Partida Rol por web

Asido un mes largo,duro especialmente tratando de convencer a tus padres,siempre has tenido un lazo muy importante con tu tio y mas a un con tu pueblo,temias que Shuma sufriera por esta guerra,almenos si tu hacias algo tal vez el dolor sea menor,asi que partiste a castillo para intentar convencer a tu tio de dejarte participar,a un que dificil viviste en el un par de semanas hasta que al final Owende Sedio.

estabas preparandote para salir,tenias listas  tus cosas como casi todas las mañanas,pero fuiste casi forzada a quedarte en el comedor real,despues de un rato Owende entra a la habitacion y luce casi como siempre lo has visto ese hombre ya en su mediana edad,de casi 2 metros de alto,piel oscura,pelo largo negro y a un que esto solo lo comenta la famiia,tal vez nariz un poco gorda,esta usando unas ropas reales de colores azulados y amarillos tipicos en tu pueblo,y se acerca algo de cuidado diriguiendose a ti con na voz grave y tranquila

Azeneth,Querida....Buenos dias cariño,a un puedes retractarte de ir a esta batalla si lo deseas...seguramente Latif y Zari,podran encargarse sin necesidad de que tu te arriesges...

Shuma a estado especialmente apresurada estos dias,lo que normalmente es una comunidad pacifica se a vuelto algo....caotica soldados partiendo,armas siendo forjadas por aqui por alla,simulacros de invasiones incluso. Pero eso francamente jamas a sido tu rollo,hace poco conseguiste un trabajo inusual almenos para ti,trabajar para nada mas y nada menos que el mismo Rey Owende,bueno realmente para sus tropas pero igual,un dia tan simplemente fuiste citado al castillo el cual es un lugar relativamente impresionante Shuma suele ser una comunidad modesta asi que un castillo de marmol,con efiguies de los antiguos reyes hasta llegar a Owendo,el suelo de losas doradas que casi parecen echas de oro,incluso los sirvientes aqui usan ropajes azulados y amarilos,tipicos en su cultura pero de tela valiosa a menos a simple vista.

Al llegar a el lugar donde fuiste citado que es una habitacion relativamente amplia,al lado una puerta de 3 metros de alto.

llega un hombre de mediana edad piel bronceada,que usa una armadura dorada tipica de la guardia de Owende,tiene una pequeña barba de color negro y es relativamente formido se acerca a ti,con una voz serena y algo apresurada.

Bien Niño...espero que estes listo,esta mision es importante.

¿sabes quien es Azeneth no?, por supuesto que la conocias como la unica sobrina y una de los miembros de la familia real.

Pues hace poco logro convencer a sus padres y su Tio de  unirse a la guerra...es una niña buena y sabe bien lo hace pero,nunca a corrido peligro real,y menos estado en una guerra,tu mision es simple mantenla a salvo.si vuelve a casa sana y salva se te recompensara con 5000 de oro.

Hace poco hubo una masacre en la cordillera de Ryoji,donde muchos de su gente fueron asesinados en un ataque sorpresa por el imperio Uria,tanto la emperatriz actual  Roxana como los monarcas tomaron una decisión de defender las fronteras de Rei antes de que pasara algo varios batallones fueron enviados a distintos fuertes y ayuda  a las naciones aliadas igual,su batallón le toco viajar a Loua una de las ciudades fronterizas con Uria,pero era un largo camino su general Lord Emmerson le dieron la orden de liderarlos hasta que llegaran los refuerzos de lo que ahora es conocida como la rebelión de Uria.

en una de las mañanas,ven a Emmerson un hombre mediana edad pelo largo  y barba frondosa de color rojiza,bastante formido con una larga capa con un emblema de la nacion alianza rei,en ella se para frente a ustedes

Bien jovenes nos quedaremos aqui tanta para vigilar cualquier intento de invasion o incluso saqueos,como la llegada de los rebeldes.,necesitare 2 vigias que se encargen de estar en la arboleda que acordamos con los rebeldes y los otros 3 que se queden a defender en caso de intento de saqueo o invasion asi que...¿quien se arriesga y quien se queda?

