.

Te encuentras en el suelo. A tus lados se encuentran tus compañeros, colocados perfectamente unos al lado de otros, aparentemente dormidos*. Ves que tienen la ropa algo desgarrada e identificas algunas heridas en su piel. A vuestro alrededor ves lo que, ayer, era el poblado; en aquel momento solo quedaban restos y destrozos. No había ni un solo edificio en pie. 

El dolor es inmenso y le trae recuerdos que ha preferido olvidar, recuerdos que desde que escucho del niño huérfano le han estado acosando, cuando por fin con mucha dificultad logra incorporarse, su primer instinto es buscar la sombra, huir de su enemigo natural, una vez refugiado en las sombras se permite observar el pueblo, su mente baraja dos posibilidades y ninguna de las dos forma una idea agradable.

Y... ha llegado el momento. El kifokikua. Se los ha llevado a todos. Obviamente, a Valdemar le han salvado, pero el resto del pueblo ha desaparecido. Idiotas. Tuvieron años para aceptarlo. AÑOS. Por suerte, Moja ha sido misericordiosa y ha salvado al resto del grupo. Valdemar podía estar orgulloso de sus acciones, al intentar mostrarles el camino correcto, Moja les había dado una oportunidad. Pero... falta uno... el hombre de las vendas no está.

Me levanto del suelo, empujado por la fuerza de los dioses, todavía abrazado al Kompir, que nos ha salvado, como estaba predicho. Como ya vi en mis visiones, tantos años atrás. Me duele absolutamente todo, pero me siento más en conexión con los dioses de lo que nunca había estado, y compruebo si todas las páginas del Kompir que no habían sido usadas siguen en su sitio. Me acerco, por orden, a Sumirea, Jormungander y Kaithel, y trato de buscar si tienen pulso. Al ver que siguen vivos, agradezco de nuevo a Moja por su misericordia. Tras esto, busco cualquier señal de lo que haya pasado, esencialmente, si hay algún trazo de magia en el ambiente, alguna señal de que puede haber ocurrido. Pongo especial atención a si veo algún Sungura a mi alrededor, y si la espada de Mbili está en los alrededores. Una vez he comprobado rápidamente la zona y evaluado el peligro, intento despertar a la jayán.

Lo sabía. Sabía que algo raro estaba pasando. Aquí hay un hechicero o algo peor que está afectándonos, a nosotros y al pueblo, y hay que pararlo antes de que pade a algo peor.

No sé discernir si esto es un sueño o qué, si es real o no, debí haberme despertado mucho antes de que sucediera y al menos intentar prevenirlo, pero la completa ausencia del cuarto donde estaba durmiendo me hace pensar que todo podría tratarse de una ilusión.

Lo que más me importa ahora es corroborar si tengo la nota en la mano, estoy segura de que la tenía cuando me quedé dormida. Debí haberla memorizado, pero estaba ya cansada y ahora me arrepiento, pero de todas formas iba a necesitarla como evidencia para hacer que alguno de estos payasos recapacitara y ayudara a resolver el lío. Lío que ahora veo que se cierne sobre nosotros y puede que ya sea tarde.

Con un suspiro cierro los ojos y me quedo esperando a que despierten los demás.

Sumirea despertó para luego quedar sobresaltada al ver la cara de Valdemar enfrente suya, temiendo que anoche hiciese algo con él que ahora le causaría arrepentimiento. 

- Ya estoy despierta, déjame. - Alejó al profeta de su lado para luego echar un vistazo a su alrededor. - Vaya, no hay pueblo. 

La jayán se levantó dolorida, más de lo que pudiera esperarse del cansancio producido por la búsqueda de aquel niño, el viaje hasta el pueblo y la falta de alimentación por unos cuantos días. 

- ¿Qué ha pasado? - Preguntó con su simpleza característica para luego buscar con la mirada a su compañero y luego sus pertenencias, diseminadas por todo el lugar. ​​​

- Ha habido una explosión, algo, no sé que ha ocurrido. - Le ofrezco mi mano para ayudarla a levantarse del suelo - Creo que es el Kifokikua... el día en que mis dioses se llevan a todos los infieles que no creen en ellos. Por poco no he llegado tarde para salvaros... ¿Estás bien? Yo me siento muy débil, como si hubiese pasado toda la noche recitando las escrituras de mis dioses... mientras me sacudían con un martillo gigantesco. Primero, vamos a ver si Jormun está bien. Segundo... ¿ves la luna allí? La ves... ¿normal?

