Partida Rol por web

De pronto una granada de humo explotó en medio de los soldados, quienes reaccionaron de inmediato atacando a los tres SeeD que intenaban rodearlos.

Balas y conjuros surcaron el aire.

Antes de que mi solicitud tuviese efecto alguno, Kain salió de su escondite comenzando a recitar uno de sus particulares poemas, así que girándome, comienzo a hablar, probablemente para detenerla por la exaltación que ya había:

- ¡Kai...! -pero antes siquiera de terminar su nombre, una gran humareda comienza a cubrir la zona y, por instinto, hago un quiebro hacia la derecha para intentar evitar que si el oficial dispara me impacte sin resistencia- Mierda, ¿¡no podíamos evitar esto!? -pregunto al aire con voz y gesto de frustración, aunque claro, lo segundo no hay quien lo note.

Justo al terminar el quiebro, con las piernas semiflexionadas, tiro ambas manos hacia arriba para sacar mi arma con ellas. Por todas las plumas ígneas del Fénix, ¿no podría haber elegido el Jardín de Trabia? Sosteniendo el arma en una mano por el fehlschärfe como si fuese un bastón, comienzo a reunir mis energías para emplear un conjuro, defensivo o sanador dependiendo del caso. Un gesto de concentración y esfuerzo se refleja entonces en mí: con el cabreo con "ratita" sumado a la molestia y frustración de que mi plan se hubiese ido al traste con tanta idiotez, me cuesta enfocar mi mente en que todos los del Jardín seamos "parte del grupo", una cuestión fundamental en mis hechizos.

No había mucho que hacer, una bomba de humo aparece e intentan atacar a los SeeD que los rodeaban, justamente ellos, Renall y ella, nuevamente espetó en contra de Flambeau, y juró que si salía viva de eso y la semi aven no moría, se encargaría de ella, de una u otra forma, sin embargo eso ya valía madres, estaban siendo atacados y quizás por los mismos que los habían contratado, lo que era un gran problema, sin embargo estaban siendo atacados sólo quedando la posibilidad de defenderse. Euphemia debió salir de su escondite, de nada le valió moverse, había sido pesada y ruidosa, no lo negaba y ese sería su error, pero nada de eso hubiera pasado si esa maldita flecha no hubiera sido disparada justo en medio del intento de Aura de calmar los ánimos y quizás excusarse. 

Euphemia apretó los dientes y debió salir del escondite, sus compañeros intentaban aún la vía diplomática, pero estaban perdidos, el enfrentamiento era un hecho y las buenas palabras no servían para nada. Blandió la Guadaña y atacó a los que podía sentir más cerca, no usando el filo ni intentando matarlos, pero si noquearlos y ver si así se calmaban. Lo que no entendía era esa bomba de humo, no sabia de donde había salido y rondaba la idea de que fuera una treta de otro grupo que buscaba encargarse de ellos. Como fuera, estaban jodidos. 

Esta vez que nadie osara culparle de nada, ella era tan sigilosa como siempre, el ruido exagerado de ramas pisadas y rotas no daba opción a más, porque podía ser que le gustara actuar primera, pero en esta ocasión la intención era evitar que agujerearan a su pacifista compañera. Aquellos tipos no eran tontos ¿que harían al percibir semejante escandalo?

La verdad es que me habia mantenido al margen de todo esta parafernalia, parecia de hecho de que iban a llegar a alguna clase de acuerdo, parecia claramente de que no iban a entrar en combate. Se podia escuchar en la voz de algunos la frustracion de no haber logrado hacer la diplomacia a tiempo, pero, en todo lo que pasaba aquella extraña charla, me podia dar cuenta de que practicamente algo no estaba bien. ¿Son Glaives normales? ¿Por que nos han atacado entonces? ¿Se habran confundido? Eso no importa justo en este momento, pues cuando menos nos lo esperabamos una cortina de humo cayo justo en el centro del problema, y si nosotros no eramos el problema, ahora si que lo eramos. — No hemos venido buscando pelea, no abran fuego. Ha sido un error. — Intente decir claramente desde mi posicion lo mas fuerte que alcanzaba, sin gritar, ayudando a las acciones benevolentes de Aura, confiare en su atrofiado instinto de evitar este combate, pero, si no lo logra... 