Algo horrible a pasado El emperador Jeiron a enloquecido  invadiendo y causandole dolor no solo a sus enemigos  si no tambien

a nuestra gente,muchos de los que se han opuesto han desaparecido en situaciones....extrañas,pero saben la verdad,solo que fingen no saberlo,pues ya no mas.les tomo algo de tiempo pero lograron encontrarlos un grupo relativamente grande de personas que estan encontra de esta....tirania,liderados a un que para su sorpresa con la misma hermana de El Emperador Jeiron, Domenica Showell,hace poco lograron reunir informacion con miembros de la alianza de Rei,y pactaron un convenio para unirse,se sabe que Krom un general de poca monta intentara un ataque contra la ciudad de Loua,solo que no se sabe exactamente el dia solo que en varios meses,ustedes se ofrecieron para este trabajo

markus tu ya la llegaste a conocer en algun momento,pero para el resto verla es algo imponente,es una mujer delgada,pero relativamente alta,almenos para los estandares Urianos ,asi 1,80,piel relativamente clara y usa las mascaras comunes de oro de la familia real(ya que es una costumbre que ellos no muestren sus rostros a su pueblo a menos que mueran) comunicandose,especialmente contigo conuna voz dulce y tranquilla

Markus,Brishen,Alliara,les ruego que tengan cuidado,buscad la arboleda cercana a Loua,hay estaran miembros de la alianza,cuando lleguen digan esta oracion: " Con mi sangre limpiare los errores del dragon". eso les dara paso,porfavor tened cuidado tras decir eso a un que no lo reciban les da un pequeño abrazo a cada uno,incluso a tu Kitiara.

la alianza esta vuelta loca entre los rumores de combates,por aquí por aya nadie esta seguro de nada,hace poco un trabajo les fue otorgado uno simple la verdad proteger a una dama de la nobleza de Shuma,su trabajo era esperar afuera de un castillo y esperar a un joven encapuchado seguido de una dama de ropas azules y blancas,si cumplían su trabajo se les pagarían muy bien ¡1000 monedas de oro para cada uno!,claro al llegar ambos solo se encuentran el uno al otro y tan solamente les queda esperar....el castillo es relativamente impresionante considerando las edificaciones cercanas,un castillo de mármol relativamente alto con varias estatuas de vete tu a saber quien adornando el lugar.

me quedo viendo a mis compañeros por un momento, doy un paso al adelante y menciono:

Yo me quedo a defender, siendo sincero soy mejor como defensa, si hay un  ataque de la  caballería se van a necesitar a todos los lanceros disponibles. 

no terminaba de hacer el recuento de las espadas que habían forjado esa semana porque fueron a buscarlo. -Genial... ¿ahora que sigue? - El joven no se había levantado de buen humor, tampoco durmió muy placenteramente anoche, si es que había podido dormir algo, el nuevo trabajo era un calvario para ese joven, dormir poco y hacer esfuerzos físicos, era terrible, ya no quería saber nada referido al uso de la fuerza. 

Caminaba hacia el castillo, adoraba la historia de Shuma, pero estudiarla no es lo mismo que vivirla, cada pedazo de cultura en ese palacio invitaba a Laerus a mirarla durante horas, reflexionando sobre sus orígenes, pero no podía quedarse mucho contemplando los detalles, estaba siendo citado quien sabe para que. Después de la difícil llegada (pues necesitaba poner mucha de su voluntad para no mirar las cosas que reposaban en el castillo) Laerus escuchó atentamente la misión que se le había encomendado, detalle a detalle, aunque no hubiera mucho que comprender, era solamente acompañar a una chica a la guerra -¿quiere ir voluntariamente a un campo de batalla? ¿¡y me va a obligar a ir con ella!?- Laerus sentía un compromiso con las personas de shuma, quería que la guerra terminara y daba lo mejor para ayudar, pero no podía esmerarse estando en el escalón mas bajo, si verdaderamente quería ayudar debía subir su rango. Con una cara determinante miró a Latíf, se enderezó y en esos minutos que pasó escuchando la misión y la recompensa reflexionó sobre lo que verdaderamente anhelaba su corazón.

