Fue en éstas que escucháis un pequeño lamento y un estruendo crujiente. Al momento, justo cerca de la taberna, véis a un tipo que sale de detrás de la cabaña. Los maderos que tiene se le caen: es leña recién cortada.
¿Eh? -exclama. Buenos días... ¿quiénes sois vosotros?
El tipo tenía los ojos algo amarillos, una melena blanquecina y lacia que le caía sobre los hombros, con una barba muy poblada y descuidada. Su ropa parece estar fabricada con pieles de diferentes animales. Tiene una chepa prominente y la voz es apagada y susurrante. Sus dedos... ¿qué decir de ellos? son alargados y finos. Al parecer la furia del bosque no ha llegado aquí y el claro donde os encontráis no está infestado de árboles y ramas por doquier. El tipo os habló.
¿Pero qué? -murmuró. ¿Qué hace ahí pasmados? ¿Quieren pasar? -y comenzó a recoger los maderos caídos del sobresalto.
Tan pronto escuchó cuál fue el ofrecimiento de aquél misterioso anciano, Aimar bajó la espada lentamente, aunque ni su tensión ni su suspicacia disminuyeron lo más mínimo. En su opinión, cualquier cosa que viviera en aquél bosque era malo y fruto de la mano de Satanás. De hecho, tenía la firme intención de prenderle fuego al bosque a la primera de cambio.
Fastidiado porque la posibilidad de que hubiera una mujer en el interior de la choza había caído en picado, escupió a un lado y no dudó en pasar por delante del anciano sin siquiera mirarle. Lo único en lo que podía pensar era en comer algo de carne bien hecha con su caldo en un condenado puchero. Pero antes de entrar en la cabaña se dio la vuelta y fulminó con la mirada a sus compañeros, esperando a ver la reacción de ambos.
"Un viejo viviendo en un bosque endemoniado, solo puede ser angel o diablo..."
Sin decir palabra se acercó a la cabaña. cómo su amigo Aimar, esperando ver en qué acababa este encuentro.
Pelayo se queda el último de los tres, y no pierde detalle a la choza ni a sus alrededores. Se fija más en el lugar que en el viejo, incluso examina alrededor de la casa, buscando huellas, rastros o lo que fuese.
tirada de huellas- rastrear FALLO
tirada de otear. FALLO.
Motivo: rastrear huellas
Tirada: 1d100
Dificultad: 45-
Resultado: 85 (Fracaso)
Motivo: otear
Tirada: 1d100
Dificultad: 15-
Resultado: 34 (Fracaso)
¿Qué pretendía ver Pelayo sino una cabaña simple en medio del bosque? Allí no había huellas (salvo las del propio dueño de la misma en la entrada) y poco que otear (alrededor veías troncos y copas de árboles por doquier). Fue en éstas que Aimar y Antón se acercaron, y el hombre se metió en la casa, dejando la puerta abierta (podíais ver desde fuera el interior). El tipo se puso a encender un fuego con los maderos que había recogido y pronto de la chimenea salía humo y un olor a lumbre esperanzador (después de todo lo vivido...).
Cuando el fuego estuvo hecho se froto las manos y comenzó a calentar en las brasas un puchero que bien olía a algún tipo de caldo, ave o pollo como condimento ¡Qué dulzura! Despues el hombrecillo cogió una cuchara de madera y probó la sopa. Parecía estar en su punto. Todo esto lo hacía dejándo que lo observáseis, y a la vez os miraba a todos, como pensando "vaya invitados más raros que tengo frente a mi casa..."
Soy Gorecho -gritó desde el interior para asegurarse que lo oíais. Preparé de mañana un poco de caldo con perdiz de estos bosques. ¿Tienen hambre? Siempre hago de más, siempre sobra.
-Gracias...
Pero pese a la contestación miró a sus compañeros esperando descubrir que pasaba por sus cabezas en una situación tan extraña.
No tenía claro que fuera a probar realmente ese caldo.
-Yo soy Antón... la verdad es que se nos hace extraño que alguien viva tan escondido en este bosque ¿Sois Brujo o Santo? Este bosque la verdad es que pone los pelos de punta... Y se ven cosas raras en su espesura.