— Si valoran su vida, nos escucharan... — Susurre con una leve sonrisa en mi rostro hacia mi mismo, viendo como se desarrollaran todos los hechos. 

En un instante todo estaba cubierto de humo y lo peor de todo lanzaban ataques hacía los que estábamos intentando flanquearles. Me mantenía pegado a la roca, con el humo era imposible pelearles y probablemente ellos estuvieran acostumbrados a pelear con el así que había que quitarlo de en medio cuanto antes. Una sonrisa se fue formando mientras una idea aparecía en mi mente. Un Fire fue apareciendo en mi mano y cuando se creo por completo cerré la mano, estaba preparando el Fire a quemarropa, ahora solo tocaba esperar el momento idóneo en cuanto hubiera un pequeño hueco en sus disparos despejaría el campo o al menos eso creía porque cuanto mas le daba vueltas al plan menos me parecía que fuera a funcionar.

En cuanto el momento que esperaba aparecía salí de la cobertura, apunte hacía la última ubicación conocida de los Glaives y lancé la magia, mi idea era que el fuego creara una corriente de viento que moviera el humo lejos de nosotros, solo esperaba no haber metido la pata y que todo saliera bien.

Mientras Aura mantenía entretenidos a los soldados, Kain y yo nos desplazabamos por el flanco conforme las indicaciones de la teniente, hasta que todo se fue al traste.

Si los soldados no se ponían en alerta, bien podríamos haber llegado a su posición sin problemas y someterlos sin derramar ni una gota de sangre.

Intenté pasar desapercibido entre la maleza, pero todo indicana que ellos ya me habían visto y juzgando por sus armas, no tenía más oportunidad que recurrir a la magia para proteger mincuerpo contra sus balas, así que recurrí nuevamente a la magia blanca y conjuré protect, mientras avanzo hacia los soldados buscando cobertura.

Los soldados atacaron con todo lo que tenían a los SeeD, esta vez los disparos y conjuros no iban destinados a dispersar a sus adversarios sino a segar cuantas vidas pudieran.

Los bien entrenados soldados no se inmutaron por la granada de humo y combatieron tal y como estaban entrenados atacando a todo lo que se movía.

El primero de los soldados atacó a Kiel y Eladamri, con sendas ráfagas de ametralladora, en tanto que el segundo y el tercer soldado atacaron con saetas de fuego a quienes permanecieron atrás, mientras el tercer soldado descerrajó una ráfaga de balas contra Euphemia y otra contra Renall.

Los soldados atacaron con todo lo que tenían a los SeeD, esta vez los disparos y conjuros no iban destinados a dispersar a sus adversarios sino a segar cuantas vidas pudieran.

Los bien entrenados soldados no se inmutaron por la granada de humo y combatieron tal y como estaban entrenados atacando a todo lo que se movía.

El primero de los soldados atacó a Kiel y Eladamri, con sendas ráfagas de ametralladora, en tanto que el segundo y el tercer soldado atacaron con saetas de fuego a quienes permanecieron atrás, mientras el tercer soldado descerrajó una ráfaga de balas contra Euphemia y otra contra Renall.

Estaba aún temblando tras la roca sin poder reaccionar cuando una granada de humo explotó, la diplomacia había fallado y los soldados habían pasado al ataque. 

Intenté moverme por el flanco izquierdo como había ordenado Sasha pero no pasó mucho hasta que fui interceptado víctima de un ataque mágico; por suerte no recibí mucho daño, pero de la impresión caí al suelo sentado. La situación me sobrepasaba, los enemigos no se iban a detener y una vez más las imágenes del accidente atravesaron mi cabeza dejándome sin saber que hacer.

Miré a mi alrededor, por entre el humo podía ver las siluetas de mis compañeros luchando, estaban en la misma situación que yo y aún así eran capaces de combatir; en ese momento me di cuenta, eran mis amigos y no iba a dejar que les ocurriese lo mismo que a los SeeD que nos acompañaban. Apreté mi puño sobre mi arco y me levanté poco a poco y miré al enemigo. 