El dolor era terrible aunque este cedia poco a poco mientras mis recuerdos  trataban de reorganizar lo sucedido aunque con poco éxito, recordaba el color rojizo proveniente del cielo, luego la explosión y un centenar de imagenes extrañas...

Cuando abrí los ojos de nuevo parece que estabamos en medio de lo que habia sido el pueblo siendo los únicos supervivientes de aquel holocausto pero habia algo más...todos mis hechizos habian desaparecido, como una esponja que hubiera absorvido mi zeón, aquella luz habia desbaratado todos mis hechizos, me sentia muy vulnerable, sentia todo mi cuerpo temblar mientras me  trataba de levantar con cierta dificultad.

---Algo calló del cielo...luz...absorbió mi magia....la cosa es...¿porque hemos sobrevivido nosotros?- digo con voz debil mientras me caia al suelo de culo, aunque parecia que no me importaba dada la situación que nos encontrábamos 

Desde la sombra el hombre vendado comienza a hablar -Tengo dos posibilidades en mente, una es que el poder dentro de Timmy se ha salido de control, esta posibilidad me parece menos probable porque de ser así podría haber sucedido mucho antes o mucho después, pero no es descartable, la otra posibilidad que tengo en mente es que lo sucedido sea culpa de aquel que contrato a los bandidos, tal vez el ver el fracaso de su plan no le sentó muy bien y decidió tomar al niño a la fuerza- mira al anciano -Dudo completamente que ningún dios hubiera intervenido, de haberlo hecho nadie estaría vivo-

Mientras os vais incorporando, sois más conscientes de vuestro entorno.

En primer lugar no hay ningún edificio en pie. Todo a vuestro alrededor está destrozado, caído y derruido. A primera vista no hay ningún lugar donde guarecerse*.

Luego podéis ver, por todo el lugar, una ligera niebla oscura. No es lo suficiente espesa para dificultar la visión, pero sí lo suficiente para poder ver que se trata de algo sobrenatural. Como si fuera magia estancada de alguna forma. 

Por último, parece ser que sois los únicos que habéis despertado. A vuestro alrededor veis a algunos aldeanos, tirados en el suelo, con trozos de madera sobre ellos y a su alrededor.

Empiezo a vestirme rápidamente y me pertrecho con el arco y el carcaj. En el bolsillo de mi ropa entonces encuentro la nota y la leo de nuevo, luego miro a los que tengo alrededor, pensando detenidamente a quién comentárselo. Creo que el turak ha sido el más sensato, aunque sigo molesta con todos, porque todo esto pudo haberse evitado si en vez de regresar con el niño a por el maldito dinero nos hubiésemos quedado a investigar un minuto allí.

—Eh tú. No recuerdo tu nombre. —Creo que empezaba por Jor... ¿Jorge?—. Anoche cuando regresé encontré esto en la mano del líder de los secuestradores. Podría servir de algo que lo leyeras.

Luego de captar la atención del turak le entrego la nota en la mano.

—Noté que sabes de runas, ¿esa cruz de ahí significa algo? ¿o se trata de otra cosa?

En contraste con mi estado de ánimo del día anterior, me encuentro notablemente molesta, pensé que era más difícil borrar mi sonrisa, siempre pensar con optimismo, pero estaba siendo muy puesta a prueba y esto ahora mismo ya es un disparate. Al cuerno con todo.

Coges la carta que te tiende la elfa y le echas un vistazo.

Berke es una aldea encantadora.

En ella vive un niño llamado Timmy.

Es pequeño y de pelo negro. 

Os podría hacer una visita por el bosque.

Es importante que no sufra el menor tropiezo o rasguño.

Disfrutar de la naturaleza el tiempo que sea necesario.

Me pondré en contacto contigo para que me comuniques las maravillas del paseo.

Un saludo de tu viejo amigo.

En la carta no hay nada más. O eso te parece, ya que cuando la ves a contraluz, descubres una particular mancha en la parte inferior derecha de la misma.