Bueno... -contestó-, no sabría yo deciros qué soy... o tan siquiera cómo me llaman, entre otras cosas porque... no es que suela ver a nadie en estos terrenos... y menos en mi cabaña.
Luego asintó afirmativamente ante la apreciación del misteroso bosque de Antón.
Si. La verdad es que este bosque es especial. En realidad es propiedad de "los árboles vivos", que no permiten que los humanos les molesten ni que usen el bosque para rituales propios, como algunos hacen, caza, rituales o bandidaje y cosas peores...
Gorecho probó la sopa ¡Mmmm! su rostro se iluminó de alegría al saborearlo y degustarlo. Enseguida cogió tres cuencos más y los dejó en una mesa, por si quería entrar y no hablar desde fuera. Luego él se sirvió un cazo, se sentó en una silla frente al fuego, mirándolo y sorbiendo su propia ración. Continuó hablando.
¿Sabéis? De pequeño entré en este bosque y aún... aún no he podido salir de él. El bosque no me deja, es una cárcel vegetal.
Os sorprendió esta reacción.
Intenté mucho tiempo salir corriendo en una dirección trepar a un árbol para ver la lejania o seguir un riachuelo que hay cerca de aquí... pero nada... No encuentro el camino de vuelta... o al menos el bosque no me deja vislumbrarlo. ¿Qué hacéis vosotros aquí? ¿Quiénes sois?
PeLayo no esta cómodo en esa cabaña ni con ese anciano. No parece probable que pruebe bocado.
Pelayo, no estás dentro. De hecho ninguno lo está.
Aimar, hombre de discreta inteligencia (por ser suaves), olvidó sus precauciones y sus tensiones tan pronto el olor de la sopa de perdiz alcanzó su pituitaria. Lanzóse como fiera sobre el cuento que le habían dejado en la mesa y comenzó a devorarlo con fruición y sin el menor atisbo de educación... Estaba hambriento y no consideró que el viejo pudiera haber envenenado la cena. Después de todo la había probado antes, ¿no era así?
Observaba al viejo, no obstante, con una mirada ligeramente inquisitiva... Y cuando hubo dado cuenta de aquella sencilla sopa (que le supo a gloria), lanzó un potente eructo al aire. La gran pregunta era: ¿cómo había conseguido el viejo sobrevivir tanto tiempo en un lugar en el que los árboles pugnan por romperte el pescuezo a la mínima de cambio?
-Pues pa qué tanta hostia... ¡Mucho mejor va a ser cortar por lo sano! ¡Enganchamos unas brasas y a prender fuego al puto bosque s'a dicho! ¿Que no se pué salir? ¡Pues a tomar pol culo con todo! ¡Yo no me muero quí, así hay Dios! ¡Aunque tenga que salir d'aquí abriéndome paso a bocaos!
Y ante la incómoda pregunta de quiénes eran y qué hacían ahí... Bueno... Aimar miró de soslayo a sus compañeros.
-Somos una panda gilipollas con ganicas de complicase la esistencia... Eso somos...
No pintaba bien y a cada palabra del viejo, mas se le cerraba el estómago.
"Cárcel vegetal... Árboles vivos... Desde pequeño..."
No pintaba bien, no señor, así que se sentó en la mesa más por desidia que porque estuviera dispuesto a comer nada, pero el olor del caldo lo venció y al principio con reticencia, fue llevándose cuchara tras cuchara a la boca hasta que vació el cuenco.
Cuando acabó su compadre con los gruñidos y exabruptos de protesta cotidianos, observó el rostro de sus compadres, pero sin decir ni mu.
PNJOTIZADO.
Al igual que mis compañeros entré en la cabaña, pues estaba harto de aguantar todo el tiempo humedades y vientos. El calorcillo de la cabaña me reconfortó. Bebí de uno de los cuencos aquella sopa preparada. Ciertamente estaba buena. Luego dejé que el hombre respondiera.
Entiendo... bueno... -Gorecho cambió de tema al notar enseguida que sus invitados no querían contarle quiénes eran ni algo de su pasado, deduciendo que por alguna que otra circunstancia, no buena seguramente, estaban allí, como huyendo de algo.