- No... no pienso permitir...- Comencé casi susurrando. Estaba aterrado, pero en ese momento lo único que me importaba es que todos saliésemos con vida de allí. - Que hagáis daño a nadie más, haré lo que sea para proteger a todos.- Mi voz fue aumentando de tono hasta terminar gritando y con lágrimas corriendo por mis mejillas por la situación mientras disparaba con mi arco con todo el ímpetu que fui capaz de reunir.

         Tras el ataque silencioso de Isabeau recibió un ataque mágico entre las copas de los arboles que la daño de pleno

Una flecha voló desde la copa de los árboles impactando en uno de los soldados quien parecía no inmutarse ante el proyectil que tenía clavado en la rodilla.

Las balas y conjuros volaron alcanzando algunos sus dianas, el acero silvo y el humo empezó a disiparse, revelando que pese a haber tomado cobertura, el único SeeD herido por las balas era Eladamri, quien se aprestaba a salir de su refugio para brindar asistencia a Euphemia.

Por su parte la Dhampir había asestado un golpe brutal a uno de los soldados quien producto de las heridas fallo su ataque.

Los magos por su parte fijaron su vista en la dhampir y comenzaron a tomar posición alrededor de ella, listos para asistir a su compañero.

Sin embargo, para suerte de los SeeD la fuerza de los conjuradores no fue suficiente para causarles daño real, salvo a Isabeau cuyo uniforme estaba totalmente chamuscado, dejando al descubierto todo su abdomen cubierto de llagas.

Eladamri y Renall por su parte salmodiaron sendos conjuros, mientras empezaban a acortar distancia con los enemigos, al.tiempo que Tempi disparaba una flecha contra el soldado herido por Euphemia agravando sus heridas.

Por su parte Kain intentó encantar a los enemigos con el poder de su voz, sin embargo, la mente de los soldados demostró ser lo suficientemente fuerte como para resistir el influjo de la bardo.

Antes de que pueda actuar, uno de los soldados lanza un proyectil mágico hacia mí, si bien el hecho de estar conjurando hechizos de protección me ayuda: la bola ígnea me alcanza en el pecho mientras estoy tejiendo un entramado mágico alrededor, siendo bastante debilitado por ello, y cuando me alcanza justo en el punto en el que yo misma me suelo marcar por mi dios, toda mi voluntad rechaza ese fuego empleado para dañar a quien no debe, sacando a relucir todo mi espíritu y dispersando la bola de fuego con un movimiento de mi mano.

- Esto no debería haber sucedido. Llama sagrada, vela por nosotros. -dije, una vez más trazando el círculo en el suelo y luego clavando la espada mientras recitaba en élfico- શાશ્વત જ્યોત, મારા સાથીઓને અનિષ્ટથી રાખો.

La concentración previa me permite notar cómo (o eso me parece) el hechizo se extiende hasta todos nosotros, levantando una firme barrera física y mágica ante cada uno de nosotros, 

          - Maldita sea!   Debemos apoyar nos ahora amigos! -      Se queja muy adolorida isabeau mientras que busca cubrirse del siguiente ataque y la  próxima diana de sus ataque, que es de vida o muerte, tras haber hecho un par de disparos al tipo que dio las ordenes al grupo militar, suponiendo que es su líder y que posiblemente sin el el grupo pueda descomponerse un poco debido a la falta de liderazgo militar

Balas, conjuros y flechas surcaron el aire, el acero se tiñó de rojo y el encuentro no tenía pinta de llegar a su fin tres soldados quedaban en pie y había un cuarto malherido, el cual luchaba por su vida al tiempo que buscaba devolverle las heridas ocasionadas.

Tanto Sasha como el oficial que dirigía a los soldados no se veían por ningún lado, lo que podría haber desmoralizado a otros soldados, pero no a una unidad de élite como la que enfrentaban.

Súbitamente uno de los magos desenfundó una espada y arengó a sus compañeros a seguir en la reyerta.

- ¡POR LUCIS! ¡POR NOCTIS! - gritó el soldado lanzándose en un ataque frenético.

- ¡SOMOS LA ESPADA DE INSOMNIA! - respondieron sus compañeros sin dilación.