- ¿5000 monedas? mi misión es salvaguardar mi vida y la de alguien mas, poner todos mis sentidos en ella y ayudarle en todo lo que pueda, persuadirla si es necesario para que su vida no corra peligro, soy la persona indicada, pero no busco algo tan simple como el oro, quiero demostrar que soy digno de defender la tierra que me ha dado cobijo, cuando volvamos con vida quiero 1500 monedas de oro y tener el rango de coronel, administrar los batallones del ejercito de Shuma -Era muy bueno en cualquier cosa referida a estrategias, sabia mucho de terrenos y las políticas de los reinos, pues su vida de nómada le había permitido ver las inclemencias y su capacidad de análisis le ayudó a encontrar los puntos débiles de cada estrategia, solamente necesitaba demostrar que tenia la habilidad- Solamente deseo ese rango.

Quiver se encontraba despierto tempraño y cuidando a su caballo. Era una costumbre que tenia aunque era una costumbre de toda su tribu, eso les traia mala fama pero eso era compansado al tener un aliado invaluable en sus caballos.

Dejo a su compañero atrás cuando vio al general presentarse ante ellos. Cuando escucho sus palabras sonrio grande, viendo una oportunidad de conseguir reconocimiento. Sin dudarlo levanto una mano cuando termino de hablar el soldado.

“Podria estar subido a mi caballo y vigilar igual de bien.” comento con una sonrisa facil y un tono de gran confianza. “De cualquier manera si lo desea vigilare desde un arbol por cualquier movimiento de aliados o enemigos.”

Había esperado, con el rostro quemado y tras recibir una paliza, en las mazmorras del castillo el destino que tenían planeado para mi. Me habían tachado de traidor por oponerme los actos de mi señor e iba a ser ejecutado por ello. Sin embargo, gracias a un súbdito de la hermana del Emperador, logré escapar junto a mi leal Wyvern, Kitiara.

Ahora me encontraba reunido con a Lady Domenica Showell, la hermana del Emperador Jeiron Showell. Su rostro era adornada por la mascara dorada que caracterizaba a la familia real. Ya la conocía desde hace tiempo, desde que jure lealtad a la corona y fui nombrado miembro de los Jinetes de Wyvern de Uria, y en ese entonces me parecía solo la hermana frágil del emperador. Sin embargo, para mi sorpresa, ahora ella era quien preparaba la rebelión en contra de su enloquecido hermano, para dar fin a su tiranía.

Nos asigna a mi, y a otros rebeldes, la misión de dirigirnos hasta la arboleda cerca de Loua y encontrarnos con miembros de la alianza, y le respondo con el asentimiento que solía hacer ante los miembros de la realeza. Al ver que se acercaba a mi giro el rosto, queriendo ocultar la cicatriz consecuencia por el desacato ante mi antiguo señor.

- Y que hará usted majestad ¿vendrá con nosotros? Si su hermano descubre lo que planea ... - La observo con preocupación mientras se dirige hacia la Wyvern.

Había sido un viaje muy duro, sobretodo largo... pero por fin después de todo el trabajo que realicé, los traslados que se hacían eternos, las interminables charlas con mis padres y con mi tío con tal de convencerlos... por fin los esfuerzos dieron sus frutos. Tras dos semanas viviendo con mi tío Owende, por fin había conseguido que me aceptara entre las filas del ejército... por fin podría ayudar a mi gente, en vez de quedarme en mis aposentos como una noble más.

