Partida Rol por web

-Buenos días a tí también, Vargr,- Comento con suavidad y sonriente mientras me siento enfrente a él.- Me alegra ver que puedes pensar en algo que no sea el entrenamiento de vez en cuando. Ya ayer no estaba para fiestas, así que tu comentario me llena de emoción.- Le hago un gesto de saludo a Kate y al resto de los chicos mientras alargo la mano para coger un trozo de pan.- ¿Quieres que te ayude con esas hachas?. Espero no haberos molestado durante la noche, pero sabes que siempre duermo más tranquila cuando entreno, y me gusta el tema de las hachas.- Mordisqueo un trozo de queso.- Por lo menos cuando no intentas romperme un hueso de la pierna usando el mango...

En una pelea no vas a tener muchas posiblididades de escoger donde y como te van a golpear.- te contesta mientras te apunta con el hacha.- y no sabemos que nos vamos a encontrar al final del camino, asi que mas te vale ir bien preparada.
Y vuelve a ponerse con lo suyo

-Vargr, seamos sinceros, probablemente seas el mayor maestro marcial que haya actualmente en la faz de éste mundo. Así que si para aprender de ti tengo que partirme todos los huesos del cuerpo que así sea.- Tomo un sorbo del té caliente.- Sólo te digo que a veces está bien relajarse un poco, salir y fumarse una pipa mirando al mar. No durante el entrenamiento, desde luego.

Continúo desayunando con tranquilidad hasta que él haya terminado de afilar las hachas.

¿Y quien te dice que no lo hago?- te contesta enarcando una ceja.- ¿Quién crees que cambia guardias con Harry, Lord Importante?

Y se pone a refunfuñar mientras continua afilando el hacha. Y Kate no puede evitar taparse la boca con la mano, al parecer la escena le acaba de hacer gracia.

La miro de reojo y enarco una ceja, yo también quiero enterarme de la broma. Luego suspiro.- En primer lugar sería Lady. Y en segundo lugar...Cristo Vargr, no me refiero a que fumes durante la guardia. Estar de guardia NO es relajarse...quiero decir, ¿qué te parece si ésta noche te hago tu guardia y tu te dedicas a hacer absolutamente lo que te apetezca durante toda la noche?. Quizás así refunfuñes menos...

Se supone que hacemos guardias para protegerte a TI.- y te vuelve a señalar con el hacha.- Las hago para que el chaval no se sobre esfuerce. Y yo me relajo cuando me da la gana.

​La puerta se abre de golpe y entra Ulrick con una bandeja de fruta fresca, que no debiera haber en el barco. Y se sienta tan pancho como si no estuviera llamando la atención de nadie.

Ves que Vargr apunta ahora a Ulrick.- Esto es Lord Importante.

-Al final voy a tener que decirle que baje un poco el ritmo.- Miro a Vargr y sonrío de la manera que provoca que mi hermano tenga ganas de matarme.- A juzgar por tu estado de ánimo efervescente debe de hacer mucho tiempo que no te da la gana.

Me giro hacia Ulrick sonriente y le robo algo de fruta con toda la confianza de viejos amigos, ignorando las miradas que le están dirigiendo el resto de la gente que está desayunando.- Buenos días, gracias por el té. Fue muy amable de tu parte.- miro a Vargr y suelto un bufido.- Cuando termines vamos a entrenar, a ver si se te pasa un poco el mal genio. Pareces un abuelete que refunfuña porque las palomas se han comido el pan de los patos...

Lo bueno de tener mi edad, es que puedo refunfuñar todo lo que quiera. Y mucho.- te mira mientras te pasa un hacha excesivamente afilada por encima de la mesa.- Ya veremos como te encuentras tu a mi edad.

Y mete una de sus manazas en la bandeja de fruta, coge un racimo de uvas y lo limpia de un bocado. A veces el tamaño puede ser una ventaja.

Recojo el hacha con cuidado y la miro con una ceja enarcada.- Lo ideal es nada de cicatrices en las zonas visibles, Vargr...alguien podría hacerse preguntas. Y si llego a tu edad me gustaría ser una viejecita venerable, con un montón de sobrinos a los que consentir, y sin hachas en la mano.

Me pongo de pie mientras termino de tragar el último bocado y me apoyo el hacha en el hombro.- Vamos a darle algo de caña al cuerpo.- Saludo con la cabeza a los que se quedan en el salón.- Nos vemos luego, chicos.- Con una sonrisa de medio lado apunto a Vargr con el hacha.- Detrás de ti, Padre Tiempo.