¿Quemar el bosque? Je je... no... -no pudo evitar soltar una carcajada. Una vez lo intenté, y créeme que comenzó a prender, pero una lluvia torrencial cayó sobre él y lo apagó. También intenté talarlo, pero apareció una tormenta sobre mi cabeza y comenzó a difundir truenos por doquier ¡y tan largos que creía que me alcanzaban, incluso partió uno de los árboles!
Hizo una pausa mientras miraba al fuego, como resignado.
¿Creéis que no he intentado otras más cosas? ¡Claro que si! Pero parece que haga lo que haga, este bosque... me retiene. En fin...
Aquella tarde ¿o era por la mañana? Habíais perdido en realidad el sentido del tiempo, pero podría decirse que "aquella tarde" fue tanto esclarecedora para vosotros como ambigua y dubitativa. Gorecho incluso os pidió que le ayudáseis trasladando algunos maderos, y yendo a buscar a la parte de atrás de la casa unos pepinos que él mismo había plantado. Luego, desconociendo él mismo siquiera si vosotros podríais abandonar el bosque (si éste os dejaba), os invitó a pasar la noche. Afuera hacía frío, pero la pequeña chimenea del interior combatía los vientos sibilinos.
Enseguida el hombre, cuando cayó la noche, os preparó unos colchones metiendo paja y hierbas en algunas sábanas más bien maltrechas y sucias. Sin embargo eran suficientes para dormir. Aún los rescoldos de las brasas amenizaban con una cálida sensación la estancia del comedor (que es donde dormíais, Gorecho en un cuarto contiguo). Sin embargo, algo alteró vuestra atención.
Todos: Tirada de escuchar (PER). Bonus de +10%
Bueno, he estado poco activo esta semana: ya estoy al 110%, queda poco de aventura, la verdad :)
Pese a las terribles noticias que el anciano Gorecho les había transmitido, lo cierto fue que una tarde relajada y exenta de peligros con la panza llena tuvo un efecto balsámico en los nervios de Aimar. Sus instintos asesinos fueron apagándose poco a poco hasta desaparecer por completo, y aunque no confiaba demasiado en Gorecho (por haber pasado toda su vida en un bosque endemoniado y aún así parecer cuerdo y normal) tampoco planeaba ya acabar con su vida.
Así que por la noche, tumbado en su colchón, se afanaba en no hacer gran cosa... Simplemente relajado frente al magnífico calor del hogar y canturreando coplillas aragonesas. No escuchó nada fuera de lo común y tampoco movió un dedo.
Motivo: Percepción
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 31 (Fracaso)
PNJOTIZADO.
Andaba yo durmiendo plácidamente... dentro de las posibilidades tras tantos encuentros y aventuras casi fatídicas, y tal descanso me pareció muy oportuno, ciertamente. Fue entonces que algo me sobresaltó en mitad de la noche. Abrí los ojos de inmediato, pero aún no dije nada, para intentar cerciorarme de lo percibido.
Motivo: Escuchar
Tirada: 1d100
Dificultad: 55-
Resultado: 31 (Exito)
Vamos a esperar la tirada de Antón.
Aunque estaba cansado de tanta historias de meigas y bruxas, estaba más cansado de caminar por el monte y correr escapando de maliciosos árboles, Así que fue cerrar los ojos y dormir como un niño. Ni una tormenta lo hubiera despertado
Motivo: Escuchar
Tirada: 1d100
Dificultad: 30-
Resultado: 64 (Fracaso)
Vamos, que estoy más indefenso que un pelele de prácticas XD
Con el permiso del dj, vuelvo a ser yo.
Escuchar éxito.
Notas mientras tienes la cabeza apoyada en el suelo como gritos debajo de tu colchón, debajo del suelo, como si algo hubiera debajo de los tablones de la sala. Parecen quejidos.
Me incorporo, pillo mis cosas y me dirijo hacia donde creo que se originan los ruidos. Por el camino intento fijarme en la posición de mis compañeros y en la de Gorecho.