Ya tenía todo preparado, estaba lista para partir... pero mi tío quería que fuera al comedor real como todos los días. Seguramente me esperaba otro intento por su parte para querer que me reconsiderara mi decisión. Cuando llegó, obviamente le recibí con una reverencia -Mi rey- le saludé con educación como la que se merecía el monarca... pero luego pegué un pesado suspiro -Ains... ¿pero no te cansas de intentarlo tío Owende?- le pregunté a mi familiar esbozando una leve sonrisa cansada -Ya pensaba que teníamos un acuerdo. Me quedaría en la retaguardia, al primer indicio de peligro cercano debía retirarme, no me debo alejar de la escolta... y a cambio me dejarías ayudarles. Se que es mi primera batalla real tío... pero no te preocupes, sabes que no soy tonta y no me pondré en peligro... solo curar y no luchar, lo juro- intenté poner más tranquilo a mi tío. Sabía los riesgos que sufriría... pero si un soldado shumano muriera cuando yo podría haber curado sus heridas... eso si que no me lo perdonaría jamás.

Me muevo con discreción de un lado al otro hasta llegar a mi destino, envuelto en una capucha, silencioso como una sombra, rápido como serpiente, llego sin ser avistado, antes de pasar al punto de encuentro, echo un ultimo vistazo a mi alrededor verificando que nadie nos sigue, miro a escondidas, solo veo a alguien envuelto en una capa de igual manera, lo observo por un momento dudoso, luego me acerco a el sin más miramientos, se nos encomendo escoltar a una dama de la nobleza a ambos.

Por lo que se, es una tarea que requerirá de la mayor discreción posible ¿Por que otra razón buscarían a dos versados en las artes del sigilo en vez de soldados fuertes, valientes y leales?

No, lo que querían era que la Dama llegara a salvo, y no habían escatimado en gastos, el premio no era más ni nada menos que 1000 monedas de oro. Aunque...

El hecho de que la cantidad fuera tan alta, y fueramos nosotros exactamente, me ponía los pelos de punta, la dama corría alto peligro, era de alta necesidad no ser avistados, por lo que tenía los sentidos al máximo, a espera de algún sonido extraño o alguna sombra fuera de lugar.

Hey. - Salude llamando su atención, alzando un poco la cabeza.

Es una buena idea, Tienes muchas agallas amigo. 

Ha me recuerdas a tu abuelo y creeme,eso no es precisamente algo bueno te da un fuerte abrazo que considerando su musculatura casi te lastima,

Bien,pues entonces cruzando esa puerta,esta Latif ahora con uno de los hombres que te acompañaran,señalando a la puerta sur del comedor

Yo tambien partire pronto a Licia para entablar unos pactos,eso significa que no nos veremos en varios meses,te ruego que te protejas cielo,creeme la guerra....es mucho peor de lo que tu imaginas. dice despidiendose tratando de mantener su sonrisa mientras sale de la habitacion por la puerta norte de el comedor.

Matt estaba acariciando la crin de Bruja, su yegua, era el animal más rápida de los establos de su padre, y de toda la región, había sido el regalo de despedida de su padre, para no sentirse tan mal después de haberlo enrolado a traición, un jinete vale lo que su montura, hazme sentir orgulloso por una vez hijo, menuda forma de despedirse, hasta para eso era un cabrón duro de roer.

En fin de nada valía lamentarse, al menos Seth estaba ahí también, seguro que se había presentado voluntario, y se sentiría afortunado de haberlo hecho. Matt sacudió la cabeza, Seth era su amigo, pero había veces que no le entendía, para nada.

¿Arriesgarse o no? Ponerse en peligro no rra la cosa, que más apetecía a Matt, pero quedarse quieto, sentado sin hacer nada, eso era peor aún. El aburrimiento era lo peor del mundo, además así podría montar un poco más.