Lo primero que notas es un agarrón y salir como una tromba por la puerta. Te paras al golpearte contra el palo mayor del barco, y Vargr esta frente a ti blandiendo el hacha con manos demasiado hábiles. Al parecer se guardaba algo de velocidad en esa mole de cuerpo.

Regla numero uno: nunca bajes la guardia.- te suelta con una sonrisa macabra en el rostro.- Así como se declara el inicio del combate, puede empezar en cualquier segundo.

Apenas te has hecho daño, tu cuerpo es mas resistente de lo que parece, pero aun así te pilló totalmente desprevenida. Alguien demuestra ser impaciente además de cascarrabias.

Cuando noto el agarrón sólo me da tiempo a lanzar un grito de sorpresa muy femenino (una parte de mi mente reza para que Ulrick no lo haya oido o no lo recuerde, creo que ha parecido el chillido de una rata). Sólo me da tiempo a apartar el hacha de mi cuerpo antes de darle un abracito al mástil. Agito la cabeza haciendo balance de daños, nada demasiado importante, sólo más moratones, realmente acabo de aplastarme el pecho contra la dura madera...en fin. Gajes del oficio y del género.

Me giro y adopto posición de combate mientras lo escucho.- ¿Esto es por lo de Padre Tiempo?. ¡Si llega a estar alguien cerca de la puerta te lo cargas!- Digo mientras sujeto el hacha con la mano hábil.- No es propio de ti ser tan...iba a decir "impulsivo", pero queda mejor "rastrero". De verdad, deberías tener cuidado...soy blandita en el pecho, ¿recuerdas?.- Digo con claro tono de sorna.

Aprovechando que es mucho más grande que yo intento buscar la apertura en el torso, intentando golpearle con el extremo romo del hacha en los riñones para debilitarlo.

No es muy difícil encontrarte con un hueco, pero debe ser tan duro como tu, aunque sabe aguantar mejor un golpe.

No vas a conseguir nada si no golpeas con la intención de matarme.- Y recibes el rodillazo. Te encoges al recibir el impacto en el abdomen, es como recibir una bala de cañon. Y pasa por tu mente el pensamiento de que Harry tiene muchísima mas fuerza.- Tienes que empezar a pensar en que clase de Señor de la Guerra vas a ser, ¿vas a dejar morir a tus hombres, o vas a sangrar con ellos?

​​Te da un poco de cancha para que te recuperes, es cosa de un par de segundos. Sientes que vas a necesitar valorar la situación del combate para sobreponerte a el.

Recibo el golpe en el abdomen y levanto la cabeza un momento, mirándolo aturdida y levemente cabreada. Al final agarro un poco más fuerte el hacha y agito la cabeza para que la trenza se vaya para atrás.- ¿Y tú me puedes decir por qué cada vez que me golpeas paras?.- Mientras le hablo mis ojos recorren su cuerpo. Cristo, es inmenso, tiene más experiencia y más fuerza que yo. Y más aguante también. La única posibilidad que tengo es agotarlo, aprovechar su fuerza a mi favor y ponerlo en el suelo.- ¿ Acaso mi enemigo va a hacerlo también?. Si las únicas cosas que voy a aprender hoy va a ser a manejar más o menos el hacha, a pelear con una conmoción cerebral y a sobrevivir que así sea.- Voy contra él, esperando su embite y respondiendo con un contraataque. Con toda la fuerza que pone en sus golpes el tiempo de recuperación después tiene que ser grande.- Pero no pares. Si me golpeas fuerte aprenderé, y si me golpeas MUY fuerte hay un médico a bordo. Mejor que sangre ahora y que me partas todos los huesos del cuerpo que que me maten en el campo de batalla. O que maten a otros por mi ineptitud.- A partir de ahora reajusto mi estrategia de combate. Peleo a matar, pero aprovechando las aperturas y golpes que él me da, buscando puntos débiles, errores en su tiempo de respuesta y pies mal plantados en el suelo, buscando derribarlo o fastidiarle articulaciones. Si hay alguna posibilidad de golpearle (aunque no sea con el hacha) la aprovecho, aunque me haga daño yo en el camino. No somos señoritas, y ésto no es un baile en la corte.

Ya veo tu espíritu de lucha.- y se lanza a por ti.- Ahora despeja la cabeza.

Lo ves venir, por la pinta te va a atrapar entre el hacha y la rodilla izquierda, pero podría ser una finta, según las explicaciones de las distintas artes marciales de Karl, los expertos en muay thai pueden cambiar de articulación atacante en cosa de segundos si ya planeaban hacerlo. Podría esperar a que te defiendas y atacarte desde otro lado.