Parece un pegote de tinta, con una forma concreta... 

Quizas fuera por el cansancio pero le dirigí una clara mirada de enojo hacia  Kaithel.

---Oh, que bonito- digo con un claro sarcasmo mientras le tomo con brusquedad el papel- Con considerada por tú parte, Kaithel pero bueno, no deberia de extrañarme, todos los Slyvain sois así....y no es "eh,tú" ni lagarto, es Jormungander- digo mientras observaba las runas  con detenimiento cogiendolo por el extremo.

---Mmmm...interesante...- digo tras unos minutos de examen-La verdad es que es una nota un poco rara....- digo poniendola al trasluz unos segundos- "Berke es una aldea encantadora." -leo  en voz alta y luego miro a mi alrededor contemplando las ruinas- bueno, era una aldea- comento encogiendome de hombros y sigo leyendo -"En ella vive un niño llamado Timmy.Es pequeño y de pelo negro." vaya, al parecer el remitente conoce a Timmy y esta aldea así que quizas haya estado aqui...- sigo murmurando en voz alta-"Os podría hacer una visita por el bosque. Es importante que no sufra el menor tropiezo o rasguño." la verdad es que es curioso, tenian órdenes explicitas de no hacerle daño pero aún así lo ataron a un árbol..."Disfrutar de la naturaleza el tiempo que sea necesario.Me pondré en contacto contigo para que me comuniques las maravillas del paseo. Un saludo de tu viejo amigo."- digo levantando la vista hacia el grupo- Al parecer el "secuestro",sí es que lo era, no era algo casual y el muchacho tiene algo especial... aparte de que puede que la Iglesia esté metida en el asunto, hay un pegote de tinta disimulado en un lado de la carta en forma de cruz, demasiada casualidad...

El interés de Henrry se ve incrementado por la nota -Es una gran lastima, no tengo conocimientos en telemetría, de otra forma podría sacar información útil de la nota y probablemente el único con información útil era el líder de los bandidos-

Sumirea estaba por responder a Valdemar cuando la conversación entre Kaithel y Jormun llamó su atención y, tras ignorarlo completamente, se dirigió a su compañero al tiempo para poder ver cómo leía una nota. Una vez acabado, y sabiendo que estaba débil y y no podría usar muchos embrujo contra ella, le dió un coscorrón al bicho azul.

- Eh tú, lagarto. - Intentó enfatizar las palabras que justamente había dicho que no le dijera. - Esa no es manera de tratar a una señorita, por muy Sylvain que sea. Deberías aprender a tratar a las mujeres con más delicadeza o nunca encontrarás una esposa. 

Tras la reprimenda, no tardó ni un segundo en abandonar el interés por la nota, pues aquellas cosas que requerían de inteligencia se las venía dejando al Turak, por lo que recogió su equipo deseando que Valdemar no siguiera acechandola con sus pamplinas. 

- Ya os lo dije, el chico es especial. Un enviado de los mismos Dioses, posiblemente, y esto... esto es el fin. Debemos movernos, buscar... algo. Adelante.

Poco a poco os vais armando y recuperando el equipo que se había esparcido por la explosión, momento en que te das cuenta de dos cosas.

La primera es que los cortes y desgarros de tu ropa no coinciden con las heridas que tienen. Según la ropa deberías tener heridas más severas. Y luego estaba el hecho de que todos, los cinco, os despertasteis unos al lado del otro, colocados en línea. Ambas situaciones no parecían muy habituales. 

La segunda es que, al seguir la estela de destrucción, encuentras el epicentro de aquel desastre en una de las casas del pueblo. Esta se encuentra total y complmtamente calcinada, negra por completo, tanto la madera como el suelo. Pero logras ver un rastro de quemadura que va hacia el oeste. 

- Deberíamos avanzar hacia esa casa. No hay tiempo que perder, aun podríamos salvar a alguien de este desastre. Por cierto, ¿estáis todos de acuerdo en que aquí ha intercedido una fuerza superior, no?

Antes de continuar el camino en un intento de buscar alguna pista, Henry cierra sus ojos por un momento y concentra su psique en buscar al pequeño Timmy, sea que el caos lo causara él o no, es seguramente el centro del porque paso.