- Yo iré, si no hay inconveniente- Dijo con su típico tono jovial. - A Bruja y a mí nos apetece el paseo - sonrió mientras ajustaba la silla de montar.

Hey. Ioquer devolvió el saludo de igual manera, acompañando las palabras con una leve inclinación de cabeza. A pesar de la presencia de su compañero de misión, el avispado ladronzuelo, no despego la vista del castillo, sabía que la dama iba a salir por ahí y había que estar atento para no cagarla y cobrar esa sustanciosa recompensa.

Ioquer hubiera preferido realizar la misión solo, pues cuando se trata de ser discreto no muchos pueden igualarle y suelen poner en riesgo la misión. Afortunadamente en esta ocasión parecía que no iba a tener problemas, pues por la forma de acercarse, por una vez creyó que le habían seleccionado un compañero a la altura, lo que le hizo respirar aliviado.

Seth estaba al lado de su amigo Matt, montado en su viejo caballo. No le había puesto nombre pues encontraba que aquello era infantil y dotaba de una personalidad al caballo la cual carecía. El caballo era su herramienta, no su amigo. Además era una herramienta que se exponía normalmente al peligro y prefería perder una herramienta a un amigo.

La verdad es que le gustaba más seguir ordenes que el libre albedrío. ¿Que especie de ejercito dejaba a los soldados decidir? Un ejercito que se dirigía a su derrota si le dejabas opinar a Seth. El ejercito necesitaba rigidez, solo así funcionaban las cosas.

Sin embargo Matt respondió por él. No podía dejar a aquel cabeza de chorlito ir solo. Solo conseguiría dejar las cosas peores de lo que estavan. Eso si no volvía dentro de una caja de pino. Y aquello Seth no lo iba a permitir. De ninguna manera.

-Iré junto a Matt. No era una petición, ni una pregunta. Era un hecho.

No debería tardar mucho. - Comenté, alerta a todo, por fuera de la capa no se notaba, pero por debajo de ella empuñaba mi daga con firmeza. Nunca se sabía cuando haría falta, y era mejor tenerla a mano en estos momentos.

la travesía había sido largo y me encontraba cansada, pero tenía ganas de luchar "si ya están ocupado el puesto de vigilantes, me quedare a defender" exclamo mientras miro hacía mi alrededor con el palo de la lanza clavada en el suelo, ya estaban en territorio enemigo y estaba deseando que empezara el combate y matar a tantos como se les puesierán delante.

Ya. Contestó Ioquer sin apartar la vista de donde estaba mirando. Esperemos que tarde poco, cuanto antes acabemos menos riesgo corremos. 

Ioquer cumplía con este tipo de misiones porque estaban bien remuneradas, pero no le gustaba en absoluto exponerse tanto, lo suyo es más de actuar entre las sombras.

Reí levemente cuando me dijo aquello que ya había oído más de una vez incluso de niña -Que gastada tienes esa frase tio... je- dije con simpatía, aceptando su vigoroso abrazo... menos mal que soy su sobrina, llego a ser un enemigo y me tritura los huesos... aunque parecía a punto.

Al final tuve que tomar algo de aliento después de este, pero recuperé rápido la compostura por suerte -Gracias tío... de verdad- dije con una reverencia, con cierta emoción de conocer a mi escolta que me acompañará para ayudar. Sabía lo de los pactos y que no lo volvería a ver en un tiempo... por lo que normal que estuviera tan preocupado -Se que no será bonita tío... por eso quiero estar en ella, estoy preparada para ayudar a que sea menos peor- le dije a mi tío con solemnidad -Yo estaré bien. Solo preocuparos de que esos pactos salgan bien... nos volveremos a ver dentro de unos meses, lo juro- le terminé despidiendo de él. Entiendo sus nervios... pero al menos podía ver un lado bueno: conmigo en batalla, seguro pondrá toda la carne en el asador para trabajar en los pactos. Ahora... debía conocer a mi escolta.