Notas el hacha bastante firme en la mano, ligera pero equilibrada. Por un momento ves a Ulrick de espaldas jugar con su colgante mientras os mira desde el camarote.

Como si fuera tan fácil despejar la cabeza cuando viene a por ti un maníaco enorme con un hacha. El pensamiento hace que se me escape una sonrisa. Veo lo que está haciendo y la progresión. No sé si es un maestro de muay thai, pero tiempo ha tenido. Tengo dos opciones: que me esté intentando fintar y cambiar la articulación en el último momento aprovechando la apertura que yo le haya hecho al defenderme o seguir con la maniobra. Desde el camarote de Ulrick veo a mi amigo observándonos, y el rubor me sube por el cuello al pensar que puede estar examinando mi forma de actuar. Así que no me aparto del ataque. Me quedo exactamente donde estoy y con el mango de mi hacha busco bloquear el filo de la suya, esperando al último momento para subir un pie, apoyarme en su rodilla y cargarle un rodillazo en la cara. 

Tu entrenamiento físico ha dado sus frutos en combate cerrado, consigues bloquearlo, pues no era una finta, y tu rodilla sube como un cohete e impacta en su mandibula. Ese rodillazo habría roto el cuello, y la boca claro, de un hombre normal, pero Vargr recibe el impacto inmutándose a duras penas.

Retrocede un paso, para volver a ponerse fuera de tu alcance, pero sin sacarte del suyo, y empieza a rondarte dándole vueltas al hacha en la mano, calibrando el peso. Cada zumbido es una promesa de muerte, sabes que no en este caso, pero irradia una potente aura asesina fríamente controlada.

Héctor Castillo, Lhamed Ferai.- empieza a recitar mientras se recoloca la mandibula.- Khara Enhiala, Sigfrid Worstren.

Cuatro nombres totalmente desconocidos para ti, pero algo significarán si los dice.

Una vez le he dado el rodillazo me impulso en su rodilla y salto, poniéndome fuera del alcance inminente. Levanto la vista para ver cómo ha ido mi golpe y hago una mueca al ver que efectivamente se está recolocando la mandíbula. Empiezo a girar para encararlo, no voy a dejarle la espalda porque ahora mismo está empezando a inquietarme. Por eso hago un gesto de extrañeza cuando lo oigo recitar ésos nombres con semejante tono de voz.

-¿Quién es esa gente, Vargr?.- Pregunto mientras me preparo para el siguiente embite, nivelando el hacha en mis manos para poder tener una respuesta rápida.

Tus primeros predecesores.- te contesta mientras da un tajo hacia adelante, probándote.- Grandes generales, grandes guerreros y grandes ejemplos. Fueron los Señores de la Guerra del Sur antes de que se creara el puesto de Árbitro. 

Y acto seguido hace un barrido circular a ras del suelo, que esquivas fácilmente de un salto. 

Pero hay un problema, porque ves que era una clara distracción para apoyar las manos y avanzar haciendo un molino con las piernas, esas piernas del tamaño de una persona bajita.

¿Capoeira, en serio?

Por todos los dioses...

Me agacho todo lo que puedo (para evitar las piernas, básicamente) y flexionando una pierna intento golpearle uno de los brazos para que pierda el equilibrio.

-Entonces recordaré los nombres.- Comento mientras me aparto después de hacer el barrido. Cuando pare de girar busco su espalda para intentar derribarlo, si no he sido capaz de darle en uno de los brazos. Mientras voy dando la vuelta buscando el punto ciego intento repetir los nombres, esforzándome en la pronunciación ya que aún es un poco difícil para mí.- Héctor Castillo, Lhamed Ferai.- empieza a recitar mientras se recoloca la mandibula.- Khara Enhiala y Sigfrid Worstren. ¿Los conociste?

Y a los siguientes, pero esos fueron los mejores.- y para un momento la conversación, ha visto tus intenciones y se metía el hacha en la boca para poder maniobrar. Te hace un barrido de piernas antes de volver a ponerse en pie-

Héctor unió el Sur cuando a mi me reclutó Zhorne.- añade al soltar el hacha y pillarla al vuelo.

El resto lo mantuvo en paz durante épocas complicadas. Conozco y conocí a todos los Señores de la Guerra.- termina por decir.

Y vuelve a rondar a tu alrededor como un predador esperando tu siguiente movimiento.